Pensamientos, palabras, obras y omisiones

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Pensamientos, palabras, obras y omisiones, … tal cual es la vida.

domingo, 10 de noviembre de 2024

Socialización jerárquica

Las cosas que tiene Eloisa

Estos temitas "feministas" que tan poco gustan por ser incómodos, por transgredir las creencias, por ser una exageración hoy en día y por ser cosas de mujeres resentidas, … estos temitas son los que a muchas mujeres nos hacen darnos cuenta de en dónde estamos y qué estamos haciendo con nuestras vidas. No voy a excluir a los hombres porque los que están viviendo con otras masculinidades, también siguen en la línea de querer conocer dónde están y que hacen con sus vidas.

Uno de estos maravillosos temas es la socialización jerárquica a la que estamos sometidas todas las personas, seamos del género que seamos, y más tirana o menos tirana dependiendo de la cultura en la que nos encontremos.

¿Qué es esto de la socialización jerárquica?

La socialización jerárquica es un tipo de educación o enseñanza que recibimos, desde pequeñas/os y a lo largo de la vida, en la que aprendemos a ver a las personas como "superiores" o "inferiores" según ciertas características, como su rol, su estatus, su autoridad, o su riqueza. Este tipo de socialización nos enseña a relacionarnos y actuar de acuerdo con estas jerarquías.

La socialización jerárquica afecta nuestra manera de ver el mundo y nuestras relaciones porque nos enseña a respetar y valorar a las personas en función de su posición en una escala de poder, en vez de basarnos en el respeto mutuo o en el valor de cada persona como ser humano. Este enfoque puede limitar la igualdad y la colaboración, ya que fomenta relaciones de autoridad más que de equidad (las dinámicas de poder).

Si bien las formas más simplistas de la socialización jerárquica han cambiado, hay un trasfondo que permanece casi inalterable y llegar a él es perturbador para las personalidades formadas en ella, incluso para aquellas que han sido capaces de hacer otras serie de cambios, incluso muchos cambios, pero de la capa de arriba, sin llegar a capas más internas. 

Es evidente que, hay que ir quitando capas para llegar al meollo, con el tiempo y esfuerzo que conlleva y sobre todo, por los cambios relacionales que conlleva. Por esta razón, muchas personas nos quedamos con la satisfacción y con la convicción de que si hemos quitado parte de la primera capa, ya está todo hecho.

Los siguiente puntos que voy a poner, son parte de los que están en la capa superior de la socialización jerárquica que han cambiado y que incluso hoy en día nos cuestionamos si para bien, porque la realidad es que al ser cambios superficiales, dan resultados superficiales y no satisfactorios para un cambio social necesario.

Vamos con alguno de estos cambios superficiales:

En la familia: ver a las personas adultas como las máximas autoridades a las que hay que obedecer siempre, sin importar el contexto o la situación. Esto nos hace ver la relación entre personas adultas y menores de edad de forma jerárquica, sin que ambos tengan el mismo derecho a expresar sus opiniones o a decidir.

Cambio- el criterio de las hijas/os también importa, pero ojo, no es el momento de indagar las consecuencias por no haber otro grado de límites, pero "haberlos, haylos".

En la escuela: Es común que se enseñe a las y los estudiantes a ver a sus profesoras y profesores como figuras de autoridad absoluta, mientras que su propia voz o capacidad para tomar decisiones queda en segundo plano. La socialización jerárquica aquí enseña a aceptar la autoridad sin cuestionar o participar.

Cambio- el criterio del alumnado también importa, pero ojo, no es el momento de indagar las consecuencias por no haber otro grado de límites, pero "haberlos, haylos".

En el trabajo: En un entorno jerárquico, se espera que las personas "de menor rango" sigan siempre las órdenes de quienes están "por encima" de ellas, sin mucha libertad para proponer sus ideas o tomar decisiones. Esto crea una estructura donde las personas sienten que algunas valen más que otras por el cargo que ocupan.

Cambio- Las empresa ya buscan una manera de relacionarse diferente, con directrices empresariales que superficialmente animan al cambio de jerarquías, pero ojo, no es el momento de indagar, pero las razones no son siempre todo lo honestas (socialmente hablando) que algunas personas puedan pensar. La productividad empresarial, la manipulación económica, promover el consumismo, etc. también son alguna de las razones mayores.

Ya estamos viendo que esta socialización jerárquica es diferente en sus formas más externas, dependiendo de los tiempos en los que nos haya tocado vivir, ¿Qué tal si indagamos un poco más?

La socialización jerárquica moldea nuestras relaciones de manera que asumimos que hay personas “más valiosas” o “con más derechos” que otras, según su rol o su posición en una estructura de poder. Este enfoque jerárquico puede afectar tanto nuestra autoestima como nuestra autonomía y capacidad para colaborar de manera equitativa.

¿Qué consecuencias tiene?

Muchísimas y variadas, además de trascendentales en las relaciones entre personas; voy a tocarlas de forma general, porque de forma relacional entre el rol de hombre y rol de mujer, lo veremos más tarde:

Dificulta la igualdad

Cuando nos educamos con esta visión, es fácil que asumamos que la igualdad entre personas no es algo natural ni posible. Nos acostumbramos a ver a la autoridad como algo incuestionable y a creer que quienes ocupan roles más altos son inherentemente “mejores” o más importantes. Esto limita nuestra capacidad para relacionarnos de igual a igual, tanto en la familia, como en el trabajo y en otros espacios.

No es fácil de ver que mantenemos parte de estas "reglas no escritas", tan dando permiso a que continúen por ignorancia de no verlas, como ejecutándolas por esa misma ignorancia de no verlas.

Inhibe la autonomía y la participación 

Al aprender a relacionarnos de manera jerárquica, nos acostumbramos a ceder el poder de decisión a quienes están en posiciones de autoridad y asumimos que nuestras ideas o deseos son menos importantes. Esto nos vuelve menos propensos a participar, a cuestionar o a tomar decisiones de manera independiente. 
La socialización jerárquica nos condiciona a aceptar las normas y las estructuras tal como están, en vez de desarrollarnos como personas autónomas y activas. Es curioso ver la fuerza que tiene porque es bastante habitual que personas que en ocasiones han sido capaces de salir de esta normativa de socialización, vuelven a caer en ella en otros contextos.

Refuerza las diferencias de poder y dependencia 

Este tipo de socialización fomenta la dependencia y el apego a la autoridad. Nos acostumbra a buscar el visto bueno o el permiso de quienes nos han hecho creer que ocupan posiciones “superiores” antes de actuar, y puede hacer que sintamos que no somos capaces o merecedores de tomar decisiones importantes por nuestra cuenta. 
Además, quienes están en posiciones de poder suelen mantener esa posición y reforzarla porque, culturalmente, se les ha enseñado que tienen “derecho” a ejercer autoridad sobre quienes se perciben como “inferiores”.
Ojo, que dejar de tener algo que crees que tienes por derecho, es cuando menos desconcertante, porque se ve injusto e injustificable. 

¿Por qué es importante cuestionar la socialización jerárquica?

Cuestionar esta forma de socialización es importante para construir relaciones más justas, en las que el respeto y la dignidad de cada persona no dependan de su posición o rol. Al reconocer y desarmar estas jerarquías, nos abrimos a nuevas maneras de relacionarnos donde se valoren la colaboración, la participación equitativa y el respeto mutuo.

Esta socialización jerárquica es muy patente en una sociedad patriarcal, en la que el hombre heteronormativo está en una posición superior frente al resto de los mortales, con la implantación de unas dinámicas de poder que se perpetúan generación tras generación.


Algunas y algunos ya estaréis pensando que todo esto es un poco desproporcionado y exagerado hoy en día, que estar todo el rato con las mismas cosas aburre, pero es que, seguimos viviendo las cosas que están en la profundidad igual que hace años. 
Repito que estamos rascando superficie para llegar a lo que importa limpiar, y de verdad, que lo que importa limpiar está en un sitio de difícil acceso porque lo llevamos impregnado en los huesos con esta socialización jerárquica heredada desde tiempos demasiado remotos. Si queréis saber más sobre ello os dejo este enlace "Socialización jerárquica en término de igualdad de género".

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