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sábado, 28 de noviembre de 2015

Inteligencia intrapersonal

Como todo tipo de inteligencia, la Inteligencia intrapersonal es necesaria, para mí básica  porque te permite conocer quien eres y que posibilidades tienes y puedes llegar a tener, ya que según Howard Gardner, consiste en un conjunto de capacidades que permiten formar un modelo muy preciso y verdadero de nosotros mismos, para utilizarlo para desenvolvernos de manera eficiente.

Hay tres capacidades sobre las que se asienta la Inteligencia Intrapersonal, darse cuenta de las propias emociones, control de esas emociones y la capacidad de motivarse a uno mismo.

Hay un concepto que desconocía y que me parece muy interesante, la autospección. He tenido que buscar sobre ello para entenderlo y la verdad, …  me ha gustado.

La autospección es un proceso de introspección profunda (reflexión u observación profunda de una misma). Es una forma de autorreflexión que permite a la persona examinar sus propios pensamientos, emociones y experiencias internas para analizar su vida interior, sus motivaciones, deseos, creencias y comportamientos, buscando obtener una mayor comprensión de sí misma, lo que puede ayudarle a crecer personal y emocionalmente, tomar mejores decisiones y entender el origen de ciertos patrones de conducta.

La autospección tiene una serie de característica por las cuales es muy interesante para adquirir la inteligencia intrapersonal que necesitamos para hacernos felices:

Introspección consciente: Esto no se consigue por arte de magia; implica dedicar tiempo y atención a explorar el propio mundo interno de manera abierta y sincera, indagando si nos hacemos trampas a la hora de mirar quienes somos, con lo que somos y nos somos. Vernos de verdad, sin adornos que nos distorsionen en nuestra misión de saber de dónde venimos, dónde estamos y a dónde vamos. 

Autocrítica constructiva: Una vez de que somos capaces de ver nuestras virtudes y nuestros déficits, observando nuestras creencias, pensamientos y comportamientos, podremos comprendernos mejor sin el peso de algo a lo que tenemos; ser juzgados o juzgarnos. Se trata de conocer para construir, no para destruirnos.

Adquirir autoconocimiento: se utiliza para adquirir un mejor entendimiento de una misma y de cómo interactuamos con el entorno (adquiriendo también inteligencia interpersonal).

Proceso de mejora personal:  sí o sí, lleva a cambios positivos, ya que al conocerse mejor, una persona puede ajustar su vida de manera más certera a lo que realmente desea o necesita. Permite enfrentarnos a nuestras emociones y pensamientos más profundos para lograr mayor claridad y bienestar emocional, al fin y al cabo, es lo que, con una más menos buena inteligencia intrapersonal, queremos conseguir.

Percibir las propias emociones no es tarea sencilla en muchos casos; nos cuesta ponerle una emoción a un momento puntual, ya que nos enseñan más a practicar como no sentir que a sentir. Hay que darle la vuelta y emplear el esfuerzo de no sentir al de prestar atención a nuestro estado interior y no es tan complejo ya que las emociones generan también una serie de sensaciones físicas, no sólo emocionales.

Las emociones son el punto de inserción entre mente y cuerpo, ya que se experimentan físicamente siendo el resultado de una actividad mental y aprender a distinguir e identificar que emociones sentimos es uno de los pasos a dar si queremos potenciar nuestra inteligencia intrapersonal.

Hablar de nuestras emociones nos ayuda a actuar sobre ellas y a controlarlas, por lo que expresar emociones es el primer paso para aprender a actuar sobre ellas y en este punto es donde topamos con el obstáculo cultural, ya que vivimos en una sociedad que en cierto modo ignora las emociones o prescinde de ellas, romper con esta barrera cultural interior, con nuestras creencias (es interesante saber un poco el por qué de nuestras creencias; creencias I, creencias II), nos deja el camino abierto para poder empezar a reconocernos emocionalmente y observarnos en la intensidad de las emociones que sentimos.

Evidentemente, si solo observamos nuestras emociones cuando estas son ya muy intensas y ya nos tienen dominados, la vuelta atrás es más complicada, por lo que prestar atención a los primeros indicios sin esperar a que nos desborde la emoción, no deja espacio para el control personal de dicha emoción. Ahora bien, no nos es tan fácil al principio; podemos ser capaces de detectar la emoción a tiempo pero incapaces de controlarla y nos dejamos arrastrar por ella.

Todos sabemos identificar la ira, tristeza, alegría, miedo y amor como emociones básicas y no siempre ni en todas las ocasiones somos capaces de controlarlas; esto te pasa a ti, a mí y al resto de las personas en diferentes grados y medidas.

Para el psicólogo Theodore Ribot, la personalidad en su origen conlleva la gran trinidad afectiva, que son miedo, cólera y deseo, los instintos nacidos de la vida orgánica: instinto defensivo, instinto ofensivo e instinto nutricio.

Hay una diferencia entre sentimientos y emociones, pese a que muchas veces utilizamos las dos palabras para definir lo mismo.

Sentimiento es el resultado de las emociones, se refiere al estado anímico afectivo, por lo general de larga duración, como resultado de las emociones que nos hace experimentar algo o alguien.

Las emociones son expresiones psicofisiológicas, biológicas y de estados mentales, están asociadas al temperamento, la personalidad y la motivación y son el resultado de la adaptación a los estímulos provocados por personas, animales, cosas....

Los estados emocionales vienen de la liberación de hormonas y neurotransmisores, que luego convierten estas emociones en sentimientos, siendo el cerebro el encargado de esto, así que se puede decir que las emociones provienen especialmente de la forma en cómo trabaja nuestro organismo y nuestro cerebro.  Los neurotransmisores son la dopamina, serotonina, noradrenalina, cortisol y la oxitocina,

Y volviendo al control de las emociones que provocan sentimientos, si queremos dominar y que no nos dominen, implica reflexión sobre lo que estamos sintiendo, que no es lo mismo que enjuiciar lo que sentimos como bueno o malo, reflexionar implica determinar la causa, determinar las alternativas y por último actuar.

Muchas veces nos entra el enfado y la ira como respuesta, por ejemplo al miedo, a sentirse inseguro, confuso...., por eso determinar la causa es importante y no quedarse solo en el que.

Ante la misa situación puedo reaccionar de muchas maneras, al margen de una determinada emoción que provoque un sentimiento (si me entra el enfado puedo controlarlo, o pegar a quien creo que me lo provoca), aprender a plantearse alternativas y analizar sus consecuencias es determinante ya que ello nos otorga la capacidad de elegir que reacción queremos elegir la siguiente vez que tengamos una emoción y un sentimiento y lo que es más importante, nos dejará poder elegir si queremos tener esa misma emoción y sentimiento la próxima vez que nos ocurra lo mismo.

Tan perjudicial puede ser negarse a sentir, como sumergirse en la emoción y sentimiento de tal manera que nos paralicen nuestra capacidad de elegir.

Para poder ejercer este derecho personal de elección disponemos de recursos externos (ir al cine, escuchar música, leer, deporte, amigos...) e internos, que supone actuar directamente sobre nuestro proceso de pensamiento.

Constantemente estamos sintiendo al igual que mantenemos un diálogo interno, que si le prestamos atención y observamos como nos hablamos, nos daremos cuenta de que influenciamos enormemente nuestra manera de sentir y reaccionar.

Hay personas capaces de resistir contratiempos de vida inexplicablemente y otros que por una pequeña contradicción no son capaces de remontar y esto se debe a la forma de interpretar la situación, por lo que para poder hacer frente a una situación, hay que reinterpretarla y cambiar su significado, ahora bien, para poder hacer esto, hay que asumir que yo soy el creador de la emoción que siento y que mis sentimientos no son inamovibles, todos tenemos capacidad de aprender a actuar sobre nuestras emociones, eso si, requiere un periodo de práctica, no es algo mágico que venga sin más, requiere dedicar trabajo a uno mismo y para el beneficio de uno mismo, requiere amarse a uno mismo.

Y aquí es donde interviene la otra parte de la inteligencia intrapersonal, el sacar la motivación del interior para querer modificar aquellos sentimiento y emociones que en determinadas situaciones nos hacen daño.

La automotivación nos permite hacer un esfuerzo no porque nos obligue nadie, si no porque realmente queremos hacerlo así y esto sucede porque sabemos que queremos y como hacer para conseguirlo, por ello es tan importante saber que queremos y fijar objetivos. Este tema de los sueños, objetivos, metas y acciones para conseguirlo es para tratar en otra entrada, por intenso.

Así que si quieres llevar una vida más feliz en todas tus facetas, empieza a cultivar tu inteligencia intrapersonal, tan importante para tener calidad de vida emocional, dependiente de ti, no de lo que te ocurre o de quien te rodea. 

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