Hay verdades de vida impuestas que, con el tiempo y muchas reflexiones, te acabas dando cuenta de que tienes que quitar como pilar fundamental de vida; son verdades educacionales, pero no las verdades de uno.
Nos han educado en la dureza de vida, en
el esfuerzo, en la lucha y en el sacrificio ; de eso se trataba precisamente, de
ganarse la vida futura con sudor y lágrimas (Génesis 3 "Ganarás el pan con el
sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, de donde fuiste sacado.
¡Porque eres polvo y al polvo volverás!"). De aquí venimos muchos de
los que ya pasamos de los 50 años, para nuestro provecho y nuestro lastre.
Yo así lo he hecho hasta
hace unos años y desde entonces no
quiero más dolores, más luchas ni más sacrificios. De mis diversas reflexiones, esta es una que quiero tener presente sin olvidarla.
Fácil, amable, tranquilo,
armonioso, dulce, suave, agradable, grato, alegre,… todos los sinónimos se me quedarían cortos para
calificar a la vida, porque así es también y no sólo como nos la han contado y
educado.
Tenemos la suerte de
vivir en un lugar que nos permite poder elegir (en cierto modo) y lo curioso es
que elegimos lo que nos enseñan y no lo que nos corresponde.
Parece como si cuanto más
te sacrificas, mejor persona eres, como si cuanto más sufres, más buena porque
son los malos los que viven bien y sin penurias. Además le añado que como he
nacido mujer, pues aún más sufrimiento y más dolor por ser la descendiente de
aquella mujer malvada y perversa que incitó a su compañero al pecado ¡Puf,
telita con el Génesis 3 y lo que relata!
Siempre he ido un poco a
contra corriente de lo que esta sociedad y sus costumbres marcaban que debería
ser una mujer madre de familia, honrada y decente y he pagado un alto coste en
varios sentidos (familia, amistad, trabajo,…). No estamos acostumbrados a no
juzgar a respetar y a apoyar al que hace algo distinto a lo que nosotros
consideramos “adecuado”.
Yo misma seguro que peco
de esto en más de una ocasión sin quererlo, es más, igual hasta yo misma he
elegido situaciones difíciles bajo las órdenes inconscientes de que no me
merecía otra cosa por no ir en la línea establecida. Y lo sé porque incluso
ahora me quedan resquicios de cierto grado de remordimiento por haber elegido
un camino más amable hasta que me convierta en polvo.
Voy cambiando hábitos y
eso me gusta, ya voy reconociendo donde están los demás y aceptando que es su rumbo
y su forma de hacer camino (no el mío). Si es con tranquilidad, tomo ejemplo y si es con
esfuerzo y dolor personal, pido para que se den cuenta de que quizás puedan
encontrar una forma más bonita de vivir.
Por suerte no estamos en
uno de esos países que están en guerra, o no tienen que comer o que tienen que
recorrer kms. para encontrar agua potable o que las inundaciones les llevan lo
poco que tienen o que tienen que cruzar en una patera un mar que les lleva incluso a la muerte. No tenemos que ver a nuestros hijos morir de inanición, o por deshidratación, ni la falta de higiene nos produce enfermedades, por contra tenemos exceso de muchas cosas materiales. Hagamos entonces honor y practiquemos el agradecimiento de haber nacido "por suerte" donde hemos nacido. Practiquemos el agradecimiento haciéndonos felices… dejémonos de memeces y seamos felices.
Y hoy (julio del 2022), releyendo estas reflexiones, veo que sigo pensando lo mismo; no se trata de sufrir, se trata de vivir con lo que a cada uno le hace feliz y eso puede que implique dedicación, tiempo e incluso esfuerzo, pero no dolor o servidumbre.
No vamos a engañarnos, yo estas reflexiones me las he dejado hacer cuando ya la crianza de los hijos la tenía solucionada (prácticamente en solitario y con excesivo esfuerzo) y cuando en la vida he perdido prácticamente todo lo material (mi hogar incluido "Andando en un desahucio") , relaciones familiares y de amistad, algo de salud y mucha creencia de vida que me ha condicionado. Pese a elegir vivir en un esforzarme continuo y titánico, las cosas de la vida no me han ido saliendo bien. He ido saliendo de todas las circunstancias lo más dignamente que he sabido y podido, hasta que he entendido que hay otra manera de vivir.
Sé perfectamente por experiencia, que para meterte a estas reflexiones hace falta tener tiempo ; salir de la rueda en la que nos meten (o nos metemos) no es fácil. Bien por responsabilidades de familia, por responsabilidades económicas o por responsabilidades sociales, nos cuesta sacar tiempo e invertirlo en unas reflexiones tras las cuales, podemos cambiar nuestra vida ... a ser más felices! Reflexiones, elecciones (yo elijo) y acciones para una vida feliz.
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