En este descubrir y dar el valor que tiene a la mujer, tan invisibilizada en la historia aprendida por generaciones pasadas y presentes aún, voy a ver qué encuentro sobre las mujeres escitas, un pueblo que habitó por la zona del Mar Negro durante la edad de hierro y de origen iranio. Como no sabía que es esto último, lo he buscado y en resumen es que es uno de los pueblos que comparte raíces del idioma de la rama irania de la familia lingüística indoeuropea. Además de las raíces del idioma, la cultura, las creencias religiosas y las tradiciones también se comparten, siendo procedentes de los antiguos arios (estos surgieron en las estepas de Asia Central alrededor del II milenio a.C.).
No confundamos el término "ario" porque no venga a la mente "la raza aria" que promovían las ideologías racistas como el nazismo (científicamente es una utilización incorrecta y ya está desacreditado ese uso), y ahora se utiliza principalmente en el contexto lingüístico y cultural, para referirse a los pueblos que hablan lenguas iranias e indoarias y que comparten una herencia cultural común.
Y os explico esto de iranios e indoarios; este pueblo ario empezó a migrar hacia el sur y el oeste, estableciéndose en la meseta iraní (donde dieron origen a los pueblos iranios) y en el subcontinente indio (donde dieron origen a los pueblos indoarios). Esta expansión tan intensa abarcando nuevos territorios, pudo tener lugar porque era un pueblo con muy buenos jinetes y guerreros, y hablo en masculino porque era una sociedad patriarcal y con una estructura social jerárquica. Entre los pueblos de origen iranio se encuentran: persas, medos, escitas, sármatas, partos, kurdos, baluchis, tayikos, …
Bueno, ya estamos en situación; sabemos el origen y el momento histórico en el que las mujeres escitas existían y así poder ponerlas más en valor, teniendo en cuenta este contexto social.
Estamos hablando de un pueblo nómada, los escitas, que se movía por las estepas de Asia Central y la región del Mar Negro alrededor del siglo VIII o IX a.C. y hasta el siglo IV a.C., en un mundo muy diferente al nuestro, donde la supervivencia era dura y la vida nómada exigía fuerza y adaptabilidad.
Los pueblos escitas rompieron moldes al educar a sus mujeres; eran educadas como guerreras igual que los hombres y las entrenaban desde pequeñas en el arte de la guerra. Qué hubo muchas guerreras es probado y de ellas, alguna fue reina, sabiendo manejar la espada y el arco mejor que nadie; las mujeres escitas tenían un valor excepcional en las batallas.
Aunque ya sabemos que de las cosas de aquellos tiempos muchas veces son interpretaciones, y que los nuevos adelantos y estudios permiten dar otras versiones a la historia y sus personajes, en este caso, la evidencia de que las mujeres escitas tenían un valor excepcional en las batallas proviene tanto de fuentes escritas antiguas como de hallazgos arqueológicos.
Numerosas excavaciones de túmulos funerarios escitas (kurganes) han revelado enterramientos de mujeres con armas, como espadas, arcos y flechas.
El descubrimiento de la "Princesa de Ukok" en la república de Altái, Rusia, es un ejemplo; fue enterrada con elaborados adornos y armas, lo que indica que tenía un estatus elevado y posiblemente un papel de liderazgo en su sociedad.
También los arqueólogos descubrieron el esqueleto de una niña de 13 años, enterrada con todo su equipo de guerra, lo que demuestra que desde muy jóvenes las mujeres escitas eran formadas en el arte de la guerra. Este descubrimiento y otros de mujeres guerreras en estas zonas, confirman la realidad de los escritos de Herodoto, y la realidad de las leyendas griegas sobre las amazonas (luego hablo de esto).
También tenemos a Tomiris o Támiris, que fue una mujer guerrera y reina de los maságetas que derrotó a "Ciro II el grande", fundador del Imperio aqueménida (el primer y más grande imperio de los persas).
Nombro a Tomiris porque los maságetas eran una confederación de pueblos nómadas iranios; mira por donde, como los escitas. El anteriormente mencionado Heródoto, que fue el que se puede considerar el padre de los historiadores y que argumentó con relatos razonados la historia, dijo que los pueblos maságetas se asemejaban muchísimo a los pueblos escitas, vistiendo igual, viviendo de manera nómada, combatiendo a caballo y practicando la lucha a pie.
Decir que los pueblos maságetas pertenecían a los pueblos sármatas, también nómadas y relacionados con los pueblos escitas. Tomiris, aunque no era estrictamente escita, pertenecía a una cultura muy relacionada y descendiente de los pueblos escitas.
La recocida frase de "yo por mi hijo mato", ya la hizo realidad Tomiris en el 530 a.C., ya que Ciro II el grande tomó como prisionero a su hijo Espargapises y por eso Tomiris, ejerciendo de reina guerrera y madre, le amenazo con saciarle de sangre si no se lo devolvía, algo a lo que este señor no dio importancia ninguna dejando que Espargapises se suicidara ¡La que se montó fue gorda! Se liaron a la guerra en una brutal y sangrienta batalla, tras la cual vencieron los maságetas, Tomiris encontró el cuerpo en el suelo del rey aqueménida que no la hizo ni caso, y cumpliendo su promesa de saciarlo de sangre, le cortó la cabeza y la sumergió en un odre de sangre. Aunque parezca una leyenda o una historia mitológica, está documentada y la existencia de Tomiris, también, así que es una verdad verdadera.
Bueno, pues de este nivel eran las mujeres escitas, algo que resultaba muy impresionante para los pueblos vecinos y para mí que las voy conociendo ahora que leo sobre ellas.
De hecho, los antiguos griegos (tenían relación con los escitas a través del comercio y la guerra) contaban historias de las amazonas que podrían haberse inspirado en las mujeres escitas reales.
Estas antiguas historias griegas de las amazonas que vivían en las estepas del Mar Negro, coinciden con la zona geográfica de los pueblos escitas.
Las amazonas eran un pueblo de mujeres guerreras que, según la mitología griega, vivían en las regiones periféricas del mundo conocido por los griegos, a menudo cerca del Mar Negro.
Las describían como hábiles jinetes y combatientes, independientes e implacables, y contaron historias en las que entraban en conflicto con héroes griegos, como Heracles y Aquiles. Figuras como Hipólita, reina de las amazonas (el noveno trabajo de Heracles implicaba obtener el cinturón de Hipólita), y Pentesilea, que luchó en la Guerra de Troya (lideró a las amazonas en apoyo de los troyanos, y fue muerta por Aquiles), son ejemplos de su presencia en la mitología griega.
Aunque las amazonas son figuras míticas, es muy probable que las mujeres escitas reales hayan influido en las historias sobre ellas.
¡Que estas mujeres escitas eran de armas tomar, es literal!
Los pueblos escitas en su mayor apogeo, dominaron toda la estepa y se extendieron a los montes Cárpatos hasta el oeste, al centro de China y el sur de Siberia en el este. En los que hoy en día es Ucrania, la Rusia europea y Crimea, los pueblos escitas occidentales fueron gobernados por "los Escitas Reales o Regios" de la clase rica. Aunque no todas estas mujeres fueron reinas como Tomiris, su presencia en los campos de batalla demuestra que las mujeres escitas podían ejercer roles de liderazgo y autoridad.
Pero con los años en la Europa Oriental y a principios de la Edad Media, los escitas y los sármatas (muy unidos estos pueblos entre ellos), fueron asimilados por la población protoeslava de la región y ahí se acabó su trayectoria (como ha pasado a muchas culturas; nacen, crecen, se reproducen, se expansionan y mueren), aunque su huella y su legado permanece hoy en día y los estudiosos del tema dan fe de que las mujeres escitas contribuyeron activamente en la vida, política, social y guerrera de su pueblo. Espero que el conocimiento de la existencia de las mujeres escitas aporte un plus en el reconocimiento de que si somos educadas en igualdad, tenemos las misma capacidades y tendremos las mismas oportunidades de ser parte activa en la sociedad.