Mis juicios me impiden.
Mis juicios me impiden ver lo bueno.
Mis juicios me impiden ver lo bueno que hay.
Mis juicios me impiden ver lo bueno que hay tras las apariencias.
Muy cierto que nuestros prejuicios nos hacen ver de una determinada manera al que tenemos enfrente o al lado y a los acontecimientos, sin pararnos a pensar, que quizás las cosas no tengan que estar siendo como las vemos o que las intenciones que vemos no son las reales.
Cuando uno no se encuentra bien, ve las situaciones un poco más oscuras, con más carga de problema, en cambio cuando uno está bien, en la misma situación es capaz de ver más las soluciones que el problema en si.
Así somos nosotros, depende de nuestros parámetros establecidos, depende de las creencias que tengamos, de la emoción que en el momento nos secuestre, dependen de la falta de autoestima que nos induce a los miedos, depende del ego que necesitemos manifestar para protegernos de lo que nos da miedo, depende de...... múltiples factores, vemos a nuestra manera, predeterminamos que esa manera es la verdad y juzgamos impunemente a una circunstancia o persona sin parar a pensar tan siquiera que estamos errando.
Nuestro cerebro solo quiere confirmar lo que sabe, solo quiere tener la razón, no crear conceptos nuevos, hace las conexiones neuronales que tiene ya establecidas para las situaciones iguales o similares, por eso no te puedes dejar llevar por la mente, esta te sabotea las nuevas maneras de pensar para mantenerte en la razón y en tu zona de confort, aunque esa zona te haga daño y te cree conflictos.
¡Rompe creencias, cuestiona a tu mente, date la oportunidad de pensar diferente!
Prueba a preguntar primero para conocer nuevas maneras de pensar, prueba a pensar lo contrario antes de juzgar, piensa en dejar un poco de tiempo antes de juzgar a ver si desde otra emoción piensas distinto, pero ojo, sin que se te olvide que tu cerebro te quiere llevar a pensar lo que ya conoce, lo que ya tiene gravado.
Juzgamos situaciones, nos han dicho o hemos aprendido que tal situación es mala y no somos capaces de descubrir que enseñanza nos trae esa situación, no vemos que podemos sacar de provecho de ella, nos quedamos en que es mala, adquirimos el papel de víctimas y no vamos más allá, cuando de cada situación podemos ser protagonistas y no víctimas, solo con indagar que parte activa hemos ejercido en la situación, que resultado hemos tenido, asumir la parte de responsabilidad que nos corresponde, aprender de la experiencia y de esta manera habremos crecido un poco más en el reconocimiento de quienes somos, que sentimos y que hacemos.
Vive experiencias nuevas, empápate de vivencias propias y ajenas, aprende de los que te rodean, indaga, pregunta, investiga, lee, escucha, observa, sal de tu zona de conocimiento y experimenta lo que es pensar diferente, luego ya decidirás lo que quieras pensar, pero ojo, sabiendo que quizás también en esta ocasión, solo es tu pensamiento, tengamos presente que mis juicios me impiden ver lo bueno que hay tras las apariencias.
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