Hay un refrán que dice que hay que tomarse la vida con filosofía y yo estoy de acuerdo y en mi descubrimiento de la filosofía estoica, he decidido que ser un poco de todo está muy bien y que sentirme una mujer estoica me seduce mucho para no complicarme la existencia y "tomarme la vida con filosofía".
Esto de vivir
es un poco locura y en muchos momentos en los que las circunstancias te hacen
parar y pensar ¿qué pasa? o ¿cómo sigo?, ¿qué pienso? o ¿en qué me equivoco?, parar y hacer
caso a esta filosofía puede darte un poco de calma y tranquilidad en medio del caos.
El estoicismo, con su énfasis en la virtud, la razón y la aceptación de lo que está fuera de nuestro control, ofrece una perspectiva única y con esta idea en la cabeza te voy a contar un poco que es, bajo mi punto de vista, ser mujer estoica.
Ser
una mujer estoica
Es aprender a
vivir de manera más consciente y poner en entredicho lo que hemos aprendido a
través de la familia, la educación y la sociedad. Cambiar el prisma con el que
vemos la vida depende de nosotras; gracias a vivir donde vivimos con acceso a
mucha información, podemos leer y de muchas informaciones diferentes, para
quedarnos con lo que nos resuene; por ejemplo, a mí el estoicismo me suena
bien.
Si sólo leemos
de lo conocido, vamos a reforzar las ideas que tenemos porque todo se alinea a
eso que ya sabemos; si somos capaces de leer información diferente e incluso
contraria, es cuando ya podemos elegir qué queremos creer, qué queremos pensar
y cómo queremos llevar nuestra vida. Elegir, esa es una de las grandes
libertades de vida, elegir sin estar excesivamente condicionada/o, aunque ya
sabemos que siempre lo estamos, aunque queramos creer que no.
Uno de los
conceptos que me parece interesante y que ya lo tenía entendido, es el de la
aceptación (no resignación). Aprender a aceptar lo que está fuera de nuestro
control y a enfocarnos en lo que sí podemos cambiar y esto, lo podemos aplicar
a todas nuestras áreas de la vida.
Hacer lo que sí puedes hacer y no hacer más de lo que puedes hacer, ese es el
equilibrio del que nos habla el libro de Los 4 acuerdos.
No quieras
resolver lo que no te corresponde resolver, porque además no lo vas a poder
hacer y es ir más allá de lo que tienes y puedes hacer; es lo mismo que decir
acepta que hay cosas que no vas a resolver y haz algo con las que sí puedes
hacer algo … ¡Quiero ser mujer estoica!
Te voy a contar mi experiencia personal: yo tenía
creencias, conceptos, actuaciones, vivencias, debates, escritos, etc. sobre la
igualdad, el machismo, el patriarcado, etc.
Mi visión era sesgada, obsoleta y por qué no decirlo, machista. Lo de empezar a
leer tiene sus réditos y a través de informarme en las consecuencias del
machismo y de los roles adquiridos, me he dado cuenta de mis propias
experiencias de vida y lo poco o nada que sabía que estaba condicionada
al vivir bajo una estructura
patriarcal.
Ahora estoy algo más informada y, aunque me tenga que
seguir informando, sé que en mi mano no está cambiar el mundo y este sistema
patriarcal (El patriarcado; imagen de Procusto ysu lecho) enraizado en todos los contextos, pero lo que sí puedo
hacer es empoderarme como mujer (El empoderamiento),
transmitir lo que voy aprendiendo y que luego cada persona se quede con lo que
pueda quedarse. Si consigo que una mujer entienda algo más quién es y a qué ha
dado permiso en su vida con respecto a la igualdad de género, me doy por
satisfecha, además de, si consigo que un sólo hombre se de cuenta de quién es y
a qué a dado permiso en su vida con respecto a la igualdad de género, … ¡ya
sería la pera!
Todas y todos somos responsable de la desigualdad de
género, por no querer informarnos y conocer otras alternativas de vida por
ejemplo en el caso de ellos otras masculinidades, en
nuestro caso a través del empoderamiento femenino.
Fin de mi ejemplo personal y sigo con lo de ser una mujer estoica y por qué la filosofía estoica nos puede beneficiar. Principalmente nos dirige a sacar lo mejor de nosotras, esas habilidades y capacidades que muchas veces no la tenemos potenciadas, como son:
Empoderamiento
El estoicismo nos enseña a tomar las riendas de
nuestra vida y a no dejarnos llevar por las circunstancias, brindándonos
herramientas emocionales para empoderarnos, como aceptar que, aunque no podemos
controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor, sí podemos controlar nuestra
reacción ante los eventos. Es decir, nos otorga la capacidad de responder de
manera consciente y racional a las adversidades, en lugar de dejarnos arrastrar
por ellas.
Una es una y sus circunstancias, pero su vida no
son las circunstancias, es lo que ella quiera vivir con esas circunstancias;
las acepto o las cambio, sin andar con más bobadas.
Saber que nosotras tenemos capacidad de decisión
fomenta la autosuficiencia y nos enseña a confiar en nuestras propias
capacidades para buscar soluciones dentro de nosotras mismas sin depender de
otra persona. Esto de jugar en la vida es como una rueda porque, al ir
adquiriendo más autosuficiencia y ser capaces de dar soluciones a nuestros
problemas, nos aumenta la autoestima.
Para ser autosuficientes tenemos que reconocer
nuestras fortalezas y trabajar en nuestras debilidades para mejorarlas en la
medida que necesitemos, de esta forma por añadidura, fortalecemos nuestra
autoestima y confianza en nosotras mismas ¡y la rueda sigue girando! En el reconocimiento de nuestras fortalezas y nuestras debilidades está la clave.
Autosuficiencia y autoestima juntas, promueven el
tener una mayor libertad porque ya no necesitamos a alguien externo para
solucionarnos la vida, ya elegimos a alguien externo para compartir vida
(amistades, trabajos, parejas). Ya no nos sentimos validadas o no por
circunstancias externas que nos pasan o por opiniones de otras personas, algo
que nos da mayor libertad y tranquilidad personal.
Y una de las cosas que más me gusta del empoderamiento
a través de convertirnos en una mujer estoica, es que nos ayuda a
identificar lo que realmente nos importa en la vida, permitiéndonos vivir de
forma más plena, significativa y en paz.
Resiliencia
¿Qué ocurre cuando somos capaces de ser
autosuficientes y nos empoderamos? que nos volvemos unas resilientes natas, que
es la habilidad de sobreponernos a las dificultades, de mantener una actitud
positiva y de seguir adelante a pesar de los obstáculos. Al desarrollar
nuestra fortaleza mental, somos capaces de superar cualquier obstáculo que se
nos presente.
Como ya he dicho antes, los estoicos comprendían que
muchas cosas en la vida están fuera de nuestro control. y al aceptar esta
realidad, evitamos la frustración y la desesperanza que surgen cuando tratamos
de cambiar lo inmutable. Sin en lugar de intentar cambiar algo que no podemos y
de lamentarnos por lo que no podemos controlar, nos concentrarnos en lo que sí
está en nuestro poder (acciones, reacciones y pensamientos), estaremos
potenciando nuestra resiliencia, que como muchas otras capacidades, se entrena
y cada vez nos sale mejor y más fácil
Como mujer estoica, no se nos puede
olvidar que los problemas son temporales y que lo que hoy nos parece un drama,
en un tiempo nos daremos cuenta de que fue un momento necesario para ir a algo
distinto y probablemente mejor para nosotras. A mío por lo menos, saber que nada
dura eternamente me ayuda a pasar el chaparrón del momento y restarle
importancia.
Paz interior
El estoicismo nos
ayuda a encontrar la calma en medio de las tormentas que pasamos en la vida,
porque no ocurre sólo una vez que nos caiga un chaparrón encima, por eso la práctica de la capacidad de ser
resiliente nos lleva a una paz con nosotras mismas porque sabemos que no vamos
arreglarlo todo (ni falta que hace) y vamos a salir de la nueva tormenta una
vez más, así que, sólo nos queda disfrutar de cada momento, venga como venga.
Otra de las virtudes que nos enseña el estoicismo es a ser agradecidas con las cosas buenas que nos pasan en la
vida, algo que contribuye a que estemos más satisfechas y por ende, aumentamos
nuestra paz. La gratitud actúa como antídoto de la negatividad, ese mal rollo
continuo de insatisfacción que en ocasiones nos lleva a depresiones y a la
inmovilización en las situaciones.
Al centrarnos en lo que tenemos, en lugar de en lo que
nos falta, nos ayuda a ser más felices lo que de nuevo va llenando el saquito
de la paz interior. Algo sobre lo que leer del agradecimiento.
La filosofía estoica nos enseña que la verdadera felicidad no reside en lo que tenemos o no, ni en las circunstancias externas, sino en nuestra actitud ante ellas y el agradecimiento por lo que somos y tenemos. Es cuestión de ser sabias y practicar la aceptación de las circunstancias y la valoración de nosotras mismas (empoderamiento) ante ellas para encontrar nuestra paz interior.
La paz y tranquilidad no viene con un chasquido de los dedos; de nuevo nos
encontramos con otra capacidad que se entrena porque no es inalterable ni inamovible, se nos va y se nos viene, por lo que no nos queda más que currarnos en el día a día esto
de ser mujer estoica con sus principios.
Conexión con las demás personas
Todo es cuestión de práctica, osea de ponerse la pilas
y no quedarse en un conformismo como pasa a algunas personas con eso de la autocomplacencia,
o quedarnos en el catastrofismo que nos lleva al miedo y a la
inmovilización.
¿Conoces a alguien que sea feliz y esté contento
sintiéndose que es víctima de las circunstancias y que no puede hacer nada? Yo
la verdad que no y si no están felices, sus relaciones personales pasan a ser
más complicadas, algo que dificulta la paz interior y el bienestar personal.
Cuando somos capaces de no sentirnos víctimas y de
aceptar lo inevitable porque hay cosas que no están bajo nuestro control y nos
enfocamos en salir de una forma más o menos airosa (la resiliencia) porque le
hemos dado un enfoque diferente al problema, nos encontramos con esa paz
interior que nos equilibra y nos serena para poder dar lo mismo a las demás
personas y crear unas relaciones más satisfactorias.
Comprender que todas las personas experimentamos dolor y sufrimiento fomenta la empatía y la compasión; nos comprendemos, por lo tanto comprendemos, nos queremos, por lo tanto podemos querer, nos encontramos en paz, por lo tanto podemos transmitir paz, no nos juzgamos, por lo que somos capaces de no juzgar, practicamos la compasión con nosotras, ídem para fuera, …. ¿A que nos lleva? a tener una conexión de verdad con unas relaciones sanas a pesar de las circunstancias, a pesar de los conflictos momentáneos, a pesar de la incertidumbre, a pesar de …
Yo quiero ser mujer estoica, por eso
escribo sobre ello, por eso quiero leer y escuchar sobre la filosofía estoica,
algo que me ayuda a estar algo más en paz en los momentos complicados.