Pensamientos, palabras, obras y omisiones

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Pensamientos, palabras, obras y omisiones, … tal cual es la vida.
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domingo, 15 de enero de 2023

La revuelta

lascosasquetieneeloisablog
No puedo dejar de escribir esta entrada tras haber leído una reflexión que me ha tocado la mente y el alma, reflexión ante una situación en teoría banal de un par de famosos; Sakira y Piqué. La revuelta popular que ha causado la última canción de Sakira  "BZRP Music Session #5" ha llevado a un escrito en redes sociales con el que he topado de un tal Roy Galán (lo desconocía hasta hoy).

Entre memes, reacciones de famosos al oír la canción, noticias en los informativos, personas anti famoseo y las pro famoseo, etc., doy con algo que va un poco más adentro de lo que hasta la propia protagonista quizás suponga, aunque intuya.

Os pongo lo leído:




Publicación en Facebook




A mí, leer todo seguido sin puntos y aparte me resulta complicado, así que he copiado el texto (con todo el respeto y agradecimiento del mundo) y he puesto esos punto y aparte que necesitaba para una mejor comprensión y asimilación de lo que he leído, aparte de subrayar lo que me ha tocado:

Por los hijos

Aguanta por los hijos.

Por los hijos quédate callada.

Por los hijos sé una señora.

Por los hijos no rompas la paz familiar.

Por los hijos perdona esto y aquello y esto de aquí.

Por los hijos déjate en último lugar.

Sé una sobra de una sobra por los hijos.

Por los hijos aparenta. Finge por los hijos.

Por los hijos no llores.

No discutas por los hijos.

Que no se te note por los hijos.

Por los hijos no denuncies.

El por los hijos ha sido siempre una forma social de disciplinamiento de las madres. ¿Cómo? A través de la culpa.

Para hacer sentir culpable a una madre basta con intentar hacer ver que sus hijos no son lo primero.

Basta con construir un relato en el que una madre tenga deseos y que esos deseos no sean siempre y en todo momento sus hijos.

Para prender la llama del imaginario de la mala madre basta con insinuar que una madre sigue siendo mujer.

¿Qué van a pensar los hijos de Shakira?

Pues pensarán que su madre era una mujer.

Aprenderán que la vida, las relaciones, son lugares complejos, que a veces hacemos daño o nos lo hacen, aprenderán que las emociones que no nos gustan también existen, que el mundo (el espacio entre yo el otro) es mundo porque hay conflicto, que a veces lo haces mejor y a veces peor, que te equivocas, o no.

Los hijos de Shakira aprenderán que su madre es una mujer con carácter y temperamento, que si se siente humillada, ataca, que puede estar dolida, que no es solo la persona que da las buenas noches, que tiene alma y ese alma es imperfecta.

Los hijos de Shakira aprenderán todo esto y esto es un aprendizaje muy valioso.

Porque si algo hemos hecho tremendamente mal es no haber querido ver jamás a las mujeres que son nuestras madres y que en muchos casos dejaron de ser una vez llegamos nosotros.

Si algo hemos hecho mal es que los hijos muchas veces nos hemos beneficiado de manera tiránica de este silencio y esta devoción y este amor incondicional.

Hemos exigido incluso que nuestras madres dejaran de ser mujeres para que cumplieran nuestras expectativas y cuando no han sido las madres ejemplares que sí tenían nuestros amigos las hemos castigado sin piedad.

Los hijos de Shakira aprenderán que su padre fue probablemente un imbéc** con su madre y que incluso así puede decidir quererle, pero que está bien y es importante que lo sepan, que vean al hombre detrás del padre.

Porque basta ya de ocultar la verdad. La verdad es un elemento imprescindible para la libertad.

Los hijos de Shakira aprenderán que su madre se quería al menos tanto como los quería a ellos, que también pensó en lo que ella necesitaba sin importarle, por una vez, una mierda todo, que estuvo rota porque las personas se rompen pero que pudo continuar.

Hay incluso hijos que se sienten orgullosos de tener esas madres. De poder estar cerca de ese destello. Ese que pasa por comprobar que hubo madres que no dejaron que muriera lo que tenían por dentro y que estuvieron dispuestas a luchar por los hijos, sí, pero también, por las mujeres que han sido y que pretenden seguir siendo.

Hay una expresión que me ha encantado "...que tiene alma y ese alma es imperfecta".

Le sumo a todo lo leído, que esa obligatoriedad a ser perfectas madres que todo lo hagan bien, lo venimos sufriendo injustamente las madres desde hace generaciones. Lo sufriría mi abuela, sé que lo sufrió mi madre y lo he sufrido yo; mis hijos no lo sufrirán al ser chicos. 

Un hombre, esto lo ha escrito una persona de género físico masculino. Lo importante, que es un ser humano, más allá del género, capaz de ver la mediatización moral que sufrimos en esta sociedad; porque en esta historia de lo socialmente correcto, yo he vivido en mis propias carnes la culpabilidad impuesta tanto por hombres como por mujeres. 

¿Quién es? Ni idea ¿De dónde es? Ni idea. Solo sé que es alguien que podría perfectamente haberme conocido a mí y mi historia, para luego escribir sobre lo sentido y vivido. Esto me hace suponer que lo vivido por mí es muy parecido a lo vivido por muchas otras mujeres que actuando de una manera "antisocialmente maternal" en su vida y en sus separaciones, han tenido que saber esperar a que el tiempo coloque esos "dimes y diretes" que han tenido que escuchar de su familia, amigos y vecinos, de sus propios hijos e incluso de sí mismas.

El aguantar, por los hijos.

El quedarse callada, por los hijos.

El ser una señora, por los hijos.

El no romper la paz familiar, por los hijos.

El perdonar esto y aquello y esto otro, por los hijos.

El dejarte en último lugar, por los hijos.

El ser una sobra de la sobra, por los hijos.

El aparentar y fingir, por los hijos.

El no llorar, por los hijos.

El no discutir, por los hijos.

El que no se te note, por los hijos.

El no denunciar, por los hijos.

...... pasa factura de vida, una gran factura de vida basada en la culpabilidad. 

Culpabilidad por intentar cumplir con lo que nos han inculcado como "buenas madres" haciendo renuncia de vida personal y no conseguirlo.

Culpabilidad porque te quedas con los hijos a tu cargo y no abarcas ni económicamente ni emocionalmente ni físicamente.

Culpabilidad porque cuando empiezas a hacer alguna cosa para ti misma los de alrededor no lo entienden y te juzgas (nos han enseñado a juzgarnos).

Culpabilidad que te hace dar explicaciones de todo lo que haces porque no te entienden y al dar explicaciones alimentas el monstruo de la educación ancestral que todos llevamos dentro.

Culpabilidad por sentirte maltratada.

Culpabilidad por sentir que te sientes maltratada.

Culpabilidad por revelarte contra el maltrato.

Culpabilidad por no haber visto antes el maltrato.

Culpabilidad por haberte tenido que buscar la vida y en consecuencia culpabilidad por no haber podido estar con los hijos.

Culpabilidad por haber sido severa.

Culpabilidad por no haber sido severa.

Culpabilidad por no haberlo podido hacer mejor.

Culpabilidad por no haberlo sabido hacer mejor.

Culpabilidad que te hace sentir mala madre.

Culpabilidad por la culpabilidad que sientes.

Culpabilidad por existir.

Culpabilidad, a secas,... culpabilidad perpetua, rotunda y siniestra.

Yo no sé si la revuelta que en estos momentos existe a cuenta de una canción en la que una mujer expresa lo que siente y como se siente, servirá para algo socialmente hablando; lo que sí sé es que a mí me ha llevado a una reflexión personal de mi vida que me ha hecho liberarme de una culpabilidad que jamás debería haber existido. La revuelta interior en mí, ha sido potente, por lo que tendré que agradecer este fenómeno mediático tan criticado, además de dar las gracias a las redes sociales (que últimamente detesto), por haberme puesto delante la reflexión de este hombre desconocido para mí y que me merece todos mis respetos y agradecimiento. 

martes, 14 de junio de 2022

El Colgado


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¡Mira que suena mal en nombre de este Arcano Mayor! El Colgado... y sin embargo, a mí como que me resulta agradable al verlo. En mi cabeza la palabra "colgado" tiene una connotación negativa, pero si dejo eso aparte, me resulta agradable la carta porque el hombre no da la sensación de estar pasándolas mal.

Me quedo mirando la carta y veo a alguien haciendo una de esas posturas imposibles de yoga, pero que el que la hace está relajado y súper tranquilo ; su cara no tiene gesto de dolor, al igual que no la tienen sus brazos en la espalda ni sus piernas (una flexionada detrás de la otra). Eso en el primer momento es lo que me ha parecido, porque además en una de las versiones tiene hasta un halo de luz alrededor de la cabeza, como que está iluminado en ese momento. Vamos, que si le observo un poco, no me parece que esté tan incómodo. Es más, con la carta de El Colgado del Tarot de Marsella, he pensado que si le doy la vuelta me puede parecer que está hasta en una postura de bailar; ¿os imagináis a los que bailan en Irlanda? El baile se llama "La danza céilí" y la bailan rígidos y sin movimientos de cuerpo ni de brazos, tan solo mueven las piernas y los pies ¡Parecen estáticos y sin embargo no paran quietos!


Pues esa sensación me produce a mí la carta del Tarot de El Colgado; activo en su inactividad, productivo en su inmovilidad, constructivo en su pasividad. No veo lo que se ve a simple vista, veo lo que produce esa postura en principio imposible de entender.

Luego ya cuando he empezado a leer sobre este Arcano Mayor, me doy cuenta de la dualidad que puede representar dependiendo del punto de mira del que la ve. De todo lo que he leído, me quedo con la sensación general de que es un momento de estar atado, con tan sólo la posibilidad de estar quieto y de pensar y ver la situación desde otro punto de mira (por eso está boca abajo).

Y ahora paso a seguir con lo que a mí me transmite El Colgado, que como con todos los demás Arcanos Mayores, me permito hacer mi interpretación personal sin querer ofender ni molestar a los entendidos y estudiosos de la cartomancia.


Por un lado me parece que salirse de una visión normal de la situación nos puede dar una perspectiva muy interesante, sobre todo si estamos equivocados en como entendemos en ese momento algo. Yo soy de las que creo que cuando hay un momento confuso, difícil o de discusión con alguien, ponerse a pensar si realmente las cosas están siendo como las veo es una muy buena opción y .... eso necesita un poquito de tiempo de análisis y de reflexión. Yo no siempre lo consigo en el momento, pero si que cuando no lo consigo, lo hago a posteriori y en muchas ocasiones me relaja la situación; bien porque veo que no estaba equivocada y me ayuda a comprender que la otra parte no ha sabido hacerlo mejor o que la parte que no me gusta la tengo que aceptar o gestionar, o bien porque llego a la conclusión de que no he estado acertada en mi punto de vista y puedo aceptarlo y gestionar la situación para solucionarlo.

En cualquier caso, pararte a pensar o reflexionar ante cualquier situación, es un acto pasivo-productivo. Si es sobre una situación buena te ayuda a estar agradecido por vivirla (¡que importante es el agradecimiento para ser feliz!) y si es sobre una situación mala te ayuda a comprenderla y poderla gestionar o a aceptarla y hacer o no hacer algo.

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Parar, ¡que importante resulta en muchas ocasiones pararse y pensar! La paciencia, es esa gran virtud para saber esperar. Cada vez estamos en un mundo donde todo lo queremos en un 3,2,1 y la paciencia no es algo que se practique ya que no se ha aprendido que más allá de tener todo en el momento, existe la recompensa del esperar. Las nuevas generaciones deben de aprender a sacrificar la inmediatez por la tranquila y sosegada paciencia con sus frutos. 

La palabra paciencia, podemos inventar que  está constituida por paz+ciencia: paz en el momento de enfrentar una situación para verla de una manera objetiva y no visceral y ciencia que nos lleva al sentido común, al saber hacer, al análisis. Por eso afrontar la vida con paz+ciencia es una gran cualidad a fomentar, bien en nosotros, bien en nuestras nuevas generaciones.

Me viene a la cabeza un proverbio chino que simboliza muy bien este pensamiento anterior "siéntate a la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo". Nuestro enemigo puede simbolizar una persona o una situación ante la que tenemos que esperar, no hacer nada ya que cualquier acción precipitada y sin analizar las consecuencias, puede agravar el problema.

Y aquí  puedo soltar otra frase (se le atribuye a Fernando VII cuando su ayudante nervioso por las prisas no atinaba a vestirle bien) "vísteme despacio que tengo prisa". O la ingeniosas dos palabras (según he leído las dijo el emperador romano Augusto) "apresúrate lentamente".

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Para mí El Colgado me dice que hay que tener paciencia y hacer con tranquilidad, aceptación y reflexión, para poder acertar con la solución o el camino para lograrlo. Me dice que en muchísimas ocasiones no hacer es solucionar y por lo tanto, con el no hacer ya estás haciendo. Me sugiere que si tú no paras,... se te va a parar y atar boca abajo para que pares y mires de manera distinta, para que tengas paciencia, para que sepas esperar, para....cada uno tiene que reflexionar para qué le para la vida.

No me sugiere castigo o penitencia o ejecución, me sugiere un me paro, me doy la vuelta mentalmente al asunto y luego me suelto para seguir (en algunas versiones tiene las manos libres y una pierna la puede mover para balancearse y poderse soltar). 

En mis palabras diría que es que el momento te dice que "quieta parada, haber si es que no vas bien y tienes que mirar distinto bonita". 

A mí me resulta agradable este Arcano Mayor; como una llamada de atención para que me pare a recapacitar, a saber que me dice mi intuición, a mirar diferente, a observarme en mis creencias, a observar a los demás en las suyas, a empatizar con el momento y entenderlo aunque no esté de acuerdo, la tener paciencia, a esperar.

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Para mí, hay tantas situaciones de vida que se nos escapan de nuestro campo de acción, que no queda más que estar quieto/parado y observarlas dejando a otros que actúen, para que cuando puedas actuar ya sepas como hacerlo porque te ha dando tiempo a analizar y pensar desde otros puntos de vista diferentes. Hay tantas situaciones de vida que lo mejor es no hacer nada y darse una perspectiva distinta que por eso El Colgado me resulta agradable.

Se le atribuye un significado de sacrificio, aunque en mi interpretación personal, prefiero pensar que es una elección de hacer algo (o no hacer) por un bien superior, ya sea para uno mismo o para otros o para una situación determinada. En cantidad de ocasiones tenemos que hacer una renuncia a algo menor por conseguir un algo mayor y este es el sentido que me gusta darle. No es sacrificio en vano, si no el esfuerzo, la renuncia o la aceptación de que en un momento dado tenemos que dejar a un lado un interés personal por un bien común o un bien mayor a más largo plazo. 

Las/os madres/padres renuncian a una vida tranquila por crear una familia, se sacrifican por el bien común de la familia. Si estás en pareja renuncias a unas cosas por otras que requiere la pareja con sus beneficios y sus inconvenientes. Si trabajas renuncias a tu tiempo por ganar otras (autonomía, dinero, prestigio, ...). 

La vida esta llena de elecciones que implican renuncias,  "sacrificios". Pero esto del sacrificio es muy subjetivo; lo que para mí implica esfuerzo y sacrificio, para otro es pasión y alegría. Para alguien que no hace deporte correr 10km le resultaría un esfuerzo y sacrificio y para quien corre maratones le supone empezar a calentar sin esfuerzo. Cada uno sabe sus límites, sus logros, sus esfuerzos, sus renuncias, sus sacrificios, ...

La cuestión es parar, pensar, mirar de otra manera. Comprenderte a ti en la situación y actuar en función del bien para todos, no de una forma egoísta individualista; hay que analizar la situación de una forma paciente y tranquila.

Esto puede implicar que te empieces a cuidar para hacerte feliz a ti y así poder hacer felices a los que están contigo. Puede implicar que te cuides primero a ti para poder estar disponible para cuidar a los demás. Puede implicar que tengas que empezar a hacer algo con tu alimentación por el bien de tu salud física. Puede implicar tomarte unos días en soledad para volver renovado y con fuerza. Puede implicar no tomar una decisión de ruptura (pareja, trabajo, familia,...) y esperar hasta analizar la situación pacientemente sin la emoción del momento.

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En su connotación negativa, El Colgado puede decirte que estás "colgado" de una situación y no encuentras la manera de salir ya que estás pasivo frente a ella. En este caso te indica que pienses, que aproveches esa quietud para reflexionar y encontrar otra forma de afrontar la situación. Un cambio de perspectiva te hará ver las cosas desde otro punto y con más claridad; la solución está en ti, así que paciencia y tranquilo que la encontrarás. Date tiempo, date la oportunidad de pensar, de encontrarte contigo en esa situación de estar suspendido en una quietud que te invita a ello. 
El Colgado no te quita, no te impide; todo lo contrario, te invita a ver distinto, a la reflexión de la situación, a pensar en tus capacidades y encontrar la manera de utilizarlas. Te invita a practicar la paciencia.

Este Arcano Mayor junto con La sacerdotisa y El Ermitaño, te invita a la introspección. Te indica que en un plano consciente quizás te encuentres "colgado" y atado, por lo que tendrás que dejar que sea esa parte tuya interior la que se ponga a trabajar. El plano inconsciente pasa a tomar el protagonismo para hacerte entender que importas tú, en detrimento de tu pensamiento consciente que está adulterado por tus vivencias y tus creencias aprendidas y ajenas a quien eres realmente.


Ten en cuenta que en las distintas representaciones de El Colgado, en ninguna cuelga por el cuello (que sería algo preocupante), si no que cuelga de un pie o de la cintura, por lo que es evidente que la situación no es peligrosa ni definitiva. Tan solo es una situación que quizás requerirá una renuncia menor por un bien mayor, un empoderamiento de tu persona para actuar (con un tiempo de reflexión para hacerlo). En definitiva, que no te tiene que asustar saber que hay una solución que tú puedes encontrar mirando con otra perspectiva a la situación y a ti. Definitivamente, me gusta este Arcano Mayor por las posibilidades que nos brinda para el autoconocimiento y el crecimiento personal.

martes, 12 de enero de 2021

Cambia, todo cambia

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Cambia, todo cambia y seguirá cambiando; donde antes eras una niña desenfadada, ahora apareces en tu forma de adulta.

Miras por la ventana otras vistas, otras; de la ventana para fuera y de la misma para dentro, ... ya estás en otro hogar diferente al de cuando eras niña y no huele a casa llena de hijos y tortilla de patata para todos ellos.

Mientras miro por mi ventana para dentro, veo a esa niña que pisaba charcos, que no quería llevar paraguas, que guardaba los libros dentro del impermeable para que no se le mojaran y bajaba corriendo del cole a su casa, mientras un niño vecino lloraba al verla mojarse: ¡Mamá, mamá, Eloisa está mojándose y se va a poner malita!

Niña que jugaba a saltar los charcos con las katiuskas, a mojarse el pelo; niña a la que su madre aguardaba con la toalla, para reñirla y secarla al mismo tiempo, mientras por dentro sonreía ante la felicidad de un ser perfecto en su contento.

Ahora seco yo a mi madre cuando la llevo a Umbe a humedecer sus pies, sus manos y su cara; la sonrío ante su mirada de agradecimiento y bondad de anciana. Ahora me sigue diciendo que lleve paraguas para no mojarme el pelo y me recuerda aquel niño que yo nunca supe que lloraba por mí.

Lo que son las cosas, guardo mi móvil en el bolso para que no se moje en vez de mis libros de niña y aunque sigo sin llevar paraguas en muchas ocasiones, ya no piso charcos cuando vuelvo del trabajo sin importar mojarme.

Ahora el otoño llega tarde; ya casi no hay tiempo para mirar por la ventana caer las hojas, soplar el viento y ver llegar el otoño para luego dar paso al invierno. Siendo sinceros, ¡me encantan los otoños de mis recuerdos! Por eso en ocasiones, cojo las botas de mi hijo y cuando paseo a mi perra me meto en los charcos y entonces es cuando cambia, todo cambia y sonrío en silencio con la niña que me queda dentro.

Nota* este escrito lo he rescatado del año 2011 y que al leerlo me ha llevado a recordar a mi amatxu, mi niñez y sus momentos. 

viernes, 30 de octubre de 2020

Ingratitud filial


Ingratitud filial
, un concepto complicado de entenderse y mucho más de asimilarse, ya que a un progenitor le cuesta mucho aceptar que tiene unos "filios" ingratos/as; la disculpa suele estar presente por aquello de que son hijos/as y hay que disculpar, entender, aceptar y tolerar lo que venga de ellos/as tanto de pequeños/as como de mayores. 
No hay que obviar tampoco ese puntito vergüenza social adquirida, porque parece que si se tiene un/a descendiente que no responde a las expectativas, los responsables primeros son los progenitores. Ya sabemos esto de que los/as padres/madres tienen la culpa de todo lo concerniente a las/os hijos.

Es curioso que cuando he ido a leer sobre este concepto, no encuentro casi información, tan solo historias judiciales y  luego en historias antiguas, como la alusión a la ingratitud filial en un libro de Shakespeare sobre el rey Lear  "La verdadera historia del rey Lear y de sus tres hijas", un drama de cinco actos en verso y prosa basado en obras de otros autores anteriores.
En esta tragedia figuran paralelamente dos historias en las cuales la ingratitud filial, la falta de bondad, la traición y la ruindad humana quedan reflejadas. Ya sabéis como era este escritor y dramaturgo; un fenómeno en pasiones y dramas.

En otro cuanto de los Hermanos Grimm (tiene varios títulos: El viejo y su nieto, El abuelo y el nieto, El plato de madera, El tazón de madera), un hijo (en versiones una hija) no trata como se merece a su padre y es el nieto pequeño el que da la lección de vida para que el ingrato descendiente se de cuenta de su error y cambie de actitud (no cuento más para no hacer spoiler).

En mi opinión, una cosa es hablar de que cuando unos hijos/as llegan a la adolescencia se olvidan o reniegan de sus progenitores por esa necesidad de crear su propio mundo y experimentar por sí mismos; les sienten como un obstáculo, como esos pesados que les impiden vivir. Nada les parece bien, son críticos, ausentes, distantes, hablan con falta de amabilidad, se enfrentan como no lo habían hecho antes, malhumorados, cambiantes, impertinentes, etc.
No ocurre siempre, pero muchas veces esas actitudes iniciadas en la adolescencia se prolongan a la madurez y entonces ya es complicado de entender. Una cosa es hablar de adolescencia y otra cosa es hablar de la ingratitud filial o del menosprecio o de la ignorancia permanente y dolorosa para los progenitores, incluso en muchos casos es hablar de violencia filial.

En los casos de violencia es muy complicado tomar la decisión que hay que tomar ; denunciar y alejarse del foco de violencia. En el resto de las relaciones paterno/materno filiales, hay que intentar ver la situación con perspectiva, no dramatizar y ser realistas de lo que está ocurriendo para poder tomar soluciones de una manera empática y asertiva; entender a las hijas/hijos sin dejar de desatender a la persona que somos.

Se nos ha dicho que la familia es lo primero y que sus integrantes siempre van a ofrecer apoyo, compañía, ayuda, amor,... esto no siempre es así en todas las familias.

Tanto por control como por permisibilidad, podemos ver relaciones complicadas entre hijas/os y progenitores, y en muchos casos cuando los hijos van creciendo, tóxicas. Tenemos casos extremos que evidencian esta actitud tóxica y de ingratitud filial, como por ejemplo uno que he encontrado de un hijo que habiendo heredado en vida la casa que el padre compró, con un compromiso verbal de que este podría vivir en ella hasta su muerte, decide echar de la casa a su padre una vez la tiene a su nombre (donación paterna e ingratitud filial) …tremenda historia y tremenda vivencia para un padre.

Seguro que hay más casos de extrema ingratitud filial que nos encogerían el corazón (todas esas historias de malos tratos físicos o psíquicos a los padres), pero seguro que sin llegar a ellos, hay situaciones duras y complicadas (emocionalmente y económicamente hablando) de gestionar por parte de los padres/madres, porque cuando se produce una ausencia de las hijas/os, nadie ha enseñado a lidiar con esa ausencia injustificada, la desidia hacia la persona o el desprecio hacia el compartir las vidas una vez que se ha producido la independencia del hogar familiar (el síndrome del nido vacío es otro tema que en este artículo no voy a tocar).

Las relaciones paterno filiales son muchas y diversas, tantas que, son distintas incluso dentro del mismo seno familiar donde hay más de un hijo/a y no te digo nada donde hay familias numerosas y los primeras hermanas/os difieren en unos cuantos años con las últimas/os... Yo procedo de una familia numerosa y por experiencia personal en ello, sé que cada una/o vivimos a nuestros progenitores de una manera muy diferente por varias razones, entre algunas: época personal del padre o de la madre,  nuestro carácter y sensibilidad antes las mismas situaciones, generación a la que pertenecemos unas/os y otras/os, situaciones económicas de cada momento, …

Si que es cierto que hasta que una/o no tiene hijas/os, no se valora realmente que unas/os madres/padres han estado haciendo un gran esfuerzo vital, además de que creo que tampoco valoramos ni respetamos, ni queremos entender actitudes de nuestros/as padres/madres que no nos han gustado y mucho menos empatizamos con su momento personal vital del momento. Para los adolescentes, jóvenes o adultas/os, a los progenitores nunca les pasa nada que excuse actitudes de vida; entender, aceptar y perdonar que los progenitores se pueden equivocar (y muchas veces), parece que no es fácil.

Es evidente que este artículo sobre la ingratitud filial no va a reflejar todos los casos que existen y que muchos lectores no se van a ver reflejados en las emociones que puedo expresar en él, porque hay casos de vivencias tan distintas y algunas tan extremas de vivir por parte de los/as hijos/as, que la ausencia se hace necesaria, que la ignorancia hacia los progenitores se hace imprescindible y que lo que de fuera nos puede parecer ingratitud filial en realidad es supervivencia personal.
Me refiero a casos extremos de maltrato físico y psíquico, agresiones sexuales, ausencia de afecto, dejación de responsabilidad paterno/materna cuando aún los/as hijos/as no se pueden valer por sí mismos, manipulación, chantajes emocionales, … 

Pero también existe una ingratitud filial de "andar por casa", esa que llegados a cierta edad se identifica en mayor o menor grado y que muchas veces se disculpa porque nos han educado en que eso es lo que tienen que hacer unos buenos progenitores... disculpar, tolerar y estar aunque cueste la tranquilidad personal y emocional o el bienestar físico o económico. 
Estar para cuando una hija/o quiera;  aún cuando los hijos sean ya mayores. Ya sabemos todos que "eres madre/padre para siempre" y que no se deja de ser madre/padre nunca.

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También pienso que superar la ingratitud filial entra dentro del desarrollo personal de cada uno; aprender a agradecer lo bueno recibido y no poner el énfasis en sólo lo que hemos vivido como malo, es un grado de madurez personal que no todo el mundo adquiere. 
Yo personalmente he de decir que tuve mis años de ingratitud filial en mi adolescencia por no entender actitudes paterno/maternas; actitudes que con los años aprendí a entender (no digo compartir, pero si entender y aceptar) para liberar carga y a aceptar en tranquilidad (que no en resignación). 
Aceptar que mis progenitores no supieron hacerlo de otra manera y que contribuyeron en mi vida todo lo bien que pudieron y supieron hacerlo. Incluso he llegado a valorar que aquellas situaciones complicadas que en un momento dado me parecieron difíciles vivencias, me han formado en la persona que soy en estos momentos. 

Es más fácil culpabilizar a alguien que responsabilizarse de lo que uno es: hayas vivido lo que hayas vivido, ser feliz es una responsabilidad personal y no sólo una consecuencia de situaciones vividas.
 
Los padres/madres nunca lo hacemos todo lo bien que esperan las/os hijas/os, pero estas/os no tienen siempre la razón; equivocarse en la paternidad/maternidad entra dentro de lo previsible y es lo que ocurre: sí, nos equivocamos reiteradamente a lo largo de nuestra vida, tengamos descendientes o no. 
Si no ejerces de padre/madre, está claro que no corres riesgo de hacerlo mal, pero si ejerces, corres el riesgo y en algunos casos dentro del riesgo de aventurarse a ser madre/padre, entra la ingratitud filial.

Esto ha ocurrido desde siempre y también ocurre que en estos tiempos de rupturas de parejas, en situaciones en las que los progenitores que se quedan con la guardia y custodia de los hijos/as y les educan durante la infancia y adolescencia prácticamente en solitario y muchas veces en circunstancias complicadas. La otra parte sale ganando de todas todas porque la educación no ha recaído sobre ella; educar y poner límites es algo que no suele gustar mucho recibir cuando se es niña/o y mucho menos cuando se es adolescente, que es la etapa de romper con los límites y normas.
Alguien ejerce de poli malo si hay un poli bueno que permite y consiente, alguien pasa por malos momentos personales si la economía es insuficiente porque la otra parte no colabora en su deber económico, alguien se tiene que hacer cargo de que los/as hijos/as estén cuidados y con las necesidades vitales cubiertas, alguien tiene que educarles si la otra parte está ausente, ... Todo eso pasa una factura emocional que no siempre permite a un progenitor hacer las cosas todo lo bien que se podría con sus hijas/os. A mi me parece injusto justificar la ingratitud filial con el posicionamiento de que los/las padres/madres son los primeros y únicos responsables.

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Mi generación y alguna más, proviene de unos padres/madres salidos/as de una guerra y posguerra, a su vez con una infancia complicada llena de restricciones, con una dictadura a sus espaldas que encerraba y apagaba muchas formas diferentes de vivir en libertad. 

Procedemos de almas más o menos adiestradas y entorpecidas por creencias, costumbres y miedos, donde ser uno/a mismo/a era bastante más difícil que hoy en día,... y esto no es una excusa para justificar actitudes deleznables, es una realidad para aceptar vivencias que quizás se quedaron escasas en cuanto a expresión del amor, aceptación de libertades personales y en lo que hoy en día sería ser escasas en protecciones paterno/maternas. Por ejemplo, se empezaba a trabajar siendo un/a niño/a y se dejaban los estudios; hoy en día son obligatorios por derecho. 
Época de familias numerosas casi interminables, donde los/as mayores cuidaban de los/as pequeños/as y cuando estos se hacían mayores cuidaban de los siguientes y los/as primeros/as se ponían a trabajar para ayudar en la economía familiar; y todo esto en un intervalo de edad de entre los 5 años y los 12 o 14 años. Se iba a clase solo con muy corta edad, si daba un tortazo un profe, en casa caía otro porque "algo habrás hecho", se comía lo que se podía, se tenían carencias, ... era otra época.

Intensas vidas de esfuerzo, de compartir casas masificadas y muchas veces de hambre o más suave dicho, de ganas de comer, donde heredar los zapatos, libros y la ropa de los hermanos mayores era lo normal. Esas cosas las han vivido nuestros antecesores y algunos/as de nosotros también en algún momento de nuestra crianza.

En mi caso, yo en mis años de ingratitud filial no entendí de dónde procedían mis progenitores, no entendí que hicieron lo que pudieron con respecto a lo que eran, pensaban y les habían enseñado. 
No entendí y en mi no entender la mayor perjudicada era yo, aparte de mi padre y madre. 

Cuando entendí más cosas de la vida, más cosas de mi vida, más cosas de la vida de ellos, la ingratitud filial desapareció y la tranquilidad personal empezó a crecer. 

Tengo que dar las gracias de haber sabido entender hace tiempo, tanto que he tenido margen  para vivir muchos años de vida de mis padres en la gratitud filial y este hecho me permitió vivir hacia ellos con amor y más sus últimos años. Es curioso como cambian los conceptos; de sentir que ellos se habían quedado escasos conmigo a sentir que yo me he quedado escasa con ellos.

Este entendimiento y gratitud filial me han hecho entenderme en mi faceta materna, me han hecho perdonarme mis escaseces de cualquier tipo que haya podido haber para con mis hijos y me han hecho reconciliarme con la madre que soy, que siempre ha estado en la creencia de que podía haberlo hecho mejor. Procedo de esta educación de hacer siempre lo mejor que se puedas y si no puedes también; una educación en la continua culpabilidad de haber errado y de que eso es "pecado" o malo.

Cuantas veces me descubro en momentos en los que me acuerdo de algo de mi padre o de mi madre e interiormente sonrío y les doy las gracias porque esa vivencia me enriqueció, porque hay muchas vivencias maravillosas que las vivimos como normalizadas y que dejamos de apreciar por creerlas que están dentro de los mínimos que se deben vivir y son tesoros que no vuelven más que en el recuerdo. Momentos tesoro escondidos por otras vivencias a las que damos mayor importancia, generalmente las que consideramos malas. 
"Vivencias tesoro" hay muchas en una relación  paterno/materno filial; a mí buscar el tesoro y encontrarlo me trajo tranquilidad personal y felicidad.

Y ahora voy a empezar como las abuelas de antaño, diciendo que todo ha cambiado, que los márgenes en los que se mueve la juventud son diferentes. 
Las barreras del respeto, del agradecimiento, del reconocimiento por el esfuerzo de los padres/madres están en otros límites diferentes. Lo que antes sería extraordinario y moriríamos por poder vivir, hoy en día creen que es lo que tiene que ser. 
Las/os niñas/os,  preadolescentes, adolescentes y postadolescente están en la creencia que su vida les pertenece (que es cierto) y que pueden hacer lo que quieran al margen de a quien repercuta y qué consecuencias tenga para ellos y para los demás (cosa que no es ni cierta ni aceptable). 

En muchos el agradecimiento filial y no filial brilla por su ausencia y el respeto también. Menos mal que hay otros muchos que, salvando las diferencias generacionales, se comportan como bellísimas personas con sus padres/madres.

La falta de respeto es más acentuada quizás porque se ha perdido el miedo a la figura del progenitor como autoridad de la casa. Está claro que entre en miedo y la falta de respeto hay un término medio y creo que se nos está escapando de las manos en unas generaciones con un espléndido potencial para hacer de este mundo algo más acogedor y amable.

La ingratitud filial llega a unos términos que a muchos pilla en pañales y les saca de su confort personal para hacerles pensar cómo gestionar un montón de emociones contradictorias que se mezclan; lidiando con las creencias aprendidas y con las nuevas formas de ver la vida.

lascosasquetieneeloisa

Hoy en día ya no se sabe qué pensar; si es una pre, una adolescencia y una post de los nuevos tiempos o es algún tipo de patología (Trastorno Oposicionista Desafiante, TDAH, Síndrome del Emperador, trastornos de ansiedad, ludopatías, drogodependencias, …)  o que uno/a es un torpe o ha sido un torpe con sus "filios" y no sabe nada de la vida. 

El caso es que de una forma bastante habitual oigo a padres/madres hablar de problemas conductuales de las/os hijas/os con respecto a la relación con ellas/os; circulan unos momentos en los que amparados incluso por las leyes, los hijos/as "comen la tostada a los progenitores" y posteriormente practican la ingratitud filial y todo amparado en que tienen unos derechos como menores de edad.

La ingratitud filial produciendo ignorancia, ausencia, pasotismo, dejadez emocional, etc., no es un derecho asertivo (salvando casos), es un rechazo a la paternidad/maternidad que produce daño en los/as padres/madres.

Quizás parte de las nuevas generaciones entienden que no pasa nada y que como en el reino animal, una vez que los cachorros se hacen adultos, se marchan a hacer su vida y nunca más vuelven con los progenitores, y que no es ni siquiera cuestión de gratitud o ingratitud filial
Quizás nos falte entendimiento hacia las nuevas generaciones de hijas/os, fruto de una nueva sociedad más independiente.

En otros países el desapego entre padres/madres e hijos/as se produce pronto y pueden estar sin verse tiempo y lo consideran normal.
Tal vez ver la ausencia y el desapego como ingratitud filial sea por cultura y nos hagamos daño innecesariamente; esperamos una respuesta determinada y muchos no están por la labor de responder de esa forma y no es que exista ingratitud filial ni esas "pajas mentales que nos hacemos en la cabeza los padres/madres"... ¿o sí? 

¿Qué opinas? …. ¿debemos aceptar que las/os hijas/os hagan su vida realmente como quieren sin juzgarles y sentirnos dañados/as o por contra, debemos pedir unos mínimos relacionales, cada uno los mínimos que considere?

Siempre se ha dicho en mi generación que de las/os hijas/os no hay que esperar nada y que hay que darlo todo, ….que luego ellas/os lo darán todo sin esperar nada. 
Yo me temo que no es verdad, que por mucho que demos las/os hijas/os, jamás llegaremos a lo que nos han dado nuestros padres/madres. 
Yo así lo entiendo respecto a los míos, nunca estaré suficientemente agradecida a lo bueno y lo malo vivido, a todo lo aprendido y experimentado y partiendo del principio, ... por la vida que me han dado.

Sí, lo sé, hablo de que en la mayoría de los casos no tenemos los motivos suficientes para ejercer la ingratitud filial, hay otros en los que, como decía una conocida "más valdría haber nacido de un huevo", pero para mí la gratitud es una virtud que enriquece a la persona, da paz y satisfacciones, por lo que está reñida con la ingratitud en la vida y por lo tanto con la ingratitud filial.
Quizás al final todo consista en el grado de apreciación que damos a las personas y a las vivencias, en el grado de satisfacción personal de lo que somos, en el grado de empatía que seamos capaces de ejercer con nuestros progenitores, en el grado de crecimiento personal que podamos tener a lo largo de lo años y de esta manera evitar ejercer la ingratitud filial con nuestros progenitores... o como dice una canción de Golpes Bajos, son "malos tiempos para la lírica".

viernes, 30 de agosto de 2019

Sorpresa, emoción primaria

¡Lo primero que quiero contar es lo mucho que me ha sorprendio la sorpresa como emoción primaria! Es cierto que pasa como desapercibida por nuestra consciencia, pero es tremendamente interesante e importante, además de estar muy utilizada en cantidad de campos distintos ( en relaciones personales, cine, marketing, libros, arte, educación,...). Yo por ejemplo, no he reparado hasta ahora de todas las cualidades que tiene la sorpresa y al leer sobre ella he empezado a pensar en los momentos de mi vida cuando he tenido alguna intensa ; ¡lo que he aprendido!

La sorpresa es la única emoción primaria que tiene la cualidad de ser agradable desagradable o agradable ; vamos que su ambigüedad no nos deja definirla en un punto concreto tan solo en el de saber que se produce ante un hecho inesperado. Y no nos deja definirla porque en sí misma no tiene  connotación positiva o negativa, depende de que motiva la sorpresa, así será la respuesta emocional.

Esto es entendible muy bien con ejemplos :
-Si te estás peinando y de repente estalla una bombilla de encima del espejo te produce sorpresa y lo que sientes es susto, tu reacción puede ser subir las manos para protegerte.
- Si llaman a la puerta y al abrirla te encuentras con una caja regalo, te sorprendes y te sale una sonrisa y la alegría te invade, si encima es de tu pareja puedes llegar a sentir amor, pasión, deseo, agradecimiento, ...
- Si vas por la calle y un niño se cae de repente y se hace daño, el sorpresivo momento te puede causar susto primero y tristeza al ver al niño en el suelo llorando.

La emoción inicial es la misma : la sorpresa. Las siguientes emociones que la siguen varían dependiendo de las circunstancias que provocan esta emoción primaria.
Cuando he puesto "inicialmente", debería haber añadido fugazmente ya que la sorpresa es la emoción más instantáneamente corta. Dura nada, nos paraliza por un momento (si el motivo de la sorpresa es muy duro e impactante se puede producir un bloqueo patológico : estrés postraumático) y nos predispone para actuar frente aquello que nos ha producido la sorpresa.

¡Tachán! ...Ya tenemos cinco de las características de esta emoción : ser inesperada - ser breve, muy la sorpresa - activar el coco para encontrar una respuesta adecuada - estar marcada por la emoción que le sigue.
breve - desconectarte de dónde estabas para prestar atención al motivo de
Las grandes protagonistas de las cualidades de la sorpresa son la tercera y la cuarta ; desconectar el cerebro de los pensamientos de ese momento para prepararlo a él y al cuerpo para hacer frente al motivo que ha provocado dicha sorpresa. Dicho de una manera más técnica, facilita la reacción emocional y conductual posterior a partir del análisis de la situación, preparándonos para pasar a otra emoción ; su función adaptativa al medio nos permite afrontar situaciones inesperadas.
He leído que elimina la actividad residual del sistema nervioso central para que no haga interferencia con la reacción apropiada ante las nuevas exigencias.

¿Y qué efectos tiene a nivel fisiológico y a nivel subjetivo?

Fisiológicamente activa el sistema nervioso autónomo (disminuye frecuencia cardiaca, vasoconstricción periférica y vasodilatación cefálica, aumento brusco de la conductancia de la piel y dilatación de pupilas, apertura de boca y ojos y elevación de la musculatura asociada a las cejas) y el sistema somático (incremento de la actividad neuronal).

En cuanto a los efectos subjetivos, estos dependen de nuestras creencias internas, de acuerdo a ellas emitiremos juicios de valor de la situación y reaccionaremos con otras emoción primarias y secundarias.
También existe el fenómeno denominado "mente en blanco" (por unos momentos somos incapaces de pensar en algo en concreto), permitiéndonos redescubrir lo que sabemos al no dar una explicación lógica a lo que estamos viviendo. Esta capacidad de parar, resetear y volver a funcionar con la solución es el gran potencial de la sorpresa.

La sorpresa es una sensación complicada para ser definida porque puede ser causada por muchos estímulos y provocar muy diferentes respuestas. Es la emoción quien precede al pensamiento y la emoción primaria de sorpresa provoca un rapidísimo aumento de la actividad cognitiva para activar el sistema de alerta y evaluar la situación para dar una respuesta (facilita los procesos de atención, conductas de exploración y curiosidad).


Lo mismo que hay un refrán que dice "el hambre agudiza el ingenio", podemos decir que la sorpresa agudiza las respuestas. Para esta emoción todo son estímulos novedosos que incitan al análisis para dar solución a esa situación impredecible por desconocimiento...conclusión fácil : ¡con cada sorpresa se aprende!
¿Os habéis fijado en los niños que están todos los días en casi contínua sorpresa? Es bien fácil saber porque estamos de niños más predispuestos a sorprendernos por casi todo,...¡estamos aprendiendo a vivir! siendo niños es parte de nuestro proceso madurativo y nos predispone a la curiosidad y el aprendizaje, es parte del proceso evolutivo.


A medida que nos vamos haciendo adultos, nos convertimos en unos listillos insoportables que queremos aparentar que nada nos sorprende porque somos la monda lironda. ¡Error, error, error!
Si nos dejamos sorprender por la sorpresa, la vida es preciosa, llena de novedades, descubrimientos, aprendizajes, acción, maduración ... ¡Me encanta la capacidad de sorprenderse de los niños tan llenos de ganas y de emociones a vivir!

Los mayores nos sentimos incómodos ante la desorientación que la sorpresa nos puede producir. Los humanos necesitamos tener controlado lo que va a pasar, de esta manera tenemos mayor seguridad de saber que podremos afrontar cualquier situación de manera efectiva. Ese puntito de parálisis frente a la sorpresa suele resultar molesto, ya que ante un momento novedoso complicado hay que reaccionar rápidamente.

Pero sabes que te digo, ¡bienvenidas las sorpresas que nos hacen avanzar! y esto es muy aplicable a personas centradas en lo malo o negativo. Si alguien está contándote todos sus problemas de una forma victimista y enrocada (¡dale que te pego la burra al trigo!), haz cualquier cosa que la sorprenda para que corte ese torrente de pensamientos con mala energía.
Da una fuerte palmada, derrama el vaso de agua, dale un pellizco o ponte a hacer el pino a una mano; cualquier cosa vale puesto que ya hemos comentado que la sorpresa puede ser causada por muy diversos estímulos. No conseguirás cambiarle como de la noche al día y que todo lo vea bonito, pero al menos habrás conseguido que por un rato no siga envenenándose con pensamientos negativos.

Todas las cualidades, en cuanto a la comunicación efectiva, de la sorpresa las saben muy bien los expertos en márketing ya que si se consigue sorprender a la gente, esta se quedará con el mensaje más fácilmente ya que dirigirá su atención hacia el producto o servicio.
Esto mismo pasa a nivel educación ; aquellos profesores que consiguen sorprender a los alumnos captan mucho más la atención de ellos, con lo que consiguen ser escuchados en sus explicaciones.

En cuanto al cine, la literatura, el teatro, la música, los vídeos etc. , el 76%  de ellos con más éxito utilizan la emoción primaria de la sorpresa como recurso comunicativo.

Así que, con todo lo que sabemos  ahora de la sorpresa, ¿te animas a vivirla y a hacerla vivir más?

Nota* Os recuerdo que hablo de la sorpresa como emoción primaria a trabajar en el marco de "el área emocional"  que es una de las distintas áreas de la vida 

miércoles, 8 de mayo de 2019

Reflexiones

Hay verdades de vida impuestas que, con el tiempo y muchas reflexiones, te acabas dando cuenta de que tienes que quitar como pilar fundamental de vida; son verdades educacionales, pero no las verdades de uno.

Nos han educado en la dureza de vida, en el esfuerzo, en la lucha y en el sacrificio ; de eso se trataba precisamente, de ganarse la vida futura con sudor y lágrimas (Génesis 3 "Ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, de donde fuiste sacado. ¡Porque eres polvo y al polvo volverás!"). De aquí venimos muchos de los que ya pasamos de los 50 años, para nuestro provecho y nuestro lastre.

Yo así lo he hecho hasta hace unos años y desde entonces no quiero más dolores, más luchas ni más sacrificios. De mis diversas reflexiones, esta es una que quiero tener presente sin olvidarla.
Fácil, amable, tranquilo, armonioso, dulce, suave, agradable, grato, alegre,… todos los sinónimos se me quedarían cortos para calificar a la vida, porque así es también y no sólo como nos la han contado y educado.

Tenemos la suerte de vivir en un lugar que nos permite poder elegir (en cierto modo) y lo curioso es que elegimos lo que nos enseñan y no lo que nos corresponde.
Parece como si cuanto más te sacrificas, mejor persona eres, como si cuanto más sufres, más buena porque son los malos los que viven bien y sin penurias. Además le añado que como he nacido mujer, pues aún más sufrimiento y más dolor por ser la descendiente de aquella mujer malvada y perversa que incitó a su compañero al pecado ¡Puf, telita con el Génesis 3 y lo que relata!

Siempre he ido un poco a contra corriente de lo que esta sociedad y sus costumbres marcaban que debería ser una mujer madre de familia, honrada y decente y he pagado un alto coste en varios sentidos (familia, amistad, trabajo,…). No estamos acostumbrados a no juzgar a respetar y a apoyar al que hace algo distinto a lo que nosotros consideramos “adecuado”.

Yo misma seguro que peco de esto en más de una ocasión sin quererlo, es más, igual hasta yo misma he elegido situaciones difíciles bajo las órdenes inconscientes de que no me merecía otra cosa por no ir en la línea establecida. Y lo sé porque incluso ahora me quedan resquicios de cierto grado de remordimiento por haber elegido un camino más amable hasta que me convierta en polvo.

Voy cambiando hábitos y eso me gusta, ya voy reconociendo donde están los demás y aceptando que es su rumbo y su forma de hacer camino (no el mío). Si es con tranquilidad, tomo ejemplo y si es con esfuerzo y dolor personal, pido para que se den cuenta de que quizás puedan encontrar una forma más bonita de vivir.

Por suerte no estamos en uno de esos países que están en guerra, o no tienen que comer o que tienen que recorrer kms. para encontrar agua potable o que las inundaciones les llevan lo poco que tienen o que tienen que cruzar en una patera un mar que les lleva incluso a la muerte. No tenemos que ver a nuestros hijos morir de inanición, o por deshidratación, ni la falta de higiene nos produce enfermedades, por contra tenemos exceso de muchas cosas materiales. Hagamos entonces honor y practiquemos el agradecimiento de haber nacido "por suerte" donde hemos nacido. Practiquemos el agradecimiento haciéndonos felices… dejémonos de memeces y seamos felices. 

Y hoy (julio del 2022), releyendo estas reflexiones, veo que sigo pensando lo mismo; no se trata de sufrir, se trata de vivir con lo que a cada uno le hace feliz y eso puede que implique dedicación, tiempo e incluso esfuerzo, pero no dolor o servidumbre. 

No vamos a engañarnos, yo estas reflexiones me las he dejado hacer cuando ya la crianza de los hijos la tenía solucionada (prácticamente en solitario y con excesivo esfuerzo) y cuando en la vida he perdido prácticamente todo lo material (mi hogar incluido "Andando en un desahucio") , relaciones familiares y de amistad, algo de salud y mucha creencia de vida que me ha condicionado. Pese a elegir vivir en un  esforzarme continuo y titánico, las cosas de la vida no me han ido saliendo bien. He ido saliendo de todas las circunstancias lo más dignamente que he sabido y podido, hasta que he entendido que hay otra manera de vivir.

Sé perfectamente por experiencia, que para meterte a estas reflexiones hace falta tener tiempo ; salir de la rueda en la que nos meten (o nos metemos) no es fácil. Bien por responsabilidades de familia, por responsabilidades económicas o por responsabilidades sociales, nos cuesta sacar tiempo e invertirlo en unas reflexiones tras las cuales, podemos cambiar nuestra vida ... a ser más felices! Reflexiones, elecciones (yo elijo) y acciones para una vida feliz. 

lunes, 30 de enero de 2017

Apreciación

A mí me resulta una palabra preciosa:  apreciación. Buscaré su significado exacto pero me resulta muy gratificante sentir aprecio y seguramente su etimología me diga lo que me hace sentir, nada que ver con precio, porque para mí hay cosas que no lo tienen cómo es sentir apreciación por lo que se es, lo que se disfruta y lo que se tiene (material e inmaterial).

Según el diccionario apreciación es:

1. f. Acción y efecto de apreciar (‖ poner precio a las cosas).
2. f. Acción y efecto de apreciar (‖ aumentar el valor de una moneda).
3. f. Acción y efecto de apreciar (‖ percibir a través de los sentidos).
4. f. Econ. Aumento del precio relativo de un bien.

Pues vaya, de los cuatro significados me quedo con el tercero, me voy al verbo apreciar, a ver si me gusta más lo que nos dice:

1. tr. Reconocer y estimar el mérito de alguien o de algo.
2. tr. Sentir afecto o estima hacia alguien.
3. tr. Percibir algo a través de los sentidos o de la mente.
4. tr. Aumentar el valor o cotización de una moneda en el mercado de divisas.
5. tr. Poner precio o tasa a las cosas vendibles.
6. prnl. desus. preciarse.
Esto ya tiene más sentido a lo que yo entiendo como apreciación, menos mal, empezaba a pensar que no entiendo el significado cómo es.

Por otro lado he encontrado que apreciación es el resultado de la acción de apreciar. Procede del latin "appretiàre" y cuyo significado es valorar, colocar un precio comercial o emocional a determinados hechos o circunstancias, cosas o personas.

Me confirma lo que yo entiendo por apreciación; valorar.

Dentro del cuaderno de trabajo del libro Pide y se te dará , uno de los trabajo es el de "Un torrente de apreciación", que es de muy parecida realización al del agradecimiento realizado en el 2015.

En su día realicé el de "Sería estupendo ..."  

El trabajo consiste en buscar algo de nuestro entorno y apreciar lo que nos proporciona de beneficio, placer, tranquilidad, bienestar o lo que nos genere de positivo en nuestra vida.
Cómo bien dice el libro, es un juego más que un trabajo y lo puedes jugar dónde te encuentres,en casa, calle, autobús, cine... ya que tan solo consiste en elegir algo que te agrade y reconocer que te aporta de grato a la vida.

También nos indica que empecemos por poco tiempo y que a medida que sentimos realmente un mayor bienestar con lo que experimentamos, nos apetecerá hacerlo más a menudo. Ahora bien, si no sentimos una sensación más grata y de mayor plenitud personal, nos dicen en el libro que quizás no estemos preparados para jugar al Un torrente de apreciación y que pasemos a otro.

Palabras textuales: Cuando estés predispuesto a apreciar lo que te rodea, tu vibración no contendrá resistencia alguna. Ten presente que el nivel de resistencia que alcanzas te impide conseguir tus deseos.

Yo sí siento plenitud cuando ejerzo la apreciación de lo que vivo en mi vida, de quien tengo a mi alrededor, de qué tengo, de qué puedo hacer, de qué puedo sentir... me agradan tantas cosas y aprecio a tantas personas, que no me es difícil practicar la apreciación en estos momentos. ¿y tú? ¿podrías hacer el juego y practicar la apreciación? Te mereces intentarlo, total, daño no te va hacer ¿no crees?