Pensamientos, palabras, obras y omisiones

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Pensamientos, palabras, obras y omisiones, … tal cual es la vida.

martes, 27 de agosto de 2019

La tristeza, emoción primaria

Vamos a tocar la emoción primaria de la tristeza que tan mala prensa tiene, pero hay que decir a favor de ella que no es mala, más bien todo lo contrario, necesaria para poder adaptarnos en una situación de pérdida de una persona, animal u objeto o en una situación de una vivencia inafortunada o que para nosotros nos suponga pérdida.

La función adaptativa de la tristeza es la que permite recuperarse emocionalmente con un periodo más o menos prolongado de quietud y falta de dinamismo, con cierto aislamiento y el llanto, todo para poder crear nuevos planes de vida sin aquello o a pesar de aquello que ha desencadenado nuestra tristeza.

No quiero pasar por alto la famosa creatividad de la tristeza, entre otras cosas autora de tantas obras de arte o canciones o poesías maravillosas entre lágrimas.
No en vano una de las grandes terapias personales que podemos hacer es escribir lo que nos pasa ; soltar por medio de la escritura las emociones ayuda a encontrarnos con ellas, reconocerlas en sus matices y dejarlas marchar si no nos aportan el bienestar.
Fantasear, recrearse, exagerar y escribir todo lo que quizás no dirías a los demás o incluso a tí mismo relaja y alivia, además de permitirte conocerte... ¡aprovecha la creatividad que te da la tristeza!

Cuando pensamos en una persona triste, la primera imagen que nos viene a la mente es alguien llorando desconsoladamente. Llorar tiene numerosos beneficios para la salud, entre ellos desahogarse para soltar frustración y estrés.
Antes había una expresión coloquial cuando un bebé o niño era muy llorón "déjale que llore que así echa todo lo malo"; aunque ahora se promulga el no dejarles llorar por la angustia  y el estrés que les supone, lo cierto es que en la composición de las lágrimas hay sustancias nocivas que expulsamos disminuyendo su cantidad en el organismo ; cloruro de potasio y manganeso (en altos niveles provoca fatiga, irritabilidad, depresión y ansiedad. Descender su nivel en el cuerpo implica calmar el mal genio), prolactina o adenocorticotropina.

Para nuestra curiosidad, decir que hay tres tipos de lágrimas ; las emocionales (de las que estamos hablando), las reflejas (cuando nos entra una partícula extraña en el ojo) y las basales (las que lubrican de forma permanente el ojo para mantenerlo hidratado). Así que si lloramos hidratamos de forma complementaria y limpiamos, además lubricamos y oxigenamos la córnea, algo que es beneficioso para los ojos y por lo tanto para la vista.

Lagrimear un rato por una causa propia (no es lo mismo llorar por ver una peli que nos cuenta algo ajeno a nosotros,... a no ser que lo asociemos a una vivencia y hagamos la escena nuestra) además de lo dicho anteriormente, nos ayuda a expresar vulnerabilidad estimulando vínculos y nos permite mantener mejor la calma en situaciones complicadas (el llanto ayuda a mantener normalizado el ritmo respiratorio y cardiaco).

¡Para que luego no dejemos desde niños llorar ante un momento frustrante que tengan! El llanto es una manera de expresión de la emoción primaria de la tristeza y como todas las emociones, hay que dejar que fluyan y se diluyan en ese fluir para que no se enquisten y se instalen para siempre en nosotros. En el caso de la tristeza, si esto ocurre es cuando estamos abriendo la puerta a la depresión.

Si estás dolido, estresado o preocupado y lo necesitas... ¡llora como una Magdalena!, porque si te quedas con las lágrimas te debilitarás ya que sujetar la emoción de la tristeza requiere de un gran esfuerzo y este pasa a convertirse en irritabilidad, mal genio, ansiedad, estrés, agresividad e incluso en enfermedades cardiovasculares.
En fin, que aunque nuestra cultura tienda a ocultar las emociones y nos enseñen a que demostrar tristeza y llorar es de débiles (sobre todo a los hombres), no hacerlo es malo malísimo para nuestro bienestar mental y físico.

Expresar la tristeza con llanto nos libera de tensiones, disminuye toxinas, lubrica y limpia los ojos, crea vínculos, ayuda a empatizar, nos concede la gracia de la creatividad y nos ayuda a pasar los periodos de duelo por una pérdida ¿Entendemos ya por qué la emoción primaria de la tristeza no es mala? Eso sí, cuidado no la prolonguemos y cuidado porque los mismos estímulos que desencadenan la tristeza, también pueden desencadenar la ira y la rabia.
Este hecho explica las fases por las que se pasa en el duelo ante una pérdida o acontecimiento que nos implique a nosotros pérdida aunque no sea de alguien (persona, animal..)
Estas fases del duelo son : negación, racionalización, negociación, ira, tristeza y aceptación. Como vemos, las emociones primarias están ahí y expresarlas es totalmente necesario y si te fijas, la tristeza es la emoción antesala de la aceptación con la que concluimos el conflicto.

¡Pero ojo con abusar de la tristeza! como en casi todo en la vida, el exceso es contraproducente y como antes he mencionado, nos lleva a la depresión y los efectos positivos de la tristeza dan la vuelta para convertirnos en unos apáticos sociales, carentes de ilusión y con pensamientos rígidos y limitadores (¡la creatividad a la porra!), incapaces de sentir placer e incluso en los casos de depresión aguda un déficit de memoria, además de insomnio, dolor de cabeza, cansancio, estreñimiento,..

Así que si estás en un momento de tristeza ¡dale al lloro y a la creatividad hasta conseguir superar el percance! Acepta la tristeza como el paso previo a la sanación por la pérdida y una cosa............ no te recrees demasiado tiempo en ella porque pasa de ser totalmente necesaria a ser un lastre que no te deja levantar cabeza.

¿Cómo puedes mitigar o ir reduciendo tu grado de tristeza? y recuerda que poniéndole barreras a ella conseguimos controlar también las emociones secundarias totalmente subjetivas como son la pena, soledad, pesimismo, compasión y decepción.
No es tan complicado mantener en su lugar a la tristeza (recuerda que no hay que anularla, tan solo disfrutarla y no padecerla) si no se ha llegado a convertir en una fuerte depresión (si estás en ello busca ayuda y no dejes pasar tu vida en una tristeza continua ), ... ¡aumenta la otra emoción primaria que es la alegría! , hay muchas manera de fomentarla.

Concretando ; la tristeza nos calma y quita la mala leche, nos ralentiza para que pensemos en nosotros y activa la creatividad para salir airoso del momento ; provoca la empatía de los de alrededor para que no apoyen, nos descontamina el cuerpo por medio de las lágrimas a la vez que nos lubrica los ojos ...  vista así la tristeza, no está tan mal, ¿no?

Nota* Os recuerdo que hablo de la tristeza como emoción primaria a trabajar en el marco de "el área emocional" que es una de las distintas áreas de la vida 

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