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miércoles, 11 de diciembre de 2024

Edadismo y midorexia

Las cosas que tiene Eloisa
Voy a escribir sobre dos términos que están muy presentes: edadismo y midorexia ¿sabes qué significan? Resumiendo para aclararnos desde el principio, el edadismo es que no te quieren por tu edad y midorexia, que haces lo que sea porque te da pánico que te pase la primera.

¿Cómo hemos llegado a este miedo a hacernos mayores? ¿Cómo hemos llegado socialmente a esta desvalorización de las personas mayores? ¿Cómo hemos pasado de que la veteranía era un grado a que sea una vergüenza? No sé, la verdad, lo único que sé es que el edadismo social lo sufrimos desde hace tiempo, yo la primera teniendo ahora 60 años; a partir de los 40-50 años se tiene una edad que no es ni joven, ni vieja, ni nada. 

El edadismo tiene raíces en la historia de la humanidad, lo que sí ha ocurrido es que la expresión de ello ha variado a lo largo del tiempo, algo que no ocurre con la midorexia que, es un fenómeno más reciente y relacionado totalmente con los cambios culturales y sociales de las últimas décadas con sus adelantos.

Edadismo

Juzgar y discriminar a la persona por su edad.

Hay una predisposición a pensar que todas las personas cuando llegamos a ciertas edades, somos menos válidas, menos productivas, más carga por ser más lentas física y mentalmente, y te voy a poner unos ejemplos por si te ves reflejado en ellos, tanto si eres joven y los piensas o dices, como si eres mayor y lo piensas, los has dicho o te los han dicho.
  • "Ya estás mayor para esas cosas": Limitar las actividades o intereses de una persona mayor, asumiendo que no es capaz de hacerlas.
  • "Deja que los jóvenes se diviertan": Excluyendo a las personas mayores de reuniones familiares o actividades recreativas.
  • "Ya no entiendes nada de tecnología": Subestimar la capacidad de las personas mayores para aprender cosas nuevas.
  • "Es mejor que te quedes en casa y te cuides": Aislar a las personas mayores de su entorno social, asumiendo que son más vulnerables.
  • "Buscas jóvenes con más energía" Discriminar a candidatos mayores en procesos de selección, a pesar de su experiencia y conocimientos.
  • "Ya estás para jubilarte" No ofrecer oportunidades de formación o promoción a trabajadores mayores.
  • "Los jóvenes tienen más ideas innovadoras" Desvalorizar las aportaciones de los trabajadores mayores.
  • "Los mayores ocupan puestos que podrían ser para jóvenes" Presionar a los trabajadores mayores para que se jubilen anticipadamente.
  • "Los abuelos solo sirven para cuidar nietos" Reducir el papel de las personas mayores a tareas de cuidado.
  • "Los mayores son una carga para la sociedad" Estigmatizar a las personas mayores como un problema económico.
  • "Los jóvenes de hoy son más irrespetuosos que antes" Generalizar y comparar negativamente a las generaciones.
  • "Los mayores no entienden de moda" Hacer comentarios despectivos sobre el estilo de vestir de las personas mayores.
¿Cómo lo ves? Notas que el edadismo está en el aire? Yo desde luego que sí. 
Sé que hay unas cualidades que se pierden con el tiempo, pero hay otras que se asientan y son un bagaje que suplen en muchas ocasiones y además, toda la vida, desde que nacemos, adquirimos unas capacidades y perdemos otras, tan simple como eso.

El edadismo refuerza los estereotipos negativos sobre el envejecimiento, dificultando que las personas mayores acepten los cambios naturales de su cuerpo y su mente. No aceptarse en lo que eres y en el cómo estás, es un gran problema a cualquier edad, pero en el caso de que ya tengas una cierta edad puede dar lugar a otros problemas como son el aislarse, no creer que se pueden adquirir relaciones sociales nuevas o sentirse ninguneado familiarmente.

Aunque nos parezca una exageración, el edadismo tiene un impacto devastador en la calidad de vida de las personas mayores porque, al generar sentimientos de insatisfacción personal, inferioridad, aislamiento y estrés, puede acortar la esperanza de vida y disminuir significativamente el bienestar de las personas mayores por motivos de salud mental (estrés, depresión, ansiedad, ...) que derivan en física.

Ni te cuento a la hora de encontrar trabajo a ciertas edades; "Misión imposible", viéndose muchas personas que llegan a la precariedad económica con todo lo que conlleva de lo anteriormente dicho, sumándole que no tienes literalmente que llevarte a la boca ¿Exagerado? No, ni un poco. Si no tienes una red familiar o social que te sujete un poco, la vulnerabilidad económica es una realidad.

Es difícil encontrar empleo pero en el caso de los mayores aún más; se prefieren candidatos jóvenes porque tragan con condiciones laborales diferentes, porque se les puede sacar más y porque hay una rotación que no responsabiliza a las empresas con las cargas económicas por antigüedad. 
Visto así no es un chollo ser joven, pero lo que sí es cierto es que pueden tener más oportunidades de crecimiento en la empresa ya que la juventud les facilita formación y promociones o ascensos dentro de las empresas, algo que con las personas mayores se considera una pérdida de recursos.

En empleos donde las cualidades físicas adquieren importancia, se buscan excusas para el despido, siendo en el fondo un despido por edadismo puro y duro; en vez de buscar alternativas dentro de la empresa, directamente se prescinde de las personas más mayores y se quitan el problema. 
Esto lo he vivido yo que he trabajado en un gimnasio de monitora y con cuarenta y algo aprovecharon circunstancias para despedirme; antes no lo llamábamos edadismo, simplemente asumíamos que por la edad no habían echado pero no lo considerábamos discriminatorio, sólo una guarrada por parte de la empresa. Tener en cuenta que yo nací en 1964, por lo que esto de la discriminación por edadismo no existía ni se la presuponía; se me ha hecho tarde para reclamar nada.

Hay que tener en cuenta que el edadismo es un enorme problema social como lo es cualquier tipo de discriminación y contribuye a la desigualdad social al crear barreras para que las personas mayores participen plenamente en la sociedad. Esto supone por un lado una pérdida de talentos y por otro puede llevar a una mayor pobreza y exclusión social sin sentido.

En vez de valorar la sabiduría, la experiencia y las historias increíbles que llevan a cuestas las personas más mayores, el edadismo y las personas que lo practican, solo ven un número: la edad. Y a partir de ahí, no hay nada que hacer, sin darse cuenta de que ellas mismas, llegará un día en el que se hagan mayores y será cuando sean conscientes de sus consecuencias.

Midorexia

Bueno, esta palabra aún no la tenemos en el diccionario por nueva; está recién llegadita, pero esto de querer ser joven o eterno viene de hace tiempo y prueba de ello es la búsqueda del famoso elixir de la eterna juventud.

Los faraones y la nobleza egipcia buscaban la inmortalidad a través de diversos rituales y métodos de momificación y la alquimia china buscaba el elixir de la vida, que se creía que otorgaba longevidad y poderes sobrenaturales. Los griegos no estuvieron exentos y tenían mitos sobre dioses que otorgaban la inmortalidad a ciertos héroes o el culto a la juventud y la belleza (como Narciso o Adonis.

Pero volviendo a la palabra como tal, midorexia la utilizó por primera vez en el año 2016, la periodista inglesa Shane Watson, en un artículo para el periódico The Telegraph. Usó este término para referirse a la creciente preocupación y resistencia al envejecimiento de un número creciente de personas a partir de la mitad de la vida (40 o 50 años).

La midorexia se ha convertido en un concepto definido y reconocido en los últimos años debido a los cambios sociales y culturales que exageran la juventud y la belleza física, pudiendo ser mostrada de una manera mucho más generalizada a través de las redes sociales y los medios de comunicación.

Tontamente dicho; antes te veían en casa y en el barrio como mucho, ahora te pueden ver en cualquier sitio y prima que seas estéticamente presentable, admisible y además, persona joven guapa, alta y de ojos azules … y claro, esto hay un momento que se nos acaba ¿Qué hacen algunas personas para que esto no se les acabe? Meterse en un mundo que en la antigüedad no existía; los avances médico estéticos. 

¡Todo un mundo el de la medicina estética! y el de los filtros para las fotos de los móviles; ambas cosas nos dan una imagen de lo que no somos realmente, es decir, nos ayudan a modificarnos. Los avances en la medicina estética y la tecnología antienvejecimiento han creado la ilusión de que el envejecimiento puede ser detenido o incluso revertido y muchas personas llegan a gastar cantidades ingentes de dinero creyendo en esta quimera. 

A ver, ya hemos visto que el deseo de mantener una apariencia juvenil ha existido a lo largo de la historia; trucos de belleza naturales han existido siempre y como ejemplo Cleopatra, los utilizó para conservar su belleza como señal de poder y estatus.

Antes me había quedado en las culturas antiguas de China, Grecia o Egipto, pero hay que sumarle que durante el Renacimiento, el ideal de belleza se centró en la juventud y la perfección física, lo que se refleja en el arte y la literatura de la época.

En los años de 1900, los productos naturales. la alimentación o los tratamientos hidrotermales, se vendían como que tenían propiedades rejuvenecedoras. Incluso se experimentó con el uso de hormonas, como la testosterona y los estrógenos, para tratar diversas afecciones, incluyendo el envejecimiento, sin embargo, los efectos secundarios y la falta de conocimiento sobre su funcionamiento limitaban su uso.

Aunque las técnicas eran diferentes a las actuales, ya se realizaban procedimientos quirúrgicos para levantar los tejidos faciales y reducir las arrugas, o se realizaban injertos de cabello para tratar la calvicie, aunque los resultados eran impredecibles y a menudo no muy naturales.

Y de allí hemos llegado a los años 2000 con el miedo y la resistencia al envejecimiento que es lo que conlleva la midorexia; un conjunto de sentimientos y actitudes, una obsesión por mantener la juventud, a menudo acompañada de ansiedad, depresión y una profunda insatisfacción con los cambios físicos y sociales asociados al envejecimiento (¿miedo al edadismo?).

Este término de midorexia, tiene un mayor sentido hoy en día ya que el aumento de la esperanza de vida y los cambios en los roles de género han extendido la etapa de la vida adulta, lo que ha llevado a una redefinición de lo que significa envejecer; los 40 o los 50 años de hoy en día, no son lo mismo que los de hace 50 años. Vivimos mejor, por lo que vivimos más con las consecuencias que ello conlleva, las buenas y la no buenas.

La ancianidad se ha pospuesto, y en este "querer cada vez más" insaciable que tiene la raza humana, está el de creer que la juventud se puede alargar más y la muerte se puede posponer mucho más, manteniendo una vida sana y utilizando las nuevas tecnologías que están a nuestro alcance, algo que puede estar muy bien, pero que en muchos casos se paga el precio de ello. 

¿Cuál es el precio? Pues en algunos casos la midorexia, con los problemas asociados que vemos en otro tipo de trastornos conductuales como pueden ser las adiciones y las fobias; tristeza, desesperanza, ansiedad y depresión (es imposible no envejecer), trastornos alimenticios por mantener el cuerpo joven (bulimia o anorexia), aislamiento social por sentimiento de vergüenza (que no les vean con los cambios físicos asociados al envejecimiento) o incluso los problemas económicos por el gasto excesivo que suponen los tratamientos antienvejecimiento.

A estos síntomas podemos añadir el estrés de estar en una comparativa constante con el resto de las personas de su entorno en esa puja interminable por parecer más joven, el miedo a padecer enfermedades asociadas a la vejez o la obsesión por ocultar la edad que se tiene y evitar conversaciones que puedan llevar al descubrimiento de la misma.

Que no quepa duda que la midorexia no es ninguna tontería ni producto de gente tonta, es una consecuencia social que pasa a ser un problema de conducta y algo peor, una enfermedad con todas las problemáticas que conllevan sus síntomas, entre ellas:

Consecuencias de la Midorexia

La midorexia puede tener un impacto significativo en la calidad de vida y las relaciones personales. Algunas de las consecuencias más comunes incluyen:

Deterioro de la salud mental: la ansiedad, la depresión y la baja autoestima son comunes entre las personas con midorexia.
Problemas en las relaciones: la obsesión por la apariencia física y la negación de la edad pueden generar conflictos en las relaciones interpersonales.
Aislamiento social: el miedo al juicio y la comparación pueden llevar al aislamiento social.
Comportamientos autodestructivos: en casos extremos, la midorexia puede llevar a comportamientos autodestructivos, como trastornos alimenticios o abuso de sustancias.
Dificultad para disfrutar de la vida: la constante preocupación por el envejecimiento puede impedir que las personas disfruten de las experiencias y relaciones presentes.

¿Qué relación hay entre edadismo y midorexia?

Están tan estrechamente ligadas que un concepto se alimenta del otro en un círculo vicioso porque la discriminación basada en la edad, crea un ambiente social donde la juventud es sobrevalorada por encima de la madurez y la experiencia de vida, algo que acentúa la obsesión por la juventud y el miedo al envejecimiento.

El edadismo fomenta la midorexia cuando la sociedad transmite mensajes negativos sobre el envejecimiento, presionando a las personas a mantener una apariencia juvenil para ser aceptadas y valoradas, forma en la que se genera un miedo al rechazo por ser mayor.

La midorexia perpetúa el edadismo al enfocarse en la juventud como el único estado deseable y reforzando la idea de que el envejecimiento es algo negativo y a evitar, perpetuando los estereotipos negativos asociados a la edad y contribuye al edadismo. 

Vamos, es el perro que se muerde la cola y permanece dando vueltas sin parar hasta que otro estímulo externo lo distrae de ese quehacer absurdo (única manera de salir de ello) ¿Cuáles pueden ser los estímulos que distraigan a las personas con un grado más menos intenso de edadismo?

Combatir la midorexia es un proceso parecido a cualquier otro tipo de trastorno de la personalidad: es lento y en un poco a poco, en el que la paciencia debe ser el hilo y en muchísimos casos, bajo la guía de una persona profesional que ayude a dar los pasos necesarios y más si hay una serie de enfermedades comórbidas asociadas como enfermedades mentales o adicciones (por ejemplo, hemos oído hablar de la desintoxicación de la adicción al Botox de más de una estrella del cine).

La publicidad y los medios de comunicación promueven ideales de belleza poco realistas y esto afecta a hombres y mujeres; seguro que se nos vienen a la cabeza más de una persona famosa que utilizan técnicas rejuvenecedoras para intentar mantener la juventud con más o menos acierto; Sylvester Stallone, Nicolas Cage, Melanie Griffith, Madonna, Demi Moore, Kiko Matamoros, Belén Esteban, Marta Sánchez, Sergio Ramos,... Por no hablar de la gente del entorno que en alguna ocasión recurre a técnicas de belleza más menos caras para mantener un aspecto joven.

Ni decir tiene que no es un problema sólo estético con soluciones estéticas, las conductas para con uno mismo y para con los demás pueden llegar a ser un gran problema como antes he señalado; si me autodestruyo emocionalmente hasta el punto de poder tener ideas suicidas, si mis relaciones las condiciono a que pueda hacer actividades que me hagan sentir joven, si mis relaciones de pareja las supedito a que sean jóvenes, etc., igual tengo que dar una vuelta a qué valores personales me están llevando a actuar como Peter Pan, aunque no tenga el síndrome. Aparte, tendré que mirar si por tener un grado de midorexia también estoy teniendo un grado de edadismo por el que discrimino a personas de cierta edad y me relaciono con personas jóvenes.

Si eres joven, ten cuidado con lo que haces y dices de las personas mayores, y si eres mayor, también, porque tirarse piedras al propio tejado trae consecuencias. Ni el edadismo es justo, ni la midorexia es sana y ya si juntamos las dos cosas, tenemos un gran problema en la sociedad, ¿no te parece?