Pensamientos, palabras, obras y omisiones

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Pensamientos, palabras, obras y omisiones, … tal cual es la vida.

domingo, 15 de enero de 2023

La revuelta

lascosasquetieneeloisablog
No puedo dejar de escribir esta entrada tras haber leído una reflexión que me ha tocado la mente y el alma, reflexión ante una situación en teoría banal de un par de famosos; Sakira y Piqué. La revuelta popular que ha causado la última canción de Sakira  "BZRP Music Session #5" ha llevado a un escrito en redes sociales con el que he topado de un tal Roy Galán (lo desconocía hasta hoy).

Entre memes, reacciones de famosos al oír la canción, noticias en los informativos, personas anti famoseo y las pro famoseo, etc., doy con algo que va un poco más adentro de lo que hasta la propia protagonista quizás suponga, aunque intuya.

Os pongo lo leído:




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A mí, leer todo seguido sin puntos y aparte me resulta complicado, así que he copiado el texto (con todo el respeto y agradecimiento del mundo) y he puesto esos punto y aparte que necesitaba para una mejor comprensión y asimilación de lo que he leído, aparte de subrayar lo que me ha tocado:

Por los hijos

Aguanta por los hijos.

Por los hijos quédate callada.

Por los hijos sé una señora.

Por los hijos no rompas la paz familiar.

Por los hijos perdona esto y aquello y esto de aquí.

Por los hijos déjate en último lugar.

Sé una sobra de una sobra por los hijos.

Por los hijos aparenta. Finge por los hijos.

Por los hijos no llores.

No discutas por los hijos.

Que no se te note por los hijos.

Por los hijos no denuncies.

El por los hijos ha sido siempre una forma social de disciplinamiento de las madres. ¿Cómo? A través de la culpa.

Para hacer sentir culpable a una madre basta con intentar hacer ver que sus hijos no son lo primero.

Basta con construir un relato en el que una madre tenga deseos y que esos deseos no sean siempre y en todo momento sus hijos.

Para prender la llama del imaginario de la mala madre basta con insinuar que una madre sigue siendo mujer.

¿Qué van a pensar los hijos de Shakira?

Pues pensarán que su madre era una mujer.

Aprenderán que la vida, las relaciones, son lugares complejos, que a veces hacemos daño o nos lo hacen, aprenderán que las emociones que no nos gustan también existen, que el mundo (el espacio entre yo el otro) es mundo porque hay conflicto, que a veces lo haces mejor y a veces peor, que te equivocas, o no.

Los hijos de Shakira aprenderán que su madre es una mujer con carácter y temperamento, que si se siente humillada, ataca, que puede estar dolida, que no es solo la persona que da las buenas noches, que tiene alma y ese alma es imperfecta.

Los hijos de Shakira aprenderán todo esto y esto es un aprendizaje muy valioso.

Porque si algo hemos hecho tremendamente mal es no haber querido ver jamás a las mujeres que son nuestras madres y que en muchos casos dejaron de ser una vez llegamos nosotros.

Si algo hemos hecho mal es que los hijos muchas veces nos hemos beneficiado de manera tiránica de este silencio y esta devoción y este amor incondicional.

Hemos exigido incluso que nuestras madres dejaran de ser mujeres para que cumplieran nuestras expectativas y cuando no han sido las madres ejemplares que sí tenían nuestros amigos las hemos castigado sin piedad.

Los hijos de Shakira aprenderán que su padre fue probablemente un imbéc** con su madre y que incluso así puede decidir quererle, pero que está bien y es importante que lo sepan, que vean al hombre detrás del padre.

Porque basta ya de ocultar la verdad. La verdad es un elemento imprescindible para la libertad.

Los hijos de Shakira aprenderán que su madre se quería al menos tanto como los quería a ellos, que también pensó en lo que ella necesitaba sin importarle, por una vez, una mierda todo, que estuvo rota porque las personas se rompen pero que pudo continuar.

Hay incluso hijos que se sienten orgullosos de tener esas madres. De poder estar cerca de ese destello. Ese que pasa por comprobar que hubo madres que no dejaron que muriera lo que tenían por dentro y que estuvieron dispuestas a luchar por los hijos, sí, pero también, por las mujeres que han sido y que pretenden seguir siendo.

Hay una expresión que me ha encantado "...que tiene alma y ese alma es imperfecta".

Le sumo a todo lo leído, que esa obligatoriedad a ser perfectas madres que todo lo hagan bien, lo venimos sufriendo injustamente las madres desde hace generaciones. Lo sufriría mi abuela, sé que lo sufrió mi madre y lo he sufrido yo; mis hijos no lo sufrirán al ser chicos. 

Un hombre, esto lo ha escrito una persona de género físico masculino. Lo importante, que es un ser humano, más allá del género, capaz de ver la mediatización moral que sufrimos en esta sociedad; porque en esta historia de lo socialmente correcto, yo he vivido en mis propias carnes la culpabilidad impuesta tanto por hombres como por mujeres. 

¿Quién es? Ni idea ¿De dónde es? Ni idea. Solo sé que es alguien que podría perfectamente haberme conocido a mí y mi historia, para luego escribir sobre lo sentido y vivido. Esto me hace suponer que lo vivido por mí es muy parecido a lo vivido por muchas otras mujeres que actuando de una manera "antisocialmente maternal" en su vida y en sus separaciones, han tenido que saber esperar a que el tiempo coloque esos "dimes y diretes" que han tenido que escuchar de su familia, amigos y vecinos, de sus propios hijos e incluso de sí mismas.

El aguantar, por los hijos.

El quedarse callada, por los hijos.

El ser una señora, por los hijos.

El no romper la paz familiar, por los hijos.

El perdonar esto y aquello y esto otro, por los hijos.

El dejarte en último lugar, por los hijos.

El ser una sobra de la sobra, por los hijos.

El aparentar y fingir, por los hijos.

El no llorar, por los hijos.

El no discutir, por los hijos.

El que no se te note, por los hijos.

El no denunciar, por los hijos.

...... pasa factura de vida, una gran factura de vida basada en la culpabilidad. 

Culpabilidad por intentar cumplir con lo que nos han inculcado como "buenas madres" haciendo renuncia de vida personal y no conseguirlo.

Culpabilidad porque te quedas con los hijos a tu cargo y no abarcas ni económicamente ni emocionalmente ni físicamente.

Culpabilidad porque cuando empiezas a hacer alguna cosa para ti misma los de alrededor no lo entienden y te juzgas (nos han enseñado a juzgarnos).

Culpabilidad que te hace dar explicaciones de todo lo que haces porque no te entienden y al dar explicaciones alimentas el monstruo de la educación ancestral que todos llevamos dentro.

Culpabilidad por sentirte maltratada.

Culpabilidad por sentir que te sientes maltratada.

Culpabilidad por revelarte contra el maltrato.

Culpabilidad por no haber visto antes el maltrato.

Culpabilidad por haberte tenido que buscar la vida y en consecuencia culpabilidad por no haber podido estar con los hijos.

Culpabilidad por haber sido severa.

Culpabilidad por no haber sido severa.

Culpabilidad por no haberlo podido hacer mejor.

Culpabilidad por no haberlo sabido hacer mejor.

Culpabilidad que te hace sentir mala madre.

Culpabilidad por la culpabilidad que sientes.

Culpabilidad por existir.

Culpabilidad, a secas,... culpabilidad perpetua, rotunda y siniestra.

Yo no sé si la revuelta que en estos momentos existe a cuenta de una canción en la que una mujer expresa lo que siente y como se siente, servirá para algo socialmente hablando; lo que sí sé es que a mí me ha llevado a una reflexión personal de mi vida que me ha hecho liberarme de una culpabilidad que jamás debería haber existido. La revuelta interior en mí, ha sido potente, por lo que tendré que agradecer este fenómeno mediático tan criticado, además de dar las gracias a las redes sociales (que últimamente detesto), por haberme puesto delante la reflexión de este hombre desconocido para mí y que me merece todos mis respetos y agradecimiento. 

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