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martes, 20 de agosto de 2019

Inteligencia musical

Qué levante la mano el que tiene una canción asociada a un momento personal... ¡seguro que todos levantamos! y es que,  aunque no lo parezca, la inteligencia musical es de una gran importancia en muchos sentidos y no solo musicalmente hablando. Los neurólogos han determinado que la música es una de las actividades que más placer nos aporta, junto con la alimentación o el sexo.

Según Howard Gardner, vamos a saber un poco más sobre uno de los primeros tipos de inteligencia que aparece en el desarrollo y crecimiento humano, estando ya presente en los primeros meses de vida. Es más, incluso antes;  hay muchas investigaciones sobre los beneficios de la música estando aún en el vientre materno, alegando que es una comunicación íntima que transmite seguridad al bebé proporcionándole tranquilidad (cuando nacen duermen mejor, comen mejor, el sistema inmunológico se potencia, son más relajados, ...).

La inteligencia musical nos habla de la sensibilidad a los sonidos y al ritmo, el tono, la armonía y cualquier forma de expresión rítmica como puede ser cantar o tocar instrumentos. Nos otorga la habilidad para imitar sonidos o melodías, además de captar o expresar emociones a través de la música. Todas estas cualidades nos permiten desarrollarnos culturalmente como sociedad .
Vayas donde vayas existen diferentes danzas al son de una música, alrededor de las cuales nos agrupamos para tocar instrumentos, escuchar, bailar y compartirnos.
Los diferentes grupos culturales humanos desarrollan sistemas musicales únicos; incluso hoy en día existen diferentes tipos de música, algunos característicos de determinados países (blus, rancheras, flamenco, punk, rap reggae, rock and roll, salsa, tango, country, indie, jazz, clásica, soul, samba, heavy, hip hop, gospel, folk, disco, cumbia, etc)

Con los estudios antropológicos se constata que la música nos acompaña de siempre, ha sido nuestra compañera en la evolución y prueba de ello son los hallazgos arqueológicos (en Alemania en el año 2009 por Tom Higham y su equipo) de una especie de flautas; una hecha con hueso de mamut y otra posiblemente hecha con hueso de buitre con la friolera de tener unos 43 mil años (en algún artículo dicen sobre 57 mil años). Sin ninguna duda la música en la vida humana data de mucho antes ya que al margen de las evidencia arqueológicas, el hombre ya se valdría de pies y manos para hacer percusión siguiendo un ritmo.

En la biomusicología (estudio de la música desde el punto de vista biológico) y la biopsicología (compara la conducta de distintas especies para entender la evolución genética y la capacidad adaptativa de la conducta) se está estudiando la similitud entre los sonidos humanos y los de los animales.
Desde hace unos años está de moda hacer música con los sonidos animales (canto de las ballenas por ejemplo) e incluso hay un artículo de la revista Science que sugiere que esos cantos de diferentes especies animales pueden ser parte de una música universal que nos sugiere un concepto musical intuitivo en todos los animales, incluído el hombre.

Hay que dar la importancia que tiene a la inteligencia musical ya que gracias a ella los primeros homo sapiens adquirieron una gran ventaja sobre el homo neanderthalensis, porque favoreció la organización en grupo a través de la cohesión creada en aquellos encuentros para hacer música y divertirse con ella. Sin lugar a dudas, la expresión musical es una forma de comunicación natural.

Según un estudio del neurólogo alemán Gottfried Schalaug, la música fomenta cambios en nuestro cerebro favoreciendo el desarrollo de la sustancia gris. También hay estudios que destacan que estos cambios son más considerables en la niñez, por lo que a parte de las capacidades propias, la inteligencia musical se puede desarrollar con una serie de pautas desde la infancia.
Schalaug afirmó a través de sus investigaciones que en los niños de 6 años que tocan instrumentos durante 3 años (unas dos o tres hora semanales), su cuerpo calloso creció un 25% en relación con el tamaño global del cerebro. Estos cambios morfológicos también fueron estudiados en músicos profesionales comprobando que su cuerpo calloso es más grueso de lo normal (se dudaba si ya lo tenían grueso antes de empezar a tocar un instrumento o era debido a su entreno musical).

El caso es que en niños se evidenció que el aprendizaje musical tiene un efecto positivo a nivel de memoria y atención y proporciona mejores habilidades cognitivas. Reconocer, comprender y recopilar los símbolos musicales posibilita el aprendizaje en otros campos como pueden ser las matemáticas o la lingüística (como la música se basan en una sistema de signos y claves).

La inteligencia musical está muy ligada a otro tipo de inteligencias por lo que puede ser un estímulo para todas ellas y ellas para la inteligencia musical (en realidad, unas se estimulan a otras).

Evidentemente, para hacer composiciones musicales diferentes, tendremos que poner en acción a la inteligencia creativa, de ahí la cantidad de géneros musicales que existen en la actualidad.
Se necesita inteligencia corporal para la coordinación del cuerpo con el instrumento a la hora de tocarlo, al igual que la inteligencia lógica para descifrar la unidad y armonía de las notas musicales. Tampoco puede faltar la inteligencia lingüística ( ) para comprender el lenguaje propio de la música y la inteligencia espacial para reconocer el tiempo y espacio musical.
También están presentes las inteligencias interpersonal e intrapersonal para comprender las emociones que nos transmiten en la música y las que nosotros podemos transmitir.

Como vemos, la inteligencia musical está presente en nuestras vidas desde pequeños y permanece hasta que dejamos de existir, es el alivio en los bebés, el aprendizaje en la infancia, la diversión en la juventud y adultez. Una gran aliada en la enfermedad y en la ancianidad.
La música nos rememora momentos, proporciona paz aliviando el estrés, puede darnos energía o relajarnos, colabora en la concentrarnos, nos proporciona momentos íntimos con nosotros mismos o nos acerca a los demás, nos divierte y transmite felicidad.... todo ello lo podemos experimentar a través de la inteligencia musical, por lo que igual deberíamos prestar mayor importancia a potenciar y no tratar como "asignatura menor" el aprendizaje de las habilidades que nos otorga la música potenciando así nuestra inteligencia musical.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Agradecimiento

Si buscamos agradecimiento en el diccionario, nos dice que es el sentimiento o muestra de gratitud por algo recibido y si nos vamos a gratitud nos dice que es agradecimiento, reconocimiento de un favor o beneficio que se nos ha hecho.
Siguiendo con lo que nos dice el diccionario y buscando los sinónimos o las palabras afines según la RAE, nos encontramos con que tiene: gratitud, reconocimiento, correspondencia, gratificación, obligación, cumplimiento, devoción, reverencia, rezo, tributo. En un diccionario de sinónimo encuentro que al agradecimiento también lo relacionan con complacencia, satisfacción, premio, retribución y devolución.

Las cosas que tiene Eloisa

La palabra "agradecimiento" proviene del latín:

"ad-": partícula que indica dirección hacia algo.
"gratus": significa "agradable", "agradable al gusto" o "bien recibido".
"-ecer": sufijo que indica un proceso de cambio o desarrollo.
"-mentum": indica el resultado de una acción o un instrumento.

Todo junto, podemos decir que agradecimiento significa, literalmente, "el acto de llegar a un estado de gratitud" o "el resultado de sentir gratitud". Una palabra, agradecimiento, y 14 palabras relacionadas; no está nada mal para reflexionar sobre ello, por lo que ahora voy a dar mi versión "eloista" de su significado.

Agradecimiento y gratitud se nutren la una de la otra y nos derivan a que se trata de el reconocimiento de un favor dado o un beneficio que nos han hecho, de tal manera que si nos vamos a la palabra reconocimiento, tenemos que es la acción o efecto de reconocer o reconocerse ¡esto se pone interesante!


La palabra reconocimiento está compuesta por tres partes y proviene del latín: "re" que significa repetición, el verbo "cognoscere" conocer o percibir y "mento" sinónimo de instrumento; lo que significaría "el acto de percibir, valorar y aceptar algo o a alguien".

Que bonito lo de sentir que valoras, algo y a alguien, y que bonito es sentir que valoran algo que tú aportas o quién eres; es como sentir plenitud y alegría de vida, con la satisfacción que conlleva. A esta reflexión llego porque si somos capaces de valorar lo que tenemos y a quienes tenemos al lado, si reconocemos su importancia, no sentiremos "carencia de", así mismo, si nos sentimos importantes en lo que somos y en lo que aportamos a las personas que nos rodean, el grado de satisfacción nos llena tanto que tampoco sentimos "carencia de" ¿Y si el agradecimiento es a nosotras mismas? ¿Si hacemos un reconocimiento de lo que somos, lo que podemos, lo que aportamos, los logros conseguidos, de nuestras limitaciones, de nuestras capacidades? ¿Sentiríamos también satisfacción personal? ¿Se podría llamar felicidad?


Si junto todo lo que he escrito hasta ahora, me encuentro que tanto la palabra agradecimiento como la palabra reconocimiento llevan la misma terminación (indica el resultado de una acción o un instrumento), por lo que la conclusión puede ser (así lo afirma el "eloismo") que son un instrumento para ser feliz e implican el resultado de la acción de ser feliz, que es la felicidad.  


Los entendidos dicen que cuando expresamos gratitud, se activan áreas del cerebro asociadas con la recompensa y el placer (se libera dopamina, un neurotransmisor), lo cual genera sensaciones positivas y refuerza el comportamiento de ser personas agradecidas. Estos circuitos cerebrales que se activan con el agradecimiento se fortalecen con la práctica, lo que significa que cuanto más cultivamos la gratitud, el reconocimiento y la apreciación de lo que vivimos, más fácil será sentir igual en el día a día y en el futuro.


Ser agradecido es mucho más que decir gracias, es sentir agradecimiento por la vida, es la actitud de valorar lo bueno que tenemos, y reconocer que a pesar de los desafíos y dificultades, vivimos muchísimos momentos (pequeños o grandes, depende de cómo los quieras ver) buenos e incluso muy buenos. 
El poder del agradecimiento, un regalo que podemos darnos a nosotras mismas, y que nos llena de satisfacción y felicidad. Y lo mejor de todo es que cuanto más agradecemos, más capacidad tenemos para apreciar las cosas buenas. ¿No crees que esto debería enseñarse desde la infancia? Es un valor que tenemos y podemos brindarnos en la vida, que nos mueve a estar satisfechas, plenas y felices, sabiendo que (porque lo dicen los expertos), nos vamos a seguir dando ese poder a medida que lo usemos; cuanto más lo usemos, más poder tendremos. 
A través del agradecimiento cultivamos una sensación de plenitud y felicidad, es como si nuestros ojos se abrieran a un mundo lleno de posibilidades y oportunidades.


El agradecimiento es un valor rentable, una apuesta de vida en la que invertir dedicación y tiempo, para poder tirar de él en los momentos difíciles de la vida que nos tocarán pasar (de esto no se libra nadie) y poder ser felices el mayor tiempo posible. Sin pecar de ingenuidad, porque ya sabemos que la felicidad son una serie de momentos positivos que experimentamos a lo largo de la vida, teniendo en cuenta que lo de ser feliz es muy subjetivo, y precisamente por esta subjetividad, se puede intervenir con "la herramienta del agradecimiento".


Hay que ponerle la acción de agradecer a la vida; sin la acción, sin el querer hacer, sin el querer ser, no puede venir el agradecimiento (de esta idea hablo un poco más adelante). Actuar, hacer algo para reconocer que tenemos muchos motivos para estar agradecidas por lo que vivimos, incluso con lo que consideramos "malo" o negativo. 

A la mente hay que inducirla a pensar en positivo; cuando nos centramos en lo que tenemos, en lugar de en lo que nos falta, activamos esos circuitos neuronales asociados con la felicidad y el bienestar. Si tú conduces a tus pensamientos, estos te conducirán a emociones positivas que te harán tener sentimientos agradables con los que disfrutar de la felicidad (¡la dopamina en acción!) ¡maravillosa cadena sin fin !

La próxima vez que te sientas el peso de las preocupaciones, haz una pausa y busca algo por lo que estar agradecida. Puede ser algo tan simple como una taza de chocolate caliente, un abrazo de un ser querido o la belleza de un amanecer, incluso ver una buena tormenta  al calorcito desde la ventana de casa. 
Busca haciendo un ejercicio de apreciación, y aunque sea obvio, recuerda que vives, gran motivo para estar agradecida. La gratitud es como un músculo que se fortalece con el uso. Cuanto más agradecemos, más cosas tenemos por las cuales estar agradecidas. Es un círculo virtuoso que nos lleva a una vida más plena y satisfactoria.

Si crees que no tienes motivos para estar en gratitud de vida, invéntalos; fabrícalos con tu imaginación. La mente es capaz de hacerte sentir muy feliz o muy desdichada, porque como ya hemos visto, esto de la felicidad es subjetivo. 
Si no se puede por una misma (momento traumático, hábitos a pensamientos negativos, falta de serotonina o dopamina …). Yo propongo empezar por utilizar el agradecimiento para sentirse feliz; si una se fija en lo mejor que tiene y lo agradece, la visión de la realidad varía. Quizás las circunstancias no puedan cambiar, pero la forma de ver las circunstancias sí se puede cambiar. 
 "Si cambias la forma de ver las cosas, las cosas que ves cambian, famosa frase de Wayne W. Dyer. 
Hay situaciones irreversibles, pero hacer aceptación de la situación y verla de otra perspectiva, hace vivir el momento con emociones diferentes. Mi propuesta es vivir con agradecimiento de lo bueno que nos ocurre y con la aceptación de lo no bueno.

Las cosas que tiene Eloisa
La aceptación y la no resistencia consiste en que, en vez de oponerse a la realidad, se aplica la ley de la polaridad (todo tiene dos lados opuestos y con la misma fuerza; luz/oscuridad, calor/frio, amor/miedo, ying/yang, …). Cada situación que tiene "algo mal", tiene exactamente lo mismo que de "algo bueno", solo hay que verlo; lo que quieras elegir de las dos opciones, es de lo que construirás tu realidad.


Esta idea de aceptar la realidad no es nueva de estoy últimos años, la corriente filosófica del estoicismo promulgaba una vida feliz a través de la ella. Los estoicos, como Marco Aurelio, Séneca y Epicteto, creían que cultivar la gratitud era esencial para vivir una vida plena y feliz, incluso en medio de las adversidades. 

La gratitud nos ayuda a aceptar las circunstancias presentes, buenas o malas, y a encontrar el lado positivo en ellas. En lugar de centrarnos en lo que nos falta, nos invita a reconocer y apreciar lo que ya tenemos en nuestra vida.


Normalmente personas que han tenido momentos intensamente complicados saben reconocer que albergaban algunos de los mejores momentos de su vida. Me vienen a la mente: la famosísima historia de los supervivientes del accidente en los Andes, Nelson Mandela, la creadora de Harry Potter, Stephen Hawking, atletas paraolímpicos, personas con enfermedades degenerativas (conozco varias), familias con hijas o hijos con una enfermedad complicada (también conozco varias)…. 

Ver lo positivo ante la adversidad y tirar para adelante es parte de lo que denominamos resiliencia (El ser resiliente), y sin dudarlo, practicar el agradecimiento nos ayuda a desarrollar una mayor resiliencia, permitiéndonos afrontar las dificultades con una actitud más positiva y constructiva.


La habilidad de ser agradecido no lleva a mirar al presente con lo bueno; poner la atención "en el presente", porque quizás pensar que lo bueno vendrá más adelante, puede inducir a pensar que ahora no lo hay (hemos visto que es subjetivo), algo que no te invita a estar agradecida
Se trata de tener ilusión en el futuro sabiendo vivir lo bueno que tenemos en el presente; tu agradecimiento constante en tu presente, te hacer ver con ilusión tu futuro.

Todos los días nos ocurre algo por lo que dar las gracias, es imposible que no exista algo, por mínimo que sea, que no nos haga vernos en la devoción de dar las gracias. Si no estás habituado a la gratitud de lo que te pasa, empieza por esto, por agradecer un par de cosas que te pasen al día (quien dice dos, dice tres o cuatro o...).

Poner energía positiva en lo que tenemos (alegría, satisfacción, agradecimiento, …) y no poner energía negativa (miedo y preocupación) en lo que no queremos. El agradecimiento es necesario para sentir lo positivo de manera prioritaria sobre lo negativo; nos ayuda a sentirnos más felices, satisfechos y optimistas.

Te propongo el juego del agradecimiento; pon 5, 10, 25, 30 cosas por las que puedas dar las gracias en tu vida. Situaciones, vivencias, personas, cosas materiales, … de tu pasado y en tu presente, procura que sea de todas las áreas de vida (salud, entorno, familia, trabajo, crecimiento personal, ocio, economía, amor, amistad, sexo), los logros, oportunidades, momentos en la naturaleza , …, en fin, en todo lo que se te ocurra por pequeño que parezca.


Sentir agradecimiento implica acción; sentir agradecimiento es una experiencia como sentir calor, sentir frío, ... sentir de forma activa.

Sentirse agradecida implica sensación, un estado emocional; me siento alegre, me siento triste, hoy me siento guapa, hoy me siento … 

¿Qué quiero decir con lo anterior? Que hay que ponerse en acción y practicar el agradecimiento para poder sentirse agradecida en el ahora, algo que nos va a producir esa dopamina necesaria para el bienestar, porque activamos en el cerebro las áreas asociadas con la recompensa y el placer.

¿Alguna vez te has parado a pensar cómo te sientes después de expresar gratitud? Desde mi visión "eloista", yo siento calma, satisfacción y una conexión con algo más grande que yo misma.


Así que yo sin más dilación, voy con mi lista;

(diciembre 2015)
  1. -Gracias por la salud que tengo, me permite hacer muchas actividades.
  2. -Gracias por disfrutar de mis hijos, tienen salud y ya es tiempo de compartir, no sólo de educar.
  3. -Gracias a mis hijos por estar, las comidas de los sábados las disfruto y me siento cerca de ellos.
  4. -Gracias por vivir aún en mi casa, aunque ya no sea mía (Andando en un desahucio), sigo aquí después de unos cuantos años.  
  5. -Gracias por comer todos los días, esto es un privilegio enorme.
  6. -Gracias por el agua corriente, comodidad que no sabemos lo que es estar sin ella.
  7. -Gracias por tener animales en casa, siempre me ha gustado y llevo años pudiendo.
  8. -Gracias por haber encontrado un grupo con quien correr, me divierto y me siento apreciada.
  9. -Gracias por mis estupendas amigas, las quiero y me quieren, nos arropamos.
  10. -Gracias por mis amigos, me divierten, nos divertimos, disfrutamos y nos queremos.
  11. -Gracias por conocer a tanta gente distinta,... se van quedando gentes en mi vida y me encanta.
  12. -Gracias por poder pagar las facturas, sí, es un descanso poder pagar y vivir sin preocupación de deber.
  13. -Gracias por tener un móvil y un ordenador, me permiten relacionarme, aprender, estudiar, escribir.
  14. -Gracias por mi facultad para escribir, es un placer plasmar en palabras lo que surja de mi interior.
  15. -Gracias por poder ir al monte, mi cuerpo me deja correr y andar por el monte.
  16. -Gracias por mi monte, el Pagasarri, adoro subir a él.
  17. -Gracias por poder correr, me siento libre, me siento vital y me encanta.
  18. -Gracias por poder estudiar, adoro conocer, aprender cosas nuevas.
  19. -Gracias por mis relaciones laborales, las que he tenido y las que tendré, la verdad buenas.
  20. -Gracias por mis viajes, por fin lo estoy haciendo, es uno de mis sueños cumplidos.
  21. -Gracias por vivir en Bilbao, me gusta mi ciudad, chiquitina y cómoda; es preciosa y me encanta.
  22. -Gracias por tener tiempo para mí, ¡qué importante y que gozada!
  23. -Gracias por un cuerpo que me deja disfrutar, sí, está sano, vital y me veo estupenda ¡qué coño! es verdad.
  24. -Gracias por disponer de dinero para lo que quiero, tranquila, muy tranquila en este sentido y es un alivio.
  25. -Gracias por poder ser generosa con quienes me rodean, generosa económicamente y emocionalmente, algo que es parte de mi ser, ¿Cómo no voy a estar agradecida de poder ser? 
  26. -Gracias por aprender el valor de las cosas, sí, aunque me educaron para ello, con el tiempo he aprendido a quitar tonterías de mi vida, a ser menos consumista y apreciar la esencia.
  27. -Gracias por mi crecimiento personal, sin él no sería la misma, mil gracias, la verdad.
  28. -Gracias por disponer de medios para mi crecimiento personal, personas, conferencias, seminarios, libros, charlas, youtube... todo se me pone delante para ello y lo cojo.
  29. -Gracias por mis libros, muchos y variados que me aportan algo en lo que me reconozco.
  30. -Gracias por las conferencias que puedo escuchar, hoy en día hay muchas gratuitas,.... vivir en esta época me otorga este privilegio.
  31. -Gracias por haber nacido en la época que he nacido.
  32. -Gracias por la música, fuente de alegría y paz, de diversión, de entretenimiento ¡Me gusta!
  33. -Gracias por estar dotada para ser feliz (mi cuerpo hace la química necesaria para que ocurra). 
  34. -Sé que ser feliz es también una opción y doy gracias por elegirla
  35. -Gracias por mi alegría y mi sonrisa, me contagio hasta yo de ella y me gusta que los demás también se contagien de mi energía alegre.
  36. -Gracias por saber vivir en agradecimiento, sin duda me aporta ilusión por la vida. No me cabe duda de que es una virtud y un privilegio porque soy feliz.
  37. -Gracias por vivir, esto está lo último, pero debería estar lo primero.


Podría irme incluso a agradecer cosas materiales que tengo o situaciones de a diario que vivo (conversaciones agradables, gente estupenda, el sol,... ) pero creo que con esto por hoy es suficiente. 


Con el paso de los años y, siguiendo con mi práctica del agradecimiento:


(diciembre 2024)

  1. Gracias por mi salud, aún puedo seguir haciendo muchas actividades.
  2. Gracias por la madre y el padre que he tenido.
  3. Gracias por haber nacido.
  4. Gracias por mis hermanas y hermanos de los que he aprendido.
  5. Gracias por todo lo vivido hasta mis 60 años porque por ello soy lo que soy.
  6. Gracias por tener mis hijos con salud y bienestar, teniendo su sitio o buscándolo.
  7. Gracias por mis amigas, personas en las que puedo confiar.
  8. Gracias por mis amistades, muchas y variadas, de campos diferentes y que llenan parte de mi vida.
  9. Gracias por tener una pareja con la que compartir mi vida.
  10. Gracias por vivir la familia de mi pareja (madre, hijos, nueras, nietos)
  11. Gracias por poder hacer feliz a una mujer de 95 años.
  12. Gracias por el jardín tan bonito que he podido hacer.
  13. Gracias por los viajes que puedo hacer.
  14. Gracias por poder ser voluntaria de un grupo de familias especiales
  15. Gracias por haber sabido organizarles un viaje que salió perfecto.
  16. Gracias por mantener aún mi no casa
  17. Gracias por poder ayudar con mi casa a mi hijo mediano.
  18. Gracias por el abogado que ha conseguido anular la fecha de lanzamiento (Ya ha llegado).
  19. Gracias por la nueva abogada que me llevará el futuro de mi desahucio (Andando en un desahucio)
  20. Gracias porque aún tengo opciones a una vivienda de alquiler social si me fuera necesaria.
  21. Gracias por las comodidades con las que vivo.
  22. Gracias por mi empatía y mi inteligencia emocional
  23. Gracias por mi capacidad de querer seguir aprendiendo.
  24. Gracias porque no paso hambre, ni frío y por vivir en confort.
  25. Gracias por mi creatividad con las manualidades, la escritura, la poesía, los recursos de vida que se me ocurren; me hace feliz.
  26. Gracias por mi resiliencia.
  27. Gracias por tener la facultad de ver lo que he tenido y tengo.
  28. Gracias por las nuevas personas que voy conociendo y que me aprecian.
  29. Gracias por saber mantenerme al margen de las personas que no me aprecian.
  30. Gracias por ir poniendo límites sin miedo al que me dirán.
  31. Gracias por mi valentía frente a la vida, al margen del riesgo, sigo.
  32. Gracias por los momentos en los que me he sentido perdida, por ellos he buscado y encontrado un crecer personal.
  33. Gracias por mi inteligencia emocional conmigo y con las otras personas.
  34. Gracias por tener acceso a las nuevas tecnología que me ayudan a seguir aprendiendo
  35. Gracias por todos los cursos diferentes que he podido realizar.
  36. Gracias por aprender sobre temas desconocidos como feminismo, estoicismo, IA, mediación, gestión de conflictos, …
  37. Gracias por las prácticas de los cursos certificados realizados, en ellas he comprobado lo capaz que soy y lo válida que soy laboralmente también.
  38. Gracias por mi experiencia laboral cuando trabajaba; he aportado mucho y me han aportado mucho.
  39. Gracias por mis habilidades personales de saber buscar soluciones a los problemas.
  40. Gracias por mis aptitudes innatas y por mis actitudes adquiridas a lo largo de la vida.
  41. Gracias por mi positividad ante la vida, que aunque sea trabajada, he tenido la oportunidad de trabajármela.
  42. Gracias por el entendimiento de la vida y de mi vida que he podido adquirir.
  43. Gracias porque soy consciente de que quiero elegir ser feliz.
  44. y de momento lo dejo diciendo, como en la canción de Eros "gracias por existir"

Ya veis que una cosa me lleva a otra ¡Esto es infinito!... además de cambiante en cada etapa de tu vida. Lo que hoy tienes, igual mañana no, pero no importa porque seguro que tienes otras cosas.

La vida es cambiante y hay que aceptarla como tal, disfrutando y agradeciendo en cada momento lo que se tienes porque, no se sabe cuando se va a dejar de tener, y sabiendo que nada es eterno, ni las posesiones, ni las relaciones y ni siquiera una misma.


¿Cómo ves hacerte tu propia lista de agradecimiento del momento actual? Una vez que la tengas piensa... ¿no crees que tengas más de un motivo para practicar el agradecimiento?  Cuanto más agradezcas, más situaciones o logros veras para agradecer, es lo que tiene la magia del agradecimiento; si le das, él te da más.
Con esta visión "eloista" de lo que la palabra agradecimiento significa, me quedo a vivir todos los días, porque me compensa; a mí me compensa sentir agradecimiento y quiero seguir sintiendo agradecimiento.