Pensamientos, palabras, obras y omisiones

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Pensamientos, palabras, obras y omisiones, … tal cual es la vida.

lunes, 8 de noviembre de 2021

La violencia económica de género y maltrato económico de género

Hablemos de un tipo de violencia de género que no se contemplaba como tal, pero que cada vez se oye más sobre ella y sus consecuencias; me refiero a la violencia económica de género o violencia patrimonial y al maltrato económico.

En rasgos generales abarca desde el nivel laboral con su famosa brecha salarial y otros recovecos, hasta el ámbito familiar, en la convivencia. A este tipo de violencia económica es a la que yo voy a dedicar mi entrada, porque aún no siendo una experta académica, soy una experta de vida en esto del maltrato económico de género y lejos de realizar una tesis académica, lo que sí voy a hacer es hablar desde la experiencia.

Ningún ordenamiento jurídico recoge este tipo de violencia de género a pesar de estar recogida en el Convenio de Estambul (Instrumento jurídico internacional continental nacido el 11 de mayo del 2011 y en vigor desde el 1 de agosto del 2014), firmado por 46 países y ratificado por 34, siendo por tanto vinculante en estos países.

En este convenio se recogen una serie de objetivos a cumplir para erradicar la violencia de género contra las mujeres y la reconoce como una violación de los derechos humanos, por lo que ya varios países han modificado su legislación en estos últimos años (Dinamarca, Suecia, Grecia, Portugal y Croacia en el 2020). 

España también es uno de los países firmantes del convenio de Estambul, que han ratificado este convenio a fecha 6 de junio del 2014, figurando en el BOE dicha ratificación sobre la prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica.

Este hecho implica una serie de políticas determinadas enfocadas a adoptar medidas legislativas o del tipo necesario, para poner en práctica dichas políticas de forma efectiva, global y coordinada y como dice literalmente el BOE "para prevenir y combatir todas las formas de violencia incluidas en el ámbito de aplicación del presente Convenio y ofrecer una respuesta global a la violencia contra la mujer,"

Hay mucho que andar aún, porque al margen de las políticas necesarias para poder legislar este problema de violencia de género en general de forma jurídica y social, queda la parte personal (tanto en el hombre como en la mujer), de saber reconocer qué es la violencia de género y que la provoca el patriarcado con sus hábitos y costumbres tan arraigados que enmascaran cualquier tipo de violencia de género y concretando, la violencia económica de género.

Existe hasta un proyecto de la Universidad de Extremadura enfocado a visibilizar la existencia de la violencia económica de genero. En él también interviene la Sociedad Española de Asistencia Sociosaniraria, el Instituto Polibienestar de la Universitat de València y el Gruppo R. (italiano). 

Gran labor la de este proyecto ECOVIO (financiado por el programa Rigts, Equality and Citizenship de la Unión Europea), del cual nos beneficiaremos toda la sociedad, no solo las mujeres.

Lo que le pase a una mujer, nos pasa a todas.

Lo que le pase a una mujer, le pasa a sus hijas/os, si los tiene, y en el muchos casos, llegando al asesinato a través de ejercer la violencia vicaria. La violencia de género que sufra una mujer, será sufrida (y en muchos casos, absorbida) por sus hijas/os. Es la consecuencia de vivir en una sociedad que arrastra aún (en en un grado elevado) la ideología de la cultura patriarcal

Estas dos afirmaciones las escribo totalmente convencida de ellas y es una realidad que no hace falta ser muy astuta/o para afirmarlas; vamos que el tonto/a más tonta/o puede entenderlo. Lo que entonces no tengo tan claro es ¿por qué muchos hombres no lo ven y ejercen la violencia económica (o de cualquier tipo) sobre las mujeres/parejas/madres de sus hijas/os?... ¿por normalización? ¿por hábitos? ¿por costumbre social? ¿por ignorancia? y si es por la fuerza de la costumbre ¿por qué unos no la ejercen y otros sí? ¿por maldad? 

Y también tengo otros interrogantes ¿Qué hay en nosotras las mujeres que no nos deja identificar la violencia económica de genero? ¿por qué no la detectamos a tiempo? ¿por qué no la evitamos? ¿por qué no la denunciamos? ¿por qué nos la justificamos/tapamos/aguantamos/sufrimos?

¿No sabemos?... pues quizás no,  no he sabido. Quizás nos falta el empoderamiento de la mujer a tiempo, por lo menos a mí me ha faltado empoderarme a tiempo.

Tenemos que aprender a identificar la violencia de género en toda su extensión para poder frenarla, no dejando creer a las nuevas generaciones (tanto a lo ellos como a las ellas), que el maltrato y la violencia de género se enmarcan en el ámbito exclusivo de lo físico, por ser lo más evidente.

¿Y si nos enseñaran desde pequeños/as que el maltrato económico es  violencia de género? ¿Y qué es una violación de los derechos humanos reconocida y ratificada por varios países a través del Convenio de Estambul ? Yo en mi ignorancia, me he enterado ayer (literalmente, ayer día 7 de octubre de 2011) de la existencia de este convenio y de la firma y ratificación del mismo por parte del gobierno del país donde vivo (en el BOE).

Lo mismo que he de decir que a través del buzoneo de un panfleto del Ayuntamiento de Leioa, me ha dado por mirar cositas sobre la violencia en contra de las mujeres y he dando con la información del Convenio de Estambul. De ahí me salió crear una poesía  "Si sospechas" y pensar en escribir esta entrada de blog. Me he encontrado con el sentimiento de rabia de ser una ignorante en temas del maltrato de género, de como asumimos como disculpable actitudes y hechos que no tienen disculpa y que son denunciables.

Me da rabia como enmascaramos socialmente el maltrato con argumentos como: "es inmaduro", "dale tiempo" "es gastador", "está acostumbrado a tener todo lo que quiere", "es que así le han educado al pobre", "eso son cosas que pasan", "tienes que enseñarle que es buen chico", "haber elegido mejor", "la culpa no es de él, es tuya por no estar atenta", "¿ya le controlas?", "a ver si espabilas maja, que te las dan todas",  "si es que la tonta eres tú que no te enteras" ... al final (como tantas veces que nos han inculcado la cultura de la  culpabilidad), la mujer acaba siendo la culpable del maltrato económico de género o de cualquier tipo de maltrato que esté sufriendo.

No lo vemos, no; el maltrato económico de género  parece que no es nada, que es la mala suerte de la vida por haber dado con un hombre "inmaduro" o "enfermo", que también puede ser, pero que no se nos olvide que está ejerciendo el maltrato económico con una repercusiones a nivel familiar y personal para la mujer y los hijos/as, si los hubiera.

Tener que hacer frente a la manutención familiar (casa, comida, luz, agua, gas, colegio, libros, material escolar, ocio, ropa, calzado, etc) en solitario porque el padre no ejerce su responsabilidad económica (porque no quiere o porque quiere creer que con lo que aporta la madre se pega una vidorra padre con otro tío que no es él), pasa factura emocional y factura relacional en el núcleo familiar, que incluso a la larga en muchos casos es insalvable si no se entienden las consecuencias del maltrato económico de género, que normalmente viene acompañado de un maltrato psicológico.

Tengo muchísima rabia de no haber sabido identificar y por lo tanto en muchos casos obviar, lo que es el maltrato económico y psicológico.
La ignorancia no es buena y en este caso menos aún. Nos falta "desnormalizar" situaciones propias de un maltrato psicológico y de un maltrato económico de género, ambas violencia de género.

También podéis leer en el diario El Mundo, las cifras sobre la violencia económica de género.

Seguiré añadiendo contenido en esta entrada a la medida que investigue más, pero si deciros que tenéis la oportunidad de rellenar un cuestionario en la web del proyecto ECOVIO; con ella podéis colaborar a ampliar el estudio y divulgación de dicho proyecto, a ver si cada vez somos más conscientes de este tema tan malvado y preocupante que es el maltrato económico de género.

Más cositas aún aparte de la violencia económica o patrimonial; leer por qué el patriarcado tiene mucho que ver con ella, leer otra forma de vivir para vuestra curiosidad (te dejo un enlace para conocer como se vive en una sociedad matriarcal; El matriarcado- El pueblo Mosuo) y leer lo que otro tipo de violencia de género, la vicaria, hace con muchas mujeres, porque además está muy relacionada con esta violencia patrimonial o económica.

Nota* Releyendo esta entrada en diciembre del 2023, no me queda más que añadir he sido consciente ahora de la existencia de la violencia vicaria …, lo que me indica que ciertamente, el empoderamiento de la mujer es muy necesario porque yo tengo ya 59 años y aunque nunca es tarde, si yo me llego a enterar de muchas cosas antes, si llego a tener la formación y la información antes, mi vida hubiera sido muy distinta.

Lo mismo que en su día abrí el blog Andando en un desahucio para dar la información sobre lo que me pasaba por si podía servir a alguien, este blog tiene el mismo objetivo, servir a alguien que necesite saber para evitar seguir en un maltrato económico de género y en una violencia de género, sea cual sea.


viernes, 15 de enero de 2021

En la madurez

En la madurez. Las cosas que tiene Eloisa
No tenemos lo mismo por hacer y hecho cuando se está en la juventud a cuando se ha llegado a la madurez, como es mi caso. Los puntos de partida y dónde queremos llegar son diferentes y en sí mismo no es bueno ni malo, ni mejor o peor una cosa que la otra; simplemente es distinto.

En la madurez dejas de querer pelear para amar complementar; si algo o alguien no te gusta, simplemente lo alejas de tu vida sin molestia interior o rencor. Entiendes muchas más situaciones o aprecias la lealtad y la seguridad en las personas. Ya no vale cualquier cosa o persona, pero valoras todas las cosas o personas.

Buscando otro término, el azar me ha llevado hasta un post de la carta del tarot "El Juicio" y lo que he leído me ha servido para saber que estoy en ese punto de madurez en mi vida donde lo que significa es un reflejo de lo que pienso. Se acerca mucho al significado de madurez, o yo lo interpreto así. 

 nos pone en la observación y el entendimiento de muchas experiencias vividas, de tal manera que al hacer una aceptación (que no conformarse) de que lo vivido ya está pasado, y quedarnos con lo bueno que cada momento nos aportó, logramos continuar nuestro camino con mayor plenitud, armonía y felicidad.

Sus palabras clave dicen mucho de la línea que sigue:

Palabras clave: despertar, reforma, transformación, superación, cambio, resurrección, reconciliación, retomar, revolución, giro, modificación, reajuste, evolución positiva, adelanto, progreso, avance, mudanza, entendimiento, asimilación, acuerdos, olvido de lo malo, apaciguamiento, arreglo, calma, éxito, consolidar, finalizar, transmutar, resurgir, entendimiento, equidad de juicio, renovación, aclaración, renacimiento, resurgir, restauración...

Madurez, ... a mí me gusta hasta la palabra y quizás sea porque me siento así, en la madurez de vida en todos los sentidos; físicos y emocionales y eso da mucha tranquilidad.

Físicamente es un momento de aceptación, en el cual sabes que tu cuerpo no va a ir a toda marcha con en otros momentos pasados y ni lo pretendes; en mi caso sigo haciendo ejercicio, deporte o soy activa sin mayores pretensiones de demostrar que puedo o quiero llegar a unos niveles altos. No tengo que estar a ninguna altura de nada más que de la que yo quiera.

Hablando de madurez emocional y leyendo el post de 7 señales de madurez emocional, me ha encantando esta parte:

...la madurez emocional no surge de la nada, sino que requiere de trabajo, de esfuerzo, de voluntad y de ganas de mirar en nuestro interior. Porque no solo es tener la cabeza amueblada, sino también el corazón.

Qué bonito, ¿verdad? Tener el corazón bien amueblado. 

Aunque no sea cierto que la edad da la madurez, en mi caso se va reforzando en la medida que van pasando los años y metidos ya en "la ciencuentena", lo noto en cada vivencia de una manera más intensa. Lo que no aporta lo que necesitas, alejar sin pesar y sin dolor;  hay un refrán que dice "Al enemigo que huye puente de plata" y aunque no creo hace tiempo en los enemigos (conlleva para mí pelea y no la quiero en mi madurez), estoy de acuerdo con tender puentes de plata y tranquilidad a todo aquel, aquello o aquella que no aporte bienestar en la vida.

Todo lo vivido aportó en su momento, toda situación conllevó un aprendizaje y si no lo vimos en su momento, quizás es tiempo de observar por qué algunas situaciones se nos repiten para que aprendamos a hace de otra manera distinta. Aprender del pasado, aceptarlo y seguir viviendo con la experiencia aportada con ello, sin la queja por lo ocurrido, sin pensar en que la mala suerte te ha perseguido y que lo que ha ocurrido es injusto.

Esta tranquilidad que da la madurez, deberíamos ir aprendiéndola desde la infancia; sería una manera de vivir mucho más apacible y tranquila en muchos sentidos. Pero en mi caso no ha sido así y he pasado muchos años en esa creencia del sacrificio, del sudor y de las lágrimas. Tal y como yo lo estoy viviendo, a mí la madurez me va dando cada libertad, una gran libertad interior para mandar sobre mí misma lo primero, así que puedo decir que en la madurez está la virtud de ser más feliz, si cabe. 

martes, 12 de enero de 2021

Cambia, todo cambia

cambia,todocambia-lascosasquetieneeloisa
Cambia, todo cambia y seguirá cambiando; donde antes eras una niña desenfadada, ahora apareces en tu forma de adulta.

Miras por la ventana otras vistas, otras; de la ventana para fuera y de la misma para dentro, ... ya estás en otro hogar diferente al de cuando eras niña y no huele a casa llena de hijos y tortilla de patata para todos ellos.

Mientras miro por mi ventana para dentro, veo a esa niña que pisaba charcos, que no quería llevar paraguas, que guardaba los libros dentro del impermeable para que no se le mojaran y bajaba corriendo del cole a su casa, mientras un niño vecino lloraba al verla mojarse: ¡Mamá, mamá, Eloisa está mojándose y se va a poner malita!

Niña que jugaba a saltar los charcos con las katiuskas, a mojarse el pelo; niña a la que su madre aguardaba con la toalla, para reñirla y secarla al mismo tiempo, mientras por dentro sonreía ante la felicidad de un ser perfecto en su contento.

Ahora seco yo a mi madre cuando la llevo a Umbe a humedecer sus pies, sus manos y su cara; la sonrío ante su mirada de agradecimiento y bondad de anciana. Ahora me sigue diciendo que lleve paraguas para no mojarme el pelo y me recuerda aquel niño que yo nunca supe que lloraba por mí.

Lo que son las cosas, guardo mi móvil en el bolso para que no se moje en vez de mis libros de niña y aunque sigo sin llevar paraguas en muchas ocasiones, ya no piso charcos cuando vuelvo del trabajo sin importar mojarme.

Ahora el otoño llega tarde; ya casi no hay tiempo para mirar por la ventana caer las hojas, soplar el viento y ver llegar el otoño para luego dar paso al invierno. Siendo sinceros, ¡me encantan los otoños de mis recuerdos! Por eso en ocasiones, cojo las botas de mi hijo y cuando paseo a mi perra me meto en los charcos y entonces es cuando cambia, todo cambia y sonrío en silencio con la niña que me queda dentro.

Nota* este escrito lo he rescatado del año 2011 y que al leerlo me ha llevado a recordar a mi amatxu, mi niñez y sus momentos.