Pensamientos, palabras, obras y omisiones

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miércoles, 3 de enero de 2024

El empoderamiento y el empoderamiento de la mujer

Las cosas que tiene Eloisa

Hay matices que diferencian a las palabras "poder" y "empoderamiento", así que voy a indagar sobre estos dos conceptos.

Vamos a ver que nos cuentan que es el poder según la RAE: 

1. tr. Tener expedita la facultad o potencia de hacer algo.

Sin.:
  • valer.

2. tr. Tener facilidadtiempo o lugar de hacer algoU. m. con neg.

Sin.:
  • lograrconseguirobteneralcanzarpermitirse.

3. tr. coloq. Tener más fuerza que alguienvencerlo luchando cuerpo a cuerpoPuedo a Roberto.

Sin.:
  • vencerganardominarsuperarderrotar.

4. intr. Ser más fuerte que alguienser capaz de vencerloNo pudo CON su rival.

Sin.:
  • vencerganardominarsuperarderrotar.

5. intr. Aguantar o soportar algo o a alguien que producen rechazoU. con el verbo en forma negativa. No puedo CON sus impertinencias.

6. intr. Ser contingente o posible que suceda algoPuede que llueva mañana.

Y a ver que nos cuentan que es empoderamiento:

1. m. Acción y efecto de empoderar (‖ hacer poderoso a un desfavorecido).

Pues habrá que buscar qué es empoderar:

1. tr. Hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecidoU. t. c. prnl.

2. tr. Dar a alguien autoridadinfluencia o conocimiento para hacer algoU. t. c. prnl.

3. tr. desus. apoderar. Era u. t. c. prnl.

Bueno, esto ya aclara más que una cosa es tener la capacidad de  y otra que te den la capacidad de, pero en el caso de empoderar, si busco es reflexivo (cuando una/o ejerce la acción sobre sí mismo), no lo encuentro en el diccionario de la RAE, sin embargo, sí sé que tenemos la capacidad de empoderarnos sin esperar a que nadie nos empodere.

He encontrado otra definición de empoderamiento en el diccionario Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo de la Universidad del País Vasco, donde lo define como: 

"Proceso por el cual las personas fortalecen sus capacidades, confianza, visión y protagonismo como grupo social para impulsar cambios positivos en las situaciones que viven".

Y esto nos lleva a la pregunta ¿Qué es el empoderamiento de la mujer y por qué surge?

El empoderamiento de la mujer conlleva su participación en la sociedad a todos los niveles y en todos los sectores, con el reconocimiento de sus capacidades para contribuir en ella de manera que sea más igualitaria, justa y estable, colaborando a su desarrollo y progreso. 

Sencillo de entender, pero por lo visto, poco entendido por ciertas personas obtusas y retrógradas de la sociedad en la que se quiere contribuir a su mejora y desarrollo. 
Muy absurdo y muy cierto que cuesta dejar que la mujer ocupe puestos y cargos relevantes a nivel político, judicial, económico o social, como para poder cooperar y colaborar en la sociedad; parece ser que hay miedo a que las capacidades de otras diversidades quiten el poder a quien lo ejerce, que coincide que es el hombre a través del sistema social del patriarcado.

Os hago un copi/pega de un párrafo de Empoderamiento de las mujeres: conceptualización y estrategias- PDF del año 2006:

  • Algunas autoras han destacado la fuerte conexión entre empoderamiento y redistribución del poder. Así, para Batliwala (1997), el empoderamiento es el “proceso de desafiar las relaciones de poder existentes y obtener un mayor control sobre las fuentes de poder… (y) se manifiesta como una redistribución del poder, ya sea entre naciones, clases, razas, castas, géneros o individuos”. Gita Sen (1993) ha definido el empoderamiento de las mujeres como la “alteración de las relaciones de poder… que constriñen las opciones y autonomía de las mujeres y afectan negativamente su salud y bienestar”, en tanto que Johnson (1994) considera que “aunque las mujeres pueden empoderarse a sí mismas al obtener algún control sobre los diferentes aspectos de su diario vivir, el empoderamiento también sugiere la necesidad de obtener algún control sobre las estructuras de poder, o de cambiarlas”. 

Bueno, pues ya tenemos enlazados las dos palabras; poder y empoderamiento, lo que da idea del por qué los que tienen el poder  no quieran soltarlo y ese recelo al empoderamiento de la mujer. Este colectivo que tiene el poder se olvida de algo: el beneficio individual y colectivo que viene de la mano del empoderamiento de la mujer.

El proceso de empoderamiento de las mujeres- Guía Metodológica- Investigación realizada por el grupo de trabajo "Género y Indicadores" de la Comisión de Mujeres y Desarrollo.

Ahora que sabemos que perder el poder no gusta a un tipo de masculinidad patriarcal, la masculinidad hegemónica, voy a escribir sobre varios tipos de poderes para la reflexión y que podamos ver en que poder nos colocamos unas y otros.

El poder sobre-

Este es el que domina y quiere subordinados bajo la creencia de que los demás son inferiores y de menor valía. Es un poder asimétrico, de control, opresor y de sometimiento de alguien sobre alguien, y en el patriarcado, con su masculinidad normativa, de un hombre sobre cualquier otro hombre al que crea inferior (raza, posición social, economía,...) y por supuesto sobre todas las mujeres sea cual sea su condición.

Relaciones de poder y asimetrías de género

El poder de-

Este tipo de poder implica tener capacidad para solucionar, crear, hacer, tomar decisiones, ... Implica la capacidad de acción, capacidad relegada al ámbito privado en la mujer, impidiendo el acceso a la cultura o a las herramientas que permitieran desarrollar sus capacidades. Es este el tipo de poder cuando hablamos de empoderamiento en general y de empoderamiento de la mujer por ser esta la que más ha estado sometida al hombre.
Se les ha negado también a los hombres con otro tipo de masculinidad diferente a la que marca el patriarcado (raza, orientación sexual, estatus social, etc.), pero la mujer ha estado, por ejemplo, por debajo de la raza negra a la hora de conseguir el poder de, ya que en su momento, la abolición de la esclavitud y el derecho al voto de los negros se consiguió mucho antes que el derecho de las mujeres a votar... Que por cierto, una vez conseguido el voto, se siguió con el modelo patriarcal entre los hombres negros pese a haber sufrido ellos la discriminación por su color de piel. Ya se sabe, la jerarquización del poder que hace que de forma generalizada (siempre hay excepciones), los hombres se sientan superiores y tengan que tener a alguien por debajo para practicar el poder sobre.

Por eso es tan importante dar la oportunidad de empoderarse a aquellas y aquellos que la sociedad patriarcal quiere mantener por debajo y bajo su dominio, no es ninguna coincidencia que la mujer esté por debajo del hombre que está por debajo.

El poder con-

Este poder es el solidario, el de la cooperación, el capaz de organizarse para defender objetivos comunes, que bien pueden ser para adquirir los derechos individuales y los colectivos, tanto a nivel social, laboral, político,...
Es un tipo de pode no excluyente y sí negociador, porque lo que pretende es adquirir la fuerza grupal creando sinergias (como dice la Gestalt, el todo es más que la suma de sus partes).
sinergia
 
Del lat. cient. synergia 'tarea coordinada', y este del gr. συνεργία synergía 'cooperación'.

1. f. Acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales.

Sin.:
  • concurrenciacoordinaciónconcurso.

2. f. Biol. Concurso activo y concertado de varios órganos para realizar una función.
Sinónimos o afines de sinergia concurrenciacoordinaciónconcurso.

El poder interior-

Con este poder se consigue el empoderamiento personal; de ahí se parte para conseguir el poder con y el poder de. Es el que deriva de la imagen que tenemos de nosotras/os mismas/os, es la autoestima y seguridad con la que nos miramos, es esa fuerza psicológica y emocional con la que podemos hacer frente a muchos de los problemas de vida que se nos presenten. El poder interior nos da esa fuerza para hacer cosas que si no lo tenemos nos podríamos; nos capacita, no deja crear soluciones, no deja comprender de otra manera muchas circunstancias y nos quita miedos para poder salir de ese malsano poder sobre.
Cultivar la inteligencia intrapersonal nos dará ese poder interior necesario para no estar donde no queramos, no hacer lo que no queramos, decir no cuando no queramos y empoderarnos sin sentirnos culpables por ello.

Importantísimo el empoderamiento de la mujer para impulsarla, para que agarre sus capacidades y con ellas haga lo mismo que cualquier hombre, …. lo que quiera y no lo que la dejen. 

Importantísimo para ella, para no dejar que la agredan ni físicamente, ni económicamente, ni psicológicamente, ni sexualmente, ni de ninguna otra forma que se le ocurra al hombre.

Importantísimo el empoderamiento de la mujer para la sociedad, porque el aporte que ofrecen sus capacidades beneficia a toda ella; a hombres, mujeres y cualquier persona excluida actualmente por pertenecer a colectivos no reconocidos o desvalorizados.

Importantísimo el empoderamiento de la mujer para conseguir la igualdad efectiva en esta sociedad, entre hombres y mujeres y entre cualquiera, porque es la mujer y a través de su esfuerzo, la que ha conseguido los avances sociales para que las cosas vayan cambiando. Después se han unido muchos hombres  con otro entendimiento de lo que es la masculinidad normativa, pero las impulsoras de los cambios, las mujeres. 

Empoderarnos es querernos, es valorarnos, es sentirnos capaces y que valemos, es hacer y no esperar a que nos dejen hacer, es ocupar nuestro sitio en la sociedad en todos los ámbitos y no sólo en el doméstico como mujeres. Sí, ya sé que hoy en día las mujeres trabajamos, pero seguimos haciéndolo mayoritariamente en casa también, ateniendo en los cuidados familiares a hijas e hijos, a madres y padres y a quien hace falta.

Seguimos ocupando de forma minoritaria cargos de poder ejecutivo, legislativo y judicial. En las empresas importantes y con influencia económica también seguimos en minoría, nuestros puestos de trabajo son más precarios y en muchas ocasiones de complicada conciliación familiar, por lo que recurrimos a trabajos de menor horario o bajo cuerda para poder cuidar y tener pequeños recursos económicos, lo que implicará en nuestra vejez menor economía para subsistir. Sí, la pobreza feminizada es una realidad estadística muy presente hoy en día, por eso tenemos que empoderarnos socialmente, por eso tienen que existir las medidas positivas en las empresas públicas y privadas... y no es un privilegio, es la recuperación de un derecho denegado durante generaciones, el derecho a tener presencia en el ámbito publico atesorado por los hombres y vetado para las mujeres.

Los hombres de hoy en día no son culpables de lo que han hecho los hombres de generaciones anteriores, pero sí son responsables de lo que hacen ahora. Son responsables de no ejercer el reconocimiento a las víctimas del sistema patriarcal hegemónico, responsables de apoyarlo por ejercerlo ahora o por consentirlo y no participar en el cambio.

Ejercer el reconocimiento de responsabilidades del sistema patriarcal donde vivimos y en ese reconocimiento, apoyar y aplicar los cambios sociales, políticos, económicos y etc.,  que hagan falta para llegar a la igualdad de mujeres y hombres, y yo añado que por ende, a la igualdad de cualquier persona.

Hay unas leyes y normas que nos da un marco legal, hagamos que se cumpla, pero eso sólo no vale, si no hay un respaldo social para que cambie, será un camino muy largo, tan largo que sigue hoy en día porque el hombre no quiere soltar su poder y es la mujer la que tiene que ir cogiéndolo y para ello necesita creérselo, necesita que la formen y la den las herramientas para desechar creencias que ha aprendido desde niña y que la han hecho pensar que su sitio está por debajo del hombre. Necesita el empoderamiento negado y la sociedad lo necesita ya y sin esperar a mañana ¿Por qué? Porque hoy en día la cultura patriarcal mata, ejerce la violencia machista, abusa y ningunea a la mujer. No es el pasado, es el ahora y las estadísticas no mienten (no dicen toda la verdad porque son sólo la punta del iceberg).

Violencia machista en 2023: el año cierra con 55 mujeres asesinadas, seis más que en 2022. También han sido asesinadas dos niñas. Solo en 14 de los 55 feminicidios, había denuncia previa. 

La APIF pide medios para frenar "el horrible escenario" de violencia machista y vicaria: 54 mujeres han sido asesinadas en 2023- Exige un acuerdo de Estado que ponga en el centro la protección de las víctimas. APIF es la Asociación Profesional Independiente de Fiscales. 

5o niños y niñas víctimas mortales de la violencia de los hombres sobre sus exparejas desde 2013; se cuenta desde ese año porque fue el primer año en el que se empiezan a poner en estadísticas estos crímenes de violencia vicaria


Imagen extraída del archivo PDF, Notas de prensa INE relativas a los datos del año 2022

EloisaOstaHermosilla-Lascosasquetieneeloisa


BOE Igualdad de Género- en este enlace tenéis todas las leyes estatales y europeas, con las normativas específicas por materias (educación, defensa y seguridad, deportes, comunicación y sociedad de información, etc., etc., etc.) 

Otras fuentes:

La autonomía de las mujeres; un desafío social y un compromiso individual-  conferencia de dos mujeres, Clara Coria, psicóloga, escritora e investigadora en género y Susana Covas especialista en género y equidad (1h 21minutos).

Empoderamiento femenino: la lucha que debe unir a hombres y mujeres- OXFAM Intermon

¿Por qué es importante el empoderamiento de las mujeres para el desarrollo? 

Empoderamiento económico- ONU mujeres

La igualdad es un buen negocio

Empoderamiento de la mujer: qué es, definición, principios, tipos y ejemplos- Responsabilidad Social Empresarial y Sustentabilidad

¿Por qué es importante el empoderamiento de la mujer? 

El argumento económico en favor de empoderar a las mujeres- Fondo Monetario Internacional

Objetivo 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas

¿Por qué el empoderamiento femenino beneficia a todos?- apolitical

Por qué la palabra empoderar se empieza a atragantar- curioso artículo del 2022 que habla sobre la degradación del verbo empoderar por su sobreutilización a varios niveles, entre ellos político y comercial. 
Con lo poderoso que es el verbo empoderar/se, lo están desempoderando. Una lástima porque luego pensamos que el empoderamiento y el empoderamiento de la mujer son pachangadas, algo que viene muy bien a cierto sector social para desprestigio de las peticiones de igualdad, equidad y honestidad con la mujer. El no empoderamiento de la mujer conlleva pasar por situaciones como la de una historia vivida en si llega el momento.

Es curioso lo que a muchas mujeres nos pasa aún sabiéndonos libres, empoderadas, fuertes, preparadas, solventes, decididas,... feministas; seguimos los roles y estereotipos aprendidos desde pequeñas y que para más guasa, son los que odiamos, no nos gustan, luchamos contra ellos ¡Ese tan odiado C.V. oculto que toda feminista lleva dentro! 
El empoderamiento de la mujer nos ayuda a no caer en las mismas pautas de conducta que las mujeres de generaciones pasadas, sin embargo, ninguna estamos exentas de ello, y si no, mirar el siguiente vídeo que es para troncharse de risa y a la vez para echar a llorar por vernos reflejadas en más de una actitud de las que relata tan acertadamente esta mujer.
La feminista blandengue- Ana López Segovia de la compañía teatral Las niñas de Cádiz, en el carnaval de Cádiz 2024
 

domingo, 31 de diciembre de 2023

Las otras masculinidades

eohpoesía

Hace años que hay hombres que hablan de ello y practican otra manera de ser hombre; viven en otra masculinidad diferente a la aprendida, porque masculinidades diferentes hay hace años, pero es cierto que aún quedan hombres que no quieren vivir en las otras masculinidades, o que lo hacen no soltando los privilegios de su condición de hombre en una sociedad como en la que vivimos.

La masculinidad hegemónica o normativa o tradicional o convencional es la que ha dominado y domina; es la impuesta por el sistema patriarcal, que supedita la vida (desde que se nace) a unos seres que biológicamente han nacido con unos cromosomas que los caracterizan como "machos" y también la de otros seres con una identidad biológica que las define como "hembras". Total, que nos supedita y condiciona a todas y a todos desde la infancia.

La masculinidad hegemónica simboliza el poder sobre todo lo que no sea como ella, es decir sobre cualquier ser. Yo, en mi profunda ignorancia, la comparo (para entenderla en sus mecanismos de absurdez), como cuando algunas personas defendían la supremacía aria (esa supuesta raza superior). A mi entender es la desigualdad social en estado puro, la discriminación potenciada, la exclusión de las personas, la segregación que produce injusticias sociales y la muerte de inocentes.

Yo creo en la igualdad entre las personas y la masculinidad normativa es todo lo contrario, porque además, es excluyente de casi todo el mundo, porque dar el perfil no lo da cualquiera y en el afán de darlo, muchos hombres se pierden y los daños alcanzan a todo su alrededor y más concretamente a las mujeres que según su ideología, son unas subordinadas del hombre. Este tipo de masculinidad a conseguido la hegemonía a través de la cultura, las instituciones y inducción a creer en ella.

Persuadir es el verbo del que se ha valido la masculinidad doliente de este tipo; estamos persuadidos desde la infancia hacia sus ideas, creencias, conceptos y normas.

PERSUADIR- 

Del lat. persuadēre.

1. tr. Inducirmoverobligar a alguien con razones a creer o hacer algoU. t. c. prnl.

Sin.:
  • convencerinclinarseduciratraerincitararrastrarimpulsar.
Ant.:
  • disuadir.
Desde pequeñas/os nos han inculcado una ideología y muchas/os, nos la hemos creído como verdadera, así que, desaprender lo inculcado, es tarea difícil que requiere tiempo y ganas, algo que no todo el mundo está dispuesto a conceder para cambiar esta sociedad. 
A nadie le gusta no estar aceptado por su entorno y el sambenito de inadaptado (con todo lo que conlleva), está presente en nosotras y nosotros desde la infancia. No es fácil ser distinto al resto, no es fácil salirse de la norma y sobre todo si la norma es la impuesta por quien tiene y ejerce el poder desde siempre y con ello, hay una normalización de situaciones y conceptos erróneos. 

Me ha venido a la mente la esclavitud y su "normalidad" en su tiempo; salir de ella costaba la vida y quedarse bajo ella, también. Aunque hoy en día aún hay personajes que defienden la esclavitud, la lucha y la vida de muchas personas negras han conseguido su abolición. No veo el momento en el que la masculinidad normativa hegemónica sea abolida, aunque hoy en día sea la que tiene el poder económico, ejecutivo, legislativo, judicial, social, …

Las masculinidades cómplices son las que aunque no tengan el poder, consienten, no se oponen y perpetúan la masculinidad normativa. Entre este grupo de hombres y el de mujeres que se conformaron con su estatus de subordinadas, aceptándolo con sumisión como las habían enseñado desde pequeñas, son las/os que han dado a la masculinidad absurda y obsoleta su estatus de poder, su puesto jerárquico encima de todo lo demás, y que permanece hasta nuestros días de una forma no tan visible como hace siglos, pero igual de influyente aunque esté enmascarada.

Ha habido cambios sociales y normativos; hay leyes orgánicas específicas que protegen la igualdad de mujeres y hombres, pero aún es cierto que las normas del sistema organizativo que se llama patriarcado, está muy presente a nivel mundial y la igualdad efectiva de mujeres y hombres, aún tiene que evolucionar y crecer. 

Desde los años 80 del pasado siglo se están haciendo estudios y más estudios de si denominar masculinidad hegemónica es correcto y sobre qué decir sobre las otras masculinidades, pero lo que sí es evidente, es que hay formas de relacionarse diferentes entre los hombres entre sí y entre los hombres y las mujeres, lo mismo que están cambiando las relaciones de mujeres entre sí y de mujeres con los hombres. No sé como hay que denominar estas nuevas relaciones (o no nuevas, si no distintas a la normalidad anterior), pero la realidad es que existen. Digo que han cambiado las relaciones y no me refiero al plano sexual, que también, me refiero a cómo nos vemos unas/os a otras/os y cómo nos juzgamos o no en nuestras diferentes masculinidades y feminidades.

Antes una mujer se casaba y su propio entorno la obligaba a estar hasta que la muerte la separara de aquel marido, fuera buena gente o no lo fuera. 
Si iba donde su madre a decirla que no era feliz, o que su marido la pegaba, la madre la mandaba de vuelta a casa con él (hablo de hace nada, de la generación de mi madre), porque era así y así había que acatarlo. En la siguiente generación, que fue la de las primeras separaciones, lo que decían a la mujer que ya se planteaba separarse del marido, era que por qué y para qué,... que si el hombre no andaba con mujeres, no bebía, no jugaba o que no te pegaba, que haber qué querías (había que conformarse si cumplía con 4 de los 12 los básicos). Todo evoluciona y hoy en día una madre no le dice a su hija que se quede en casa con su marido hasta que una se muera, sea feliz o infeliz; entre mujeres hay otra comprensión de las situaciones de desigualdad.

Entre los hombres también ha habido una evolución; parece que no, porque quizás el cambio no es lo suficientemente rápido para las necesidades sociales, de lo que se supone que es una sociedad avanzada y moderna, progresista e igualitaria, pero por poner un ejemplo soez, los padres o los tíos ya no llevan de putas a los niños para que pierdan la virginidad y se hagan unos hombres (o por lo menos no tanto, espero). Ya no tratan de maricones a los hombres que hablan de emociones, que limpian la casa o pasean a sus hijos mientras su mujer queda con las amigas (o por lo menos no tanto, espero), los hombres ya piden la custodia compartida por el bien de las hijas y los hijos y pagan en muchos casos la pensión alimenticia de sus hijas/os responsabilizándose de su paternidad (o por lo menos, espero). 

Ya hay muchas clases de masculinidades y también de feminidades, … y ¡menos mal!, aún así, no hay que perder de vista que incluso la generación de la nueva chavalada viene creyendo de nuevo en la superioridad del hombre ejerciendo las desigualdades, jerarquizando las masculinidades y por supuesto creyendo que son superiores a la mujer. La verdad es que es algo preocupante que aún no hayamos superado esa lucha y esa violencia por tener el poder.  Es preocupante que no seamos capaces de compartir el poder o simplemente que nos tratemos de forma igualitaria y no marginal por el hecho de no pertenecer a ese "grupo selecto de hombretones" que dan el perfil de la masculinidad hegemónica.

Es cierto que ha muchas personas les ha pillado este paso de baile con el pie cambiado y ya no saben como seguir bailando, pero es que este baile igualitario no consiste en una coreografía única que hay que hacerla como otros/as han coreografiado, hay que hacerla disfrutando de la música bailando como una/o quiera y le nazca, sin pisar o empujar a quien tiene al lado. 
Hay que aprender unos pasos sí, unos pasos básicos como son el respeto, la empatía, la solidaridad, las emociones básicas, la asertividad, la autoestima, sinceridad, gratitud, nobleza, humildad, gestión de conflictos, … y bailarlos luego como se sienta en la rueda de la vida.

Las masculinidades y las feminidades son la forma de interrelacionarse socialmente en un gran baile, por lo que pueden variar dependiendo de dónde sea la fiesta (contexto social específico). Son los hábitos, usos y costumbres en los colectivos, sociedades o instituciones (los pasos básicos aprendidos), y como este contexto social va cambiando, también van cambiando las formas de relacionarse. 
No hay que olvidar que no se nace con una masculinidad o feminidad determinada en los cromosomas; no es un rasgo genético como los ojos azules, es una construcción social que se nos va inculcando. Antes era a través de la familia, el entorno social y el colegio, posteriormente se añadió la televisión y hoy en día, esta manera de aprender está ampliada con las nuevas tecnologías que ya usamos muchas personas y sobre todo la juventud.

He leído un matiz que hizo algún entendido y estudioso de las masculinidades y de la masculinidad hegemónica en concreto, que matiza que la hegemonía puede ser externa (ejercida hacia las mujeres) e interna (ejercida hacia los propios hombres). Dentro de esta hegemonía interna es donde se encuadra otra masculinidad, la masculinidad subordinada o marginada. 
No sé, yo creo que  a estás masculinidades no se le pueden atribuir unos atributos determinados y no cambiantes, porque a lo largo de la historia han existido hombres que ejercen el poder sobre otros hombres y sobre las mujeres, y dependiendo de que época sea, sus rasgos característicos han sido y son  diferentes. 

Ha habido ( y hay) hombres subordinados a otros hombres que no hay hecho nada para cambiarlo, como también ha habido (y hay) hombres que no han querido permanecer subordinados a otros hombres y han luchado por ello, pero mientras, si querían tener a las mujeres subordinadas. Decir que también ha habido (y hay) hombres que se han revelado a permanecer subordinados y que jamás han querido eso para las mujeres de su entorno. 

"La idea de que nos vean débiles, como una nenaza, a ojos de otros chicos, se remonta a la más temprano de nuestra infancia y nos persigue durante toda la vida. Demostrar a otros niños que no somos nenazas, que no somos mujeres, que no somos gay, … la noción de masculinidad que hemos creado, no permite que los niños pequeños se sientan seguros en su propia masculinidad, les obligamos a demostrarla constantemente".

La noche temática- La máscara con la que vivimos- documental de 55 minutos de gran interés para ver entero; desde el inicio nos refleja la presión social en la que los niños tienen que vivir para sujetar una masculinidad normativa y tradicional e intentar que en ellos siga siendo hegemónica.

La mente se me ha ido a pensar en la antigua cultura espartana, que ahora la vemos como una aberración porque ya no llegamos a esos extremos. Estoy segura que (no sé cuando), la sociedad patriarcal se verá igual de aberrante. 

Por resumir, la sociedad espartana se caracterizaba por ser una cultura de la guerra y por ello, matar a los bebés débiles sin miramientos; el infanticidio que ahora es delito, era lo habitual, como quien mete a una camada de perros o gatos en un saco y los echa al río porque no le sirven y le sobran. La vida de un bebé enfermo, deforme o débil no valía nada de nada y a los niños que sí valían por nacer sanos, a temprana edad se les separaba de la familia con el único fin de instruirles para la guerra y quien no era suficientemente fuerte, se moría en el sufrimiento del intento y tampoco pasaba nada. La realidad es que padres y madres lo aceptaban y muchas/os hasta estaban orgullosas/os de sus futuros hombres espartanos violentos y nacidos para la guerra, pero ... ¿creéis que no habría alguna/o que no estuviera de acuerdo con ello y por miedo social no hizo nada?

¿Cómo eran las costumbres de los espartanos?-  artículo de el periódico El Correo

Hoy en día nos parece inhumano, cruel, despiadado, brutal y sanguinario; pues bien, el patriarcado hoy en día sigue provocando la muerte de niños y niñas, de mujeres jóvenes, adultas y mayores; el patriarcado con su masculinidad hegemónica y normativa que conlleva el machismo, TAMBIEN MATA. también hace sufrir, también hace que esta vida para muchas y muchos sea un infierno, además de una guerra infinita.

Me voy a salir del plano correcto y voy a decir una frase de mi difunto padre … ¡Mierda en un bote grande! Sí, mucha mierda para esta sociedad patriarcal que obliga a los niños a ser lo que no quieren ser e impide a las niñas ser lo que quieren ser. 
Mierda para estas normas sociales que hace que unos niños se conviertan en maltratadores y que unas niñas se conviertan en aceptadoras de los maltratos y a otros niños y niñas en consentidores/as del maltrato. 
Mierda para la sociedad patriarcal que convierte a algunos niños en violadores y asesinos y a unas niñas en objetos de deseo y en cadáveres. 
Mierda en un bote grande para el patriarcado que hace de niños y niñas personas adultas infelices, inseguras, insatisfechas, dependientes, narcisistas, abusivas, violentas, víctimas, intimidadas, culpabilizadas, controladas, persuadidas, ninguneadas, irrespetadas, … nosotras y ellos, todas y todos salimos perdiendo si no nos enseñan desde pequeñas/os a ser libres de ser quien necesitemos y queramos ser, sin subordinar a nadie y sin ser subordinadas/os.

En este enlace sobre el patriarcado, tenéis otro enlace a un documental titulado "El machismo mata"; os lo recomiendo porque sale un hombre maltratador en rehabilitación impuesta judicialmente por maltrato a su pareja, que explica muy bien que él, si lo piensa de cabeza, entiende que lo que hace no está bien, pero que luego su aprendizaje social como hombre, le lleva a reaccionar de una forma machista y violenta. Le enseñaron a vivir en una masculinidad agresiva hacia la mujer, masculinidad maltratadora y desigual, masculinidad hiriente hacia la mujer, masculinidad mal entendida y equivocada, masculinidad patriarcal, hegemónica, normativa, … aquí le voy a dar de nuevo otro "mierda en un bote grande" para esta masculinidad normativa que destruye y en la que nos han persuadido vivir.

Hoy en día muchas personitas y personas creen que han nacido en el cuerpo equivocado porque socialmente no son aceptadas en su sentir, porque la sociedad donde viven les ha dicho que han nacido en un cuerpo X o XY y se tienen que comportar con los rasgos, roles y estereotipos que marca como X o XY ¡Pensar que estás en un cuerpo equivocado! ¡Es tremendo! Tenemos que vivir en el cuerpo que nos haya tocado toda la vida y lo odiamos y maldecimos, lo consideramos equivocado. ¡Puf!, un boleto para la insatisfacción existencial para toda la vida y que conlleva a que muchas y muchos jóvenes y personas adultas se quieran hormonar de por vida y entrar en operaciones quirúrgicas que las van a condicionar de por vida sus cuerpos y su salud. 
Con lo fácil que sería que cada una/o, independientemente del cuerpo que tenga, se sienta buena gente en él y listo; luego ya decidirá quién le gusta para tener al lado en su vida, al margen de si se puede procrear o no, de si es pecado o no, de si es lo normal o no, de si …

Pero, ¿hay otras maneras de vivir y sentir que no sea como dice el patriarcado y sus normas sociales? 

Sí, sí la hay, rotundamente sí hay,  y cada vez más mujeres y hombres, con otras feminidades y masculinidades, nos vamos dando cuenta de ello; ya no vivimos con las mismas ataduras de hace tan solo 50 años, hemos progresado y aumentado las posibilidades de vivir de forma igualitaria, sin superiores ni inferiores por nacer biológicamente diferentes.

Hay otras masculinidades que existen y que no tienen miedo ni a la igualdad ni al empoderamiento de la mujer, que lo creen justo y necesario como resarcimiento social merecido por las generaciones que han estado relegadas a un puesto de ser inferior. Que no ponen peros a las medidas positivas para que puedan acceder a puestos de mando a todos los niveles porque creen en ellas, porque saben que será en beneficio de una sociedad más equitativa, igualitaria, progresista social y económicamente, además de justa para todas y todos. Estas otras masculinidades creen en el poder con y no en el poder sobre, creen en el poder de hacer y en el poder interior tanto de hombres como de mujeres.

No es tan difícil de entender querer vivir en una sociedad donde nadie sea dueño de nadie, donde nadie esté encima de nadie y menos ejerciendo violencia, donde el hecho de nacer macho o hembra, blanco o negro, en pueblo o en ciudad, etc. no defina qué somos y quiénes somos. Se puede y debe vivir en una sociedad donde la masculinidad hegemónica no domine y subordine a otras masculinidades y a otras feminidades, es decir, a otros hombres y mujeres, … es decir, a otras personas hayan nacido en el cuerpo que hayan nacido y dónde hayan nacido.

Las otras masculinidades existen y las otras feminidades, también. Este camino para la igualdad ya no tiene vuelta atrás, aunque a veces ocurran los atrincheramientos por miedo a un futuro diferente (sobre todo por parte de quien tiene el poder, el patriarcado), el tiempo corre a favor de una nueva convivencia, de una nueva forma social de coexistir; seamos pues, parte activa de ello y no palo en las ruedas de este carro que nos lleva a ser más felices, igualitarios e equitativos como sociedad. Seamos parte del cambio y no nos quedemos con un "yo soy así, yo ya no tengo que aprender ni cambiar nada" o un "si ya han cambiado las cosas, no tengo que hacer nada más".

¡Cuidado, cuidado, cuidado! Qué la situación social vaya cambiando a favor de la igualdad de mujeres y hombres, no significa que ya esté cambiada; seguimos sin partir del mismo punto unas y otros, a pesar de que ya existen hombres con valores humanos igualitarios, que brindan relaciones igualitarias y más sanas, hay mucho aún que avanzar entre todas y todos.

Hoy en día está normalizado que un hombre limpie, cambie pañales, haga la compra o cuide a su madre, capaces ya de expresar sus emociones, que rechazan la violencia y que reconocen que si existe la violencia hacia la mujer e incluso acuden a las manifestaciones en apoyo hacia ellas, etc., todas estas acciones eran impensables en la mayoría de los hombres de generaciones precedentes y de unos cuantos de hoy en día, pero .... sí, hay un pero. 
Estamos haciendo la comparativa con otros hombres y como dice Jokin Azpiazu Carballo (sociólogo, profesor de la UPV y autor del libro "Masculinidades y feminismo"), se ve una mejora porque se da una comparativa desde el hombre y con una mirada masculina. Propone que estas nuevas formas de relacionarse son adaptaciones del patriarcado porque el machito machista amazacotado ya no se lleva, pero sin embargo el trasfondo es el mismo: “están tomando caminos distintos para conseguir los mismos efectos que antes”.

En su libro dice: "Medir la transformación del modelo masculino por comparación con otros hombres, lo lleva más a condenar y a separarse del modelo por el que no se sienten representados, que de cuestionamiento y cambio del propio, con lo que fácilmente se llega a un grado alto de autocomplacencia y sobrevaloración de logros". Aquí lo dejo para el análisis personal.

Mi reflexión va en la línea de pensar qué ocurre y lo que ocurre es que este sistema patriarcal con su mandato de masculinidad es tan potente, que cualquier cambio , como supone una aberración para él, transmite exageradamente que es más que suficiente e incluso que es demasiado porque no beneficia.

Me he imaginado al patriarcado engullendo a sus hijos e hijas, que es al fin y al cabo lo que hace, utilizar la violencia contra toda persona que no esté en línea con sus criterios y engullirla sin miramientos, sin empatía, sin remordimiento. Si nos diéramos cuenta de que el daño va en todas direcciones y que los que creen que se están librando por ejercer la heteromasculinidad patriarcal, no se libran, quizás demos pasos más grandes. El monstruo es el patriarcado asentado hasta la médula y creer en la igualdad y defenderla es un buen y gran paso, pero no es el único paso; practicar el estudio de qué significa el patriarcado y apostar por la autorreflexión de en qué le estamos siguiendo el juego es transcendental.

Hay hombres que han evolucionado de su inicial sociabilización patriarcal, por lo cual ya tienen parte del trabajo de igualdad hecho y ya se sienten satisfechos con ello, es decir, han logrado no ser como los hombres de las generaciones precedentes o como alguno de los "Torrentes" actuales y es todo un logro para ellos. Es ya su avance en comparativa con la masculinidad hegemónica
Efectivamente, hacen labores del hogar, colaboran en la crianza y en los cuidados de personas mayores de la familia, apoyan las causas de las mujeres, practican habitualmente el lenguaje inclusivo y detectan su no uso, no utilizan las groserías hacia la mujer, etc., … tienen el convencimiento que, aunque tengan alguna actitud machista por educación porque es inevitable, en la comparativa con el machismo existente y más con el que existió, aventajan y son claros triunfadores, por lo que cuestionarles su feminismo o cuidado hacia la igualdad, se convierte en una clara ofensa.   

Pero, ¿Qué les ocurre a algunos hombres con actitudes externas en favor de la igualdad de género a la hora de relacionarse con la mujer en el tú a tú de a diario? ¿Por qué mantienen el poder jerárquico en las relaciones con nosotras en la vida cotidiana? Es evidente que la socialización recibida tanto por hombres como por mujeres es la responsable de que unos se coloquen en el escalón de arriba y otras peleen por no estar en el escalón de abajo. 

Pequeños apuntes de esta socialización jerárquica:
  • Generalmente, su criterio prevalece frente a la opinión de la mujer, aunque hagan algunas concesiones que reafirman su autocomplacencia y sobrevaloración de logros en el campo feminista.
  • Siguen ocupando más espacios; aparte del espacio social, han entrado en el familiar o en el de los cuidados de nuevo haciendo valer su criterio en cuanto cómo hacer o cómo cuidar.  
  • Siguen menospreciando a través del ignorar muchas de las actuaciones de la mujer, porque ellos realizan ya en lo cotidiano otras más importantes.
  • Mantienen su espacio personal/relacional a la vez que siguen reclamando parte del de la mujer si esta se los toma igual que él (no todo porque si no se sentirían machistas, algo que ya consideran incorrecto).
  • Predominan sus intereses y sus deseos a través de mecanismos más sutiles que una bofetada o un "tu te callas que aquí mando yo" (a través de los famosos micromachismos), y precisamente por ser más sutiles son más difíciles de detectar por ellos, por lo que la autocomplacencia en el campo de la igualdad sigue intacta.
  • Tienden a explicarnos todo porque siguen pensando que nos sabemos entender o hacer por nosotras mismas y sin ayuda.
  • Cuando la mujer comparte una experiencia, también la tendencia de alguno de estos hombres es darle soluciones aunque no se hayan pedido y la mujer esté sólo comunicándose; siguen en la creencia de poder solucionar lo que ellas no pueden.
  • Algunos de ellos prefieren mujeres con la estética que dictan los estereotipos de belleza femenina; sensuales (típico 90-60-90), permanentemente jóvenes, labios carnosos, pelo largo, etc.
  • Continúa la autoridad sobre las mujeres y el derecho de disponibilidad, de manera más solapada (volvemos a los micromachismos).
  • En las relaciones se consideran en posesión de la razón, la verdad o la objetividad, atributos considerados masculinos. 
  • Corregir de forma reiterada la manera de hacer algo, aunque el resultado vaya a ser el mismo.
  • Atribución culposa a la mujer ("me distraes", "eso te pasa porque exageras", "haces un problema dónde no lo hay", "se me hace tarde; es que me hablas y me lías", "no, si la culpa la tendré sólo yo",  …).
  • Tomar decisiones sin consultar y dirigir la situación o lo que haya que hacer de forma unilateral, tratando a la mujer más como subalterna a su servicio, que compañera con la que negociar.

Masculinidades y feminismo- Pikara Magazine- Entrevista a Jokin Azpiazu Carballo

Jornadas intervenir con hombres- Ponencia de Susana Covas

Hombres con valores igualitarios- Ministerio de Igualdad

La publicidad y la salud de las mujeres- Instituto de la Mujer

Los micromachismos, según Luis Bonino Méndez son "Una forma solapada de violencia de género que incluye estrategias, gestos, actos de la vida cotidiana que son sutiles, casi imperceptibles, pero que se perpetúan y transmiten de generación en generación". 

"Aun los varones mejor intencionados los realizan, porque están fuertemente inscritos en su programa de actuación con las mujeres. Algunos micromachismos son conscientes y otros se realizan con la "perfecta inocencia" de lo inconsciente". Luis Bonino Méndez

Micromachismos, la violencia invisible en la pareja-Luis Bonino Méndez PDF

Los varones ante el problema de la igualdad con las mujeres- Luis Bonino Méndez (2002) PDF-

Todo avance es bien recibido, toda modificación de conductas es bien recibida, toda identificación de conductas contrarias a la igualdad de hombres y mujeres es un paso más dado; en este sentido según encuestas, los hombres son más optimistas que las mujeres, igual es porque cuando dejas de tener ciertos privilegios (los hombres) parece mucho más que cuando sólo has adquirido unos cuantos de todos a los que tienes derecho (las mujeres).

Los hombres, más optimistas sobre la igualdad

Queda mucho por lograr, pero yo, aún siendo mujer, quiero ser optimista ¡Esto va para delante, queramos o no, aportemos o no! Tú decides dónde colocarte, porque la masculinidad hasta ahora hegemónica no funciona bien; provoca la superioridad de un 20% sobre el 80% (aplicando la ley de Pareto), y no sé tú pero yo fijo que estoy en ese 80% que tiene una vida consecuencia de que ese 20% domine la sociedad donde vivo., y sabes, yo no quiero eso ni para mí, ni para las futuras generaciones.

En este concepto de las otras masculinidades, trabaja hace años un argentino Lucho Fabri, al que he leído un par de conceptos que me ha gustado. Una es dejar de ocuparse en catalogar al hombre  si es feminista o no, porque lo importante es lo que hace en sus relaciones cotidianas y en los espacios de socialización masculina. 
La otra es que, hablando sobre las políticas públicas sobre masculinidades, que hacían falta porque en las políticas públicas de genero que hay están dirigidas a mujeres o personas con diversidad sexual, y ellos sólo como personas que ejercen la violencia machista. 
Se necesita integrarles porque todas y todos somos integrantes de las relaciones y si queremos que se modifiquen, habrá que dar herramientas para ello a mujeres y a hombres, por ejemplo a nosotras con talleres de empoderamiento y a ello con talleres de otras masculinidades.

Sin desperdicio lo que piensa y transmite Rita Segato sobre el papel que en suerte le ha tocado al hombre en este juego del patriarcado (o al menos lo que yo la he entendido en lo que la he escuchado y leído). El hombre aparte de ser verdugo también es víctima; no se trata sólo de que modifique hacia la mujer su tipo de masculinidad aprendida, es que la modifique para con los hombres mismos y conseguir una sociedad mucho más plural donde entremos todas/os, porque en la que está montada, acabaremos no cabiendo nadie.
eloisaostahermosilla

Contra-pedagogías de la crueldad- Rita Segato- PDF

OTRAS FUENTES