Pensamientos, palabras, obras y omisiones

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Pensamientos, palabras, obras y omisiones, … tal cual es la vida.
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viernes, 6 de septiembre de 2019

El asco, emoción primaria

Esta emoción primaria del asco nos salva de más de una situación en la cual podemos poner en jaque a nuestra salud y en muchos casos la supervivencia, ya que a través de ella nos salta la alarma de un posible peligro. Es otra emoción que ejerce con su papel protector perfectamente, así que vamos a por ella a ver si deja de producirnos rechazo y ...asco.

El asco nos provoca rechazar unos estímulos que resultan desagradables en todos los sentidos ; puede ser a un determinado alimento, a algún animal, persona, situación,... con esta emoción primaria protegemos nuestro organismo de ingerir sustancias nocivas, acercarnos a objetos, lugares o animales peligrosos o de acercarnos a alguien que nos pueda contagiar alguna enfermedad o con capacidad de hacernos daño o "contaminarnos" de alguna manera. Investigaciones certifican que hay un asco acusado a las secreciones corporales (flemas, heces, saliva, sudor,..) más que a animales desagradables, basuras o alimentos descompuestos.

No en vano la emoción del asco tiene asociadas las emociones secundarias de rechazo, antipatía, disgusto, repugnancia, repulsión, asquerosidad, aversión, odio, desagrado, grima, aborrecimiento, ojeriza, encono, manía, desprecio, animadversión, desagrado, hastío, desapego, antipatía, tirria,...

Leyendo esto parece que el asco es parecido a la otra emoción primaria que es el miedo , ... hay una fina línea muchas veces y en los últimos estudios (el asco ha sido muy poco investigado ; Charles Darwin habla de él en "La expresión de las emociones en el hombre y en los animales", definiendo el asco como algo repugnante que se siente a través de la vista, el gusto, el olfato o tacto) se ha descubierto que el asco es la antesala de las fobias. Este descubrimiento emocional ayuda a los profesionales a poder hacer tratamientos más especializados para las fobias añadiendo estrategias que abarquen el asco, ya que en estudios realizados con muchos pacientes con problemática fóbica, estos han manifestado sentir más asco que miedo en muchos casos.

Hay un apasionado en esto de estudiar el asco por el poder que tiene esta emoción, se llama Paul Rozin y es catedrático en psicología. Nacido en 1936, en la actualidad está centrado en el estudio de que desencadenantes culturales, psicológicos y biológicos nos llevan a elegir el tipo de alimentación (lleva otro montón de investigaciones como por ejemplo la evolución cultural del asco).
Poco se sabía hasta ahora de esta emoción primaria ; el mencionado Darwin y Angyal (psicoanalista de la década los años 40) hablaron del asco, pero ha sido a principios del siglo XXI cuando se empezó realmente con los estudios y su referente más importante en estos momento es Rozin.

Este catedrático ha comprobado que esta emoción conlleva el rechazo a determinadas actividades o personas dependiendo del componente cultural y social ; el asco está mediatizado por las influencias socioculturales.

A nosotros por ejemplo, nos cuesta adaptarnos a las costumbres gastronómicas de los países asiáticos, y a muchos europeos les cuesta probar nuestros chipirones en su tinta con ese color negro nada llamativo para ellos... pero el asco no solo abarca lo gastronómico.
A nivel ideológico nos encontramos en muchas ocasiones el rechazo por cuestión de raza, forma de vida, actitud, ideas, etc. (abarca las conductas xenófobas y se denomina asco interpersonal y es considerado una fórmula de control social). Según palabras textuales de Paul Rozin : " ...no es difícil enseñar y entrenar desde pequeños a los individuos para que consideren tóxica una idea, un ideario, una actitud, una raza o una etnia, un modo de vivir, etc." "El asco se extiende con la evolución cultural a una forma de comunicar el rechazo hacia una amplia gama de cosas que la cultura considera ofensivas, incluyendo ciertos tipos de violaciones morales hacia otros".

Influido por las costumbres culturales y el aprendizaje grupal, el asco ha evolucionado para pasar también a ser una emoción moral ; dependiendo de las singularidades culturales y sociales de cada grupo, los juicios morales provocarán el rechazo a determinados estímulos exteriores.

Dejando a parte las influencias socioculturales tan diversas que nos llevan a sentir asco, con esta emoción primaria nos pasa como con el miedo : nos protegemos de situaciones- animales- personas- etc. que pueden ser peligrosos. Y es lo perfecto mientras no pase de un asco protector a un asco irracional o disfuncional ; la única diferencia reside en el grado en que se siente el asco, porque cuanto mayor es el sentimiento de repugnancia mayor es el malestar y la alteración del funcionamiento diario que provoca (conllevando incluso en ocasiones hasta sentir asco del propio cuerpo).

El asco produce respuestas a nivel cognitivo, fisiológico y conductual, influenciadas profundamente por el qualia (*) ; hay un comportamiento de rechazo o de huida al percibir el estímulo como amenazante y peligroso, puede producir náuseas, se activa el sistema parasimpático y puede haber mareos. La expresión del asco es igual en todos los individuos del planeta ; bajar y juntar las cejas, se elevan las mejilla y se frunce la nariz, se eleve también la barbilla y los párpados se cierran.

(*) Qualia : término filosófico y psicológico que define las experiencias subjetivas de cada individuo.
Este término nació en oposición a la que dice que el pensamiento es fruto de procesos físicos (fiscalismo).
Según Frank Jackson son sensaciones corporales y experiencias perceptivas que no están en la información física del individuo.
Thomas Nagel dice que el qualia existe en varios organismos y especialmente en los mamíferos y que puede definirse como la consciencia que lo hace ser él mismo (la individualidad).
John Locke afirma que la realidad se puede transformar a través de la mente sin que tengan que ocurrir modificaciones físicas.
No obstante ha sido muy debatida la existencia del qualia ya que no se puede comprobar su existencia de una forma pragmática y por ello tiene muchos detractores.

A nivel cerebral se ha comprobado que el origen del asco esta en las amígdalas cerebrales. Se activa la ínsula anterior (olfato y gusto), los ganglios basales (movimiento) y partes de la corteza prefrontal (pensamientos) ; evidentemente, todos estos movimientos le dejan huella a nuestro cerebro y en muchas ocasiones es tan intensa que es preciso un trabajo (en casos agudos de profesionales) para poder recuperarse de ella.

Nota* Os recuerdo que hablo de el asco como emoción primaria a trabajar en el marco de "el área emocional"  que es una de las distintas áreas de la vida 

martes, 3 de septiembre de 2019

El miedo, emoción primaria


Repitiendo la definición de que son las emociones, diré que son respuestas involuntarias psicofisiológicas, cognitivas y conductuales, es decir, una reacción biológica a un acontecimiento. Dicho esto, el miedo cumple muy bien con su papel que es el de la supervivencia del individuo ante un acontecimiento que él considera un peligro (da igual que sea real o inventado).

Yo le veo al miedo como ese Pepito Grillo que está ahí todo el rato para que no nos metamos en problemas ; nuestro gran cuidador que nos mantiene a raya, ya que sin él, seguro que ni yo estaría escribiendo ni vosotros leyendo sobre él.

Esta emoción primaria cuidadora es nuestro mecanismo adaptativo a un entorno hostil y lleno de peligros y nos otorga la capacidad de reaccionar ante posibles situaciones que considera peligrosas... y esto es lo perfecto para mantenernos vivos, el problema es tener miedos infundados, o mejor dicho miedos disfuncionales (que no sirven para la función de proteger, si no tan sólo de impedir ).


A través del
miedo manifestamos lo que para nosotros resulta una amenaza a nuestra seguridad, bien física, o bien de autoestima y autoconcepto, habiendo miedos que pueden ser terriblemente subjetivos y digo terriblemente por la carga de vida que pueden llegar a ser (miedo a montar en metro, avión, ascensores, a salir a la calle, a la gente, ...).

Nuestras creencias y patrones mentales que nos llevan a unos pensamientos determinados filtran acontecimientos que nos suceden y dependiendo de cuales sean, nuestros miedos se manifiestan en mayor o menor grado. En el grado mayor tenemos todas las fobias que nos podamos imaginar (aracnofobia, agorafobia, zoofobia, pluviofobia, a las palabras largas..... puede haber una fobia para todo, depende de cada individuo) y en el grado menor las conductas de riesgo (exposición repetida y voluntaria a un peligro como deportes de alto riesgo, la ruleta rusa, ciertas prácticas sado/mado, conducir a alta velocidad, ... hablar del riesgo merece capítulo aparte). 

Stanley Rachman (psicólogo canadiense) hace distinción con las clases de miedos que hay : miedo agudo, miedo crónico, miedo adaptativo o funcional y miedo desadaptativo o disfuncional. De los dos últimos ya he escrito, así que paso ahora con los otros dos.

El miedo agudo está provocado por estímulos reales, concretos y evidentes, de esta manera, desaparece cuando lo que provoca el miedo no está presente. Los típicos son miedo a un animal concreto ; araña, polilla, rata, serpiente, perro, ... solo en presencia de ellos se siente el miedo, durante el resto del tiempo ese miedo permanece dormido.

El miedo crónico tiene una esencia bastante más complicada ya que puede estar provocado por algo concreto o algo subjetivo, de esta manera se está expuesto al miedo en cualquier momento que tengamos un pensamiento subjetivo que nos lo provoque. Ejemplos más claros de esto es el miedo a la soledad o el de suponerse rodeado de espíritus, que a las noches venga un monstruo,.... 

Luego están los miedos propios de cada época humana. Algunos de las pasadas permanecen, otros van desapareciendo y otros nuevos se unen : miedo a perder algo, a ser rechazado, a la vejez, a una enfermedad, a no tener algo o a alguien, a la muerte, al fracaso, miedo a.... lo ideal sería que cada uno fuéramos capaces de identificar nuestro propios miedos y si son disfuncionales, enfrentarnos a ellos y reconducir nuestras creencias y pensamientos al respecto.

Lo que está claro es que el miedo puede ser provocado por cualquier cosa o pensamiento, pero ¿qué nos ocurre cuando sentimos miedo? en principio es una retirada/lucha/esconderse de aquello que nos produce el miedo. Hay múltiples vídeos de escenas en las que se da un  susto a alguien con algo sorpresivo y la primera reacción es echar a correr, enfrentarse, taparse los ojos y chillar o poner las manos delante (depende de la situación y del momento propio del individuo). 

También simplemente puede ser que no nos acerquemos a quello que nos da miedo por no sentir el malestar de la indefensión y falta de control que nos provoca, ya que esa sensación de vulnerabilidad no nos gusta nada y menos si tienes la creencia de ser una persona a a que "nada ni nadie" le para (aunque todos sepamos que es todo lo contrario). En este caso enmascaramos el miedo con la no exposición a cosas o situaciones que nos lo puedan producir (el miedo al compromiso, miedo a un posible fracaso, miedo a no sentirse suficientemente válido, miedo al miedo,...). 

En cuanto a los cambios fisiológicos que se producen en el cuerpo :

Aumento de la frecuencia y la fuerza contráctil cardiaca, aumento de la presión arterial sistólica y diastólica, dilatación de pupilas, sudoración, descenso de la temperatura corporal periférica y reducción del volumen sanguíneo (el típico "quedarse pálido" "quedarse helado"), aumento de la conductancia de la piel y la tensión muscular (tanto que se puede llegar al agarrotamiento muscular), aumento de la frecuencia respiratoria (llegar a la hiperventilación), el estómago se contrae, aumento de neurotransmisores en sangre (adrenalina y noradrenalina principalmente)...

Si con el miedo los cambios físicos son importantes, los psicológicos si que son impedimento para llevar una vida saludable en nuestras relaciones intrapersonales e interpersonales  :

Agobio, malestar, estado de alerta, pensamientos negativos, preocupación, estrés, pérdida de autoestima, bloqueo emocional, ansiedad (y su diversas variantes), trastornos obsesivos, ataques de pánico, síndrome de estrés postraumático, ...

En cuanto a cómo afrontar el miedo, depende mucho de cual sea y a qué grado haya llegado ; no dudes en consultar a un especialista si es el caso, no haciendo nada al respecto afecta a tu entorno, tus relaciones y sobre todo a ti.

Para los miedos un poco más de "andar por casa" podemos encargarnos nosotros mismos :

Lo primero es reconocerlos, dejar de negarlos y no huir de ellos ; hazte amigo de tus miedos y no los tomes como enemigos porque son tus grandes aliados para el crecimiento personal. 

Tienes mil y una páginas por blogs para decirte cómo afrontar los miedos, busca tu propia táctica. La mía en concreto es buscar sentirlos para ver cual es mi limitación y comprobar que no es para tanto y que puedo con ello, por lo menos por momentos. 

Por ejemplo, tengo miedo (que no fobia) a la altura y de vez en cuando me hago una de monte que conlleve verme pasando ese miedo (que no riesgo) y teniéndome que poner las manos a los lados como los burros ; a ratos las quito y poco a poco me voy acostumbrando a esa sensación de vacío a los lados. Otras hago una vía ferrata en la que paso ese miedo y me observo en él (me paraliza el cerebro y no soy capaz de pensar con claridad ni de hacer bien el paso de un sitio a otro); en la observación soy consciente de mi parálisis mental y pienso que me pasa seguro en otras ocasiones en las que no soy consciente de mis miedos.

Nunca he llegado a quitar ese miedo que tiene mi cerebro, pero si que lo domino mentalmente ¡me encanta esa sensación de capacidad que siento al hacerlo! ¡sin miedo a vivir el miedo!, ............ hasta ahora no me he muerto del susto.

Recuerda al miedo como tu gran aliado cuidador y no lo conviertas en una limitación enemiga, porque recuerda que hay miedos totalmente necesarios para evitar riesgos de vida y hay miedos creados por tus creencias que no sirven absolutamente para nada, bueno sí, para jorobarte la vida. Como en todo, hay que buscar la medida entre fobia y riesgo.

Si quieres leer un poco más sobre el miedo 

Nota* Os recuerdo que hablo de el miedo como emoción primaria a trabajar en el marco de "el área emocionalque es una de las distintas áreas de la vida 

viernes, 30 de agosto de 2019

Sorpresa, emoción primaria

¡Lo primero que quiero contar es lo mucho que me ha sorprendio la sorpresa como emoción primaria! Es cierto que pasa como desapercibida por nuestra consciencia, pero es tremendamente interesante e importante, además de estar muy utilizada en cantidad de campos distintos ( en relaciones personales, cine, marketing, libros, arte, educación,...). Yo por ejemplo, no he reparado hasta ahora de todas las cualidades que tiene la sorpresa y al leer sobre ella he empezado a pensar en los momentos de mi vida cuando he tenido alguna intensa ; ¡lo que he aprendido!

La sorpresa es la única emoción primaria que tiene la cualidad de ser agradable desagradable o agradable ; vamos que su ambigüedad no nos deja definirla en un punto concreto tan solo en el de saber que se produce ante un hecho inesperado. Y no nos deja definirla porque en sí misma no tiene  connotación positiva o negativa, depende de que motiva la sorpresa, así será la respuesta emocional.

Esto es entendible muy bien con ejemplos :
-Si te estás peinando y de repente estalla una bombilla de encima del espejo te produce sorpresa y lo que sientes es susto, tu reacción puede ser subir las manos para protegerte.
- Si llaman a la puerta y al abrirla te encuentras con una caja regalo, te sorprendes y te sale una sonrisa y la alegría te invade, si encima es de tu pareja puedes llegar a sentir amor, pasión, deseo, agradecimiento, ...
- Si vas por la calle y un niño se cae de repente y se hace daño, el sorpresivo momento te puede causar susto primero y tristeza al ver al niño en el suelo llorando.

La emoción inicial es la misma : la sorpresa. Las siguientes emociones que la siguen varían dependiendo de las circunstancias que provocan esta emoción primaria.
Cuando he puesto "inicialmente", debería haber añadido fugazmente ya que la sorpresa es la emoción más instantáneamente corta. Dura nada, nos paraliza por un momento (si el motivo de la sorpresa es muy duro e impactante se puede producir un bloqueo patológico : estrés postraumático) y nos predispone para actuar frente aquello que nos ha producido la sorpresa.

¡Tachán! ...Ya tenemos cinco de las características de esta emoción : ser inesperada - ser breve, muy la sorpresa - activar el coco para encontrar una respuesta adecuada - estar marcada por la emoción que le sigue.
breve - desconectarte de dónde estabas para prestar atención al motivo de
Las grandes protagonistas de las cualidades de la sorpresa son la tercera y la cuarta ; desconectar el cerebro de los pensamientos de ese momento para prepararlo a él y al cuerpo para hacer frente al motivo que ha provocado dicha sorpresa. Dicho de una manera más técnica, facilita la reacción emocional y conductual posterior a partir del análisis de la situación, preparándonos para pasar a otra emoción ; su función adaptativa al medio nos permite afrontar situaciones inesperadas.
He leído que elimina la actividad residual del sistema nervioso central para que no haga interferencia con la reacción apropiada ante las nuevas exigencias.

¿Y qué efectos tiene a nivel fisiológico y a nivel subjetivo?

Fisiológicamente activa el sistema nervioso autónomo (disminuye frecuencia cardiaca, vasoconstricción periférica y vasodilatación cefálica, aumento brusco de la conductancia de la piel y dilatación de pupilas, apertura de boca y ojos y elevación de la musculatura asociada a las cejas) y el sistema somático (incremento de la actividad neuronal).

En cuanto a los efectos subjetivos, estos dependen de nuestras creencias internas, de acuerdo a ellas emitiremos juicios de valor de la situación y reaccionaremos con otras emoción primarias y secundarias.
También existe el fenómeno denominado "mente en blanco" (por unos momentos somos incapaces de pensar en algo en concreto), permitiéndonos redescubrir lo que sabemos al no dar una explicación lógica a lo que estamos viviendo. Esta capacidad de parar, resetear y volver a funcionar con la solución es el gran potencial de la sorpresa.

La sorpresa es una sensación complicada para ser definida porque puede ser causada por muchos estímulos y provocar muy diferentes respuestas. Es la emoción quien precede al pensamiento y la emoción primaria de sorpresa provoca un rapidísimo aumento de la actividad cognitiva para activar el sistema de alerta y evaluar la situación para dar una respuesta (facilita los procesos de atención, conductas de exploración y curiosidad).


Lo mismo que hay un refrán que dice "el hambre agudiza el ingenio", podemos decir que la sorpresa agudiza las respuestas. Para esta emoción todo son estímulos novedosos que incitan al análisis para dar solución a esa situación impredecible por desconocimiento...conclusión fácil : ¡con cada sorpresa se aprende!
¿Os habéis fijado en los niños que están todos los días en casi contínua sorpresa? Es bien fácil saber porque estamos de niños más predispuestos a sorprendernos por casi todo,...¡estamos aprendiendo a vivir! siendo niños es parte de nuestro proceso madurativo y nos predispone a la curiosidad y el aprendizaje, es parte del proceso evolutivo.


A medida que nos vamos haciendo adultos, nos convertimos en unos listillos insoportables que queremos aparentar que nada nos sorprende porque somos la monda lironda. ¡Error, error, error!
Si nos dejamos sorprender por la sorpresa, la vida es preciosa, llena de novedades, descubrimientos, aprendizajes, acción, maduración ... ¡Me encanta la capacidad de sorprenderse de los niños tan llenos de ganas y de emociones a vivir!

Los mayores nos sentimos incómodos ante la desorientación que la sorpresa nos puede producir. Los humanos necesitamos tener controlado lo que va a pasar, de esta manera tenemos mayor seguridad de saber que podremos afrontar cualquier situación de manera efectiva. Ese puntito de parálisis frente a la sorpresa suele resultar molesto, ya que ante un momento novedoso complicado hay que reaccionar rápidamente.

Pero sabes que te digo, ¡bienvenidas las sorpresas que nos hacen avanzar! y esto es muy aplicable a personas centradas en lo malo o negativo. Si alguien está contándote todos sus problemas de una forma victimista y enrocada (¡dale que te pego la burra al trigo!), haz cualquier cosa que la sorprenda para que corte ese torrente de pensamientos con mala energía.
Da una fuerte palmada, derrama el vaso de agua, dale un pellizco o ponte a hacer el pino a una mano; cualquier cosa vale puesto que ya hemos comentado que la sorpresa puede ser causada por muy diversos estímulos. No conseguirás cambiarle como de la noche al día y que todo lo vea bonito, pero al menos habrás conseguido que por un rato no siga envenenándose con pensamientos negativos.

Todas las cualidades, en cuanto a la comunicación efectiva, de la sorpresa las saben muy bien los expertos en márketing ya que si se consigue sorprender a la gente, esta se quedará con el mensaje más fácilmente ya que dirigirá su atención hacia el producto o servicio.
Esto mismo pasa a nivel educación ; aquellos profesores que consiguen sorprender a los alumnos captan mucho más la atención de ellos, con lo que consiguen ser escuchados en sus explicaciones.

En cuanto al cine, la literatura, el teatro, la música, los vídeos etc. , el 76%  de ellos con más éxito utilizan la emoción primaria de la sorpresa como recurso comunicativo.

Así que, con todo lo que sabemos  ahora de la sorpresa, ¿te animas a vivirla y a hacerla vivir más?

Nota* Os recuerdo que hablo de la sorpresa como emoción primaria a trabajar en el marco de "el área emocional"  que es una de las distintas áreas de la vida 

miércoles, 28 de agosto de 2019

La ira, emoción primaria

Vamos a ver que podemos aprender de esta chiquilla chillona y enfadona que es la ira (también denominada rabia o enfado o …). 

Es una emoción primaria que ha servido y sirve para cubrir la necesidad de atacar para sobrevivir, defendernos de otros depredadores, protegernos, limitar … Hoy en día que nuestros depredadores no son bestias del bosque sino otras personas, en muchas ocasiones es para parar una situación o para poner límites en las relaciones.

¡Que levante la mano el que no haya tenido alguna vez un acceso de ira! De niños, de adolescentes o de adultos es una emoción que nos invade en más de alguna ocasión y seguramente, más de las necesarias.
En esos momento la mente lógica se anula y sale esa ira sin control a mandar sobre nuestro  pensamiento, lo que decimos y lo que hacemos. ¿Por qué nos pasa? 

Suele ser una respuesta ante el miedo o la frustración, en todas las variantes de cualquiera de las dos. 
Si se van acumulando, lo más probable es que la irrupción de la ira sea de una manera totalmente descontrolada, inadecuada al momento y totalmente desproporcionada. Puede iniciarse con pequeños enfados a los que no hacemos caso, pero si pasan a ser frecuentes, estamos creando el caldo de cultivo para un gran problema, que muchos psiquiatras lo meten dentro del saco de otras enfermedades mentales ocasionadas por la falta de control de los impulsos, como son la ludopatía o cualquier tipo de adicción, entre otras.

Si hay algo que molesta y no se verbaliza, no va a cambiar y seguramente irá a más. La solución es hablar de forma asertiva con uno mismo y con los demás para atajar y evitar lo que nos puede crear desde un enfado, hasta una agresividad o enmascaramiento de esa ira o rabia a través del sarcasmo, las críticas hirientes, los rechazos, ignorar, etc.

Ni tan mal si solo es enfadarse, porque ya sabemos que como emoción primaria, es una conducta de defensa o de ataque ante una situación que a nosotros nos provoca sentir miedo, indefensión, injusticia, frustración (porque algo no sale como queremos o alguien no se porta como pensamos) o simplemente nos resulta poco agradable. Ante ello, sentir ira es lo natural, el grado de ella y cómo la expresamos es lo que marca la diferencia de que la ira pase de ser necesaria para subsistir a ser un motivo de conflicto permanente que nos arruine la vida a nosotros y a los que nos rodean. Puede llegar a tener que tratarse con profesionales e incluso necesitar medicación concreta para mitigar los accesos coléricos.


Las maneras coléricas provocan temor y hay que desmitificar que son un signo de autoridad o de carácter fuerte. El tan manido recurso de "yo soy así" no es válido ; la ira en ningún caso es un atributo de la personalidad, es un estado emocional que nos puede controlar por nuestra subjetividad y por lo tanto, se puede aprender a manejar.


Físicamente se detecta porque se aprieta la mandíbula, tensamos músculos, sube la temperatura corporal, aceleramos la respiración y el corazón bombea sangre más rápido. ¡Todo acción! subidón de energía que hay que canalizar porque si se reprime,... acaba saliendo de alguna manera.

La intensidad de la rabia varía y puede ir desde una leve molestia, a irritación, pasando a enfado para a veces llegar a furia y en los casos incontrolados a violencia y agresividad. Este último concepto, por ser más alarmante e impactante, es el que tenemos asociado a la ira y por eso está demonizada.

Es muy "uno mismo" la ira, ya que a cada persona le puede provocar el estallido de ella situaciones muy distintas, es decir, dependiendo de cómo pensemos, reaccionaremos diferente a una misma situación.
 
Epicteto, entre otros, ya sabía que esto era así en sus años (55-135 dc) y actualmente seguimos igual "Lo que importa no es lo que te sucede, sino cómo reaccionas a lo que te sucede". Esta es la primera clave para el control de la ira, saber que nos perturba y una vez de identificado, cambiar la respuesta,  que es distinto a no manifestar la ira. Cuidado con ocultarte la manifestación de la ira bajo otras apariencias (sarcasmo, ironía, tristeza, amargura, dolores físicos, enfermedades,...)

Aún siendo tan subjetivo esto de sentir ira, se pueden clasificar en dos tipos las situaciones desencadenantes : situaciones frustrantes y situaciones aversivas (las que nos producen miedo o repulsa).
Además debemos ser conscientes que la ira siempre está en situaciones conflictivas ; da lo mismo que seas un conflicto interno o con los demás. Si habitualmente os veis inmersos en conflictos con los demás, deberíais conocer que es la emoción que predomina a el "perseguidor" del triángulo  dramático de Karpman (Interesante teoría en la que podéis descubrir dónde os colocáis y dónde se colocan otros en situaciones de conflicto).

La emoción primaria de la ira es totalmente necesaria y por lo tanto no es cuestión de anularla, es cuestión de reconocerla y reconducirla para que los efectos secundarios no sean demoledores, ya que nada tiene que ver estar algo irritado y enfadarse, con estar agresivo y violento o autodestructivo. La ira o rabia sale  desproporcionadamente ante momentos de frustración y estrés intenso, pero si sabemos qué nos está pasando, podremos controlar el cómo expresarla.
Seguramente por educación social y religiosa con un concepto negativo de la ira o por impresión de haber visto situaciones de rabia descontrolada que nos han impresionado, tenemos la ira como una emoción devastadora, nociva y en definitiva negativa, pero su buen uso puede ayudarte a sanar injusticias, frustraciones, a ser asertivo, defender territorio, ...

El problema viene cuando la dejamos expresarse de modo negativo y demoledor o no la expresamos porque no queremos que nos vean (o vernos) enfadados, por miedo o hasta porque no somos ni conscientes de que sentimos ira. No expresar algo que sentimos conlleva que luego salga el acumulado en forma de enfado hacia nosotros o hacia quien no tiene nada que ver con nuestro momento. Son las denominadas explosiones de ira, consecuencia de acumular ansiedad o miedo.

La ira nos aporta una energía que nos predispone a actuar ante lo que nos provoca daño, bien sea físico o mental. Seguramente esta emoción ha salvado más de una vida o dos en casos extremos ; no será la primera vez que ante una situación de vida o muerte, la ira ha sido la impulsora de actuar de una manera guiada simplemente por el afán de sobrevivir.

He leído que si no expresas la rabia porque te han enseñado a contenerla, la sustituyes por otra emoción, muchas veces por la tristeza. En vez de ser asertiva y decir lo que sientes y expresar tu desacuerdo y tu rabia, liberas esa tensión (subidón de energía) con lágrimas y tristeza.

La ira o rabia tiene un lado saludable; la capacidad de adoptar una postura firme, de fijar límites y de defendernos, así que sentirla no es tan negativo, el problema está en cómo expresamos lo que sentimos.

Y...¿no os preguntáis qué ocurre cuando uno siente la ira? Pues os diré que como es una emoción primaria común en todos los seres humanos (se discute si los animales tienen también emociones primarias, aunque para algunos expertos hay evidencias de que sí, porque se deben a hormonas y neurotransmisores), está estudiada y se ha llegado a la conclusión que tiene tres tipos de respuesta : corporal, cognitiva y conductual.

Corporal : se aumenta el ritmo cardiaco acelerando la respiración, esto a su vez aumenta el flujo sanguíneo y los músculos se ponen en alerta preparando todo esto al cuerpo para entrar en acción de una forma impulsiva llegando incluso a la agresividad si es eso lo que hemos aprendido.

Cognitiva : una situación aislada no tiene valor en sí misma, porque como he comentado antes, depende de la interpretación individual que le demos, por eso las emociones se mueven y se potencian o controlan en función de los pensamientos que tengamos. De esta manera, sentimos ira siempre y cuando nosotros interpretemos las situaciones como injustas, irrespetuosas, obstaculizantes, frustrantes, peligrosas, de indefensión, dolorosas,...

Conductual : la ira nos lleva a defendernos de aquello que creemos que se interpone y nos hace daño (emocional o físico) generando una energía que nos empuja a destruir o a resolver aquello que es lo que provoca nuestra ira. Nos conduce a múltiples maneras de gestión de esa emoción, entre ellas la agresividad y la violencia como destructora.

¿Qué consecuencias puede llegar a tener una mala gestión de la ira? De entrada no está demás decir que el abuso de la ira es el recurso de los débiles, ya que es mucho más fácil dejarse llevar por ella que hacerse cargo de uno mismo y sus emociones. Por otro lado duele sentirse herido y aceptar que somos vulnerables ; utilizar la ira, rabia, enfado, agresividad o violencia es un recurso para tapar la más mínima posibilidad de reconocernos las debilidades (esta cultura de que todos somos estupendos, fuertes y brillantes, ha hecho mucho daño en este sentido).

A su vez, el recurso de sobre utilizar la ira ejerce un efecto de alejamiento de las personas receptoras de ella, de tal manera que, por ejemplo, si para retener a alguien desatamos nuestra ira o las emociones secundarias que conlleva (cólera, rencor, odio, irritabilidad, enfado e impotencia +acritud, aflicción, animosidad, exasperación, fastidio, furia, hostilidad, indignación, resentimiento, ultraje, agresividad y violencia) porque nos sentimos menos y no merecedores de que estén con nosotros pero a la vez queriendo que se queden, lo único que conseguiremos será que se acaben marchado porque no hay hijo de vecino que lo aguante por mucho que nos quieran. 
Relajemos la impotencia y el resentimiento, porque de lo contrario estaremos potenciando nuestro aislamiento social y aunque de entrada la emoción primaria de la ira nos lleve a decir "que les den a todos", sabemos que no es cierto.

Por otro lado a nivel de salud, tendremos muchos boletos para tener alguna enfermedad cardiovascular (se produce cortisol que se vierte a la sangre; literalmente nos autoenvenenamos, con lo que ello conlleva).
En este sentido, si os sirve de referente, Jacques Martel añade en su "Gran diccionario de las dolencias y enfermedades"   , que todas las enfermedades terminadas en -itis están referenciadas por la ira (¡y no son pocas!). Sea cierta o no esta afirmación, lo que sí es cierto es el sistema inmunológico se debilita con el estrés de las luchas, malos momentos, desencuentros con las personas, etc., decir que tener las defensas bajas nos predispone a cantidad de enfermedades es algo que sí está demostrado medicamente.

Es un error enorme pensar que estallar en un momento puntual da tranquilidad ; más de una vez habremos oído eso de "¡le he metido un bufido y me he quedado de a gusto!", pero ese bienestar que parece que nos alivia, rápidamente se suele convertir en culpa, tristeza o vergüenza.

La ira no tranquiliza, todo lo contrario, altera y acelera el organismo porque es una respuesta para sobrevivir; nos dispone para la defensa o ataque, … todo acción.

¿Qué podemos hacer con la ira?  ¿Qué podemos hacer para controlarla y que no nos controle?
Es evidente que lo primero es conocerla y reconocerla, pero aunque ya sepamos que de saber a hacer hay un gran paso, debemos intentar no crear ni crearnos conflictos por la ira y para ello disponemos de alguna estrategia que nos puede ayudar:

- Investiga en tu reacciones, ¿Qué es lo que te provoca la ira? Frustración, miedo, indefensión, falta de autoestima, no se hace lo que tú quieres, opresión, injusticia, la pérdida de algo (trabajo, casa, amistad, pareja, estatus, ...), sentir que te quitan algo, … Detectar dónde está tu interruptor de la ira o rabia es un primer gran paso.

- Relájate y piensa que no todo lo que ocurre es en tu contra ; no te tomes nada de forma personal (el libro "Los cuatro acuerdos" te lo explica bien ). Recuerda; el por qué sentimos ira o rabia es totalmente subjetivo, así que, modifica tu forma de pensar y tu cerebro tendrá menos motivos para sentir que tiene que atacar o usar la agresividad para defenderse.

- Potencia la emoción de la alegría, te ayudará a ver las situaciones de otra manera y con ello poco a poco la ira no será tu "zona de confort" como respuesta . Muchas veces damos respuestas iguales antes situaciones diferentes por hábito, incluso buscamos y encontramos excusas para seguir con ese hábito aprendido ¿y si haces algo diferente? 

- No dudes en alejarte de esas personas que son el detonante de tu ira mientras no tengas la capacidad de canalizarla de otra forma.
Muchas personas nos bombardean con sus frustraciones y las hacemos nuestras, no entres en ese juego de hacerlas tuyas, porque saldrás perdiendo. Graba a fuego en el cerebro "no entres en el juego"; evítalo reconociéndolo y alejándote (tengo que ir al baño, perdona me llaman, espera un momento ahora vuelvo, luego lo hablamos,...). 

- Si notas que te vas a "encender",  marcha de donde estás y del pensamiento en el que estás, porque la ira es poderosa y llegada a un punto, difícilmente controlable. Ponte a cantar, a saltar, lee algo, enciende el móvil, pellízcate el brazo, … no sé, algo que te distraiga de la situación y del pensamiento de "me tengo que defender" o "tengo que atacar".
 
- Toma conciencia del daño que tu incontrolada ira causa a otras personas, de esta manera podrás enfrentarte a ella y buscar el justo equilibrio. Causar miedo o temor con ella no es la solución a tus problemas, romper tu entorno no soluciona tu problema, agredir no soluciona tus problemas, defender cuando no te atacan no soluciona ningún problema, …

- Investiga qué papel adquieres durante los conflictos, (Triángulo dramático ;perseguidor, salvador, víctima) identifícate, decide cambiar y busca como hacerlo (triángulo ganador; asertivo, empático, vulnerable) . Probablemente te estalle la ira cuando estás en el punto de perseguidor (en un triángulo dramático se pasa de un rol a otro con mucha facilidad).

- Acumulando daño o dolor por accesos de ira, no a muy largo plazo pasa factura, provocando unas relaciones insanas, difíciles y en muchas ocasiones tan  inaguantables, que nos irán dejando solos. Practica la asertividad, es una manera de solucionar problemas mucho mejor que la ira. Las relaciones basadas en la honestidad, sinceridad y asertividad, tienen un más grato e incluso largo recorrido.

- Si por tus propios medios no eres capaz de salir del secuestro emocional al que te tiene sometido la ira, no dudes en acudir a un especialista para que te ayude.

Nota* Os recuerdo que hablo de la ira como emoción primaria a trabajar en el marco de "el área emocional" que es una de las distintas áreas de la vida 

martes, 27 de agosto de 2019

La tristeza, emoción primaria

Vamos a tocar la emoción primaria de la tristeza que tan mala prensa tiene, pero hay que decir a favor de ella que no es mala, más bien todo lo contrario, necesaria para poder adaptarnos en una situación de pérdida de una persona, animal u objeto o en una situación de una vivencia inafortunada o que para nosotros nos suponga pérdida.

La función adaptativa de la tristeza es la que permite recuperarse emocionalmente con un periodo más o menos prolongado de quietud y falta de dinamismo, con cierto aislamiento y el llanto, todo para poder crear nuevos planes de vida sin aquello o a pesar de aquello que ha desencadenado nuestra tristeza.

No quiero pasar por alto la famosa creatividad de la tristeza, entre otras cosas autora de tantas obras de arte o canciones o poesías maravillosas entre lágrimas.
No en vano una de las grandes terapias personales que podemos hacer es escribir lo que nos pasa ; soltar por medio de la escritura las emociones ayuda a encontrarnos con ellas, reconocerlas en sus matices y dejarlas marchar si no nos aportan el bienestar.
Fantasear, recrearse, exagerar y escribir todo lo que quizás no dirías a los demás o incluso a tí mismo relaja y alivia, además de permitirte conocerte... ¡aprovecha la creatividad que te da la tristeza!

Cuando pensamos en una persona triste, la primera imagen que nos viene a la mente es alguien llorando desconsoladamente. Llorar tiene numerosos beneficios para la salud, entre ellos desahogarse para soltar frustración y estrés.
Antes había una expresión coloquial cuando un bebé o niño era muy llorón "déjale que llore que así echa todo lo malo"; aunque ahora se promulga el no dejarles llorar por la angustia  y el estrés que les supone, lo cierto es que en la composición de las lágrimas hay sustancias nocivas que expulsamos disminuyendo su cantidad en el organismo ; cloruro de potasio y manganeso (en altos niveles provoca fatiga, irritabilidad, depresión y ansiedad. Descender su nivel en el cuerpo implica calmar el mal genio), prolactina o adenocorticotropina.

Para nuestra curiosidad, decir que hay tres tipos de lágrimas ; las emocionales (de las que estamos hablando), las reflejas (cuando nos entra una partícula extraña en el ojo) y las basales (las que lubrican de forma permanente el ojo para mantenerlo hidratado). Así que si lloramos hidratamos de forma complementaria y limpiamos, además lubricamos y oxigenamos la córnea, algo que es beneficioso para los ojos y por lo tanto para la vista.

Lagrimear un rato por una causa propia (no es lo mismo llorar por ver una peli que nos cuenta algo ajeno a nosotros,... a no ser que lo asociemos a una vivencia y hagamos la escena nuestra) además de lo dicho anteriormente, nos ayuda a expresar vulnerabilidad estimulando vínculos y nos permite mantener mejor la calma en situaciones complicadas (el llanto ayuda a mantener normalizado el ritmo respiratorio y cardiaco).

¡Para que luego no dejemos desde niños llorar ante un momento frustrante que tengan! El llanto es una manera de expresión de la emoción primaria de la tristeza y como todas las emociones, hay que dejar que fluyan y se diluyan en ese fluir para que no se enquisten y se instalen para siempre en nosotros. En el caso de la tristeza, si esto ocurre es cuando estamos abriendo la puerta a la depresión.

Si estás dolido, estresado o preocupado y lo necesitas... ¡llora como una Magdalena!, porque si te quedas con las lágrimas te debilitarás ya que sujetar la emoción de la tristeza requiere de un gran esfuerzo y este pasa a convertirse en irritabilidad, mal genio, ansiedad, estrés, agresividad e incluso en enfermedades cardiovasculares.
En fin, que aunque nuestra cultura tienda a ocultar las emociones y nos enseñen a que demostrar tristeza y llorar es de débiles (sobre todo a los hombres), no hacerlo es malo malísimo para nuestro bienestar mental y físico.

Expresar la tristeza con llanto nos libera de tensiones, disminuye toxinas, lubrica y limpia los ojos, crea vínculos, ayuda a empatizar, nos concede la gracia de la creatividad y nos ayuda a pasar los periodos de duelo por una pérdida ¿Entendemos ya por qué la emoción primaria de la tristeza no es mala? Eso sí, cuidado no la prolonguemos y cuidado porque los mismos estímulos que desencadenan la tristeza, también pueden desencadenar la ira y la rabia.
Este hecho explica las fases por las que se pasa en el duelo ante una pérdida o acontecimiento que nos implique a nosotros pérdida aunque no sea de alguien (persona, animal..)
Estas fases del duelo son : negación, racionalización, negociación, ira, tristeza y aceptación. Como vemos, las emociones primarias están ahí y expresarlas es totalmente necesario y si te fijas, la tristeza es la emoción antesala de la aceptación con la que concluimos el conflicto.

¡Pero ojo con abusar de la tristeza! como en casi todo en la vida, el exceso es contraproducente y como antes he mencionado, nos lleva a la depresión y los efectos positivos de la tristeza dan la vuelta para convertirnos en unos apáticos sociales, carentes de ilusión y con pensamientos rígidos y limitadores (¡la creatividad a la porra!), incapaces de sentir placer e incluso en los casos de depresión aguda un déficit de memoria, además de insomnio, dolor de cabeza, cansancio, estreñimiento,..

Así que si estás en un momento de tristeza ¡dale al lloro y a la creatividad hasta conseguir superar el percance! Acepta la tristeza como el paso previo a la sanación por la pérdida y una cosa............ no te recrees demasiado tiempo en ella porque pasa de ser totalmente necesaria a ser un lastre que no te deja levantar cabeza.

¿Cómo puedes mitigar o ir reduciendo tu grado de tristeza? y recuerda que poniéndole barreras a ella conseguimos controlar también las emociones secundarias totalmente subjetivas como son la pena, soledad, pesimismo, compasión y decepción.
No es tan complicado mantener en su lugar a la tristeza (recuerda que no hay que anularla, tan solo disfrutarla y no padecerla) si no se ha llegado a convertir en una fuerte depresión (si estás en ello busca ayuda y no dejes pasar tu vida en una tristeza continua ), ... ¡aumenta la otra emoción primaria que es la alegría! , hay muchas manera de fomentarla.

Concretando ; la tristeza nos calma y quita la mala leche, nos ralentiza para que pensemos en nosotros y activa la creatividad para salir airoso del momento ; provoca la empatía de los de alrededor para que no apoyen, nos descontamina el cuerpo por medio de las lágrimas a la vez que nos lubrica los ojos ...  vista así la tristeza, no está tan mal, ¿no?

Nota* Os recuerdo que hablo de la tristeza como emoción primaria a trabajar en el marco de "el área emocional" que es una de las distintas áreas de la vida 

lunes, 26 de agosto de 2019

La alegría, emoción primaria.

La alegría es la emoción primaria positiva totalmente deseable de experimentar porque la permanencia de ella por tiempo prolongado es lo que nos hace sentirnos felices. Es decir que a la alegría la podemos considerar de corta duración y la felicidad es un estado perdurable de la alegría por encima de las otras emociones primarias "negativas" (área emocional).

Su función principal es de adaptación y regulación del sistema fisiológico y el psicológico (reduce estrés y sus efectos físicos además de calmar la agresividad) ; están más que demostrados los efectos positivos para la salud incluso en enfermedades complicadas (fortalece el sistema inmunológico), ya que el cerebro libera un neurotransmisor, la endorfina, responsable de que nos sintamos placenteros y de mitigar los dolores físicos.

Estas proteínas pequeñas (péptidos) son llamadas la hormona de la felicidad (la transporta la miosina) y con una estructura semejante a la morfina, opio, etc. (opiáceos) actúan como poderoso analgésico estimulando los centros de placer, eso sí, sin los efectos nocivos de los últimos.
Las endorfinas tienen un pequeño y trascendental punto negro ; su vida es bastante corta porque son eliminadas por unas enzimas que producimos para mantener el equilibrio orgánico y que no pasen inadvertidas las posibles señales de alarma, ante las que hay que reaccionar para que no vaya a más el problema.

Como vemos, las endorfinas y la alegría tienen una relación inseparable y la una no existe sin la otra. Esta alegría es prodigiosa ya que a parte de regular la eficacia de los diferentes sistemas biológicos, también lo hace con los procesos cognitivos haciendo que creemos situaciones satisfactorias que nos hacen encontrarnos mejor (en estado de alegría nos sentimos los reyes del mundo y que nada o nadie nos puede parar).
Las estupendas endorfinas también intervienen en la modulación del apetito e influye en la liberación de hormonas sexuales. Si a esto añadimos que colabora en crear unas relaciones interpersonales sanas y placenteras, estamos hablando de la emoción primaria por excelencia que nos lleva a vivir en ese estado ansiado por todos,... la felicidad.

En esta historia de ser felices, queramos o no, los procesos químicos orgánicos nos regulan en una gran medida, pero no nos alarmemos, .... nosotros podemos potenciar estos procesos químicos de diferentes maneras (a parte de con medicación en caso de que nuestro organismo no sea capaz) :

- Reír todo lo que se pueda con la familia, amigos y quien sea, ya que la risa es la mejor fuente de endorfinas (incluso con una buena comedia en el cine o la tele; los hermanos Marx y sus películas han aliviado a más de uno los efectos secundarios de enfermedades graves).
- Hacer deporte (aunque sea de forma moderada),
- Bailar y escuchar música que nos guste.
- Los besos, caricias y abrazos o cualquier manifestación de afecto son otro estimulante para la secreción de endorfinas.
- Técnicas de relajación o actividades relajantes o deportes tranquilos como la pesca o escribir o leer...
- Pasar un rato en contacto con la naturaleza (monte, montaña, playa, un parque,...)
- Cualquier tipo de arte que nos guste (pintura, escultura, ...).
- Actividades que nos gusten (manualidades, aeromodelismo, pintar, coser, cocinar, jardinería, cuidar una huerta, bricolaje, colaborar con alguna organización, aprender o estudiar ...).
- Aumentar las actitudes positivas diariamente (sonreír al levantarte, dar los buenos días con amabilidad a quien te cruzas, dar abrazos a los seres queridos, decir te quiero más a menudo, ayudar al vecino que se le han caído las cartas del buzón, ...).
- Ver imágenes de sonrisas y risas, leer artículos o frases positivas, hacer una lista de todo lo bueno que vives, ...
- Piensa en todo lo que tienes (deja en ese momento a un lado las carencias ; todos tenemos alguna que otra), seguro que tienes mucho más de lo que quieres ver. Recreate con cada cosa que veas, eso te traerá otras (amigos, padres, hermanos, primos, ropa que te gusta, trabajo, ocio, deporte, un pelo bonito, altura, salud, dinero, memoria, inteligencia, habilidad para el macramé... ¡yo que sé todo lo que puedes tener!) y da la gracias por todo ello.
Cualquier momento es bueno para estar agradecido de la vida que tenemos ¡Nuestra maravillosa actitud de la gratitud y su poder! 

La lista de cosas que podemos hacer para potenciar nuestra alegría es interminable y .....¿Sabes cual es el signo facial que identifica a la alegría? pues la elevación de las mejillas y con ello la aparición de nuestras maravillosas patas de gallo, así que ...........¡bienvenidas esas arruguitas que son el símbolo de que somos felices!

Es importante ser conscientes que aumentando la alegría conseguimos aumentar el resto de las emociones secundarias que conlleva ; amor, placer, diversión, euforia, entusiasmo y gratificación ¡están todas en el lote y se retroalimentan!
Por ejemplo : ser agradecido te recompensa con la alegría de vivir y si sientes alegría disfrutas y te diviertes, miras la vida con entusiasmo y saboreas sus placeres sin limitaciones (que te pueden llevar incluso a la euforia en momentos puntuales).

A mí es que esta emoción primaria que es la alegría me cae muy bien ; es mi gran amiga e intento estar todos los días unos cuantos ratitos con ella......... y tú, ¿te animas a darte un ratito de alegría?


Nota* Os recuerdo que hablo de la alegría como emoción primaria a trabajar en el marco de "el área emocional" que es una de las distintas áreas de la vida