Abrazo a mi niña con cariño, con ternura y comprensión.
Dejo a mi niña que disfrute de la vida con la inocencia que la hace libre.
Ella es vida, alegría y dulzura, dejando su rastro de ternura por donde pasa.
Se ríe por casi todo y por lo que llora, lo olvida y acepta que ya pertenece al pasado.
Lo mismo es feliz en casa que en la calle jugando, no la importa donde está, ella es feliz.
Mi niña interior dibuja su vida de colores alegres, se mancha con ellos y ríe consciente de que crea mundos imaginarios donde viven sus sueños llenos de luz y vida.
Mi niña experimenta con lo que ve nuevo y sabe hacer de cada encuentro un motivo de alegría y lo usa para aprender a jugar más en este juego que es la vida.
¡Qué buena es mi niña que me deja vivir momentos intensos, mágicos y únicos!, porque vive el presente aprovechando lo bueno que alrededor tiene.
Cuando mi niña me pide quererla, lo hago y todo el amor que nos damos nos llena.
Mi niña corretea libre por los parques, disfrutando de la lluvia, del sol y de las nubes.
Mi niña abraza al niño que cada uno lleva dentro, lo invita a salir a jugar con ella y a divertirse.
La energía de mi niña es arrebatadora e incita al juego, a quererse ver feliz.
Mi niña aprende jugando, compartiendo sus juegos, ayudando a columpiarse a otro niño que no se atreve a salir de dentro.
Escucho a mi niña cuando me quiere decir algo y la dejo hablar para que se sienta atendida, cuidada y valorada. Así desarrolla todo el potencial que me aporta.
Si se siente triste mi niña, la consuelo y la dejo llorar, dándola la mano para que vea que está acompañada en su duelo.
¡Pero que bonita es mi niña mirando dibujos en las nubes!
Me llevas a disfrutar, a reír, a cantar y a jugar al corro de las patatas. Tú me llevas por caminos llenos de flores y de árboles, para mirar a los animales y recoger hojas del suelo.
Te cojo en brazos mi niña y te miro a los ojos y veo el amor en ti que me llena de amor. Veo la gratitud en ti y me llena de gratitud. Veo tu perdón por haberte dejado sola en muchas ocasiones y haces que me perdone por ello.
Tienes mucha luz de amor en tu mirada, en tus abrazos y en tus besos, mi niña bonita.
¡Mi niña, por fin eres libre desde hace tiempo! Desde que te tengo a mi lado soy más feliz, más plena y más agradecida con lo que vivo. Prometo escucharte, hablarte, mimarte, darte abrazos, caricias y muchos besos. Todo el amor del mundo te lo brindo, porque eres una de mis partes que más quiero y aprecio.
Eres preciosa dando saltos de alegría, eres tan perfectamente niña que haces que yo, contigo a mi lado, sea más quien soy. Te agradezco tanto tu vida y tu fuerza, que prometo sacarte a la luz cada vez que nos apetezca, porque hace tiempo que yo soy tú y tú, mi bella parte a la que cuido y quiero.
¡Mi niña, mi pequeña y preciosa niña interior, te adoro!
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