lunes, 29 de febrero de 2016

Efecto Pigmalión


El origen del efecto Pigmalión es muy romántico y procede de un mito griego.
Un escultor llamado Pigmalión se enamoró perdidamente de una de sus esculturas, Galatea. Tan grande era su amor por ella que la trataba como si fuera una mujer de verdad, como si tuviera vida.




La diosa Afrodita viendo el amor que sentía Pigmalión por su estatua , la convirtió en realidad un día, tras que este soñara con ella, con su amada Galatea.

Si nos vamos a los cuentos para niños, este mismo ejemplo lo tenemos con el muñeco querido de Gepetto, Pinocho, el cual cobra vida por medio de una hada que concede el deseo al anciano de ver su muñeco convertido en niño de verdad.

Este efecto ha sido investigado en el campo de la educación (y se ha trasladado a los demás campos de la vida). Las investigaciones demostraron que dependiendo de las expectativas que tenían los profesores de los estudiantes, así eran sus resultados; tanto cuando se les hizo creer que tenían alumnos extraordinarios como cuando se le informó que el alumnado era mediocre.

La mente humana muchas veces graba las experiencias (impresión significante) en nuestro recuerdo de una forma preventiva, de esta manera cuando en el transcurso de la vida nos suceden similares, automáticamente las asocia. Vamos, que predecimos el futuro en base a nuestras creencias grabadas de situaciones del pasado.

A este hecho también se le denomina la profecía autorrealizada, es decir, que si crees en algo de una determinada manera, da por seguro que acabará siendo de esa manera.
Explicado un poco más, la profecía autocumplida es una falsa creencia que influye de una manera directa o indirecta a su propio cumplimiento.

Este fenómeno es una pena en el caso de los niños ya que se ven afectados en mayor medida por las referencias a las que están expuestos, que de no ser positivas, el concepto que pasan a tener de ellos mismo y de sus capacidades nada tiene que ver con su verdadero potencial.
Pasan a ser unos niños con una baja autoestima y prisioneros de unas creencias que tanto en casa como en el ámbito escolar les han hecho creer, siendo en muchos casos incapaces de reaccionar ante situaciones; es lo que se denomina indefensión aprendida.

Seguramente más de una de nuestras creencias de lo que somos capaces o no de hacer o ser, son fruto de esta profecía autocumplida, así que es momento de cuestionarnos si las creencias que tenemos sobre nosotros mismo están basadas en algo lógico o si simplemente no tienen ningún fundamento.
Una cosa es la verdad y otra diferente la percepción que tenemos de ella; lo real y lo irreal, conocimiento y percepción.

Alcanzar nuestros objetivos o no, depende en gran medida de las creencias que tengamos acumuladas en nuestro cerebro, el cual solo hace repetir lo que tiene grabado y esto hace que se refuercen las creencias, que no necesariamente tienen que ser reales.

Para lograr algo, tienes que tener la firme creencia de que puedes o quieres; si amas de verdad como Pigmalión, tienes más probabilidades de hacer que se haga real aquello que amas, porque como bien dijo Henry Ford "Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, en ambos casos tienes razón."
Así que para bien o para mal, ten cuidado con lo que te predices porque el efecto Pigmalión ejerce su peso en tus resultados de vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias!, compartiendo lo que sabemos aprendemos un poco más entre todos.