Pensamientos, palabras, obras y omisiones

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Pensamientos, palabras, obras y omisiones, … tal cual es la vida.

martes, 29 de octubre de 2024

El patriarcado; imagen de Procusto y su lecho

Las cosas que tiene Eloisa

Procusto era un personaje mitológico un tanto tirano y macabro que se las hizo pasar mal a mucha gente que llegaba a su morada y dormían en su lecho, hasta que el bueno de Teseo se cruzó en su camino. Te cuento la historia resumida para que entiendas el por qué en mi opinión, el lecho de Procusto y el patriarcado están intrínsecamente unidos.

Procusto (conocido como Damastes o Polipemón) era un temido bandido en la mitología griega que vivía en las colinas cercanas a Eleusis, en el camino entre Atenas y Mégara. Su apodo, "Procusto", significa "el estirador", y está relacionado con su macabro método de tortura. Según la leyenda, Procusto ofrecía hospitalidad a los viajeros que pasaban por su territorio, invitándolos a descansar en su famosa cama.

Sin embargo, esta cama no era una simple cama para pasar la noche descansando, era una trampa de muerte. Procusto obligaba a sus huéspedes a tumbarse en ella, y una vez que lo hacían, si la persona era más alta que la cama, cortaba sus extremidades para ajustarla a su tamaño; si era más pequeña, la estiraba con cuerdas hasta que alcanzaran la longitud exacta del lecho. Vamos, que los mataba bien cortándolo, bien estirándolos.

El bueno de Procusto era muy majo; como los tiranos o los dictadores, ejercía la violencia y el poder,  hasta que llegó el héroe ateniense Teseo. Este se enfrentó a Procusto, y le dio de su propia medicina, haciéndolo encajar en su cama a la fuerza. Fin.

La frase "lecho de Procusto" se usa hoy en día para describir situaciones donde se ajustan las cosas a la fuerza a un estándar limitador e injusto.

¿Cómo te quedas? Será muy mitológico, pero de otras maneras, la historia de Procusto se ha calcado en diferentes culturas con la imposición violenta de normas arbitrarias, que obligan a "dar la talla" que imponen esas culturas. 

En psiquiatría no existe oficialmente un diagnóstico denominado "síndrome de Procusto", no es una categoría diagnóstica. El término se utiliza más en el ámbito coloquial o en análisis sociales y psicológicos para describir un conjunto de actitudes o comportamientos, pero no es un trastorno reconocido por los manuales diagnósticos de salud mental, como el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales).

El síndrome de Procusto es más una metáfora tomada de la mitología griega para describir personas o sistemas que rechazan, minimizan o intentan frenar a aquellas personas que destacan, no encajan en los moldes establecidos o se salen de lo convencional. 

Estas conductas están relacionadas con características psicológicas como la envidia, la inseguridad, el narcisismo o la resistencia al cambio, pero no constituyen un trastorno clínico por sí mismas. Sin embargo, algunos de los comportamientos asociados al síndrome de Procusto, como la envidia patológica o el deseo de controlar a otros, pueden estar presentes en ciertos trastornos de la personalidad, como el trastorno narcisista o el trastorno paranoide.

Y ¿por qué mezclo a este síndrome de Procusto con el patriarcado? Porque, al margen de no saber si alguien más lo ha hecho, cuando he conocido esta historia de este mito y su síndrome, me ha venido inmediatamente a la cabeza la relación; el patriarcado quiere tener a todas las personas a la medida de su "lecho", ni más ni menos, sólo cómo él diga, con un sistema social en el que las estructuras de poder están dominadas por hombres que imponen un conjunto de expectativas rígidas, tanto sobre mujeres como sobre hombres. 
Rechaza, castiga o margina a quienes sobresalen o no se ajustan a su estándar preestablecido, buscando "recortar" a aquellas personas que destacan, ya sea en talento, ideas o éxito, para que se ajusten a las normas impuestas. 

En el patriarcado, las normas establecidas imponen una idea limitada y controlada de lo que es aceptable en términos de comportamiento, roles y habilidades, especialmente para las mujeres, pero de las cuales no están excluidos los hombres.

Por eso existen diversas formas de discriminación, que funcionan precisamente limitando, excluyendo o castigando a personas o grupos que no se ajustan a las normas impuestas por la sociedad patriarcal.

El síndrome de Procusto se da en las discriminaciones de todo tipo que ofrecen todas las culturas retrógradas y patriarcales ( raza, género, orientación sexual, religión, discapacidad, etc.) y quienes no encajan en sus patrones, por destacar o simplemente por ser diferentes, son objeto de represalias, exclusión o violencia, con el fin de "ajustar comportamientos y jerarquías" a lo que se considera aceptable.

Igual con algunos ejemplos lo ves tan claro como lo veo yo.

Discriminación racial: En sociedades racistas, las personas pertenecientes a grupos étnicos o raciales minoritarios son frecuentemente "recortadas" en términos de derechos y oportunidades. Cuando alguien de estos grupos sobresale, es objeto de ataques, la muerte, acoso o exclusión, ya que su éxito desafía el estereotipo racial preestablecido. Ejemplos de discriminación racista están hoy en día y sin ir más lejos hemos vistos lamentables discursos con su apología en esta campaña a favor de Trump (Oradores en evento de Trump en el Madison Square Garden profieren insultos racistasy en el último partido entre el Real Madrid y el Barça (La Liga denuncia siete cánticos violentos en el Clásico).

Discriminación por orientación sexual: En sociedades que privilegian la heterosexualidad como norma, las personas que pertenecen a la comunidad LGTBI+ son forzadas a "encajar" en un molde heterosexual. Desgraciadamente incluso aquí se les llega a matar por la calle (Homofobia, la agravante por determinar en el juicio por el crimen de Samuel Luiz) y en otros países está prohibido tener otra orientación sexual diferente a la heterosexualidad y es delito, bien de cadena perpetua e incluso, con la pena capital (Mauritania, Nigeria, Somalia, Brunéi, Irán, Pakistán, Qatar, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Yemen).

Discriminación por discapacidad: Las personas con discapacidades también son víctimas de un síndrome de Procusto social, donde se espera que encajen en un entorno que no está diseñado para sus necesidades. En lugar de adaptar el entorno para incluir la diversidad, la sociedad a menudo busca "ajustarlas" a un estándar de normalidad, a menudo limitando sus oportunidades y derechos.

Pese a todos los avances que ha habido en este sentido, por poner un ejemplo, la tasa de paro en este grupo es mucho mayor que entre la población con las capacidades normativas, fuera aparte de la discriminación en el lenguaje que usamos muy habitualmente (estamos en una sociedad patriarcal con sus normas aprendidas desde pequeñas/os) con expresiones cotidianas que, sin darnos cuenta, refuerzan estereotipos negativos, invisibilizan o menosprecian a las personas con discapacidad. 
Aunque pueden no parecer ofensivas a primera vista, estas palabras o frases reflejan una actitud subyacente de desigualdad o falta de respeto hacia este colectivo. Como pasa con los micromachismos, al estar normalizadas, muchas veces estas expresiones perpetúan un trato discriminatorio o condescendiente.

Expresiones del tipo "esa/e se hace el sordo/a o ciega/o", "eres un retrasado/a", "anda, déjame a mí, que pareces minusválido", "deja de hacer el subnormal", … 

Discriminación religiosa o cultural: En sociedades donde hay una religión o cultura dominante, quienes pertenecen a minorías religiosas o culturales son "recortados" en términos de derechos, representación o visibilidad social. 
Siguen existiendo países en los que las personas que desafían los moldes religiosos establecidos, o que practican una religión minoritaria, pueden ser perseguidas o marginadas.

No es cosa del pasado y de circo romano con leones que se comían a los católicos, es algo que hoy en día sigue sucediendo en muchos países y muchos de ellos coincide que también practican la discriminación por la orientación sexual y de género. No os voy a enumerar todos los países en los que ocurre, ni todas religiones que son perseguidas, ni todas las personas asesinadas por no "encajar" en los respectivos lechos de Procusto

Discriminación de género: las normas patriarcales imponen unos roles de género a seguir, y cuando una mujer sobresale en un campo tradicionalmente masculino o desafía esos roles de género establecidos, puede enfrentarse a una reacción negativa que busca "ajustarla" a expectativas más tradicionales. Puede ir desde la invisibilización hasta la muerte.

Ejemplos puede haber muchos, desde la invisibilización y usurpación de méritos de investigadoras que fueron cruciales para llegar a algunos avances por los que recibieron premios Nobel algunos hombres, hasta la muerte de la última mujer por violencia de género.

Pero no os equivoquéis, de igual manera, los hombres que no cumplen con los estereotipos de masculinidad hegemónica también pueden sufrir represalias por querer vivir en otras masculinidades muy diferentes a la establecida. Estas sociedades intransigentes, violentas, tiranas y con síndrome de Procusto, no se andan con bobadas.

Me voy a quedar un ratito con la discriminación por el hecho de ser mujer (que para eso yo soy mujer y quiero hacerlo), porque me apetece que se visibilice que seguimos con comportamientos inaceptables hacia las mujeres (Micromachismos II).

Antiguamente era mucho más claro y evidente que cuando una mujer sobresalía, desafiaba las normas de género tradicionales o reclamaba su independencia y reconocimiento de capacidades, se enfrentaba a un síndrome de Procusto a nivel social o institucional (rechazo social, recorte de derechos legales). Sé que hay muchas personas (más hombres que mujeres), que piensan que en nuestra sociedad esto ya no es así, pero me temo mucho que están equivocadas y para muestras:

Limitaciones en el crecimiento profesional: hay mujeres que muestran talento o igual ambición laboral y profesional que los hombres y son vistas como una amenaza para el status quo, algo que les impide avanzar, ya sea negándoles oportunidades o imponiendo barreras sutiles y muchas veces no visibles, como el techo de cristal.

Control sobre el comportamiento y la libertad femenina: Las mujeres que no se ajustan a las normas tradicionales de feminidad, como ser sumisas, maternales o dedicadas exclusivamente a la familia, pueden ser vistas con sospecha o juzgadas socialmente e incluso familiarmente, buscando "forzarlas" a volver a un rol más convencional. Esto lo he vivido yo personalmente, así que me lo creo a pies juntillas.

La crítica a las mujeres exitosas: Hay ocasiones que cuando una mujer alcanza una posición destacada, la sociedad patriarcal reacciona con descalificaciones, acoso o cuestionamiento constante de su competencia. Esto busca minimizar el éxito o ridiculizarlo porque no se ajusta al ideal patriarcal de lo que debe ser una mujer.

En mi opinión, con el patriarcado y en las sociedades dónde impera, como sistema que impone reglas estrictas de comportamiento y roles, se actúa teniendo un "lecho de Procusto" y encajando a las personas en él, incluso de manera forzada y violenta si no se da de manera voluntaria,  especialmente en lo que respecta a las mujeres y a colectivos minoritarios o vulnerables.

El síndrome de Procusto (aunque ya sabemos que no existe como tal) se podría decir que tiene mezcla de envidia e inseguridad, resentimiento y rabia, falta de autoestima e intransigencia, ignorancia y prepotencia, insatisfacción y venganza, …, creo que hay, en quién lo padece (personas o sociedades),  un cóctel molotov capaz de estallar y de hacer mucho daño. 

Hay unas características particulares en las personas "procustas"(no existe el palabro): son personas controladoras que quieren que todo esté bajo su visión y que la gente se ajuste a sus expectativas. Son envidiosas y por eso les molesta que otras personas sobresalgan. Desprecian su talento buscando minimizar sus logros, además de recurrir a la crítica destructiva y al descrédito para frenarlo. 

Muchas veces, con la ironía y el sarcasmo enmascaran su malestar contra la persona más válida que ellos y amparándose en la broma, se burlan y menosprecian.

Hay otra característica por la cual se les puede reconocer; resistencia al cambio e intolerancia a nuevas ideas ajenas para no tener que adaptarse porque no saben si van a poder o no.

Si tienen que recurrir a boicotear a la persona de enfrente por ser más válida, lo harán con tal de que no avance más y sobresalga más (me ha venido a la cabeza las hermanastras de Cenicienta), aunque ello lleve a un perjuicio y pérdida. Esta actitud a nivel laboral crea una competitividad tóxica que puede disminuir los resultados (también lo he vivido). 

Hay muchos ejemplos de comportamiento "procustuista" (palabro de nuevo); colegas de profesión que atribuyen a la suerte unos resultados, o una manipulación, o un "braguetazo", … Familiares que hablan de "ese no es el/la más listo/a de la familia y lo que ha tenido es suerte". Un escuchar "si me hubiera tocado a mí lo huera hecho mejor", "no sé cómo le ha salido tan bien, si no sabe hacer la o con un canuto", … en fin, aquí seguro que podéis poner algún ejemplo más. 

No sé que fue primero, si la gallina o el huevo; ¿existen personas procustas porque existió el mito de Procusto con su famoso lecho, o fue a la inversa y existió el mito porque ya había personas que lo encarnaban? En cualquier caso, solo espero que haya muchos héroes como Teseo que pongan punto y final a tanto Procusto que anda suelto.

martes, 22 de octubre de 2024

Parejas y parejas

Las cosas que tiene Eloisa

En la vida una cosa te lleva a otra y así me ha pasado que del estoicismo me ha llevado al amor fati y de él a las relaciones en pareja, y aquí estoy leyendo y escribiendo sobre ello, porque al margen de las experiencias personales, está bien saber de los que saben más. 

La convivencia en pareja es toda una experiencia, que al margen de si se convive o no (hoy en día está más en auge cada uno es su casa y "Dios en la de todos"), atraviesa diversas etapas en su pasar del tiempo que implican cambios emocionales, personales y por lo tanto, también en la relación. 

Cada fase un mundo y en cada pareja otro mundo diferente, en los que se van viviendo retos y aprendizajes mutuos e individuales que, si se saben gestionar bien, pueden fortalecer la relación. 

Según he leído hay unas etapas más/menos comunes  con unas características concretas:

1. Enamoramiento y luna de miel

Esos maravillosos primeros meses, que suele ser hasta el primer año algo más, en los que la pareja vive con ilusión, admiración y pasión la relación que ha empezado. Predomina el deseo de pasar tiempo juntos y se priorizan los encuentros en común frente a las amistades o familiares, nada alarmante y natural por lo novedoso y gratificante que es. Aquí es cuando a la otra parte se la ve idealizada y cuando potenciamos todo lo bueno y amable que llevamos; en algunas personas existen esa denominadas mariposas en el estómago. Todo parece perfecto.

Pero como nada es eterno, a medida que pasa el tiempo, la convivencia empieza a mostrar "los defectos" y las diferencias de cada uno, por lo que ya no se ve a la otra parte tan guapa, alta o divertida, además de que esas cositas en el estómago van desapareciendo.

Yo la llamo la fase de la tontería, porque se permanece como en un mundo aparte en el que los defectos pasan desapercibidos o incluso son virtudes, además de que la objetividad brilla por su ausencia y se tiene en la cabeza a la otra persona todo el rato, por lo que no hay mucho margen para pensar bien.

Es como vivir en un estado alterado gracias a las hormonas que se producen o se dejan de producir, ya que transforman la percepción de la realidad y nos mantienen emocionalmente en euforia y conexión. Esas hormonas maravillosas las producimos de otras maneras también, pero en esta etapa de enamoramiento son muy responsable de todo lo que sentimos. 

Esto de las hormonas es muy curioso y está muy estudiado, así que os hago un copia/pega de lo que producen: 

Dopamina:

Es la hormona del placer y la recompensa. Se activa cada vez que tienes contacto con la persona amada o piensas en ella, generando subidones de felicidad.

Serotonina:

En el enamoramiento disminuyen sus niveles, lo que explica por qué algunas personas se sienten obsesionadas con el ser amado, sin poder dejar de pensar en esa persona.

Oxitocina:

Conocida como la hormona del amor o del apego, se libera en los momentos de intimidad física y emocional, como los abrazos, caricias o el sexo, fomentando la sensación de unión.

Adrenalina y Noradrenalina:

Son las hormonas que generan esos nervios y la aceleración del corazón al ver o recibir un mensaje de esa persona especial. También contribuyen al “subidón” de energía típico de esta etapa.

Endorfinas:

Funcionan como un analgésico natural que genera bienestar y alegría, haciendo que todo se perciba más positivo.

Feniletilamina (PEA):

Esta sustancia está detrás del "enamoramiento loco", ya que incrementa la atención hacia la persona amada y genera sensaciones de euforia.

Vamos, que lo que nos ocurre no es magia, son una serie de reacciones físicas y emocionales provocadas por estas "cositas" llamadas hormonas.

Aunque el enamoramiento puede ser el punto de partida para muchas parejas, no es indispensable y no quiere decir que los integrantes de una pareja no se quieran. Existen parejas que no experimentan ese enamoramiento intenso, y aun así construyen vínculos sólidos basados en otros factores. 

Muchas personas lo definen como un amor maduro (¿lo podríamos denominar amor fati?) en el cual se priorizan la amistad, el respeto, la admiración mutua, la compatibilidad emocional y práctica, además de la estabilidad y la tranquilidad.

2. Adaptación y negociación

Esta etapa llega más/menos hasta los tres años y es necesaria para ver como nos conciliamos y llegamos a acuerdos durante los desacuerdos que van surgiendo, porque como ya las hormonas no tienen tanto protagonismo, vemos la realidad a nuestra manera y no coincide en muchas ocasiones con la que tiene la otra parte de la pareja.

Pasamos del "que guapa eres que bonita estás" sin importar nada, al "tienes que ir a la peluquería que se te ven canas", cuando aún no te las has visto ni tú ¡Topamos con la realidad! Las mariposas, como las de verdad, tienen su periodo de vida, es lo que hay.

Aparecen los primeros roces serios, los conflictos y las diferencias sobre hábitos, rutinas o expectativas de vida. Si se convive, hay que aprender a compartir espacios, tareas y adaptarse mutuamente al estilo de vida de la otra persona. Vamos, que se topa con lo que realmente implican las relaciones humanas, sean de pareja, de familia o de amistad.

Hay que llegar a acuerdos y respetarlos; hablar de manera asertiva y clara para que no haya malos entendidos, además de escuchar asertivamente y sin juzgarse es parte importante de este proceso natural por el que pasa la pareja.

3. Estabilidad y compromiso

Venga, que si sigue la relación, nos ponemos sobre los 5 años mientras estabilizamos las rutinas y fortalecemos la confianza entre los componentes de la pareja, que pasa a ser más madura y realista. 

La pasión inicial desbordada suele disminuir y se profundiza la intimidad emocional, siendo clave la complicidad para evitar caer en la monotonía y el aburrimiento. Es como llegar a un punto donde sabes que puedes confiar en la otra persona, incluso con los defectos y esos momentos complicados.

En esta fase, ya no necesitas impresionar al otro cada dos por tres, y la relación se vuelve más auténtica y relajada, algo que ofrece una tranquilidad que favorece y potencia a la pareja. Es lo bonito del momento porque eliges seguir estando ahí, no porque todo sea perfecto, sino porque ambos habéis construido una base sólida. Los problemas se hablan con más calma, y cada parte entiende que la relación es un equipo y no una lucha de poderes.

A veces puede dar la sensación de que "falta chispa", pero no es que se haya perdido algo, sino que ahora la cosa va más de complicidad, proyectos a futuro y apoyo mutuo. Es donde el verdadero amor toma forma en los pequeños gestos diarios y en seguir apostando por la relación, incluso cuando las cosas no son fáciles.

Es una etapa muy gratificante porque, aunque se haya perdido esa emoción desordenada del primer año viene después de esa otra etapa de adaptación un poco convulsa y desestabilizadora.

4. Etapa de crisis o reconfiguración

Y cuando ya creíamos que estaba la historia en pareja controlada,... nos viene esta fase cuando ha pasado los años y surge algún cambio personal (trabajo, mudanza, problema físico,...). 

Sí o sí va a llegar en algún momento esta etapa y es clave en la evolución de una relación, ya que las crisis son inevitables en cualquier convivencia a largo plazo. Eso de que todo siempre son risas y buenos momentos, va a ser que no es real, no porque la relación no funcione, sino porque es lo natural en cualquier relación que se prolonga en el tiempo.

La manera en que las personas gestionen estos momentos difíciles, marcará la diferencia entre una pareja que se fortalece y una que se desgasta. Para detectar si estamos en un momento crítico es importante detectar alguno de los signos relacionales que lo indican como:

Distanciamiento emocional: Menos comunicación, menos muestras de afecto y pérdida de intimidad.

Se empieza a evitar las conversaciones profundas o ya no comparte los sentimientos como antes; si antes se contaban anécdotas sobre su día, sus preocupaciones o sueños, y de repente esas charlas se vuelven superficiales o casi inexistentes. 

Otra señal es que en lugar de buscar soluciones en pareja a los problemas, se ignoran o se evita hablar de los conflictos, dejando que se acumulen. 

Menor expresión física del afecto (como abrazos, besos, o incluso simplemente tocarse). Además, si ya no se buscan las dos partes para pasar tiempo de calidad juntos, prefiriendo estar solos o con otras personas, es un signo de que la conexión emocional está debilitándose.

Conflictos recurrentes: Discusiones frecuentes por temas aparentemente triviales.

Son problemas o desacuerdos o encontronazos o diferencias o, … llamarlo como queráis, eso sí, que se repiten una y otra vez sin llegar a resolverse completamente y surgen debido a patrones de comportamiento o dinámicas de pareja poco resolutivas. Estos conflictos interemitentes que se repiten cada cierto tiempo pueden ser de varios tipos:

Problemas de comunicación: Malentendidos constantes, no escuchar a la otra parte o interpretar las palabras de manera negativa, lo que genera discusiones sin fin.

Diferencias en expectativas: Cuando una de las partes espera algo diferente de la relación (más afecto, compromiso, tiempo, etc.), y la otra no lo cumple, esto genera frustración repetitiva que se acumula.

Distribución de responsabilidades: Discusiones sobre quién debe hacer qué en el hogar o en la vida diaria, como las tareas domésticas o la crianza de las hijas/hijos, …

Celos o desconfianza: Si hay falta de confianza o celos (pueden estar producidos por problemas comunicativos o de distanciamiento emocional, etc.), estos suelen convertirse en conflictos frecuentes.

Dinero o finanzas: Las diferencias en la forma de manejar el dinero, los gastos o las prioridades económicas pueden convertirse en una fuente de conflicto.

Intimidad o vida sexual: Si las necesidades de una parte no están siendo satisfechas o si hay una falta de conexión física, esto puede generar tensiones repetitivas.

Desinterés o aburrimiento: Falta de entusiasmo por compartir momentos en común.

Sentimiento de insatisfacción: Una o ambas partes pueden sentir que la relación ya no les aporta lo que necesitan.

Sean cuales sean los motivos de estas discusiones recurrentes, la convivencia puede volverse más tensa y es común preguntarse si vale la pena seguir, porque además añadimos que al no tener puntos en común, cada persona evoluciona de forma distinta, lo que puede generar desconexión.

La pareja debe replantearse las expectativas individuales y ponerlas en común, añadiendo un impulso por mejorar la comunicación para superar las desavenencias y los desacuerdos, de lo contrario, muchas parejas se distancian irremediablemente en esta etapa.

¿Cómo sacar algo bueno de una crisis? De entrada, desdramatizando que haya crisis en la pareja y afrontándolas con una actitud de resolver y no dejar pasar. Pensar en un "venga a por ella, que ya está aquí" porque es lo normal, es mucho más sano que pensar "no funcionamos como pareja porque de lo contrario no tendríamos crisis", ya que este pensamiento no es real.

Si partimos de ese querer reforzar la relación en una crisis, hay mucho ganado, eso sí hay que hacer algo más para resolver un conflicto como:

Comunicación sincera y abierta: Es fundamental hablar de lo que cada uno siente sin reproches. Expresar necesidades de forma asertiva y escuchar empáticamente las de la otra parte.

Aceptar el cambio como parte de la evolución: Las relaciones no pueden mantenerse igual siempre, no es posible y esa es la realidad. Lo que importa es adaptarse a las nuevas circunstancias y posiciones que se pueden variar entre la pareja.

Renegociar expectativas y roles: Con el tiempo, las responsabilidades y necesidades cambian. A veces es necesario replantear cómo se distribuyen las funciones de cada parte y qué espera cada una de la otra.

Recuperar tiempo en pareja: La rutina, la desidia, las responsabilidades o el trabajo, pueden dejar poco espacio para momentos íntimos, por lo que es importante priorizar tiempo de calidad para reconectar.

Buscar ayuda profesional si es necesario: Las terapias de pareja pueden ser la solución para resolver conflictos que parecen insalvables desde dentro de la relación. Tendemos a pensar que si se llega a eso, es que no hay amor, cuando la realidad es todo lo contrario; si una pareja decide ir a un profesional a arreglar desavenencias, es porque se importan y quieren dar todas las oportunidades. 

Vemos normal que si nos rompemos un pie vayamos al traumatólogo, si tenemos un problema de corazón al cardiólogo o si tenemos una gripe al médico de primaria, sin embargo si tenemos problemas en pareja, ¿parece que ya no tiene solución con ningún profesional? Es por lo menos para pensarlo.

Las dos etapas que siguen es en el caso de que la pareja decida tener descendencia, algo que desestabiliza mucho las relaciones y más que un punto de unión, acaba siendo de desunión si no se gestionan bien esos cambios que van a llegar.

5. Expansión familiar 

Van desde el embarazo con el posterior nacimiento de las hijas/hijos hasta su independencia.

Las nuevas personitas que llegan al núcleo relacional implican una redistribución del tiempo y de las prioridades. Las responsabilidades familiares generan desgaste emocional y menor tiempo en pareja.

Es habitual que incluso durante el embarazo empiecen los cambios ya que las madres pasan por un periodo de ajuste propio tanto físico como emocional en el mejor de los casos, porque en otros, la posibilidad de un reposo parcial o total puede provocar cambios mayores. 

La única manera de afrontar estos cambios es reorganizarse de manera equitativa para mantener el equilibrio entre la vida familiar y la relación de pareja.

6. Etapa de redescubrimiento (nido vacío)

Cuando las hijas/hijos se independizan o van a realizar estudios fuera, la pareja entra en una fase más libre de responsabilidades cotidianas y todas las rutinas y acuerdos establecidos y que ya se han hecho hábitos, al no existir dejan huecos que se deben llenar de nuevo en pareja, lo que requiere de nuevo adaptación, comunicación y conexión.

Si se mira en positivo, es una oportunidad para redescubrir intereses comunes, viajar o dedicar más tiempo a disfrutar en pareja, aunque para llegar a ello, la evolución de la misma debe haber sido en común porque si se ha mantenido por las hijas/hijos y  ambas personas han evolucionado por caminos distintos, es más complicado.

7. Madurez y acompañamiento

Y si hemos llegado hasta aquí, ya nos venimos a la etapa madura e incluso de vejez, en la cual hay un acompañamiento mutuo y una comprensión real de qué necesita cada parte y quién es cada parte. La complicidad es mayor que en otras etapas y el afecto es sólido y real con el interés de hacerse la vida más tranquila y amable. Cuidarse mutuamente es la prioridad y aunque puede ocurrir que la pasión física quede en un segundo plano, no deja de haber atracción por ambas partes, pero expresada de maneras diferentes al margen de la necesidad sexual primaria. 

Generalmente, es la etapa de consolidación duradera porque se valora más la estabilidad emocional que las emociones intensas, esto no quiere decir que no existan circunstancias que hagan estar a la pareja en la fase de restructuración o cambios y que pueda romperse de la misma forma que se rompen otras a otras edades.

¡Qué recorrido más bonito! ¿no? Bueno para quien quiera estar en pareja, porque la alternativa es no tenerla y se puede vivir también perfectamente.

Pero para quien haya decidido vivir en una relación de pareja, decir que las crisis no son el fin, sino una oportunidad de crecimiento. Si ambos miembros de la pareja están dispuestos a ocuparse de los problemas y cultivar la relación, es posible reconfigurarla y salir más fuertes. 

Superar una crisis implica aceptar que cada etapa tiene sus retos y que el amor maduro requiere aceptación, paciencia, compromiso y flexibilidad para adaptarse a los cambios. Evidentemente cuanta más inteligencia intrapersonal tengamos, más posibilidades hay de no sentirnos dañados en los desencuentros. 

Con una comunicación asertiva y empática para la resolución de los conflictos, se pueden ir superando las etapas si se quiere estar en pareja, ya que muchas personas dejan una relación por creer que falta el amor y van a otra en la que les sucede lo mismo y no superan etapas de crisis.

La convivencia en pareja implica un proceso continuo de adaptación y evolución. Cada etapa trae consigo cambios naturales en las dinámicas relacionales, y superar los desafíos requiere comunicación, tranquilidad, honestidad personal y paciencia. No hay una fórmula perfecta, pero el éxito en la convivencia depende de aceptar el cambio como parte del camino, aprender de las crisis y hacer por mantener la conexión emocional a lo largo del tiempo.

domingo, 20 de octubre de 2024

Amor FATI

Las cosas que tiene Eloisa

Ahora me ha entrado curiosidad sobre el estoicismo y he dado con un audio que hablaba del concepto del amor Fati, así que ahí vamos a ver qué puedo aprender y qué puedo escribir sobre él

El amor fati significa "amor al destino"; se trata de aceptar con amor todo lo que la vida trae, tanto lo bueno como lo malo. No se trata de resignarse a lo inevitable, sino de abrazar las circunstancias tal y como son, incluso las difíciles, como parte esencial de nuestra experiencia.

Es como decir: “Esto es lo que hay, y lo voy a querer tal cual”, no lo puedo cambiar, por lo tanto, lo voy a vivir tal cual es y voy a mirar que oportunidades diferentes tengo en esta nueva situación de vida, aunque haya sido una situación inesperada. Es no quedarse en la queja y en la frustración y decepción, es amar el momento y elegir seguir adelante con lo bueno que pueda venir.  

En mi caso en concreto, hasta que no hice aceptación de perder mi casa (Andando en un desahucio), no hice más que pelearme contra la realidad de manera frustrante, al de años he aprendido a seguir intentando que no me quiten la casa pero de una manera mucho más estoica; aceptando que no es mía, que no la voy a recuperar y que finalmente me la quitarán, pero veo el mientras tanto y me digo "pues mira, estás viviendo en una casa que no es tuya, pero la disfrutas como si fuera tuya y sin pago de hipoteca o de alquiler". Ya no me peleo emocionalmente con el hecho de la pérdida; ya la he aceptado con amor, hasta con amor fati. Evidentemente, tengo momentos de frustración, malestar, tristeza, sentimiento de desamparo,... pero no dejo que me calen como para que me condicionen muchos días, porque si hubiera sido así, igual me tiro por una ventana y acabo con el rollo.

El amor fati es como decir: "Ama lo que te toca vivir, incluso lo que no te hace ni gota de gracia". No significa que todo sea perfecto y que estés saltando de alegría ante un mal momento, significa que aceptar lo que te pasa sin dramas, es la mejor forma de estar en paz.

Porque la verdad sea dicha, momentos de resistirnos a lo que nos está pasando, seguro que todas las personas tenemos y yo he comprobado por muchas cosas que he vivido, que esa resistencia en una inutilidad y desgasta el ánimo, a algunas personas hasta las lleva a enfermedades físicas y psíquicas de difícil solución. El amor fati nos inclina a vivir en paz con la realidad y de esta manera evitar males mayores.

El estoicismo  con un pensamiento central que es el amor fati, no sólo te dice que aceptes el momento que te toque vivir, sino que además lo ames porque es una parte necesaria de experiencia de vida, una oportunidad diferente que no contemplabas y que se te brinda; para aprovechar el momento, es pensar en de qué te está quitando y qué puedes conseguir a cambio de lo que tenías.

Por ejemplo, te echan del trabajo y quizás en el primer momento dice que "qué putada mi brigada", pero cuando pasa el tiempo y ves en retrospectiva (Cuando mire en retrospectiva), ves que fue en un momento ideal y para bien (me ha pasado).

Otro ejemplo puede ser una lesión que te impide seguir con el deporte que hacías, pues seguro que puedes hacer alguna otra actividad que ni te hubieras planteado hacer a no ser que te hubieras lesionado.

Siguiendo con los ejemplos, tenemos los de nivel relacional, como que una amistad te traicione, una pareja te deje, … en el momento puedes no entender los por qué de esas situaciones, pero no tengo ninguna duda que es para mejor, porque en mi caso que lo he vivido, con el tiempo he entendido que era lo mejor que me podía haber pasado. 

Y como no todo va a ser amor fati ante situaciones que no tienen vuelta atrás, voy a poner el ejemplo en una relación en pareja que queremos que se mantenga estable y agradable 

Aplicar amor fati en una relación de pareja implica aceptar a tu compañero/a tal como es y abrazar los desafíos de la convivencia con una actitud positiva, en lugar de resistir o querer cambiar todo lo que no te gusta. Se trata de enfocar tu energía en lo que puedes mejorar sin frustrarte por lo que escapa de tu control.

¿Cómo? … que este es el quiz

Aceptar "los defectos" y diferencias

Cada persona tiene imperfecciones y comportamientos que pueden resultarte incómodos. En lugar de desgastarte intentando cambiar a la otra parte, acéptalo como es y trabaja en cómo reaccionas tú; lo que para alguien es un defecto, para otra persona es una virtud, así que plantearnos por qué lo vemos como un defecto, qué es lo que no aguantamos y cómo reaccionamos, es la manera de ver si el defecto lo tiene la otra parte o lo tenemos nosotras.

Ejemplo: Si tu pareja prefiere quedarse en casa mientras tú eres más social, en vez de quejarte, aprende a valorar esos momentos en los que te puedes ir con tu gente a tomar algo, mientras tu pareja se queda en casa, buscar acuerdos para hacer cosas en común, ...

Aprende de los conflictos

En lugar de ver las discusiones como algo negativo, asume que los conflictos van a existir sí o sí y que son una oportunidad para conoceros mejor y fortalecer el vínculo. Amor fati te invita a abrazar los malos momentos con paciencia, sabiendo que forman parte de la vida compartida. El pensamiento a tener en el conflicto no es que "esto ya no funciona, va mal la relación", tendría que ser "venga que este desacuerdo nos va a enseñar a comunicarnos y a conocernos mejor".

 Valora lo cotidiano, lo normal, lo de andar por casa

Es fácil frustrarse si la rutina se vuelve monótona, pero amor fati implica encontrar belleza y significado incluso en lo más simple. En lugar de anhelar momentos extraordinarios, aprecia la rutina como parte fundamental del vínculo.

No todo va a ser una feria con fuegos artificiales y subidón de adrenalina; valora un desayuno compartido o una charla al final del día, agradeciendo esos momentos ordinarios como parte del viaje de vida compartido.

No luches contra el cambio de una evolución normal en pareja

Las relaciones cambian con el tiempo, y es natural que ambas partes pasen por etapas personales y emocionales diferentes. Aplicar amor fati significa aceptar esos cambios con serenidad, sabiendo que cada etapa tiene su propósito. 

Si tu pareja pasa por un momento difícil o necesita más espacio o te da menor comunicación o está más ausente, o ... en lugar de frustrarte, acompaña el proceso sin forzar y confía en que esa fase es necesaria para su evolución y vuestra evolución como pareja.

Enfócate en lo que puedes controlar

No puedes cambiar las emociones o acciones de tu pareja, pero sí puedes decidir cómo reaccionar tú. En lugar de sentirte víctima de la situación, trabaja en mejorar tu actitud y tus propias acciones.

Si tu pareja está estresada y tiene mal humor, en vez de reaccionar con frustración, responde con empatía y paciencia no tomándote su actitud de manera personal (Los 4 acuerdos). Esa actitud puede ayudar más que intentar corregir a la otra persona.

Aprecia el camino, no solo los resultados

Amor fati también implica valorar el proceso de construcción de la relación y no solo los momentos "perfectos". Entiende que la convivencia implica momentos también tensos, pero que esto es parte del proceso de conocerse y de la convivencia. Nos venden pelis de amor perfecto, con risas, con buen sexo, con dinero, con buenos trabajos,.... y eso lo hay a ratos y en otros ratos no. Si las cosas no salen como esperabas (un viaje, una celebración especial), disfruta lo que haya salido bien y aprende a reírte de los imprevistos sin darle la importancia transcendental que vaya matando la relación.

Aplicar amor fati en la pareja ayuda a construir una relación más fuerte y serena, en vez de frustrante. Hay que saber disfrutar el proceso con sus altibajos, aceptar a la pareja tal como es y aprender de cada experiencia. Con esta actitud, nos enfocamos en crear un vínculo basado en la comprensión, la aceptación y el amor real, no en la perfección idealizada.

NOTA* Es importante saber que estoy hablando de relaciones sanas, entre personas emocionalmente saludables, no hablo de relaciones tóxicas que en muchos casos implican hasta situaciones de violencia, desigualdades, humillaciones,  (el patriarcado). Hay situaciones en la que no hay lugar para más recorrido.

Seguro que puedo investigar más sobre el el amor fati, pero de momento lo dejo aquí y lo resumo en que es una proposición a amar la vida tal y como es, con lo bueno y con lo malo, con sus luces y sombras, pero con un matiz muy importante;  no es solo aceptar lo inevitable o lo que es, es también verlo como algo valioso, como si todo lo que ocurre fuera parte de un plan perfecto para tu desarrollo. Esta manera de ver la realidad no elimina las dificultades, pero sí te permite enfrentarlas sin resentimiento y con serenidad, sacando lo mejor de cada experiencia, porque no cabe duda que a través de una visión negativa, tan sólo te quedas viviendo en lo malo de la situación. Mucho mejor a través del amor fati que te abre la mente a ver oportunidades de vida diferentes y tan gratificantes o más que las que estás viviendo ¡Viva el amor! … el amor fati.

sábado, 19 de octubre de 2024

Estoicismo

Las cosas que tiene Eloisa

En mi línea de escuchar cositas que me caen a las manos, he dado con un audio sobre el estoicismo, concepto que desconocía como tal, pero que al escuchar qué significa me ha sido tremendamente familiar y reconocible; es un concepto que tiene líneas parejas con conceptos de los que he leído y escrito como el de la resiliencia, mezclada con la inteligencia emocional, con pensar que los obstáculos de la vida son oportunidades, también con ser una persona emocionalmente saludable, … y seguro que el estoicismo está ligado a otros conceptos de los que tengo escritos (que por cierto, mirando lo que he escrito hace unos años, tengo que hacer revisiones y modificaciones).

¿Qué significa la palabra estoicismo?


Sus sinónimos son estupendos, cualidades que todas queremos tener, aunque no os confundáis al pensar que una persona estoica es una persona fría porque mantiene la serenidad y el dominio de una manera imperturbable. Dominar las emociones no significa no tenerlas, todas las personas las tenemos en mayor o menor expresión de unas u otras.

En la entrada que escribí sobre las distintas áreas de la vida, dentro del área emocional, escribí sobre las emociones; alegría, tristeza, ira, miedo, asco/aversión y sorpresa. Las emociones están estudiadas desde tiempos inmemorables y su gestión no implica su anulación, tan solo que no te dominen.

Pero ahora, vamos con lo que yo he entendido o por lo menos, con lo que me he querido quedar de esta idea de lo que es el estoicismo.

Como nos dice la RAE, es una corriente filosófica que aunque parece antigua o en desuso, conlleva una idea muy potente y aplicable para siempre y para cualquier persona al margen de géneros. Es básicamente centrarse en lo que sí puedes controlar y dejar de lado lo que no, siempre con la tranquilidad que da la aceptación y con la fortaleza de saber que es lo que estás eligiendo hacer, y repito que en aceptación porque, no es lo mismo que resignación.

Tomarse las cosas que ocurren de manera estoica es saber que vamos a pasar por situaciones que no nos resultarán agradables, que pueden incluso ser perjudiciales y saber que eso no lo vas a poder cambiar, pero que sí puedes hacer que te afecten lo menos posible.

El filósofo Epicteto en su obra "El Manual" puntualiza que lo que nos causa malestar no son lo que nos pasa, sino nuestros juicio sobre ello, es decir, la manera en la que interpretamos lo que nos sucede. Su frase: "No es lo que te sucede, sino cómo reaccionas a ello lo que importa".

Séneca en sus obra, como "Cartas a Lucilio", nos dice que con los pensamientos negativos y el miedo a cosas del futuro que no han llegado, nos jorobamos la vida más de lo que deberíamos, porque además, la mayoría de nuestras predicciones miedosas, no acaban ocurriendo. A este hombre se le atribuye la frase "El hombre sufre más por lo que se imagina, que por lo que en realidad sucede".

Aquí me sale recordar el libro "Los 4 acuerdos", que en uno de ellos habla del no hacer suposiciones porque casi siempre nos equivocamos en ellas. Este libro tiene muchas referencias al estoicismo (sin nombrar la palabra en ningún momento).

Si aprendemos a gestionar cómo pensamos y qué pensamos, podremos controlar las emociones y mantener mejor la calma aún en situaciones muy complicadas, y por supuesto, no adelantamos acontecimientos que no sabemos si van a ocurrir o cuando van a ocurrir. 

Es muy simple de entender el concepto de estoicismo: nuestra interpretación de la realidad tiene el poder de transformar lo que la realidad nos pueda afectar. 

Aquí voy a introducir al ya fallecido Wayne W. Dyer que decía la frase: "Si cambias la forma en que miras las cosas, las cosas que miras cambian".

Marco Aurelio fue otro de los filósofos de la corriente estoica, era su manera de vivir la vida. A pesar de ser uno de los hombres más grandes del momento y enfrentarse a problema propios de la época como guerras, problemas y crisis políticas e incluso una pandemia (parecido al COVID), mantuvo la calma y vivió con sencillez. 

Su manera de pensar y vivir era totalmente relacionada con el estoicismo

Aceptar lo que no se puede cambiar y no perder el tiempo ni la energía enfadándose.

Vivir el presente porque la vida es corta como para preocuparse por bobadas

Hacer lo correcto, y no por lo que vayan a pensar, si no porque es lo que hay que hacer.

La experiencia de vida desde el punto de vista del estoicismo, puede ser totalmente diferente, pese a que la experiencia sea infumable como sucede en la maravillosa historia narrada en la película "La vida es bella". No podrás cambiar la realidad, pero sí cómo la vives.

Otro ejemplo de estoicismo fue Nelson Mandela, que permaneció en la cárcel 27 años, durante los cuales consiguió cambiar la frustración, la rabia y el dolor (emociones básicas) en paciencia, perdón y esperanza.

Aprendió a aceptar que hacía falta tiempo para que se produjera un cambio que acabara con el apartheid, aceptó su estancia en prisión como un proceso de aprendizaje emocional para cuando saliera y ser un líder más fuerte. 

Aunque fue torturado y aislado en la cárcel, no dejó que el odio le apartara de lo importante, salvar a su país de todo el dolor que estaba pasando; tener un objetivo superior hizo que lo que estaba viviendo, lo viera como un mal menor o como un tránsito para algo mejor en lo que él tenía que colaborar.

Tiene una frase muy bonita que dice "El resentimiento es como beber veneno y esperar que mate a tus enemigos".

Siguiendo con el concepto de estoicismo, no dejó que su libertad interior, su mente y su espíritu fueran encarcelados, pese a estar en la cárcel ¿Cómo lo hacía? Dándose la libertad interior de mantenerse en paz para poder mantener en el presente con claridad sus ideales de libertad para su pueblo.

Siguiendo con los ejemplos tenemos a Viktor Frnakl, psiquiatra y neurólogo austriaco que pudo sobrevivir a los campos de concentración donde estuvo durante la Segunda Guerra Mundial. Este hombre escribió un libro con su experiencia "El hombre en busca del sentido" que en resumen tiene como moraleja que se puede salir de acontecimientos aberrantes con una actitud positiva y un propósito de vida (curioso, como Mandela).

Su frase famosa al respecto fue "A un hombre le pueden quitar todo, salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la de elegir su actitud en cualquier tipo de circunstancias".

Yo no sé si se definió alguna vez como estoico, pero a mi criterio, su capacidad de encontrar sentido a todo lo que pasó en los campos de concentración, saber mantener la libertad interior y elegir con ello una actitud de positividad ante todo lo que vio y vivió, le colocan en los principios básicos del estoicismo.

Y si nos vamos a gente actual, pues tenemos a varias personas conocidas que practican el estoicismo, como Ángel Martín, periodista, humorista y autor del libro "Por si las voces vuelven", Pablo Motos,  presentador del Hormiguero, Marcos Vázquez, autor de un blog Fitness revolucionario que habla de salud, filosofía y crecimiento personal. La actriz española Ariadna que ha dicho en más de una ocasión que no la obsesiona la fama o el éxito para ser feliz y se mantiene tranquila en los altos y bajos profesionales, al igual que la gimnasta Simone Biles, que puso límites y priorizo su salud mental y bienestar personal a su carrera profesional, Rafa Nadal con su control emocional, actitud resiliente, aceptación de las situaciones presentes; una frase suya fue "No me importa lo que pase dentro de un mes. Me importa el presente".

En fin, que seguro que tú o alguien de tu alrededor, tenéis actitudes que reflejan estoicismo en vuestras vidas, seguro. Yo, ignorante de lo que realmente era esta corriente filosófica (como soy ignorante de muchas otras cosas), me declaro estoica, palabra que conocía pero que para mí representaba como mantenerse en su sitio sin titubeos, con poderío. "Mantener una postura estoica", "se mantuvo estoicamente en esa situación", "hay que aguantar estoicamente", … o expresiones similares las usaba mucho mi padre, pero jamás hasta ahora me había puesto a pensar que había detrás de esas frases.

Hace muchísimo tiempo que nadie de mi alrededor usa esta palabra en su vocabulario y a mí me parece una muy buena palabra y un mejor concepto: estoicismo. Yo creo que ahora usamos otras palabras o expresiones tipo:

“Es lo que es”- Resume la aceptación de la realidad tal y como se presenta, sin resistencia.

“Esto también pasará”- Recuerda que tanto los momentos buenos como los malos son transitorios.

“Hacer lo mejor con lo que se tiene”- Refleja el enfoque en lo que está bajo nuestro control.

“No preocuparse por lo que no depende de uno”- Directamente relacionado con el concepto de control en el estoicismo.

“Memento mori”- Esta expresión latina significa “Recuerda que morirás” y se usa como recordatorio para vivir con propósito y aceptar que la vida se acaba.

“Amor fati”- Significa “Amar el destino”, e invita a aceptar y amar cada situación, incluso las difíciles, como parte del camino personal.

“Afrontar la vida con entereza”- Se refiere a una persona que enfrenta adversidades sin derrumbarse emocionalmente.

“Tener nervios de acero”- Alude al control emocional frente a situaciones estresantes.

“Lo que no te mata, te hace más fuerte”- Refleja la capacidad de aprender y crecer a partir de la adversidad.

“Aceptar lo inevitable”- Define la actitud estoica de no pelearse con lo que está fuera de nuestro control.

Yo tengo un pensamiento recurrente cuando me pasan cosas poco agradables y no entiendo el por qué (como todo lo de mi historia de Andando en un desahucio); "Es así, aceptación, ahora no sé por qué, pero cuando pase el tiempo si lo sabré, así que tranquilidad que todo esto pasará". A lo más, pensar si está en mi mano cómo solucionar y si no, aguantar el chaparrón y seguir viviendo con lo demás que hay y tengo. 

Yo me recomiendo y recomiendo practicar el estoicismo por los beneficios mentales que tiene; durante la vida pasan muchas, incluso muchísimas historias que no van a ser de nuestro agrado y hay que saber mantenerse estoicamente para nuestra tranquilidad personal y la de quienes nos rodean. Y ahora te digo,  ¿practicas el estoicismo en tu vida? Yo algo sin saberlo, así que voy a indagar un algo más.

domingo, 13 de octubre de 2024

Micromachismos II

Si en micromachismos I os contaba muchas cosas sobre ellos, en micromachismos II os comparto parte de un material pedagógico realizado para un público juvenil adolescente. Es importante el aprendizaje de las conductas que mantienen los micromachismos evidentes y los micromachismos más sutiles y que pasan desapercibidos; esto va para hombres y mujeres de cualquier edad, pero es importante que la juventud lo sepa.

¿Por qué para un público juvenil? Porque parece ser que hay  un retroceso en los avances logrados socialmente en cuanto a la violencia de género y contra el machismo; aunque sea duro, es real.


Especial atención porque es una noticia de noviembre del 2023. 
Impresiona saber que 1 de cada 4 jóvenes de entre 15 y 29 años no crea que la violencia machista existe y que el porcentaje con respecto al año 2019 sea de prácticamente el doble: de un 12% hemos pasado a un 23'1% y la violencia machista sigue existiendo ¿por qué ocurre este fenómeno?


Los micromachismos actúan incluso disimulados en forma de broma o de amabilidad y preocupación por la mujer, que calan en el hombre y en la juventud. 

Vivir en una sociedad micromachista, con el tiempo afecta a la confianza y la autoestima de las chicas y a la normalización de actitudes machistas que en demasiadas ocasiones lleva a relaciones que acarrean tolerancia a la violencia.

Por ejemplo, ¿sabéis lo que es el mansplaining? La traducción es "hombre explicando" y yo lo traduzco como "el listillo de turno".

MANSPlAINING

Se usa para describir cuando un hombre explica algo a una mujer de una manera condescendiente, asumiendo que ella no sabe nada sobre el tema, incluso teniendo más conocimiento o experiencia que él. 

Es como si un chico le explicara a una chica algo que ella ya conoce, pero haciéndolo de una forma arrogante o paternalista; incluso la dice qué hacer, cómo decir, qué la sienta mejor, por dónde ir, qué comer,  en qué fijarse, …

La idea detrás de este término es que algunos chicos no se dan cuenta de que están tratando a las chicas como si fueran menos inteligentes, sin recordar que todas las personas merecemos ser tratadas con respeto y que nuestras opiniones y conocimientos son valiosos, sin importar nuestro género. 


Unos cuantos ejemplos:

Imagina que tú chica, sabes sobre el sistema solar y un compañero empieza a explicarte cómo funcionan los planetas, dando por hecho que no tienes idea. 

Un amigo que te dice cómo usar tu propio teléfono que conoces muy bien,  empieza a explicarte cómo hacerlo, sin preguntarte si ya sabes o si quieres ayuda.

Estás viendo un partido de fútbol y un chico empieza a explicarte las reglas, asumiendo que no sabes nada y resulta que tú ya sabes, y mucho, pero él te trata como si fueras nueva en el tema.

Un chico que es muy bueno en matemáticas empieza a explicarte un problema que tú ya entiendes, sin haberte preguntado si ya sabes o si lo necesitas.

Un amigo que te dice "así se te ve mejor", sin saber que tú ya tienes tu propio estilo y te sientes cómoda con lo que llevas; es como si asumiera que no sabes cómo elegir tu ropa.

En el trabajo un hombre le explica a una colega con experiencia en marketing cómo hacer una campaña de publicidad, a pesar de que ella tiene más años de experiencia en el campo que él.

Un hombre comienza a explicar a una mujer cómo usar una tabla de Excel, asumiendo que ella no sabe nada, cuando en realidad ella da cursos de ello .

En un debate un estudiante interrumpe a una compañera para explicarle un concepto que ella ya ha discutido, porque no la ha escuchado y sin saber que ella es la autora de un artículo sobre ese tema.

Durante una charla sobre política, un hombre le explica a una mujer por qué su opinión es incorrecta, sin considerar que ella es politóloga y tiene gran conocimiento del tema.

Un hombre le dice a una mujer cómo debería cuidar su salud, ignorando que ella es médica y tiene más formación en el área que él.

Vas por el monte y tienes en tu mochila la chamarra, comentas que empieza a hacer frío y te dicen "ya te ayudo y te doy tu chamarra", le contestas que no te hace falta de momento y te insiste en dártela para que no cojas frío, vuelves a decir que no necesitas y te sigue insistiendo y es cuando te sale un "A ver; ¡si sabré yo lo que quiero!" Y luego eres una borde.

Todos estos ejemplos son micromachismos de un determinado grupo de actitudes que se engloban en el mansplainig, quedando seguro un montón de ejemplos en el tintero.

Vamos con otro concepto que yo lo he denominado "amabilitis" (igual tiene ya nombre, pero no lo voy a buscar).

        AMABILITIS 

-     La mujer tiene un par de bolsas en las manos y el hombre la coge una sin haberle preguntado si lo necesita (la mujer es débil y frágil).

        Abrir la puerta y ceder el paso sólo a las mujeres (amabilidad selectiva).

        Pagar la cuenta dando por hecho que es así y sin preguntar (control social).

        Decir “Eres muy guapa además de inteligente” o “Oye, que bien conduces siendo mujer” (menosprecio a las capacidades femeninas)

        Sin haber preguntado lo que quieres te dicen “No quiero que vayas sola, me esperas que es peligroso”, “Me encargo yo, así que de esto no te preocupes” (infantilización de la mujer).

        Amabilidad en el trato, asumiendo que así la mujer está en deuda hacia él (friendzone; la mujer debe responder a las expectativas emocionales o sexuales del hombre).

Venga, voy con otro concepto de este micromachismo muy mono, el friendzone.

FRIENDZONE

El término se refiere a una situación en la que un hombre tiene sentimientos afectivo/románticos por una mujer, pero esta solo está interesada en una amistad; le cae genial, le quiere mucho, pero no como relación de pareja.

Él siente que sus actos de generosidad, amabilidad o amistad deben ser recompensados ​​con amor o atención (eso le han enseñado en la cultura patriarcal) y no acepta esta decisión, por lo que empieza a menospreciar a la mujer porque cree dañada su masculinidad y la mujer pasa a ser “la mala”.

Además, la narrativa del "friendzone" minimiza, desvaloriza, menosprecia y deslegitimiza la autonomía emocional y romántica de la mujer para elegir sus propias relaciones, lo cual contribuye a la cultura de presión y relaciones poco saludables que pueden minar la autoestima de la mujer ¿Cómo? 


Vamos con ejemplos para salir de esta maraña de conceptos en los que muchas veces las mujeres no lo tenemos tampoco claro y "pagamos deudas" que no tenemos por esas "amabilidades de amigo especial".

FRIENDZONE

Se ignora el derecho de la mujer a decidir libremente sobre sus relaciones y no tenerse que sentir culpable, por lo que, a través de una presión psicológica (el hombre se sentirse ofendido o frustrado) y la culpabilización por "meterlo en la friendzone", quiere lograr sus intereses o dar lo que "se merece" a la mujer. 

“Como yo no vas a encontrar a nadie”

“Me porto bien contigo, no sé que quieres”

“Estás tonta, no sabes lo que te pierdes”

“Te creerás que vas a encontrar a otro que te quiera tanto como yo”

“No sé quién te crees que eres”

“Los demás te quieren sólo para sexo porque estás buena”

“Con ese carácter te vas a quedar sola”

“Eres una niñata que no sabes lo que quieres”

“A tus amigas/madre/padre les caigo genial, es una pena”

“Piénsatelo que vas a ser muy feliz conmigo, no te va a faltar de nada.”

"En tu vida te han tratado como te trato yo"


En fin, que los micromachismos dan mucho de sí, porque están por todos lados, los escondidos bajo amabilidades son muy caros de ver y si se ven, mucho más de entenderlos, pasando las mujeres que son capaces de verlos a ser calificadas de radicales o feminazis, y los hombres que también los ven, de mindundis o "amariconados". Hay que tener cuidado con los micromachismos con piel de cordero.