lunes, 28 de septiembre de 2015

Perdonarse, misión prioritaria.


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No solo consiste estar encerrado una penitenciaría para tener una cadena perpetua ya que no es ninguna tontería el hecho de cargar de por vida con una culpa, ni es justo que no autocondenemos por un acto propio o incluso ajeno, de ahí que perdonarse sea una misión prioritaria en nuestras vidas.

Hemos normalizado la culpa en nuestras sociedades de tal manera que si algo no sale como se espera, siempre tenemos a alguien para echarle la culpa y eximirnos de responsabilidades.
Algunas religiones hasta nos dicen que ya nacemos en pecado, no sabemos muy bien que significa esto cuando nacemos, pero ya lo tenemos encima como una losa y a partir de ahí, hay que hacer constantes esfuerzos para que se nos perdonen nuestros pecados, .... vivimos en culturas del pecado y del castigo.

Luego está cuando durante nuestra educación como personitas, todo nuestro entorno nos va diciendo lindezas para hacernos hacer lo que ellos consideran que es lo bueno y si no lo hacemos somos malos, algo con lo que tendremos que lidiar también el resto de nuestra vida.

La famosa frase de la canción de Serrat, "eso no se dice, eso no se hace, eso no se toca" y yo añado el "así no, malo, que eres más malo", algo que va haciendo que los niños vayan adquiriendo la cultura del soy malo,... soy tonto, no valgo para nada, parezco idiota, soy lelo, no se te puede mandar nada todo lo haces mal, serás marrano, eres un desastre, te mando con tu abuela no hay quien te aguante, ....  (¿nos suenan frases de este estilo?) y si todo eso nos ha llegado bien dentro de nosotros y nos vamos sorprendiendo en actuaciones que nos lo confirman  (ya sabemos que nuestro cerebro busca seguridad y para ello, afianza sus creencias eligiendo con que quedarse de todo lo que le llega, es la famosa memoria selectiva), ya tenemos el sentimiento de culpabilidad perpetuo por no saber hacer, decir, estar o ser lo que se espera de nosotros.

Otros casos ya mucho más serios son aquellos en los que por medio hay abusos de cualquier tipo y los aprendizajes han sido ya totalmente erróneos, como creer que para ser amado le tienen que dañar o tiene que dañar, si amas a alguien tienes que sentir celos, si te trato mal es porque eres la persona cercana y a la que más quiero, te grito y humillo pero luego te beso o te doy un premio, etc., etc, etc.

Hay tantas variantes para poder aprender a no perdonarnos, que lo suyo es que cada uno nos hagamos una buena reflexión de donde estamos y de donde procede lo que nosotros creemos que no podemos perdonamos.

Perdonarse requiere trabajo, a parte de localizar el por qué no sentimos culpables (es clave ya que sin este paso no pueden venir los demás), identificar las situaciones y que tipo de emociones tenemos cuando actuamos de una determinada manera (ira, miedo, duda, inseguridad, falta de compasión, desprecio,.... )https://lascosasquetieneeloisa.blogspot.com/2019/08/area-emocional.html

Le sigue que si hemos hecho algo que ha hecho daño, al margen de que para nosotros no sea en ese momento motivo para dicho daño, el pedir disculpas de corazón, el hecho de responsabilizarse de la acción cometida y el reconocimiento hacia la persona o grupo que ha recibido las consecuencias de una conducta nuestra, es parte del proceso de perdonarnos.

Para poder perdonarse tiene que aparecer por dentro la humildad, sin ella difícilmente podremos reconocernos en error, cuando lo más humano es errar y no una vez, sino muchas y muchas, como parte del aprendizaje de vida ; pero es posible aparezca el orgullo del ego agudizado por el miedo a que nos digan "nene malo tú tienes la culpa y se te va a castigar" o por la inseguridad de sentir "no se hacer nada bien, se van a burlar o aprovechar de mí" o la falta de autoestima que nos hace reaccionar con orgullo o falta de humildad para tapar nuestra vulnerabilidad.

Por eso es tan importante la reflexión personal de identificar emociones y de donde proceden esas emociones y asumirlo como parte de la vida, sin quitarle importancia, pero sin ponérsela desmesuradamente ya que, es el pasado, que es inamovible, de ahí solo nos queda reconocerlo para aprender de él ; no es más que querer aprender de lo vivido para conocerse y no repetir aquello que no queramos repetir, que tengamos libertad de elegir qué queremos hacer y no que nos lleven nuestras emociones y que controlen nuestra vida nuestras pautas erróneas aprendidas.

Perdonarse es un acto de amor propio, de quererse, de aceptarse como se es, con los aciertos y los errores, asumiendo responsabilidades en vez de castigarse, aceptando un cambio de comportamiento y adquiriendo el compromiso con nosotros mismos de que cada día nos vamos a hacer más felices a nosotros mismos y con todo ello, haremos más felices a los demás ya que entablamos (cada vez que aprendemos de un error y lo asumimos) relaciones mucho más sanas.

Para poder perdonar a los de fuera, primero hay que saber perdonarse ; lo estricto que seas en este sentido para los demás, lo eres para ti mismo (lo que es arriba es abajo, lo que es dentro es fuera, lo que es allí, es aquí).

Se pierde una gran energía estando todo el día culpabilizando y culpabilizándose, una pérdida absurda de energía, pero como nos han enseñado a vivir con ello, creemos que es normal, cuando lo normal sería emplear esa energía en fomentar las habilidades y la creatividad.

Utilizar el perdón es cerrar ya de una vez el pasado que nos hace daño y vivir el presente sin el lastre de la culpa, enfocando la vida a un cambio, al mejoramiento y desarrollo de nuevas experiencias, en vez de retenerte en un pasado inamovible.

Aunque esta reflexión resulta muy lógica, quitarse lo malo de encima para poder vivir lo bueno, no resulta fácil de hacer a muchas personas , ya que  tienen miedo a perdonarse porque les saca de su área de confort y creen perder su sentido de identidad que han construido con base en el enojo, el resentimiento y la vulnerabilidad. Por miedo al cambio prefieren vivir siendo iracundos y reactivos, capaces de sentirse resentidos por cualquier cosa que les contrarie, mermando la calidad de las relaciones sociales, empezando por las familiares.

Aquí es donde hay que preguntarse ¿merece la pena permanecer en esta seguridad de vida asentada en la confrontación y el daño? ¿compensa las relaciones personales fallidas? ¿compensa no asumir el error y seguir de la misma manera? ¿se es feliz viviendo así? Ten en cuenta que la incapacidad de ejercer el perdón hacia uno mismo y los demás, proviene del resentimiento y la ira, dos emociones que a la larga provocan estragos en la salud, algo ya demostrado científicamente https://lascosasquetieneeloisa.blogspot.com/2019/08/la-ira-emocion-primaria.html.

Quizás haya que aprender a mirar el perdón y el perdonarse de otra manera, no como un sacrificio ni un esfuerzo, ni siquiera como la pérdida de la seguridad o la identidad personal, si no todo lo contrario ; mirarlo como un ganar, como una oportunidad de experimentar emociones y vivencias mucho más enriquecedoras, con más alegría, generosidad y confianza en uno mismo. Tan solo se trata de enfocar los pensamientos en lo que ganas y no en lo que pierdes (cuando encima lo que pierdes no te está beneficiando).

Amor a uno mismo eligiendo lo que me hace bien y descartando lo que me hace mal ; perdonarse es elegir el bien para nuestra vida, es asumir y aceptar quienes somos en lo menos bueno, aprender de ello, responsabilizarse y rectificar, es decidir querer vivir buenas relaciones en el presente, dejando en el pasado lo pasado.
Considera el perdón como un viaje, no un destino. Si eres propenso a pensar que no puedes "llegar" al autoperdón, es posible que estés saboteando tus opciones de empezar el viaje del perdón. 
Es recomendable aceptar que el perdón es un proceso constante y que tendrás días buenos y malos, como la mayoría de los sentimientos y las experiencias en la vida. 
Quizás sientas que has alcanzado un punto de perdón, solo para que suceda algo que te haga sentir que todo fue en vano y que estás de regreso como al principio, enojado y molesto contigo mismo. El mejor enfoque es dejar que los deslices ocurran y verlos como reveses de menor importancia en un estado de mayor capacidad de perdonar. 
Adicionalmente, ten en cuenta que el perdón no tiene un horario predeterminado.   http://es.wikihow.com/perdonarte-a-ti-mismo

Perdonar y perdonarse requiere una premisa indiscutible, que sea real, no vale fingir que pido perdón para que la otra parte se lo crea y nos perdone ; tú cargas con la consecuencias de tu acción más la de saber que has mentido (sigues llenando la saca de lo que te tienes que perdonar) y tampoco vale engañarse a uno mismo fingiendo que me perdono poniendo como cortina de humo el me olvido de ello y está perdonado (vuelves a llenar la saca con algo más que perdonarte).

No vale acumular debajo de la alfombra, eso no cura ; lo que hay que hacer es ir limpiando de verdad y si puedes con aspiradora que es más rápido y mejor, porque solo se vive una vez y el tiempo es algo que no se puede recuperar ; tiempo que no eres feliz, tiempo que se va y no vuelve, por eso hay que ser consciente (hoy mejor que mañana) de que, perdonarse es una misión prioritaria.

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