Pensamientos, palabras, obras y omisiones

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Pensamientos, palabras, obras y omisiones, … tal cual es la vida.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Mujer y hombre



Nos nos enseñan a valorarnos, ni a hombres ni a mujeres, no nos enseñan que si agraviamos, a los primeros que lo hacemos es a nosotros mismos, somos mucho más que dañar, ofender, maltratar, sufrir.

Mujer, que gran palabra para definir a un gran ser, .......... ¡mujer, mujer, mujer!

Creamos en nosotras, dejemos lo aprendido de generaciones para que nunca más marque nuestro gran destino como seres maravillosos merecedores de toda la felicidad.

Hombre, que gran palabra para definir a un gran ser, ........... ¡hombre, hombre, hombre!

Cree en ti, deja lo aprendido de generaciones para que nunca más marque tu gran destino como ser maravilloso merecedor de toda felicidad.

Igual me equivoco en mi apreciación, pero tengo el convencimiento que el hombre cuando tiene baja autoestima y falta de seguridad en él mismo, su reacción es golpear, destruir al de enfrente, machacar y aniquilar emocionalmente e incluso físicamente para proteger sus egos. El ataque es su defensa, llevan el ataque como instinto de supervivencia frente al peligro o lo que ellos consideran peligro. Sin pretender generalizar, porque hay hombres que han transcendido a esta actitud y hacen de sus vidas un lugar de buenos encuentros, saludables charlas o discusiones y tranquilidad en las reacciones.

La mujer con falta de autoestima, por lo general, se inculpa de lo que no ha hecho, se empequeñece y se desvalora, se deja maltratar emocionalmente o/y físicamente sintiéndose responsable, es capaz de someterse y de dar más para poder agradar y complacer, para ayudar y recoger. Sin generalizar, porque hay mujeres que han transcendido estas conductas y saben no entrar en el juego de dejarse medrar por los demás, capaces de ser asertivas y de valorarse lo suficiente como para no entrar en una conducta de sumisión enmascarada.

Dos reacciones antagonistas, dos caracteres que juntos se potencian y reafirman, círculo patológico que hay que cortar de raíz y que si no se resuelve con el reconocimiento de que hay un problema y la fuerza de voluntad de cambio (y con un profesional, alguien que entienda del tema), se repetirá haya donde se vaya y con quien se vaya.

Complicado el reconocimiento en el hombre de que hay un problema, la mujer lo suele ver aunque por no perder al hombre es capaz de permanecer en él ya que aún no tiene recuperada su autoestima y se siente responsable y culpable, pero que cuando sale de esa maraña tejida por una relación insana en la que se ha ido perdiendo el terreno de la cordura y el reconocimiento de lo que está bien y mal para ella, sale fortalecida.

El hombre que es capaz de asimilar su comportamiento dañino hacia la mujer, la relación y hacia él mismo, que es capaz de soportar que eso haya sido una normalidad aprendida y potenciada en su vida sin sentirse vulnerable y menospreciado, dará el paso de rectificar y hacerse feliz, del mismo modo, la mujer que sea capaz de asimilara su comportamiento dañino hacia si misma, hacia la relación y hacia el hombre basado en la tolerancia a situaciones que no son de recibo por miedos aprendidos generados internamente, dará el paso de no volver a permitirlo y hacerse feliz.

Las relaciones personales deben servir para el crecimiento personal de los dos, no para el deterioro y la infelicidad, debemos dejar de creer en la relaciones basadas en la conveniencia, la dependencia o en cualquier actitud que no esté basada en una sana relación de respeto, compañerismo y amor, esto es algo que las mujeres tendemos a olvidar porque nuestro impulso nos lleva a cuidar, a dar, a proteger, a asumir, a permitir y a soportar, de igual manera que el hombre no es capaz de detectar si no ve el daño que eso produce a ambos.

Mujer u hombre, no te olvides de que hemos venido a este mundo para ser felices y ser reconocidas con todas nuestras capacidades y potencialidades y allí donde no seas reconocida como tal, no estés, con aquel que no valore quien eres, no estés, en aquello que no te deje ser tú realmente, no estés.

Mujer, conviértete en tu amiga, en tu cuidadora, en tu protectora, en tu amante, porque es eso lo primero que hay que hacer tras darte cuenta que tu inercia te lleva a que te anulen y te dejen desposeída de tu energía, alegría y valor de persona.

Hombre, conviértete en tu amigo, cuidador, protector y en tu amante, porque eso es lo que hay que hacer tras darte cuenta que tu inercia te lleva al desprecio, a la irrespetuosidad, a absorber energía sin ganar como hombre, porque en el dañar, desaparece el hombre.

He encontrado un texto que es muy propicio para potenciar esta idea, creo que procede de la cultura celta, de hace muchos años, pero cuyo significado profundo puede servir perfectamente en los tiempo actuales para toda aquella mujer que se guarda en su interior y no deja salir su derecho a ser feliz, a ser querida y a ser libre por derecho propio.

De este mismo texto, procuraré aportar mi entendimiento a lo que jamás debe permitir un hombre, pido disculpas en lo que pueda equivocarme, tan solo pretendo entender que nos ocurre entre las relaciones hombre y mujer para hacer una proyecto de vida en común sano.

MUJER, JAMÁS PERMITAS...
Jamás permitas que algún hombre te esclavice, tú naciste para amar y no para ser esclava.
Hombre, no necesitas a nadie a tus pies, eres grande en ti mismo y por ti mismo, date valor.
Jamás permitas que tu corazón sufra en nombre del amor, amar es un acto de felicidad, ¿por qué sufrir?
Hombre, para ti es lo mismo, has venido a ser feliz con la mujer, estar en contra no te lo ofrece.
Jamás permitas que tus ojos derrame lágrimas por alguien que nunca te hará reír.
Hombre, eres hombre sin necesidad de creerte superior y hacer derramar lágrimas, se hombre haciendo reír a tu compañera.
Jamás permitas que tu cuerpo sea usado, sabes que tu cuerpo es la morada del espíritu, entonces, ¡mantenlo apreciado!
Hombre, la utilización del cuerpo de la mujer vulnera tu parte de hombre, respétalo y aprécialo.
Jamás permitas quedarte horas esperando por alguien que nunca vendrá, ¡así te lo tenga prometido!
Hombre, no prometas lo que no vas a cumplir, se verdad sin hacer que nadie te espere si no piensas estar, se hombre siendo veraz.
Jamás permitas que tu nombre sea pronunciado en vano por un hombre.
Hombre, el menosprecio no tiene lugar en ti, desprestigiar a la mujer tampoco, honra con tu palabra a la mujer, eso es ser hombre.
Jamás permitas escuchar gritos en tus oídos, ¡el amor es el único que puede hablar más alto!
Hombre, jamás alces la voz, sin necesidad de ello tienes la capacidad de hacerte escuchar desde la ternura y la amabilidad, que el amor hable alto en ti.
Jamás permitas que pasiones desenfrenadas te saquen de un mundo real para otro que nunca existió.
Hombre, si las pasiones te ciegan, dejas de ser hombre, mira la realidad del amor con pasión, eso te hace hombre.
Jamás permitas que los otros sueños se mezclen a los tuyos haciéndolos girar en una gran pesadilla.
Hombre, jamás rompas los sueños ajenos para que prevalezcan los tuyos, haciendo una pesadilla la felicidad de la libertad de elección de sueños, aunque sean los de otros.
Jamás confíes que alguien pueda volver, ¡nunca estuvo presente!
Hombre, si nunca vas a estar presente, mejor no estés, así nadie tendrá que esperar a que vuelvas.
Jamás permitas prestar tu útero para engendrar un hijo que nunca tendrá un padre.
Hombre, adquiere a responsabilidad de la vida que has engendrado, transmite y protege a la nueva generación de tu hombre.
Jamás permitas vivir en la dependencia de un hombre haciendo creer que tú naciste inválida.
Hombre, nadie depende de ti, ten a la mujer libre y libertad tendrás, ten a la mujer valiente y valentía tendrás, sin la dependencia, sabrás que realmente estás en amor, lo mereces.
Jamás permitas que quedes linda y maravillosa, para esperar a un hombre que no tiene ojos para admirarte.
Hombre, jamás desprecies a la mujer que eliges, eres más hombre en el buen trato, en el cariño y en el agrado, te hace hombre deseable, admirable y amable.
Jamás permitas que tus pies caminen en dirección de un hombre que solo vive huyendo de ti.
Hombre, jamás engañes y hables en dobleces, si quieres ser libre, se libre, habla claro y estate sin medias verdades que mantengan a alguien a tu zaga, serás más libre y más hombre.
Jamás permitas que el dolor, que la tristeza, que la soledad, que el odio, que el resentimiento, que los celos, que el rencor y todo lo que pueda sacar el brillo de tus ojos, haciendo debilitar la fuerza que existe en ti.
Hombre, jamás inflijas dolor, provoques tristeza, soledad, resentimiento o rencor, eso te hace ruin y tú eres mucho más que eso.
Jamás permitas perder tu dignidad de ser mujer.
Hombre, jamás des pie para que la mujer pierda su dignidad, si ves que ocurre, ayúdala a recuperarla, aunque con ello la pierdas, eso te hace hombre grande.

"Hombre, cuídate mucho de hacer llorar a una mujer, pues, ¡Dios cuenta sus lágrimas!

Por último, añado que se puede poner hombre donde pone mujer y mujer donde pone hombre, al fin y al cabo somos parte de la misma esencia, la esencia de la persona, donde todo se compone de todo y nada excluye a nada.

Tan solo somos mujer hombre.

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