¡Qué personaje tan peculiar El
Loco! Lo mismo le llaman también el caminante, que se le puede considerar el
último de los Arcanos Mayores o el primero, incluso puede no llevar número,
aunque en muchas ilustraciones aparece con el 0.
El Loco es
alguien distinto que ha decidido salir de los convencionalismos sociales, que
no le importa el qué dirán de él y que camina hacia lo desconocido, un rumbo nuevo
que no sabe dónde le lleva y la verdad, tampoco le importa. Solo quiere vivir
otra historia, otra vida, otras experiencias… en definitiva, quiere
experimentar una transformación y con sus cosas metidas en un pequeño hatillo
(poco le importa lo conseguido hasta ahora, va a por algo nuevo y no puede
llevar mucho lastre).
Es un
personaje inquieto el protagonista de la carta El Loco, impulsivo y agitado,
donde no hay lugar a mucha reflexión, tan solo deja sitio a vivir lo que venga
e incluso a hacerse el marginal o el solitario con tan de que le dejen en paz
con los protocolos que rigen nuestra sociedad. Esta actitud le lleva en
ocasiones a ponerse al borde del precipicio en un mundo que no está hecho para
él tal y como lo ha vivido y lo ve.
Su juventud
le impulsa y la inocencia de la misma hace que los demás le vean como un
incongruente cabeza de chorlito que no sabe para dónde va, viviendo en las
nubes y habiendo renunciado al hogar que le daba calor, pero para él también
ataduras. Estas críticas de los que le rodean para muchos viene representada
por el perro que está a sus piernas mordisqueándole, aunque no puede impedir
que él siga adelante con su mundo, su energía de vivir y sus ganas de probar y
ensayar nuevas formas de vida, nuevas gentes, nuevos lugares (para otros este
perro simboliza a su guardián que le cuida e impide que se ponga en un excesivo
peligro sujetándole por las piernas).
Quizás el
ir vestido de bufón nos trae a la imagen el mundo del circo, de esos
trotamundos que van por la vida con lo que tienen a cuestas y que no se arraigan
a ningún sitio en concreto, simplemente llegan, lo viven y se van. Un mundo el
del circo en el que a cada sitio que llega da su ilusión, su movimiento, su
alegría y entusiasmo, lleno de magia, sueños, proezas físicas inalcanzables
para muchos, sorprendentes y envidiables para otros.
El Loco no
es un loco sin más, es un personaje creativo e ilusionado, que se mueve más en
otros mundos que no sean los físicos y materiales, que se atreve porque sabe
que la vida le está cuidando y que no deja que las posesiones le impidan partir
a vivir otros mundos. Es ese ímpetu de la juventud inocente y a la vez es la
sabiduría de haber vivido y con ello, aprendido que lo material se tiene y se
pierde, los amigos están y se van, que el hogar es el punto de partida pero no
el final y que definitivamente, esta vida hay que vivirla con ilusión, energía,
amor y aprender de los errores sin dramatizarlos y sin miedo a ellos.
No dejemos
perder El Loco que todos llevamos dentro y dejémosle salir, porque también es
necesario para afrontar la vida con ilusión, es más, yo creo que las
depresiones están presentes en esas épocas en las que hemos escondido a nuestro
El Loco, puesto que es el que nos quita el lastre del pasado y nos da la alegría
y la energía en el presente sin mirar qué nos deparará el futuro.