Pensamientos, palabras, obras y omisiones

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Pensamientos, palabras, obras y omisiones, … tal cual es la vida.
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viernes, 9 de agosto de 2019

Trastorno negativista desafiante (TND)

En esta entrada voy a recoger parte de lo que he encontrado y lo que sé sobre el trastorno negativista desafiante (TND) o también denominado Trastorno Oposicionista Desafiante (TOD); cualquiera de las dos denominaciones suena intensa, dura y que tela marinera lidiar con alguien que esté bajo la influencia de este trastorno.
El Trastorno Negativista Desafiante (TND), el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y del Trastorno Disocial (TD), están clasificados en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. 

Es una entrada extensa porque el tema así lo ha requerido ; no escribir mucho de todo lo que he leído me parecía injusto para aquellas personas que están preocupadas porque o bien tienen un TND o a alguien de su entorno lo tiene (normalmente hijos). Toda información es importante siempre y cuando sea bien utilizada y algo importantísimo es saber que este tipo de trastorno existe y que no es solo cosa de un niño malcriado o un adolescente rebelde.
No sería la primera vez que un niño es tachado y calificado como intratable, impertinente, vago y mal educado por parte de progenitores, el colegio y en el barrio ; la realidad es que tienen una problemática que les hace sufrir y no saben cómo hacer de otra manera.
No sería la primera vez que unos padres son juzgados de irresponsables, negligentes e idiotas por no controlar a sus hijos ; la realidad es que tienen una problemática que les hace sufrir y saben cómo hacer de otra manera.
Detrás de cada familia hay una historia y detrás de cada persona hay una historia ; ¿Qué tal si dejamos de juzgar sin conocimiento de causa? Esto que es de perogrullo no cuesta llevarlo a cabo.

Para ir haciendo boca ; los síntomas derivados del trastorno negativista desafiante (a partir de ahora lo llamaré TND, que no es lo mismo que TNT pero que es igual de explosivo para quien lo tiene y su familia), se manifiestan con una  resistencia a la autoridad y las órdenes, repulsa total al compromiso y adquirir responsabilidades, no ceder o negociar y una terquedad persistente (luego sigo con más síntomas).

Las dos clasificaciones de los trastornos mentales más utilizadas, la CIE-10 y la DSM-IV-TR, comparten criterios diagnósticos, pero difieren en las condiciones diagnósticas; el DSM-IV-TR lo incluye en los trastornos por conductas perturbadoras y la CIE-10 que es un subtipo menos grave del Trastorno Disocial.

Según he leído, se empieza a manifestar desde la infancia y cuando llegan a adolescentes o adultos, si no se ha diagnosticado y tratado a tiempo, puede derivar en un Trastorno de la personalidad Antisocial, también conocido como Trastorno Disocial (TD) que es un Trastorno de Conducta que puede llevar a encontrarnos con personas capaces de cometer actos delictivos (violación de las leyes y derechos de los demás como agresión, robar, causar daños materiales o la naturaleza, piromanía...).

De golpe y porrazo, cuando uno lee sobre este trastorno, lo primero que piensa es que "menuda joya de personaje", pero hay que decir que son personas que por dentro llevan su drama y hay que saberlo.

Detrás de esa fachada hostil e iracunda hacia la autoridad y quién la ejerce (las faltas de respeto a las figuras de autoridad suelen afectar primero a la madre, luego al maestro, después al padre y luego al entorno), se esconde una vida complicada y difícil. El TND predomina en familias disfuncionales, donde los padres no están cumpliendo su rol adecuadamente debido a la existencia de una disfunción familiar que está afectando a las relaciones en familia. Por esta causa es probable que la educación haya pasado por distintas manos o haya sido negligente, incoherente, permisiva o dura (en separaciones una forma educativa totalmente dispar y sin consenso entre las dos partes).
También está asociada al TDAH (en un 30% al 50% de los casos), como uno de los trastornos comórbido (enfermedad adicional ) y curiosamente los tratamientos farmacológicos dan mejor resultado en este tipo de afectados.

Decir que es un trastorno gradual y suele mantenerse durante meses o años (se considera trastorno si hay un mínimo de 6 meses de conductas negativistas desafiantes). Los síntomas empiezan a manifestarse en el ambiente familiar, pero después pueden producirse en otros ámbitos, siendo en una proporción muy elevada, preludio del Trastorno Disocial (TD).
“Estas actitudes de carácter negativo, es casi imposible que no tengan incidencia en el ambiente familiar. Pero esta mala forma de proceder, no sólo se circunscribe al núcleo familiar. Suele trasladarse a otros ámbitos como la escuela o las amistades. 
Este negativismo puede hacer que, aquellos que lo perciben y padecen, muten también su comportamiento ante ese menor hostil, desencadenando reacciones igualmente negativas hacia él. 
Ante la impotencia de una solución razonada y razonable, puede caerse en la tendencia del castigo desproporcionado y las sanciones recurrentes, que lejos de paliar la hostilidad del menor, acaban por incrementarla, agravando aún más el problema. 
El sistema de mal comportamiento y el consiguiente castigo, cada vez mayor, termina por establecer un círculo vicioso en la rutina de disputas, que hacen imposible la convivencia”. pag. 47  

La teoría fisiológica-biológica dice que es más frecuente encontrar este trastorno en individuos con factores hereditarios neurofisiológicos, psicofisiológicos y bioquímicos que predisponen a manifestar conductas inmaduras y de baja tolerancia a la frustración (la conducta agresiva está relacionada con aspectos bioquímicos y hormonales).

Es más frecuente en familias donde uno de los dos progenitores tiene antecedentes tipo Trastorno del estado de ánimo, Trastorno Negativista Desafiante, Trastorno Disocial,  Trastorno por Déficit de Atención e HiperactividadTrastorno Antisocial de la Personalidad o Trastorno por consumo de sustancias.

La teoría del aprendizaje dice que aunque en el TND no existen patrones de crianza que le distinguen, es habitual que alguno de los progenitores esté preocupado en exceso por el poder y el control sobre sus hijos.
Los jóvenes aprenden técnicas negativas de los padres y figuras de autoridad (chillar, ignorar, agredir, castigar, desatender, hostigar, ...) para con ello llamar la atención, tiempo, interacción o preocupación de los integrantes de la familia.
En algunas familias se observan casos de hermanos obstinados, madres deprimidas (aunque no está claro si la depresión viene por el comportamiento del TND), padres pasivo-agresivos (no intervenir en la educación del menor pero si criticar cualquier intervención de la madre) y hogares donde las desavenencias conyugales son graves.

Es muy habitual que el TND se de en hogares donde hay una disfunción familiar y esta es considerada como como un factor de estrés que afecte a los niños de una manera importante provocando una serie de problemas familiares a nivel relacional que tienden a ser crónicos ya que los niños no siempre tienen cubiertas sus necesidades básicas de afecto, comunicación, socialización, cuidado y estatus familiar.  

Ahora que ya sabemos posibles causas, voy a seguir complementando los comportamientos y cómo los que "padecen" TND (y escribo padecen porque no están bien) han aprendido a responder ante la realidad que viven y qué pautas han quedado instauradas en su cerebro hasta que hagan tto. y aprendan a ver los recuerdos y lo que viven de otra forma .

Síntomas y consecuencias de un TND :
Excesivamente susceptible y suspicaz con los demás.
- Fácilmente se enoja e irrita, incluso por pequeñas causas.
- Pierde la calma y entra en rabia con facilidad.
- Poca tolerancia a la frustración.
- Culpabiliza a los demás de sus errores o sus comportamientos.
- Se siente víctima.
- Discute con los que ejercen la autoridad .
- Por sistema se opone a seguir reglas.
- Falta al respeto más allá de lo esperable y admisible para el grado de desarrollo del niño o adolescente.
- Carencia de fuerza de voluntad para adquirir responsabilidades.
- Desafía a los progenitores que ejercen de educadores y se niega a cumplir sus peticiones.
- Se encoleriza y estalla (puede incluso incontenidamente golpear cosas, no personas).
- Provocan estrés familiar.
- Sabe cómo molestar porque lo hace de una manera deliberada.
- Las conductas inapropiadas van en aumento (van sobrepasando el límite anterior conseguido)
- Tiene pensamientos y actitudes rencorosas y vengativas.
- Gran deterioro de las relaciones familiares, sociales y académicas o laborales.
- No busca el diálogo y el entendimiento.
- Ni negocia ni cede ante una situación de conflicto.
- En casos, fracaso escolar y abandono de estudios.
- Tabaquismo, alcoholismo o consumo de otras sustancias a temprana edad.
- En los casos complejos no tratados pueden derivar a un trastorno de personalidad antisocial.

Me sorprende leer que son niños y adolescentes generalmente descritos como “agresivos”, pero es esa la realidad. Son fuertes y agresivos los asaltos de combate en los que pelea un TND, va al KO y si puede, en el primer asalto.

He encontrado la siguiente tabla :
PDF  
Es una pena que a pesar de que sí tienen un nivel de inteligencia adecuado, una parte de los niños y adolescentes, no consiguen desarrollar todo su potencial ya que tienen una gran resistencia a las demandas externas y encima no permiten que los demás les ayuden (quieren solucionarlo por ellos mismos porque creen que pueden y los otros solo quieren mandar y ellos hacen lo que quieren y no lo que les mandan).
Tienen buenas intenciones y hay momentos en los que saben que algo no está bien ;  al intentar hacer algo y constatar una y otra vez que no lo consiguen (responsabilizarse, cumplir mandatos, controlar la rabia, tratar mejor a los que quieren, cumplir promesas o acuerdos, ...) y por su poca tolerancia a la frustración, van perdiendo la autoestima.
Para que esto no ocurra, tienden a estar en los lugares y con las personas con las que saben que van a conseguir más lo que quieren ; como consecuencia, intentan cada vez menos hacer algo, además de ejercer una presión mayor a las personas que están más cerca de ellos y que más quieren. Por supuesto que esta actitud conlleva un deterioro aún mayor que va dejando secuelas, sobre todo familiares y en concreto, más a la madre porque es la que primera en recibir.
Cuando en las unidades familiares, las normas no están claras, y no hay una figura de autoridad nítida a modo de cabeza de familia, los menores con Trastorno Negativista Desafiante, desarrollan más su problema. 
Es fundamental que los hijos entiendan, de manera firme, los límites que se imponen para la convivencia en el hogar. Para ello es imprescindible que los demás integrantes del núcleo familiar, respeten sistemáticamente dichas normas, convirtiéndose así, en buenos ejemplos de convivencia. 
De igual forma, cuando el menor incumple las reglas impuestas y se decide aplicar una sanción o castigo, es importante no retirar el castigo, manteniéndose firme en la decisión. El niño rebelde, si aprecia síntomas de debilidad de sus progenitores, verá que éstos pierden credibilidad a sus ojos y entonces, abusará continuamente de dicha fragilidad, menoscabando la autoridad.
Se ha de acostumbrar al menor a que no siempre se va a salir con la suya, estos niños, detectan rápidamente cuando un adulto es voluble, y cuando está incontrolado y a punto de perder los estribos. La clave está en mostrarse tajante al tomar una decisión, y en no perder nunca el control, eludiendo mostrar las emociones generadas por la actitud del menor. 
Enfados o chillidos, por ejemplo, son entendidos por el afectado por este trastorno, como un éxito, ya que habrán conseguido su propósito de socavar el autocontrol del adulto.
El extremo contrario, es decir, familias excesivamente estrictas y sancionadoras, incapaces de pasar por alto ningún desvío de comportamiento en las reglas impuestas, también puede dar lugar al desarrollo de este tipo de trastornos en los niños. 
El sentimiento de castigo injusto en el menor, puede ocasionar de igual manera, una desidia en el cumplimiento normativo, pues llegan a pensar que haga lo que haga, va a estar mal, y ello fomentará la rebeldía ante cualquier límite que se le imponga.+ información


Se convierte en un hábito las discusiones y los arrebatos explosivos, incumplir normas o acuerdos establecidos, no hacerse cargo de las responsabilidades tanto personales como de convivencia... Este cúmulo de desavenencias e interacciones negativas dañan muchísimo las relaciones y refuerzan las pautas de comportamiento oposicionista desafiante.

Con este panorama, es muy fácil que los progenitores no sepan cómo hacerlo y se pase de la permisibilidad a la restricción esperando que de alguna manera haya un cambio. Nada más lejos de la realidad porque ninguno de los dos extremos es válido para educar.
Según el doctor Anderson, los individuos con TND aprenden a ser más oposicionales con las personas que conocen bien (normalmente la madre) ya que encima la comunicación está ya muy mermada y deteriorada ; saben que en ese círculo cercano dan resultado sus "pataletas" irascibles y acaban consiguiendo mucho de lo que quieren, algo que en otros círculos en un principio ni intentan (amigos, colegio, trabajo, equipo deportivo...) porque no controlan tanto y desconocen si su comportamiento va a dar los resultados que esperan.

El Trastorno Negativista Desafiante se asocia a la inmadurez, que debería haberse superado en las primeras fases de la infancia, y que provoca reacciones infantiles, ante la incapacidad de gestionar las emociones por parte de quién lo padece.
Esto establece conductas de rebeldía y contrariedad ante las normas, que pueden llegar a mantenerse hasta la adolescencia, disminuyendo con la llegada de la edad adulta. De por sí, tanto los niños como los adolescentes, se caracterizan por un acusado egocentrismo, que les lleva a discrepar de la autoridad de los adultos.
Cuando alguien no tiene una maduración emocional correspondiente a su edad física, y es incapaz de apreciar la importancia de las normas de comportamiento establecidas, aparecen exagerados ataques de ira e impaciencia, relacionados con la carencia del desarrollo del sentido de la frustración.  +información

La única manera de atajar los comportamientos es recibir un tratamiento para ir mejorando las relaciones familiares, importantísimo para una buena salud de todos los que integran la familia y para el futuro de la persona con TND ya que si no, tienen grandes probabilidades de crear relaciones con amigos, compañeros de trabajo y pareja insanas siendo rechazado continuamente, aparte del ya mencionado riesgo de derivar en un TD (Trastorno Disocial).

Curiosamente, da muy buenos resultados que los familiares del individuo con TND hagan terapia, ya que debe de haber un cambio de actitud por parte de todos ; los que conviven con un TND deben trabaja el cómo no entrar a trapo de los envistes. También marcar y sostener unas normas consensuadas aplicando el elogio si se cumplen o las consecuencias si no se cumplen, además de una serie de estrategias de entendimiento y manejo de las situaciones tan difíciles que un TND hace vivir. Es importante tener presente que lo que oigan es fruto del trastorno y no es nada personal con ellos, aunque los dardos que tiren vayan directamente al corazón.

Atajar en la infancia este trastorno evitará que llegue a la adolescencia con este problema sin resolver porque en esa edad si que son una total locura. Se pasa del "mira que gracioso que sigue enfadado todavía" cuando es niño, al " otra vez está enfadado y me la ha montado gorda en casa" cuando es adolescente.
En un poco a poco el niño o adolescente con su TND van minando las bases emocionales del progenitor/educador con desprecios, chantajes emocionales, pulsos de poder y culpabilizaciones. De niños es menos palpable pero en la adolescencia ya tienen una trayectoria de años conociendo a los integrantes familiares y saben perfectamente cómo y dónde atacar para conseguir lo que quieren.
Si los progenitores están separados, no dudarán en recurrir al desprestigio de la otra parte con tal de que sirva para, a través del victimismo y la pena, poder conseguir más réditos del progenitor con el que están en cada momento.
Harán de la convivencia un infierno y culpabilizarán al progenitor/educador de todos sus males, echando en cara cualquier episodio de vida que a ellos no les ha gustado y modificando el recuerdo de la realidad para tener una justificación para comportarse como lo hacen.

Las escenas de maltrato emocional se pueden dar sin ningún tipo de remordimiento y llega a tal punto el grado de estrés familiar que provocan, que a lo largo de los años con este trastorno sin tratar, se acumulan demasiados momentos muy tensos y de pérdida de respeto por ambos lados (porque el adulto perderá los papeles en más de una ocasión ante la altanería, chulería y prepotencia con la que son tratados; con que respondan 1 de cada 10, son demasiadas).

No, no hay otra manera de resolver un TND más que ponerse en manos de especialistas en trastornos, dar con el adecuado que pueda entender y aportar una estrategia a seguir por parte de todos.
Hay que lograr controlar las respuestas descontroladas nocivas, el cumplimiento de normas y la aceptación de límites, un desarrollo social positivo y algo muy importante también ; un desarrollo de la inteligencia lingüística (para la expresión de emociones y sentimientos).  

Algunos de los programas de intervención en este tipo de casos son :
- Programa de interacción progenitor/es e hijo (promulgar los cambios en las conductas principalmente entre madre e hijo).
- Terapia familiar (mejorar la capacidad de comunicación y fomentar la interacción entre los miembros de la familia).
- Entrenamiento de manejo de los progenitores/educadores  (promulgar los cambios en las conductas familiares y educativas. En el caso de niños y adolescentes, el objetivo común en todos ellos está basado en conseguir que los progenitores/educadores encuentre el término medio entre ser demasiado permisivos o demasiado autoritarios).
- Programa de enseñanza positiva (dictaminar normas consensuadas de una manera asertiva y no autoritaria, modificar el paradigma educativo)
- Psicoterapia individual (aprender habilidades de control de la ira, resolución de problemas, de  comunicación y utilización de las capacidades sociales e interpersonales)
- Terapia grupal con compañeros. (desarrollar la inteligencia interpersonal)

He encontrado un estudio llamado "El tratamiento congnitivo-conductual de conductas disruptivas en un niño TDAH y Trastorno Negativista Desafiante" y en el parece ser que sin la intervención en el resto de áreas del niño, probaron este tratamiento solo en el ámbito escolar con la implicación del profesorado y dio resultados. Se trabajo con el profesor, con el niño y con el grupo de clase.  
Con esta anotación quiero recalcar que no está todo perdido con un TND y si se localiza y se trata a una temprana edad, los resultados pueden ser excelentes para la vida del protagonista del problema y su familia.

* La medicación no suele ser considerada como eficaz a no ser que el TND se dé conjunto a otros trastornos como el mencionado TDAH, ansiedad o depresión, en cuyo caso los medicamentos pueden ayudar a mejorar los síntomas.

Es primordial aprender a entrenar el comportamiento del TND instaurando unas expectativas definidas y elogiar cuando las cumplen o aplicar consecuencias efectivas si no es así. Para que ello (como hemos leído anteriormente) de resultados, por parte de los progenitores/educadores es totalmente necesario que estas pautas perduren en el tiempo y no sean cambiantes; no sucumbir ante los arrebatos, no entrar en el juego de la negatividad, conservar la calma, no tomarse a personal lo que oigan o lo que hagan e importante, no culpabilizarse de lo que sucede. Evitar las luchas de poder y comunicarse de una forma asertiva pero sin atacar.
Entender que son síntomas de un TND, con una respuesta aprendida ante una situación .
“También es necesario considerar que estos niños suelen proponer una especie de lucha de poder, de batalla por ver quién puede más, como modo de desmentir la dependencia o de enfrentar los terrores que suscita en ellos la sensación de desvalimiento frente a otro poderoso y arbitrario.
Así, se hace imprescindible que los adultos sostengan las diferencias niño-adulto y no entren en la pelea.”  Pag. 51 

Todo esto sobre papel es muy fácil, lo que menos cuesta es leer o escuchar cómo hay que actuar ante una persona con TND ; la realidad es que en algún momento se entra a trapo y se montan las grandes grescas incontenibles y hay que ser conscientes de ello.
Aunque las técnicas de educación en la familia parecen de sentido común, hacerlo de una manera constante frente a la oposición no es fácil, en especial si hay más factores de estrés en el hogar, algo habitual (problemas económicos, desempleo, separación, pérdida del hogar, familia disfuncional,...).
“Una familia disfuncional con el tiempo genera personas disfuncionales, quienes van a trabajar, acuden a la escuela y se relacionan como pueden con los demás.
Los efectos negativos no sólo se observan en los hijos, sean niños o adolescentes, sino también en los padres, con múltiples repercusiones sociales y laborales que van más allá de la violencia y las adicciones.”        1.6 Familia disfuncional (pag.21)   

Expresar el amor y la aceptación del hijo, incluso en situaciones complicadas es enormemente beneficioso. La herramienta de hacer saber que son queridos a pesar de todo da muy buenos resultados aunque no lo parezca.
Es un proceso enormemente complicado y difícil por lo que los progenitores no deben ser muy duros consigo mismos ; los hijos y muchas situaciones no vienen con un manual de instrucciones a seguir, por lo que hay que aprender de cada vivencia, aceptar lo que ha ocurrido y construir del momento presente en adelante una nueva relación comunicativa y amorosa.

Lo anteriormente dicho hay que tenerlo muy presente porque para cuando se llega a un tratamiento, es demasiada la carga emocional familiar ; muchos duros desencuentros , faltas de respeto, pautas negativas acumuladas y vivencias nocivas.
Hay que tener presente que la tendencia del TND es comprobar los límites para ver si se los pueden pasar, para ello recurrirán a la provocación en cuanto tengan la oportunidad y  (y si puede, se los pasa) la única manera que hay de que entiendan que no les va a dar resultado es no entrando en las provocaciones y si en algún momento ocurre, tener la valentía de verlo para en la siguiente poder modificarlo.
Como se dice comúnmente, alguien tiene que cortar ese círculo vicioso y queramos o no, en principio un TND no tiene la capacidad de hacerlo hasta que no adquiera las habilidades oportunas o compruebe que sus estrategias no dan resultado.

Hay momentos en que los integrantes del núcleo familiar no saben que está ocurriendo, que se sienten culpables (los TND son expertos en culpabilizar a los demás) ya que las conductas negativistas desafiantes se dan en el ambiente familiar inicialmente y con la madre más concretamente. Para "los de afuera" no son personas problemáticas ya que no manifiestan el trastorno al no tener la confianza que sí existe en el hogar.
Lo más normal es que los TND no se sientan ni negativos ni desafiantes, es más, justifican su comportamiento pensando que es una respuesta normal a unos exigencias o situaciones poco razonables; hay que recordar que se sienten víctimas.
Sin embargo el adulto tiene capacidad de discernir cuando no ha sabido mantener el tipo y cuando no ha actuado de una manera correcta y coherente, por lo que la culpabilidad aflora y en muchas ocasiones es reforzada por lo que sus hijos le dicen (recordar que un TND sabe como molestar o hacer daño emocional y en ocasiones hasta de manera premeditada)

Frases como : "me pongo así sólo contigo", "eres tú quien me saca de quicio" (no se responsabilizan de sus actos), "todo te parece mal" "eres tú quien te enfadas por bobadas" (culpabilización), "por tu culpa he dado una patada a la puerta", "contigo no hay quien viva" "eres un/a exigente", "o se hacen las cosas a tu manera o no estás contento/a" ,"siempre tiene que ser cómo y cuándo tú digas (son las víctimas)", "ya lo voy a hacer, te pones insoportable", "no te aguanto, me estás rayando" (escasa capacidad de frustración), "no me digas que tengo que hacer, haré lo que quiera"( negativa a acatar órdenes), "en mi vida mando yo", "no me dejas vivir como yo quiero", "yo soy así, así que es lo que hay", " ya sé que dije que lo haría y no lo he hecho, no es para tanto", "contigo no se puede hablar, siempre quieres tener la razón", "si no me agobiaras no me habría ido dando un portazo", "si sigues así al final nos arrepentiremos todos, verás" (son vengativos), "me dices a mí, pero mírate tú también" (rencorosos), "no hay quien te entienda, me estás volviendo loco", "no ha sido mi culpa, ha sido porque..."(culpabilizan a otros), "yo estaba allí pero yo no he hecho nada", "ha sido "menganito" el que ha empezado", "a mí no me gusta pegarme, pero si me tocan las narices suelto una..." (hay que recordar que son muy susceptibles con los demás).
La lista de frases tipo que tienen puede ser interminable, al excusas infinitas, sus razonamientos internos para comportarse como lo hacen inagotables,... porque en el momento que ven que su estrategia no da resultado, la cambian para conseguir lo que en ese momento quieren al margen de que no les convenga.

Espero que esta entrada sirva para aquellos que han descubierto que interactúan con un ser querido con un trastorno negativista desafiante (TND) y quieran solucionar la relación ; en especial a aquellos progenitores cuyo  hijo/a (se da más en chicos que en chicas menores, aunque en la adolescencia tiende a igualarse) se aleja cada vez más emocionalmente y notan que la convivencia es cada vez más insoportable, viviendo unas conductas que, aunque en algún momento se pueden encajar dentro de la preadolescencia o adolescencia, se salen del ámbito del respeto y de una relación familiar sana.

Es importante saber que el trastorno negativista desafiante hay que tratarlo, de lo contrario se enquista y hará de la vida del niño, adolescente o adulto un calvario, ya que no saben relacionarse en la confianza de una manera sana.

martes, 15 de diciembre de 2015

El perdón


Nos ocurren acontecimientos cruciales de vida y en muchos de ellos, hay personas que son participantes de esos momentos; cuando son buenos, no hay problemas, lo malo viene cuando lo que recibimos no es lo que esperamos o cuando nos infringen dolor o daño,... aquí es donde nuestra capacidad de ejercer el perdón tiene que sobresalir por encima del agravio.
Si te preguntas por qué tienes que perdonar a alguien que te ha hecho daño, quizás encuentres el para qué sirve leyendo esta entrada.
.
Perdonar
verbo transitivo/verbo intransitivo
  1. 1.
    Olvidar [una persona] la falta que ha cometido otra persona contra ella o contra otros y no guardarle rencor ni castigarla por ella, o no tener en cuenta una deuda o una obligación que otra tiene con ella.
  2. 2.
    verbo transitivo   Librar a una persona de un castigo o una obligación.

Ejercer el perdón conlleva comprensión, amor, compasión y renuncia a las que muchas veces no somos capaces de acceder tan fácilmente, en una sociedad competitiva donde estar por encima y tener la razón se antepone al perdón. Incluso los criterios sociales o religiosos se anteponen al perdón a uno mismo (aquí empieza el perdón) y que no se nos olvide que en realidad, el perdón no es beneficioso sólo para quien lo recibe ; de igual manera o mayor es para quien lo ejerce, siendo este un concepto especial de entender.

Ejercer el perdón calma, tranquiliza el espíritu, deja descansar y libera el alma y la mente, finaliza el conflicto, apacigua ..., es todo un alivio sentir los efectos del perdón en la mente y en el cuerpo.
Al sentir estos beneficios, no cabe duda que es mucho más rentable perdonar que no hacerlo ; nada ni nadie puede compensar perder el equilibrio personal, la claridad de pensamiento y el poder ir a dormir sin tener ocupada la mente en rencores o formas de resarcirse de la ofensa o pensando maneras de recuperar algo no recuperable,... o peor aún, queriendo recuperar algo que no se había perdido (hablando de lo no físico nadie nos quita ni nos pone nada salvo nosotros mismos, vamos que nadie nos quita la dignidad, la alegría, el honor,... ).

Cuanta gente por no ejercer el perdón mantiene el conflicto o incluso llevado al extremo mata a familiares, vecinos, amigos..., ¿merece la pena?, ¿realmente merece una ofensa o una deuda o una mala jugada de vida nuestra paz?
He encontrado una opinión interesante en caso de maltrato, dónde ejercer el perdón puede ser complicado de entender :
Los primeros pasos hacia el perdón 

A menudo quien ha sido víctima de maltratos físicos o emocionales durante mucho tiempo, siente ira contra sí mismo por todo lo que permitió que le sucediera. La primera persona a quien ella debe perdonar es a sí misma.
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"Para poder perdonar a su agresor, la víctima debe comprender que lo sucedido fue una ofensa. Debe reconocer que ella es tan valiosa como todas las demás personas, y que sus necesidades y sentimientos son importantes. 
Si intenta perdonar antes de valorarse, su perdón no será apropiado. Hasta que la víctima comprenda el valor que tiene como persona, no se respetará a sí misma." ("Forgiveness and the intrinsic value of persons", Margaret R. Holmgren, "American Philosophical Quarterly, octubr e de l993.)
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"Desde el punto de vista psicológico, según el psiquiatra norteamericano Richard Fitzgibbon, hay tres formas básicas de lidiar con la ira provocada: 

l. Negarla
2. Expresarla de muchas maneras mientras disimulamos que no estamos ofendidos. 
3. Perdonar (el Dr. Fitzgibbon y otros psiquiatras y psicólogos, aplican una terapia que induce al paciente a perdonar, y comprueban que hay una mejoría considerable).  

Estos son los pasos terapéuticos que recomiendan:

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l. Confrontar la rabia interior, la vergüenza, la herida. La persona puede estar deprimida sin saber por qué, hasta que descubre la causa, oculta por muchos años o sólo por horas.
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2. Reconocer la fuente de la herida, y descubrir el porqué.
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3. Elegir perdonar. Aunque haya base para la ira y la venganza, no se elige eso, sino perdonar. Y no tiene que ser sólo por motivos religiosos, sino también por instinto de conservación: le va a hacer bien psíquica y físicamente.
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4. Buscar una nueva forma de pensar sobre esa persona que nos ha hecho mal. Cuando lo hacemos, por lo general descubrimos que es un ser vulnerable, probablemente con heridas.

"Debemos liberarnos del dominio que la persona que nos ha herido ejerce todavía sobre nosotros mediante nuestro odio. Perdonar libera la memoria y nos permite vivir en el presente, sin recurrencias constantes al pasado doloroso.

Hay un concepto que para mí ha sido clave para entender el por qué hay que ejercer el perdón ; es un acto de amor hacia uno mismo. Nos libera del dominio que la otra parte ejerce sobre nosotros a través del rencor o el odio …nos libera, ¡que grande!

En esta línea he encontrado varias opiniones :
El perdón es una liberación del resentimiento con algún ofensor. 
Es la renuncia a los resentimientos e indignación que ha causado una ofensa.
El perdón surge de la libertad y la caridad.  No obstante, la presencia del perdón no impide la aplicación de la justicia ante el ofensor.

Cuando perdonamos ejercemos la caridad en un grado mayor, pues, si la caridad es amor, y el amor es el deseo del bien del otro, le hacemos un bien a nuestro ofensor cuando lo liberamos de nuestro resentimiento y posible violencia. Esto no significa que haya que renunciar a la justicia y consecuencia merecida, sino que, con el perdón mostramos nuestra disposición a hacer el bien.

Que ejercer el perdón esconde un enorme beneficio personal no es fácil de entender ya que influyen distintos factores : la magnitud de la ofensa y sus consecuencias, el momento en que se recibe el agravio o la ofensa, el carácter personal de cada individuo y sobre todas ellas, la inteligencia emocional que se tenga para gestionar bien las emociones y no ser esclavos de ellas. Entender el perdón es básico para poder identificar sus beneficios hacia uno mismo, al margen de los beneficios que pueda o no provocar en el que ha ejercido el agravio.
Ahora ojo, entender y practicar el perdón no significa justificar o negar el daño, ni querer buscar una reconciliación con quién lo ejecutó, o no ejercer el correspondiente derecho de justicia ; significa que la paz del presente no sea arruinada por los agravios del pasado y eso no es posible sin el perdón.
Ejercer el derecho de justicia que corresponde significa que asuman las consecuencias de unos actos que han dañado o agraviado a otro ; no consiste en castigar si está hecho desde el perdón.

Aprovechando que estamos reflexionando sobre el perdón ¿Somos nosotros capaces de detectarnos como ofensores y perdonarnos?, ¿somos capaces de reconocernos como los primeros ofensores de nosotros mismos y perdonamos?

Perdonarnos implica reconocimiento, aceptación, asumir consecuencias, pedir perdón y rectificar la conducta y eso empieza hacia nosotros para poder hacerlo después hacia los demás, ejercer la libertad de perdonarnos es un acto de amor con uno mismo mayor que el que podamos recibir de los demás.

Toda situación lleva detrás algo en lo que podemos indagar. Cada vez que vivas algo en lo que sientas que no puedes perdonar, repasa a ver que ves dentro de ti de ese rasgo o acción o gesto  del que te sientes ofendido, molesto u agraviado, recuerda cuándo fue la primera vez que sentiste que por algo parecido no pudiste perdonar, ahonda en tu sentimiento y descubre a quién tienes que perdonar primero interiormente para poder perdonar a alguien del ahora, mira en tus adentros y descubre si tienes que perdonarte a ti el haberte ofendido, el no haberte respetado, el ignorarte y el no tomarte en cuenta.

Los sentimientos de rechazo, dolor, decepción, indignación, ira, etc. que se acumulan al no poder perdonar un agravio, dificultan el estar feliz y en paz, incluso físicamente nos vemos afectados con contracturas y dolores de cabeza o de estómago, etc., por eso lo más importante del perdón es que es un acto de amor hacia uno mismo aparte de  hacia el ofensor.

¿Qué te parece practicar el perdón un poco más a partir de ahora? ¿ y contigo mismo ?

Fuentes:

martes, 12 de abril de 2016

El miedo


De pequeños nos metían el miedo con eso de que si no éramos buenos venía el hombre del saco a por nosotros y nos llevaba con él. A nuestros padres los miedos propios de una guerra y una posguerra ; a mis abuelos los de emigrar para comer. A los tatarabuelos otros, y así para atrás muchos miedos más acumulados. Si a eso le añadimos los que la sociedad y la iglesia imponían ¡ de aquellos polvos vienen estos lodos !
  
Si nos vamos a la wiki, nos explica así que es el miedo :
El miedo o temor es una emoción caracterizada por una intensa sensación desagradable provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta en todos los animales, lo que incluye al ser humano.
La máxima expresión del miedo son las fobias, el terror, además está estrechamente relacionado con la ansiedad.
Existe miedo real cuando su dimensión está en correspondencia con la dimensión de la amenaza. Existe miedo neurótico cuando la intensidad del ataque de miedo no tiene ninguna relación con el peligro. Ambos, miedo real y miedo neurótico, fueron términos definidos por Sigmund Freud en su teoría del miedo. En la actualidad existen dos conceptos diferentes sobre el miedo, que corresponden a las dos grandes teorías psicológicas que tenemos: el conductismo y la psicología profunda. 
Según el concepto conductista el miedo es algo aprendido. El modelo de la psicología profunda es completamente distinto ; en este caso, el miedo existente corresponde a un conflicto básico inconsciente y no resuelto, al que hace referencia.
Esto nos cuenta la wiki y parece ser que según pasa el tiempo el concepto de la emoción del miedo varía y también su utilidad, ya que en nuestros ancestros podría tener un significado de vida o muerte en casi todos los individuos, pero hoy en día ese mecanismo básico de supervivencia en respuesta a un peligro, en muchos casos no tiene sentido ni razón de ser.
Eso sí, es una emoción y como tal hay que respetarla; cualquier emoción hay que dejarla sentir ya que tienen todas una utilidad y sobre todo si las sentimos, debemos dejarnos la libertad de reconocerlo en lugar de tratar de ocultarlo.
La represión no es sana, la modulación de la emoción del miedo sí. Sabemos que es una reacción ante hechos que sucederán a futuro o en el presente, aunque también hay miedos del pasado aprendidos. El miedo es útil en ciertas ocasiones, el problema con él reside en que en estas sociedades al final nos hacen vivir con una serie de miedos que nos sirven para nada (miedos disfuncionales). Este es el tipo de miedos que nos paralizan o nos frenan.
Decir también que los de nuestros antepasados o los de algunos individuos de países con una suerte bien distinta a la nuestra, los miedos sí que son más de supervivencia física de cubrir las necesidades fisiológicas (las primarias y básicas que nos describe Maslow) y ahora son más de seguridad (según lo que entendamos con ello), de autoestima o de autoconcepto.
Repito que el miedo es una emoción primaria y que se encuentra en todas las culturas y cada una tienes sus propios miedos dependiendo de las vivencias, de las creencias, del entorno vital, de…

Suele resultar una emoción desagradable con consecuencias orgánicas, aunque hay personas que disfrutan con esa sensación de miedo (de hecho existe ese género en el cine e incluso festivales como el de Sitges). 

El miedo tiene su punto positivo ya que nos ayuda a alejarnos de algún acontecimiento para el que aún no somos aptos. Estos pueden ayudarnos como hacen una madre, con protección, pero no nos ayudan en nada cuando son con sobreprotección.

Tiene esas dos vertientes el miedo; nos alerta o nos paraliza, nos esconde o nos da valor para actuar (bien peleando, bien escapando). He leído una frase sobre el miedo que me ha gustado, pero no sé de quién es un sentimiento útil en la supervivencia pero limitante en la vida.

La respuesta al miedo, enfrentarse a él con acciones, no sólo con una, ...varias y variadas porque en alguna encontraremos la clave para salir adelante y perder el miedo al miedo.

Hoy en día la variedad de miedos es inmensa y pueden ir desde miedo a un animal, miedo a hablar en público, miedo a la confrontación, miedo a salir, miedo al olor corporal, miedo a los libros, miedo a los espacios cerrados, miedo a ......... ¡infinitos parecen los miedos! a mí personalmente los que más pena me dan son el miedo a vivir y el miedo al amor. ¡todo lo que podemos vivir y amar!

Si quieres conocer más sobre el miedo como emoción primaria, este está enmarcado dentro del área emocional, que a su vez es una de las distintas áreas de la vida 
Nota* Actualizo esta entrada con el enlace a un libro que he conocido. Nos habla de 7 emociones, entre ellas el miedo
Historias que transforman