Pensamientos, palabras, obras y omisiones

Pensamientos, palabras, obras y omisiones
Pensamientos, palabras, obras y omisiones, … tal cual es la vida.
Mostrando las entradas para la consulta miedo ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta miedo ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

martes, 12 de abril de 2016

El miedo


De pequeños nos metían el miedo con eso de que si no éramos buenos venía el hombre del saco a por nosotros y nos llevaba con él. A nuestros padres los miedos propios de una guerra y una posguerra ; a mis abuelos los de emigrar para comer. A los tatarabuelos otros, y así para atrás muchos miedos más acumulados. Si a eso le añadimos los que la sociedad y la iglesia imponían ¡ de aquellos polvos vienen estos lodos !
  
Si nos vamos a la wiki, nos explica así que es el miedo :
El miedo o temor es una emoción caracterizada por una intensa sensación desagradable provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta en todos los animales, lo que incluye al ser humano.
La máxima expresión del miedo son las fobias, el terror, además está estrechamente relacionado con la ansiedad.
Existe miedo real cuando su dimensión está en correspondencia con la dimensión de la amenaza. Existe miedo neurótico cuando la intensidad del ataque de miedo no tiene ninguna relación con el peligro. Ambos, miedo real y miedo neurótico, fueron términos definidos por Sigmund Freud en su teoría del miedo. En la actualidad existen dos conceptos diferentes sobre el miedo, que corresponden a las dos grandes teorías psicológicas que tenemos: el conductismo y la psicología profunda. 
Según el concepto conductista el miedo es algo aprendido. El modelo de la psicología profunda es completamente distinto ; en este caso, el miedo existente corresponde a un conflicto básico inconsciente y no resuelto, al que hace referencia.
Esto nos cuenta la wiki y parece ser que según pasa el tiempo el concepto de la emoción del miedo varía y también su utilidad, ya que en nuestros ancestros podría tener un significado de vida o muerte en casi todos los individuos, pero hoy en día ese mecanismo básico de supervivencia en respuesta a un peligro, en muchos casos no tiene sentido ni razón de ser.
Eso sí, es una emoción y como tal hay que respetarla; cualquier emoción hay que dejarla sentir ya que tienen todas una utilidad y sobre todo si las sentimos, debemos dejarnos la libertad de reconocerlo en lugar de tratar de ocultarlo.
La represión no es sana, la modulación de la emoción del miedo sí. Sabemos que es una reacción ante hechos que sucederán a futuro o en el presente, aunque también hay miedos del pasado aprendidos. El miedo es útil en ciertas ocasiones, el problema con él reside en que en estas sociedades al final nos hacen vivir con una serie de miedos que nos sirven para nada (miedos disfuncionales). Este es el tipo de miedos que nos paralizan o nos frenan.
Decir también que los de nuestros antepasados o los de algunos individuos de países con una suerte bien distinta a la nuestra, los miedos sí que son más de supervivencia física de cubrir las necesidades fisiológicas (las primarias y básicas que nos describe Maslow) y ahora son más de seguridad (según lo que entendamos con ello), de autoestima o de autoconcepto.
Repito que el miedo es una emoción primaria y que se encuentra en todas las culturas y cada una tienes sus propios miedos dependiendo de las vivencias, de las creencias, del entorno vital, de…

Suele resultar una emoción desagradable con consecuencias orgánicas, aunque hay personas que disfrutan con esa sensación de miedo (de hecho existe ese género en el cine e incluso festivales como el de Sitges). 

El miedo tiene su punto positivo ya que nos ayuda a alejarnos de algún acontecimiento para el que aún no somos aptos. Estos pueden ayudarnos como hacen una madre, con protección, pero no nos ayudan en nada cuando son con sobreprotección.

Tiene esas dos vertientes el miedo; nos alerta o nos paraliza, nos esconde o nos da valor para actuar (bien peleando, bien escapando). He leído una frase sobre el miedo que me ha gustado, pero no sé de quién es un sentimiento útil en la supervivencia pero limitante en la vida.

La respuesta al miedo, enfrentarse a él con acciones, no sólo con una, ...varias y variadas porque en alguna encontraremos la clave para salir adelante y perder el miedo al miedo.

Hoy en día la variedad de miedos es inmensa y pueden ir desde miedo a un animal, miedo a hablar en público, miedo a la confrontación, miedo a salir, miedo al olor corporal, miedo a los libros, miedo a los espacios cerrados, miedo a ......... ¡infinitos parecen los miedos! a mí personalmente los que más pena me dan son el miedo a vivir y el miedo al amor. ¡todo lo que podemos vivir y amar!

Si quieres conocer más sobre el miedo como emoción primaria, este está enmarcado dentro del área emocional, que a su vez es una de las distintas áreas de la vida 
Nota* Actualizo esta entrada con el enlace a un libro que he conocido. Nos habla de 7 emociones, entre ellas el miedo
Historias que transforman







martes, 3 de septiembre de 2019

El miedo, emoción primaria


Repitiendo la definición de que son las emociones, diré que son respuestas involuntarias psicofisiológicas, cognitivas y conductuales, es decir, una reacción biológica a un acontecimiento. Dicho esto, el miedo cumple muy bien con su papel que es el de la supervivencia del individuo ante un acontecimiento que él considera un peligro (da igual que sea real o inventado).

Yo le veo al miedo como ese Pepito Grillo que está ahí todo el rato para que no nos metamos en problemas ; nuestro gran cuidador que nos mantiene a raya, ya que sin él, seguro que ni yo estaría escribiendo ni vosotros leyendo sobre él.

Esta emoción primaria cuidadora es nuestro mecanismo adaptativo a un entorno hostil y lleno de peligros y nos otorga la capacidad de reaccionar ante posibles situaciones que considera peligrosas... y esto es lo perfecto para mantenernos vivos, el problema es tener miedos infundados, o mejor dicho miedos disfuncionales (que no sirven para la función de proteger, si no tan sólo de impedir ).


A través del
miedo manifestamos lo que para nosotros resulta una amenaza a nuestra seguridad, bien física, o bien de autoestima y autoconcepto, habiendo miedos que pueden ser terriblemente subjetivos y digo terriblemente por la carga de vida que pueden llegar a ser (miedo a montar en metro, avión, ascensores, a salir a la calle, a la gente, ...).

Nuestras creencias y patrones mentales que nos llevan a unos pensamientos determinados filtran acontecimientos que nos suceden y dependiendo de cuales sean, nuestros miedos se manifiestan en mayor o menor grado. En el grado mayor tenemos todas las fobias que nos podamos imaginar (aracnofobia, agorafobia, zoofobia, pluviofobia, a las palabras largas..... puede haber una fobia para todo, depende de cada individuo) y en el grado menor las conductas de riesgo (exposición repetida y voluntaria a un peligro como deportes de alto riesgo, la ruleta rusa, ciertas prácticas sado/mado, conducir a alta velocidad, ... hablar del riesgo merece capítulo aparte). 

Stanley Rachman (psicólogo canadiense) hace distinción con las clases de miedos que hay : miedo agudo, miedo crónico, miedo adaptativo o funcional y miedo desadaptativo o disfuncional. De los dos últimos ya he escrito, así que paso ahora con los otros dos.

El miedo agudo está provocado por estímulos reales, concretos y evidentes, de esta manera, desaparece cuando lo que provoca el miedo no está presente. Los típicos son miedo a un animal concreto ; araña, polilla, rata, serpiente, perro, ... solo en presencia de ellos se siente el miedo, durante el resto del tiempo ese miedo permanece dormido.

El miedo crónico tiene una esencia bastante más complicada ya que puede estar provocado por algo concreto o algo subjetivo, de esta manera se está expuesto al miedo en cualquier momento que tengamos un pensamiento subjetivo que nos lo provoque. Ejemplos más claros de esto es el miedo a la soledad o el de suponerse rodeado de espíritus, que a las noches venga un monstruo,.... 

Luego están los miedos propios de cada época humana. Algunos de las pasadas permanecen, otros van desapareciendo y otros nuevos se unen : miedo a perder algo, a ser rechazado, a la vejez, a una enfermedad, a no tener algo o a alguien, a la muerte, al fracaso, miedo a.... lo ideal sería que cada uno fuéramos capaces de identificar nuestro propios miedos y si son disfuncionales, enfrentarnos a ellos y reconducir nuestras creencias y pensamientos al respecto.

Lo que está claro es que el miedo puede ser provocado por cualquier cosa o pensamiento, pero ¿qué nos ocurre cuando sentimos miedo? en principio es una retirada/lucha/esconderse de aquello que nos produce el miedo. Hay múltiples vídeos de escenas en las que se da un  susto a alguien con algo sorpresivo y la primera reacción es echar a correr, enfrentarse, taparse los ojos y chillar o poner las manos delante (depende de la situación y del momento propio del individuo). 

También simplemente puede ser que no nos acerquemos a quello que nos da miedo por no sentir el malestar de la indefensión y falta de control que nos provoca, ya que esa sensación de vulnerabilidad no nos gusta nada y menos si tienes la creencia de ser una persona a a que "nada ni nadie" le para (aunque todos sepamos que es todo lo contrario). En este caso enmascaramos el miedo con la no exposición a cosas o situaciones que nos lo puedan producir (el miedo al compromiso, miedo a un posible fracaso, miedo a no sentirse suficientemente válido, miedo al miedo,...). 

En cuanto a los cambios fisiológicos que se producen en el cuerpo :

Aumento de la frecuencia y la fuerza contráctil cardiaca, aumento de la presión arterial sistólica y diastólica, dilatación de pupilas, sudoración, descenso de la temperatura corporal periférica y reducción del volumen sanguíneo (el típico "quedarse pálido" "quedarse helado"), aumento de la conductancia de la piel y la tensión muscular (tanto que se puede llegar al agarrotamiento muscular), aumento de la frecuencia respiratoria (llegar a la hiperventilación), el estómago se contrae, aumento de neurotransmisores en sangre (adrenalina y noradrenalina principalmente)...

Si con el miedo los cambios físicos son importantes, los psicológicos si que son impedimento para llevar una vida saludable en nuestras relaciones intrapersonales e interpersonales  :

Agobio, malestar, estado de alerta, pensamientos negativos, preocupación, estrés, pérdida de autoestima, bloqueo emocional, ansiedad (y su diversas variantes), trastornos obsesivos, ataques de pánico, síndrome de estrés postraumático, ...

En cuanto a cómo afrontar el miedo, depende mucho de cual sea y a qué grado haya llegado ; no dudes en consultar a un especialista si es el caso, no haciendo nada al respecto afecta a tu entorno, tus relaciones y sobre todo a ti.

Para los miedos un poco más de "andar por casa" podemos encargarnos nosotros mismos :

Lo primero es reconocerlos, dejar de negarlos y no huir de ellos ; hazte amigo de tus miedos y no los tomes como enemigos porque son tus grandes aliados para el crecimiento personal. 

Tienes mil y una páginas por blogs para decirte cómo afrontar los miedos, busca tu propia táctica. La mía en concreto es buscar sentirlos para ver cual es mi limitación y comprobar que no es para tanto y que puedo con ello, por lo menos por momentos. 

Por ejemplo, tengo miedo (que no fobia) a la altura y de vez en cuando me hago una de monte que conlleve verme pasando ese miedo (que no riesgo) y teniéndome que poner las manos a los lados como los burros ; a ratos las quito y poco a poco me voy acostumbrando a esa sensación de vacío a los lados. Otras hago una vía ferrata en la que paso ese miedo y me observo en él (me paraliza el cerebro y no soy capaz de pensar con claridad ni de hacer bien el paso de un sitio a otro); en la observación soy consciente de mi parálisis mental y pienso que me pasa seguro en otras ocasiones en las que no soy consciente de mis miedos.

Nunca he llegado a quitar ese miedo que tiene mi cerebro, pero si que lo domino mentalmente ¡me encanta esa sensación de capacidad que siento al hacerlo! ¡sin miedo a vivir el miedo!, ............ hasta ahora no me he muerto del susto.

Recuerda al miedo como tu gran aliado cuidador y no lo conviertas en una limitación enemiga, porque recuerda que hay miedos totalmente necesarios para evitar riesgos de vida y hay miedos creados por tus creencias que no sirven absolutamente para nada, bueno sí, para jorobarte la vida. Como en todo, hay que buscar la medida entre fobia y riesgo.

Si quieres leer un poco más sobre el miedo 

Nota* Os recuerdo que hablo de el miedo como emoción primaria a trabajar en el marco de "el área emocionalque es una de las distintas áreas de la vida 

jueves, 19 de marzo de 2020

El momento del miedo

Estamos en ese  momento del miedo que todo paraliza, en el que todo se aquieta, en el que nos sumergen en el todo para quitarnos identidad individual y convertirnos en masa moldeada y moldeable.. .¡momento del miedo!

Respeto a todo lo que ocurre sí, no a las multitudes sí, respetar las distancias sí,... con este coronavirus hay que guardar distancias y mucho, pero fuera el momento del miedo que aturde y destruye hasta tal punto que unos nos volvemos contra otros; que si no se piensa igual se juzga. Ese maldito momento del miedo en el que lo coherente y de sentido común para unos es irresponsabilidad para otros.... ¡momento del miedo!

Yo me pregunto que va a pasar cuando pase la cuarentena esta impuesta por el momento del miedo: ¿desaparecerá el coronavirus por arte de magia? ¿se gana tiempo porque los contagiados con el tiempo dejan de contagiar? ¿se está esperando a una vacuna que nos inmunice a todos y si sale quien no se la de no pasa nada? ¿Qué habrá distinto dentro de 15 días a ahora para dejar de estar en ese momento del miedo?

Se están evitando contagios presentes y los que hay se están escalonando y así no se colapsa el sistema sanitario, eso es una verdad verdadera, pero no creo que es la solución para que desaparezca el coronavirus, porque hoy estamos a 19 de marzo día del padre y seguro que estaremos en confinamiento más que hasta el 30 de marzo y los casos de coronavirus seguirán.

Somos súper majos dejando que este momento del miedo nos paralice hasta el punto que los criterios se vuelven homogéneos,  como las manadas de ñus y cebras donde no existe el individuo, solo manda la masa,... solo que en este caso la masa es dirigida por otra masa que está bien resguardada y aceptando pequeños daños colaterales.

Por otro lado, yo pienso que esto de mantenernos en casa sin hacer nada nos va a venir bien en otro sentido, el de personas. ¡Algo bueno viene siempre después de un mal momento!

- Aprenderemos a apreciar lo normal, lo cotidiano que nos han arrebatado: un salir a pasear, un abrazo, un beso,...
- En estos días puede que aprendamos a no estar tan pendientes de nuestra imagen física, al fin y al cabo ya no tenemos que salir a la calle a que nos vea nadie.
- En estos días el deporte ha quedado paralizado y comprobamos que sin los grandes eventos deportivos también se puede vivir.
- En estos días nosotros no podemos hacer deporte y vemos el ingenio y la locura (a partes iguales) de la gente por hacer algo en sus casas.
- En estos días de  miedo vemos unión y generosidad en los vecindarios, algo que se había perdido con las prisas de la vida.
-  En estos días nos solidarizamos con el pequeño comercio y el autónomo porque sabemos que de esta les va a ser muy difícil salir airosos.
- En estos días compartimos arte, compartimos música, compartimos chistes y compartimos
vía online lo que podemos y sabemos.
- En estos días de momento del miedo muchos sacaremos nuestro mejor lado, muchos sacaremos nuestro peor lado, muchos nos quedaremos pasivos, muchos nos quedaremos activos y sobre todo, .... muchos nos quedaremos en casa hasta dentro de 15 días donde esperamos que por arte de magia todo este momento del miedo se pase.

Se va paralizando el mundo; este coronavirus nos gana por la mano y acorta las distancias, esas que nosotros intentamos mantener y no conseguimos. Quizás hemos creído que mandamos sobre la vida y sobre la muerte y ahora nos damos cuenta que somos totalmente vulnerables a un virus pequeñajo que se adueña de nuestro cuerpo y a muchos mata.
Igual ya es hora de tocar con la vida y con la muerte y normalizar todo como ocurre en la naturaleza, donde nadie es dueño ni de la vida ni de la muerte, donde cuando viene el momento del miedo siempre hay alguien que sale adelante y alguien que no va a salir.

A mí este momento del miedo que me tiene confinada en casa no me asusta; no me importa nada estar en casa ya que mi cabeza tiene siempre proyectos, no me importa nada no salir a hacer ejercicio porque si quiero puedo hacerlo en casa, no me importa nada no tener contacto físico con mis amigos porque el contacto real lo mantengo, no me importa no vestirme ni pintarme para poder salir (un quehacer menos), no me importa que asomen las canas en mi pelo porque si quiero me lo tiño yo, no me importa no poder tomar unas cañas porque sé que ya lo haré, ....... quizás todos esos y más "no me importa" me vienen del desapego que he aprendido en la vida, desapego que no falta de amor.
Todo y todos ahora estamos y ahora no estamos... eso es la vida y por mucho que estemos en ese momento del miedo, eso no va a cambiar, así que procuremos llevarnos bien y aunque no compartamos dejemos que la vida haga su trabajo.
Qué es el miedo

miércoles, 30 de septiembre de 2015

En el reconocimiento


En el reconocimiento
En el reconocimiento y aceptación.
En el reconocimiento y aceptación de nuestra propia vulnerabilidad.
En el reconocimiento y aceptación de nuestra propia vulnerabilidad es donde reside nuestra fortaleza.

Tenemos miedo a vernos en nuestras "debilidades", creemos que nos hacen vulnerables, por eso nos cuesta hacer reconocimiento de ellas ante los demás y ante nosotros mismo.

El miedo a que nos hagan daño al conocernos y al reconocernos como seres con puntos vulnerables, nos impide obtener el beneficio que su descubrimiento conlleva, ni más ni menos que una capacidad muchísimo más válida que el miedo, la fortaleza.

Una de las maneras de tocar con el máximo potencial de tus capacidades, es en los momentos más difíciles. No sabemos de que somos capaces hasta que no nos vemos en la obligación de serlo y estando en nuestra zona de confort, sin enfrentarnos al miedo que nos produce conocer y que conozcan nuestra vulnerabilidad, no deja margen para que salga nuestra fortaleza.
Fortaleza
nombre femenino
  1. 1.
    Capacidad de una cosa para sostener, soportar o resistir algo.
    "la fortaleza de la moneda viene determinada por la gran afluencia de capitales extranjeros"
  2. 2.
    Capacidad moral de una persona para resistir o sobrellevar sufrimientos o penalidades.
    "mostrar fortaleza ante la muerte"

La fortaleza es la que nos impulsa a distanciarnos del desánimo en los momentos duros, nos deja ver con realismo y esperanza nuestra vida y si queremos aprender donde está nuestra vulnerabilidad en cada situación, se convertirá en una experiencia de superación personal y autodescubrimiento que nutrirá de nuevo las capacidades propias como es la fortaleza.

Es una retroalimentación, descubrir tu vulnerabilidad te lleva a la fortaleza y la fortaleza te permite ver tu vulnerabilidad, por eso en algún momento hay que romper la barrera del miedo y adentrarse por dentro, en que es realmente lo que sentimos, a que tenemos miedo.

No hay más manera con el miedo para vencerlo que enfrentarte a él, es tu creación, es infundado y solo tú puedes hacerle frente, es tu batalla con él, si le plantas cara lo vences, si te dejas dominar por él, te vence.

¿A qué tienes miedo? Indaga realmente que pasa, porqué una determinada situación te vence, te quita las ganas de sonreír, de disfrutar, de vivir adaptándote a tus circunstancias.

Aquellos que te inspiran a pensar que son personas con una fortaleza de vida que tú no tienes, han estado en tu mismo lugar, solo que han hecho un trabajo consciente para desarrollar las actitudes necesarias para tener dicha fortaleza.

Se han enfrentado a sus circunstancias y a su propia vulnerabilidad en ellas, descubriendo de esa manera sus miedos y poniendo soluciones a todo ello, ese reconocimiento de quienes son, que sienten y donde se encuentran, le ha hecho buscar el camino real para superar la adversidad.

Mira este vídeo (1'30 minutos), ¿que te sugiere?

La fortaleza te requiere vencer el miedo a admitir la verdad, a aceptar tu parte de responsabilidad y saber perdonar ( os dejo enlace a dos entradas, la del perdón y la de perdonarse a uno mismo)

Para enfrentarte al miedo tienes que buscarte la herramientas emocionales que te ayuden a ello, como es el desarrollo de unas actitudes y no hay duda de que todos podemos aprender, tan solo hay que querer trabajar en ello, tan solo hay que ser verdad con uno.

Las actitudes a desarrollar son la autoestima, que te hace sentirte capaz, la autonomía, que te hace no depender, la responsabilidad que te permite reconocer, el humor que te quita dramatismo, el perdón que le aporta la parte de amor y compasión, la madurez que te empuja a la solución, el optimismo que logra quitar la negatividad y para mi también la espiritualidad, que me ayuda a aceptar quien soy y que soy (un ser en si mismo perfecto en sus imperfecciones, nacido para ser y hacer feliz).

Recuerda no ver tu vulnerabilidad como tu enemigo, todo lo contrario, en el reconocimiento y aceptación de nuestra propia vulnerabilidad es donde reside nuestra fortaleza.

lunes, 20 de febrero de 2017

Mis miedos

La verdad que me he movido con pocos miedos por la vida y eso tiene su lado bueno y su lado de aprendizaje, ya que caminas por situaciones muy diferentes que ayudan a conocerte y a valorarte. Cierto que por ese camino de pocos miedos te tropiezas con piedras inesperadas con las que caes, pero al levantarte te llevas el aprendizaje. Por lo que yo sé de enfrentarme a mis miedos, es un paso indispensable para crecer.

Mis miedos no se si los tengo todos localizados, pero voy a intentar poner por escrito lo que me nazca de dentro al contemplarme en mi ser con una música de fondo que me deje concentrarme en mí. Veamos que sale de este momento.

Me tengo miedo a mí, a mí rechazo personal.
Tengo miedo a no valorarme.
Tengo miedo a mi olvido de quién soy.
Tengo miedo a una crisis de identidad.
Tengo miedo a una crisis existencial.

Ahora estos son mis miedos, los que me fluyen, no quiere decir que no haya más, pero ahora es lo que hay.

Según he escritos los dos últimos, he encontrado que me ha salido decirme que las crisis son oportunidades, así que he dejado de verlos como miedos en el mismo momento.
Si me voy a las crisis que he tenido en mi vida, compruebo que después de ellas todo ha mejorado; no sé cómo pero se han dado los factores de mejora necesarios para que me encuentre en mejor situación personal y existencial.

Los otros miedos los tengo en el mismo pack metidos, porque en realidad se refieren a lo mismo.

A mí, como a tantas personas, nos han enseñado a tapar todo aquello nuestro que era distinto a lo que la sociedad determinaba.
Nos apagaron la individualidad, la creatividad, el poder actuar como sentías; desde pequeños no siendo escuchados en nuestro interior y tapándonos nuestro ser hemos vivido desde que nos alcanza el recuerdo y esto tiene secuelas en forma de miedos.

La vida me ha ido poniendo personas para que me enfrente a esos miedos, personas que realmente han reflejado esos miedos en mi realidad, los han hecho evidentes, palpables y constantes.

Tan acostumbrada al rechazo emocional, tan adaptada a él, no he visto las señales de ello en los de fuera hasta que me he sentido tan pequeña y encogida que he necesitado encontrarme casi muerta para marchar de situaciones duras.

En las primeras huidas no era consciente del aprendizaje que me ponían delante y por eso he tenido que volver a pasar parecidas situaciones que me pongan de manifiesto que el rechazo que recibo fuera es el reflejo del que he tenido yo para conmigo misma.

En cada crisis existencial, en cada rechazo potencial, en cada mandar marchar de mi lado había algo que aprender. Sigo aprendiendo de esta herida emocional, aprendiendo con esta herida cada vez más localizada y protegida hasta su cura total.

Reconocido el miedo, reconociendo cada vez que me tocan la herida del rechazo a mi ser e intentando convertirlos en reconocimiento de mi misma al margen de que el exterior siga intentando esconder mi ser por sus miedos propios a verlo, por sus miedos a verse.

El rechazo en sí tiene dos sentidos: uno es el de protegerse y el otro es el querer huir para no afrontar lo que nos es molesto o desagradable.

Según lo que voy leyendo de aquí y de allá, el rechazo lo podemos manifestar como una proyección de lo que llevamos dentro en otra persona. Es decir, vemos fuera lo que llevamos dentro y no queremos aceptar.
Tiene miga la cosa porque si además de rechazar no veo que eso está en mí, puedo dedicar mi energía a defenderme cuando me manifiestan que yo lo tengo, provocando situaciones relacionales tensas.

Si nos reconocemos en estas actitudes, quitar el miedo a verse y analizar si realmente tenemos aquello que vemos en los demás es un alternativa sana aunque tengamos que pasar por momentos críticos de crisis personales.

Momentos de caos, momentos de crisis, momentos de cambio en cada reconocimiento de mi ser.
En estas circunstancial el ego aturde, confunde, hace pensar que no es real lo que se siente para que volver a esconder el ser y dejar todo el sitio a él, a la personalidad creada para sobrevivir en este entorno en el que nos ha tocado vivir.

Tras cada desencuentro, tras cada rechazo, tras cada crisis me ha venido una aceptación de quien soy en la luz y en las sombras; amor y aceptación a mi sentir. Autoafirmación de quien soy y de lo que siento.
Por lo tanto pienso de nuevo ... ¡aupa esos mis miedos reconocidos! que aunque las pases mal, el beneficio personal merece la pena.

Aquello a lo que no te enfrentas te persigue, aquello a lo que plantas cara marcha. Y con esta frase que me ha salido, he recordado que existe alguna parecida de alguien conocido y al ir a buscarla me encuentro que es de Carl Jung y dice: "Lo que niegas en tu vida te somete, pero si por el contrario lo aceptas, esa experiencia te transforma".

Y también he encontrado otra frase en twitter que dice: "Lo que resistes persiste, lo que niegas te somete, lo que ignoras te ciega, lo que rechazas se vuelve destino y lo que aceptas te transforma".

Así que sí, voy a aceptar mis miedos y con ello, la cura de ellos.
Por si quieres conocer la emoción del miedo un poco más.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Libro- Los cuatro acuerdos.


Este libro es corto, fácil de leer y amable, con un contenido para mí muy intenso y muy valorable ya que toca cuatro puntos impresionantemente importantes; habla de los cuatro acuerdos que deberíamos, por lo menos, pensar en ellos.

El libro trata sobre el conocimiento esotérico tolteca conservado y transmitido de una generación a otra por distintos linajes de naguales (maestros).

“No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo exiges.
Si observas tu vida encontrarás muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida.
Lo mismo es aplicable a la felicidad. La única razón por la que eres feliz es porque tú decides ser feliz.
La felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento”. Dr. Miguel Ruiz (Nagual del linaje de los Guerreros del Águila)

Merece mucho la pena la exposición inicial que hace antes de meterse de lleno en los cuatro acuerdos, una forma de interpretar porque estamos donde estamos, habla de "la domesticación" y "el adiestramiento" al que hemos sido sometido y profundiza en ello.

No os escribo nada sobre esta primera parte, escucharlo o leerlo vosotros mismos y observar si lo que dice os resuena y os encaja. Del resto, resalto conceptos que merecen quedarse con ellos para tranquilidad con uno mismo y con sus relaciones. Como siempre, quedaros con lo que vuestro interior os deje, lo que no, quizás en otro momento de lectura de este libro os interese más.

Yo he de reconocer que lo he releído varias veces y que recurro a sus conceptos en más de una ocasión en que en esta vida nos dejamos llevar un poco más a la deriva. 

1ª acuerdo "Se impecable con tus palabras"

Si eres impecable con tus palabras solo podrás engendrar belleza, amor y el Cielo en la Tierra (me gusta esta afirmación)

• Las palabras nos dan poder para crear.

• Las palabras son Intención en acción y pueden crear o destruir todo lo que te rodea.

• La mente humana es un campo fértil en el que constantemente se están sembrando palabras, ideas, creencias, conceptos, opiniones. En ese terreno esas semillas crecen y producen consecuencias propias a su naturaleza. El miedo es también una semilla que abunda en ese terreno.

• Prepara el terreno de tu mente para que solo puedan crecer aquellas semillas que te hagan bien.

• Con las palabras podemos hechizarnos a nosotros mismos y a otros y producir con ello consecuencias muy graves.

• Impecabilidad significa sin pecado y pecado es hacer algo en contra de uno mismo.

• Al ser impecables asumimos la responsabilidad de nuestros actos sin culparnos ni juzgarnos.

• Ser impecable con las palabras implica no utilizarlas en contra de uno mismo, es utilizar nuestra energía en la dirección de la verdad y del amor por uno mismo, sabiendo que el otro también soy yo.

• Al ser impecables con nuestras palabras podremos ser libres, felices y trascender el nivel de existencia del Infierno. Podremos vivir en el Cielo en medio de miles de personas que viven en el Infierno porque seremos inmunes a ese Infierno.

2º acuerdo "No te tomes nada personalmente" 

 •Tomarse todo personalmente, es la expresión máxima del egoísmo pues implica la creencia de que todo gira a nuestro alrededor.

• Todos vivimos en nuestro propio sueño, en nuestra propia mente.

 • Lo que cada persona hace y dice responde a los acuerdos que ha establecido en su propia mente, los que ha establecido conforme a su domesticación.

• Si le decimos a otro: -Eres un tonto, nos estamos refiriendo a nosotros mismos, pues lo estamos diciendo basándonos en nuestras creencias, conceptos y opiniones.
.
Tomarnos personalmente algo que otros nos dice implica tomarnos su veneno, su magia negra y de esa manera nos convertimos en presa de esa opinión.

• Al tomarnos personalmente las cosas, sentimos que nos agreden y reaccionamos para defendernos generando conflictos. Sentimos la necesidad de tener razón.

Si nos enfadamos con otros en realidad nos estamos enfadando con nosotros mismos ya que el enojo obedece a una reacción que proviene de nuestro propio sistema de creencias.
.
• Nos enfadamos porque tenemos miedo, porque nos enfrentamos a nuestro miedo.

Si no tenemos miedo, si amamos, no hay lugar para el enfado.
• Amamos todo lo que nos rodea cuando nos amamos a nosotros mismos, cuando logramos superar el miedo y en consecuencia el enfado.

Para elegir correctamente, más que confiar en los demás, es necesario confiar en uno mismo.

• Al no tomar nada personalmente podemos empezar a romper muchos pequeños acuerdos internos que nos hacen sufrir.

Si elegimos seguir nuestro corazón sin tomarnos nada personalmente, aunque estemos en medio del Infierno, experimentaremos felicidad y paz interior, permaneceremos en un estado de dicha.

3º acuerdo "No hagas suposiciones" 
Tendemos a hacer suposiciones sobre todo, nos lo tomamos personalmente y creemos que esas suposiciones son ciertas.

• Todo nuestro sueño del Infierno se basa en suposiciones

• A partir de nuestras suposiciones empezamos a hacer comentarios a otros, a chismorrear. De esa manera nos mandamos veneno de unos a otros.

• Hacemos suposiciones que no son ciertas y luego las defendemos y queremos tener razón.

• Vemos y oímos lo que queremos y no percibimos las cosas tal como son. Si no entendemos algo hacemos suposiciones sobre suposiciones.

• Suponemos que los demás saben lo que pensamos y por lo cual no es necesario que expresemos lo que queremos.

• Necesitamos justificarlo todo para sentirnos seguros y al no saber algo lo suponemos porque no tenemos el valor de preguntar.

• Hacemos esto porque realizamos acuerdos internos para actuar de esa manera. Acordamos que hacer preguntas es peligroso y que aquellos que queremos tienen que saber lo que queremos y como nos sentimos.

• Creemos que al amar a alguien lo vamos a poder cambiar a nuestro gusto y nos mentimos a nosotros mismos.

Para evitar las suposiciones debemos preguntar, estar seguros de que las cosas nos quedan claras.

Con una comunicación clara las relaciones mejoran.

• Si somos claros, nuestras palabras se tornan impecables.

• Es necesario actuar para que las cosas cambien, la acción fortalece la voluntad, nutre la nueva semilla y establece una base sólida para que el nuevo hábito se desarrolle.
.
• Cuando transformamos nuestro sueño, la magia aparece en nuestra vida, lo que necesitamos llega con facilidad porque sabemos lo que queremos y somos.

4º acuerdo "Haz siempre tu máximo esfuerzo" 

Este acuerdo permite que los otros tres se conviertan en hábito.
 • Lo máximo que podamos hacer cambia de un momento a otro según nuestro estado.

 • Lo máximo que podamos hacer cambia de un momento a otro según nuestro estado.

• Independientemente de ello se trata de hacer siempre el máximo esfuerzo.

Si nos sobre exigimos, nos agotaremos y si hacemos menos de lo que podemos nos sometemos a nuestros juicios, culpas y reproches por no haber hecho más.

• Al hacer siempre el máximo esfuerzo desaparecerán los reproches que nos hacemos a nosotros mismos, romperemos ese hechizo.

• Es la acción lo que nos hará sentir felices.

Hacer el máximo esfuerzo implica actuar por amor, no por recompensa.

• La mayoría de la gente actúa por la recompensa que espera recibir, por eso no hacen el máximo esfuerzo.

• Si nos gusta lo que hacemos, si siempre hacemos el máximo esfuerzo, disfrutamos de lo que hacemos y nos sentimos felices por ello.
.
• Al hacer el máximo esfuerzo disfrutamos lo que hacemos. Hacemos el máximo esfuerzo porque nos gusta hacerlo, no lo hacemos por complacer a nuestro Juez interno ni a los demás.

 • Si emprendemos una acción por obligación, no haremos el máximo esfuerzo.

• La acción es vivir con plenitud, la inacción es una forma de negar la vida.

Expresar lo que somos es emprender la acción.

• Una idea si no se lleva a cabo no producirá ninguna manifestación, ni resultados, ni recompensas.

Emprender la acción es estar vivo, es arriesgarse a salir y expresar nuestro Sueño.

Sea lo que sea lo que la vida te arrebate, deja que se vaya, cuanto te entregas y dejas ir el pasado te permites estar vivo en el presente, podrás disfrutar del sueño que sucede ahora mismo.

• Si vives en un sueño del pasado, jamás podrás disfrutar el sueño del presente y vivirás a medias con autocompasión, sufrimiento y lágrimas.

Tienes derecho a ser tu mismo y solo puedes serlo cuando haces tu máximo esfuerzo, cuando no lo haces te niegas ese derecho.

• Los tres primeros acuerdos funcionan si hacemos el máximo esfuerzo. 

No esperes ser siempre impecable con tus palabras, solo haz tu máximo esfuerzo por cumplirlo.

No esperes no volver nunca más tomarte las cosas personalmente, solo haz tu máximo esfuerzo.

No esperes no hacer nunca más ninguna suposición, solo haz tu máximo esfuerzo. Si haces tu máximo esfuerzo siempre, serán menos frecuentes los desaciertos.

Os dejo el vídeo para escuchar este libro; 


Yo te recomiendo leer este libro, te hace pensar en que es lo realmente importante; para mí ser feliz y transmitir esa felicidad el mayor tiempo posible, sobre todo a los cercanos que son la familia, los amigos, los compañeros del trabajo... se amable con todo el mundo. Transmite amor y quien eres, el gran reto está en serlo con quien compartes mucho más que un rato en una conferencia, en un bar tomando una copa o en una discoteca y recuerda la relación contigo mismo. 
El libro de Los cuatro acuerdos, para mí fuente de ideas que me ayudan a no perderme en este "infierno" en el cielo.

miércoles, 28 de agosto de 2019

La ira, emoción primaria

Vamos a ver que podemos aprender de esta chiquilla chillona y enfadona que es la ira (también denominada rabia o enfado o …). 

Es una emoción primaria que ha servido y sirve para cubrir la necesidad de atacar para sobrevivir, defendernos de otros depredadores, protegernos, limitar … Hoy en día que nuestros depredadores no son bestias del bosque sino otras personas, en muchas ocasiones es para parar una situación o para poner límites en las relaciones.

¡Que levante la mano el que no haya tenido alguna vez un acceso de ira! De niños, de adolescentes o de adultos es una emoción que nos invade en más de alguna ocasión y seguramente, más de las necesarias.
En esos momento la mente lógica se anula y sale esa ira sin control a mandar sobre nuestro  pensamiento, lo que decimos y lo que hacemos. ¿Por qué nos pasa? 

Suele ser una respuesta ante el miedo o la frustración, en todas las variantes de cualquiera de las dos. 
Si se van acumulando, lo más probable es que la irrupción de la ira sea de una manera totalmente descontrolada, inadecuada al momento y totalmente desproporcionada. Puede iniciarse con pequeños enfados a los que no hacemos caso, pero si pasan a ser frecuentes, estamos creando el caldo de cultivo para un gran problema, que muchos psiquiatras lo meten dentro del saco de otras enfermedades mentales ocasionadas por la falta de control de los impulsos, como son la ludopatía o cualquier tipo de adicción, entre otras.

Si hay algo que molesta y no se verbaliza, no va a cambiar y seguramente irá a más. La solución es hablar de forma asertiva con uno mismo y con los demás para atajar y evitar lo que nos puede crear desde un enfado, hasta una agresividad o enmascaramiento de esa ira o rabia a través del sarcasmo, las críticas hirientes, los rechazos, ignorar, etc.

Ni tan mal si solo es enfadarse, porque ya sabemos que como emoción primaria, es una conducta de defensa o de ataque ante una situación que a nosotros nos provoca sentir miedo, indefensión, injusticia, frustración (porque algo no sale como queremos o alguien no se porta como pensamos) o simplemente nos resulta poco agradable. Ante ello, sentir ira es lo natural, el grado de ella y cómo la expresamos es lo que marca la diferencia de que la ira pase de ser necesaria para subsistir a ser un motivo de conflicto permanente que nos arruine la vida a nosotros y a los que nos rodean. Puede llegar a tener que tratarse con profesionales e incluso necesitar medicación concreta para mitigar los accesos coléricos.


Las maneras coléricas provocan temor y hay que desmitificar que son un signo de autoridad o de carácter fuerte. El tan manido recurso de "yo soy así" no es válido ; la ira en ningún caso es un atributo de la personalidad, es un estado emocional que nos puede controlar por nuestra subjetividad y por lo tanto, se puede aprender a manejar.


Físicamente se detecta porque se aprieta la mandíbula, tensamos músculos, sube la temperatura corporal, aceleramos la respiración y el corazón bombea sangre más rápido. ¡Todo acción! subidón de energía que hay que canalizar porque si se reprime,... acaba saliendo de alguna manera.

La intensidad de la rabia varía y puede ir desde una leve molestia, a irritación, pasando a enfado para a veces llegar a furia y en los casos incontrolados a violencia y agresividad. Este último concepto, por ser más alarmante e impactante, es el que tenemos asociado a la ira y por eso está demonizada.

Es muy "uno mismo" la ira, ya que a cada persona le puede provocar el estallido de ella situaciones muy distintas, es decir, dependiendo de cómo pensemos, reaccionaremos diferente a una misma situación.
 
Epicteto, entre otros, ya sabía que esto era así en sus años (55-135 dc) y actualmente seguimos igual "Lo que importa no es lo que te sucede, sino cómo reaccionas a lo que te sucede". Esta es la primera clave para el control de la ira, saber que nos perturba y una vez de identificado, cambiar la respuesta,  que es distinto a no manifestar la ira. Cuidado con ocultarte la manifestación de la ira bajo otras apariencias (sarcasmo, ironía, tristeza, amargura, dolores físicos, enfermedades,...)

Aún siendo tan subjetivo esto de sentir ira, se pueden clasificar en dos tipos las situaciones desencadenantes : situaciones frustrantes y situaciones aversivas (las que nos producen miedo o repulsa).
Además debemos ser conscientes que la ira siempre está en situaciones conflictivas ; da lo mismo que seas un conflicto interno o con los demás. Si habitualmente os veis inmersos en conflictos con los demás, deberíais conocer que es la emoción que predomina a el "perseguidor" del triángulo  dramático de Karpman (Interesante teoría en la que podéis descubrir dónde os colocáis y dónde se colocan otros en situaciones de conflicto).

La emoción primaria de la ira es totalmente necesaria y por lo tanto no es cuestión de anularla, es cuestión de reconocerla y reconducirla para que los efectos secundarios no sean demoledores, ya que nada tiene que ver estar algo irritado y enfadarse, con estar agresivo y violento o autodestructivo. La ira o rabia sale  desproporcionadamente ante momentos de frustración y estrés intenso, pero si sabemos qué nos está pasando, podremos controlar el cómo expresarla.
Seguramente por educación social y religiosa con un concepto negativo de la ira o por impresión de haber visto situaciones de rabia descontrolada que nos han impresionado, tenemos la ira como una emoción devastadora, nociva y en definitiva negativa, pero su buen uso puede ayudarte a sanar injusticias, frustraciones, a ser asertivo, defender territorio, ...

El problema viene cuando la dejamos expresarse de modo negativo y demoledor o no la expresamos porque no queremos que nos vean (o vernos) enfadados, por miedo o hasta porque no somos ni conscientes de que sentimos ira. No expresar algo que sentimos conlleva que luego salga el acumulado en forma de enfado hacia nosotros o hacia quien no tiene nada que ver con nuestro momento. Son las denominadas explosiones de ira, consecuencia de acumular ansiedad o miedo.

La ira nos aporta una energía que nos predispone a actuar ante lo que nos provoca daño, bien sea físico o mental. Seguramente esta emoción ha salvado más de una vida o dos en casos extremos ; no será la primera vez que ante una situación de vida o muerte, la ira ha sido la impulsora de actuar de una manera guiada simplemente por el afán de sobrevivir.

He leído que si no expresas la rabia porque te han enseñado a contenerla, la sustituyes por otra emoción, muchas veces por la tristeza. En vez de ser asertiva y decir lo que sientes y expresar tu desacuerdo y tu rabia, liberas esa tensión (subidón de energía) con lágrimas y tristeza.

La ira o rabia tiene un lado saludable; la capacidad de adoptar una postura firme, de fijar límites y de defendernos, así que sentirla no es tan negativo, el problema está en cómo expresamos lo que sentimos.

Y...¿no os preguntáis qué ocurre cuando uno siente la ira? Pues os diré que como es una emoción primaria común en todos los seres humanos (se discute si los animales tienen también emociones primarias, aunque para algunos expertos hay evidencias de que sí, porque se deben a hormonas y neurotransmisores), está estudiada y se ha llegado a la conclusión que tiene tres tipos de respuesta : corporal, cognitiva y conductual.

Corporal : se aumenta el ritmo cardiaco acelerando la respiración, esto a su vez aumenta el flujo sanguíneo y los músculos se ponen en alerta preparando todo esto al cuerpo para entrar en acción de una forma impulsiva llegando incluso a la agresividad si es eso lo que hemos aprendido.

Cognitiva : una situación aislada no tiene valor en sí misma, porque como he comentado antes, depende de la interpretación individual que le demos, por eso las emociones se mueven y se potencian o controlan en función de los pensamientos que tengamos. De esta manera, sentimos ira siempre y cuando nosotros interpretemos las situaciones como injustas, irrespetuosas, obstaculizantes, frustrantes, peligrosas, de indefensión, dolorosas,...

Conductual : la ira nos lleva a defendernos de aquello que creemos que se interpone y nos hace daño (emocional o físico) generando una energía que nos empuja a destruir o a resolver aquello que es lo que provoca nuestra ira. Nos conduce a múltiples maneras de gestión de esa emoción, entre ellas la agresividad y la violencia como destructora.

¿Qué consecuencias puede llegar a tener una mala gestión de la ira? De entrada no está demás decir que el abuso de la ira es el recurso de los débiles, ya que es mucho más fácil dejarse llevar por ella que hacerse cargo de uno mismo y sus emociones. Por otro lado duele sentirse herido y aceptar que somos vulnerables ; utilizar la ira, rabia, enfado, agresividad o violencia es un recurso para tapar la más mínima posibilidad de reconocernos las debilidades (esta cultura de que todos somos estupendos, fuertes y brillantes, ha hecho mucho daño en este sentido).

A su vez, el recurso de sobre utilizar la ira ejerce un efecto de alejamiento de las personas receptoras de ella, de tal manera que, por ejemplo, si para retener a alguien desatamos nuestra ira o las emociones secundarias que conlleva (cólera, rencor, odio, irritabilidad, enfado e impotencia +acritud, aflicción, animosidad, exasperación, fastidio, furia, hostilidad, indignación, resentimiento, ultraje, agresividad y violencia) porque nos sentimos menos y no merecedores de que estén con nosotros pero a la vez queriendo que se queden, lo único que conseguiremos será que se acaben marchado porque no hay hijo de vecino que lo aguante por mucho que nos quieran. 
Relajemos la impotencia y el resentimiento, porque de lo contrario estaremos potenciando nuestro aislamiento social y aunque de entrada la emoción primaria de la ira nos lleve a decir "que les den a todos", sabemos que no es cierto.

Por otro lado a nivel de salud, tendremos muchos boletos para tener alguna enfermedad cardiovascular (se produce cortisol que se vierte a la sangre; literalmente nos autoenvenenamos, con lo que ello conlleva).
En este sentido, si os sirve de referente, Jacques Martel añade en su "Gran diccionario de las dolencias y enfermedades"   , que todas las enfermedades terminadas en -itis están referenciadas por la ira (¡y no son pocas!). Sea cierta o no esta afirmación, lo que sí es cierto es el sistema inmunológico se debilita con el estrés de las luchas, malos momentos, desencuentros con las personas, etc., decir que tener las defensas bajas nos predispone a cantidad de enfermedades es algo que sí está demostrado medicamente.

Es un error enorme pensar que estallar en un momento puntual da tranquilidad ; más de una vez habremos oído eso de "¡le he metido un bufido y me he quedado de a gusto!", pero ese bienestar que parece que nos alivia, rápidamente se suele convertir en culpa, tristeza o vergüenza.

La ira no tranquiliza, todo lo contrario, altera y acelera el organismo porque es una respuesta para sobrevivir; nos dispone para la defensa o ataque, … todo acción.

¿Qué podemos hacer con la ira?  ¿Qué podemos hacer para controlarla y que no nos controle?
Es evidente que lo primero es conocerla y reconocerla, pero aunque ya sepamos que de saber a hacer hay un gran paso, debemos intentar no crear ni crearnos conflictos por la ira y para ello disponemos de alguna estrategia que nos puede ayudar:

- Investiga en tu reacciones, ¿Qué es lo que te provoca la ira? Frustración, miedo, indefensión, falta de autoestima, no se hace lo que tú quieres, opresión, injusticia, la pérdida de algo (trabajo, casa, amistad, pareja, estatus, ...), sentir que te quitan algo, … Detectar dónde está tu interruptor de la ira o rabia es un primer gran paso.

- Relájate y piensa que no todo lo que ocurre es en tu contra ; no te tomes nada de forma personal (el libro "Los cuatro acuerdos" te lo explica bien ). Recuerda; el por qué sentimos ira o rabia es totalmente subjetivo, así que, modifica tu forma de pensar y tu cerebro tendrá menos motivos para sentir que tiene que atacar o usar la agresividad para defenderse.

- Potencia la emoción de la alegría, te ayudará a ver las situaciones de otra manera y con ello poco a poco la ira no será tu "zona de confort" como respuesta . Muchas veces damos respuestas iguales antes situaciones diferentes por hábito, incluso buscamos y encontramos excusas para seguir con ese hábito aprendido ¿y si haces algo diferente? 

- No dudes en alejarte de esas personas que son el detonante de tu ira mientras no tengas la capacidad de canalizarla de otra forma.
Muchas personas nos bombardean con sus frustraciones y las hacemos nuestras, no entres en ese juego de hacerlas tuyas, porque saldrás perdiendo. Graba a fuego en el cerebro "no entres en el juego"; evítalo reconociéndolo y alejándote (tengo que ir al baño, perdona me llaman, espera un momento ahora vuelvo, luego lo hablamos,...). 

- Si notas que te vas a "encender",  marcha de donde estás y del pensamiento en el que estás, porque la ira es poderosa y llegada a un punto, difícilmente controlable. Ponte a cantar, a saltar, lee algo, enciende el móvil, pellízcate el brazo, … no sé, algo que te distraiga de la situación y del pensamiento de "me tengo que defender" o "tengo que atacar".
 
- Toma conciencia del daño que tu incontrolada ira causa a otras personas, de esta manera podrás enfrentarte a ella y buscar el justo equilibrio. Causar miedo o temor con ella no es la solución a tus problemas, romper tu entorno no soluciona tu problema, agredir no soluciona tus problemas, defender cuando no te atacan no soluciona ningún problema, …

- Investiga qué papel adquieres durante los conflictos, (Triángulo dramático ;perseguidor, salvador, víctima) identifícate, decide cambiar y busca como hacerlo (triángulo ganador; asertivo, empático, vulnerable) . Probablemente te estalle la ira cuando estás en el punto de perseguidor (en un triángulo dramático se pasa de un rol a otro con mucha facilidad).

- Acumulando daño o dolor por accesos de ira, no a muy largo plazo pasa factura, provocando unas relaciones insanas, difíciles y en muchas ocasiones tan  inaguantables, que nos irán dejando solos. Practica la asertividad, es una manera de solucionar problemas mucho mejor que la ira. Las relaciones basadas en la honestidad, sinceridad y asertividad, tienen un más grato e incluso largo recorrido.

- Si por tus propios medios no eres capaz de salir del secuestro emocional al que te tiene sometido la ira, no dudes en acudir a un especialista para que te ayude.

Nota* Os recuerdo que hablo de la ira como emoción primaria a trabajar en el marco de "el área emocional" que es una de las distintas áreas de la vida