sábado, 23 de abril de 2016

Entender que es la inflamación

Si decimos que la inflamación es una respuesta corporal ante un daño recibido, es algo que todos hemos comprobado en nuestro cuerpo y desde pequeños cuando nos caemos y nos damos un golpe y nuestra madre nos daba un beso en el chichón para consolarnos; ahora bien, intentaremos ahondar un poco más para poder entender que es la inflación y cómo actuar ante ella.
La inflamación es el conjunto de fenómenos bioquímicos y celulares que ponen en marcha los mecanismos para la restauración del tejido lesionado.

La inflamación como tal no es mala ni peligrosa, a pesar del miedo que se le tiene porque imposibilita entrenar de una manera normal; el problema está en que es lo que la causa, ya que la inflamación es el chivato del cuerpo de que algo ha habido una contusión, una fractura o que algo no funciona bien en el organismo.

Desde la antigüedad se pensaba que la inflamación era un proceso patológico que debía ser bloqueado con los medios terapéuticos disponibles, este pensamiento ha hecho que el uso de técnicas y fármacos antiinflamatorios proliferen y sean de práctica habitual, extendida e indiscriminada en la población en general y en los deportistas en particular. Los conocimientos de la biología y fisiología de la reparación de los tejidos demuestran cada vez con más frecuencia que el proceso inflamatorio pone en marcha los mecanismos intrínsecos de reparación y regeneración de los tejidos dañados de forma traumática, circunstancia frecuente en el mundo del deporte.
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Durante la actividad física y el ejercicio se produce un daño no homogéneo en los tejidos del aparato locomotor, especialmente en músculo, tendón y hueso, por el desigual reparto de las cargas a lo largo de los mismos. El daño producido puede ser de mayor extensión o de menor entidad, se puede localizar a nivel de las fibras, de las células o dañar todo el tejido.

Unos ejemplos de procesos inflamatorios en un plano deportivo:
La tendinitis (inflamación del tendón), si no se cura y se prosigue el gesto que la causa, puede provocar una rotura muscular.
La capsulitis (inflamación de la cápsula articular), el dolor en ese hueso puede dificultar el movimiento normal de la zona implicada.
La sinovitis (inflamación de la membrana sinovial que reviste las articulaciones), incremento de la temperatura a nivel articular, la hipersensibilidad o la hinchazón en la articulación debido al aumento de líquido en la misma.
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No tocaremos la inflación en los órganos internos como la hepatitis, peritonitis, otitis,… en los que hay que tratarla causa, el virus que ha originado la inflamación.

Cuando hay inflamación, el deportista siente dolor y se ve obligado a bajar su rendimiento o guardar reposo y decimos bien lo de obligado porque su organismo emite la señal de dolor junto con la inflamación para que se deje de hacer la práctica deportiva hasta que no se recupere la zona dañada.
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Podemos distinguir 5 signos en un proceso inflamatorio:
tumor por aumento del volumen debido a la acumulación de líquidos en el espacio tisular;
rubor y calor fundamentalmente producidos por la vasodilatación y el aumento de la actividad metabólica en el foco de la lesión;
el dolor por estimulación de las fibras nociceptivas
la impotencia funcional relativa

No se nos olvide que la lesión antecede a la inflamación, no obstante esta afirmación, el deporte en sí causa una inflamación en músculos y tendones (tejidos conjuntivos y conectivos) que es totalmente lógica y benigna ya que es la respuesta orgánica para recuperarse del esfuerzo.
En ocasiones muchos deportistas toman algún antinflamatorio después de alguna carrera o entrenamiento que le haya supuesto un gran esfuerzo y de esta manera recuperar antes la situación basal del organismo.

El dolor y la inflamación se pueden aliviar con analgésicos y con antiinflamatorios, la aplicación de hielo o frío y los cuidados del fisioterapeuta.

En la actualidad, hay tres tipos de antiinflamatorios:
Esteroideos o corticoides, que sólo se utilizan en casos muy concretos, en los servicios de urgencias o en el hospital, para hacer una infiltración ante una ciática o cuadros muy dolorosos y especiales.

Los antiinflamatorios no esteroideos (AINES), como el diclofenaco o el ibuprofeno, que se utilizan para tratar una inflamación aguda (debida a una fractura, entre otras) y cuya desventaja es que pueden tener efectos hepatotóxicos, nefrotóxicos y ser perjudiciales para el estómago (a menudo se administran junto con un protector gástrico, como el omeprazol).

Las proteasas naturales, como la bromelina, con las que se tratan inflamaciones no muy agudas, pero sí mantenidas durante un tiempo prolongado.

Te dejamos un enlace para conocer que se recomienda comer para regenerar una inflamación:  

Como conclusión (afirman los diferentes estudios realizados hasta el momento) la inflamación es imprescindible en los procesos de reparación y regeneración de los tejidos dañados tanto en la vida normal como en la deportiva, pero además también es necesario para la adaptación de los tejidos implicados en el deporte.

Espero que nos sirva esta entrada para conocer mejor nuestro cuerpo y como funciona nuestro organismo y así entender que es la inflamación y como responder ante ella.

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