Pensamientos, palabras, obras y omisiones

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Pensamientos, palabras, obras y omisiones, … tal cual es la vida.
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martes, 20 de agosto de 2019

Inteligencia musical

Qué levante la mano el que tiene una canción asociada a un momento personal... ¡seguro que todos levantamos! y es que,  aunque no lo parezca, la inteligencia musical es de una gran importancia en muchos sentidos y no solo musicalmente hablando. Los neurólogos han determinado que la música es una de las actividades que más placer nos aporta, junto con la alimentación o el sexo.

Según Howard Gardner, vamos a saber un poco más sobre uno de los primeros tipos de inteligencia que aparece en el desarrollo y crecimiento humano, estando ya presente en los primeros meses de vida. Es más, incluso antes;  hay muchas investigaciones sobre los beneficios de la música estando aún en el vientre materno, alegando que es una comunicación íntima que transmite seguridad al bebé proporcionándole tranquilidad (cuando nacen duermen mejor, comen mejor, el sistema inmunológico se potencia, son más relajados, ...).

La inteligencia musical nos habla de la sensibilidad a los sonidos y al ritmo, el tono, la armonía y cualquier forma de expresión rítmica como puede ser cantar o tocar instrumentos. Nos otorga la habilidad para imitar sonidos o melodías, además de captar o expresar emociones a través de la música. Todas estas cualidades nos permiten desarrollarnos culturalmente como sociedad .
Vayas donde vayas existen diferentes danzas al son de una música, alrededor de las cuales nos agrupamos para tocar instrumentos, escuchar, bailar y compartirnos.
Los diferentes grupos culturales humanos desarrollan sistemas musicales únicos; incluso hoy en día existen diferentes tipos de música, algunos característicos de determinados países (blus, rancheras, flamenco, punk, rap reggae, rock and roll, salsa, tango, country, indie, jazz, clásica, soul, samba, heavy, hip hop, gospel, folk, disco, cumbia, etc)

Con los estudios antropológicos se constata que la música nos acompaña de siempre, ha sido nuestra compañera en la evolución y prueba de ello son los hallazgos arqueológicos (en Alemania en el año 2009 por Tom Higham y su equipo) de una especie de flautas; una hecha con hueso de mamut y otra posiblemente hecha con hueso de buitre con la friolera de tener unos 43 mil años (en algún artículo dicen sobre 57 mil años). Sin ninguna duda la música en la vida humana data de mucho antes ya que al margen de las evidencia arqueológicas, el hombre ya se valdría de pies y manos para hacer percusión siguiendo un ritmo.

En la biomusicología (estudio de la música desde el punto de vista biológico) y la biopsicología (compara la conducta de distintas especies para entender la evolución genética y la capacidad adaptativa de la conducta) se está estudiando la similitud entre los sonidos humanos y los de los animales.
Desde hace unos años está de moda hacer música con los sonidos animales (canto de las ballenas por ejemplo) e incluso hay un artículo de la revista Science que sugiere que esos cantos de diferentes especies animales pueden ser parte de una música universal que nos sugiere un concepto musical intuitivo en todos los animales, incluído el hombre.

Hay que dar la importancia que tiene a la inteligencia musical ya que gracias a ella los primeros homo sapiens adquirieron una gran ventaja sobre el homo neanderthalensis, porque favoreció la organización en grupo a través de la cohesión creada en aquellos encuentros para hacer música y divertirse con ella. Sin lugar a dudas, la expresión musical es una forma de comunicación natural.

Según un estudio del neurólogo alemán Gottfried Schalaug, la música fomenta cambios en nuestro cerebro favoreciendo el desarrollo de la sustancia gris. También hay estudios que destacan que estos cambios son más considerables en la niñez, por lo que a parte de las capacidades propias, la inteligencia musical se puede desarrollar con una serie de pautas desde la infancia.
Schalaug afirmó a través de sus investigaciones que en los niños de 6 años que tocan instrumentos durante 3 años (unas dos o tres hora semanales), su cuerpo calloso creció un 25% en relación con el tamaño global del cerebro. Estos cambios morfológicos también fueron estudiados en músicos profesionales comprobando que su cuerpo calloso es más grueso de lo normal (se dudaba si ya lo tenían grueso antes de empezar a tocar un instrumento o era debido a su entreno musical).

El caso es que en niños se evidenció que el aprendizaje musical tiene un efecto positivo a nivel de memoria y atención y proporciona mejores habilidades cognitivas. Reconocer, comprender y recopilar los símbolos musicales posibilita el aprendizaje en otros campos como pueden ser las matemáticas o la lingüística (como la música se basan en una sistema de signos y claves).

La inteligencia musical está muy ligada a otro tipo de inteligencias por lo que puede ser un estímulo para todas ellas y ellas para la inteligencia musical (en realidad, unas se estimulan a otras).

Evidentemente, para hacer composiciones musicales diferentes, tendremos que poner en acción a la inteligencia creativa, de ahí la cantidad de géneros musicales que existen en la actualidad.
Se necesita inteligencia corporal para la coordinación del cuerpo con el instrumento a la hora de tocarlo, al igual que la inteligencia lógica para descifrar la unidad y armonía de las notas musicales. Tampoco puede faltar la inteligencia lingüística ( ) para comprender el lenguaje propio de la música y la inteligencia espacial para reconocer el tiempo y espacio musical.
También están presentes las inteligencias interpersonal e intrapersonal para comprender las emociones que nos transmiten en la música y las que nosotros podemos transmitir.

Como vemos, la inteligencia musical está presente en nuestras vidas desde pequeños y permanece hasta que dejamos de existir, es el alivio en los bebés, el aprendizaje en la infancia, la diversión en la juventud y adultez. Una gran aliada en la enfermedad y en la ancianidad.
La música nos rememora momentos, proporciona paz aliviando el estrés, puede darnos energía o relajarnos, colabora en la concentrarnos, nos proporciona momentos íntimos con nosotros mismos o nos acerca a los demás, nos divierte y transmite felicidad.... todo ello lo podemos experimentar a través de la inteligencia musical, por lo que igual deberíamos prestar mayor importancia a potenciar y no tratar como "asignatura menor" el aprendizaje de las habilidades que nos otorga la música potenciando así nuestra inteligencia musical.