-Cualidad humana para hacer las cosas con moderación.
-Moderación en el ánimo, en las pasiones y en los placeres de los sentidos.
-Virtud cardinal que induce a refrenar la sensualidad y a usar de todas las cosas con moderación.
-Temperancia, que se tiene dominio propio.
Esta palabra proviene del latín "temperantia" haciendo referencia a la moderación en la temperatura, como la palabra templado se refiere a lo que está en medio de lo caliente y frío.
La palabra y su significado ya la tenía presente los pensadores griego y figura en parte de su literatura (Sócrates, Platón y Aristóteles), que reflexionaba sobre esta característica de la moral de valor opuesto al estoicismo y al epicureismo.
Muy presente en la religión esta virtud, Santo Tomás de Aquino, la estudió como una de las cuatro virtudes cardinales, junto con la prudencia, la justicia y la fortaleza, aunque algún sector de la iglesia la consideraba como la menor de dichas virtudes cardinales.
Jung recomendaba hacer un retiro periódico que nos permitiera encontrarnos con nosotros mismo, porque solo en ese encuentro sincero es posible sintetizar los opuestos, acercarnos a un mayor estado de equilibrio personal y retornar a la armonía.
Presente también en el mundo esotérico La Templanza es un Arcano Mayor y representa el arte de la transformación es su expresión más depurada.
Se produce la unión alquímica del fuego y el agua, la luz y la oscuridad, lo masculino y lo femenino, la muerte y el renacimiento y esta unión de los opuestos es el proceso creativo de empezar algo nuevo y como tal, sucede primero en el interior y luego se proyecta al mundo exterior.
Simboliza la energía de unión, estabilidad, satisfacción, paciencia, moderación, confianza y lealtad que se refleja en una actitud relajada y placentera frente a las circunstancias.
En lo concreto: Gran dominio sobre sí mismo, armonía con los demás y materialización de aquellos deseos imaginados.
En trabajo: Ambiente placentero con labores que se disfrutan.
En dinero: Hay fluidez y estabilidad en los ingresos, se tienen reservas.
En amistad: Relaciones sinceras, fieles y de larga duración.
En familia: Tranquilidad, unión y armonía.
En salud: Cuidar capacidad pulmonar y presión sanguínea.
En amor: Unión profunda con la pareja, amor correspondido.
Mi aportación personal al significado de la palabra Templanza es que su valor reside en que nos quiere decir que hay que asimilar quien eres y controlar tus impulsos hacia los excesos que nos desequilibran y entorpecen una buena relación contigo mismo y con los que te rodean.
Pienso que es una actitud o valor que se va adquiriendo con la madurez, cuando ya vas sabiendo lo que los excesos pueden hacer en tu vida, cuando ya has pagado un precio de vida por ellos, es cuando te haces consciente que la parte moderada de todas las cosas es lo que aporta el equilibrio y la felicidad de vida.
Es aplicable a cualquier actividad o situación de vida, ya que nada es malo o bueno en si mismo, si no que es el uso o disfrute de una manera equilibrada, que no te suponga descartar de tu vida a personas o a otro tipo de vivencias que te aporten crecimiento y bienestar.
Tocar con el frío puede ser placentero en momentos puntuales, revitaliza el organismo activando la circulación, incluso ayuda en determinados problemas físicos, pero el cuerpo no podría sobrevivir en una exposición prolongada al frío, moriría.
Tocar con el calor es un placer, todos estamos deseando el buen tiempo y que los rayos de sol nos calienten la piel, también utilizado como terapia corporal en caso de determinadas lesiones musculares, el calor es enormemente beneficioso, aún así, tampoco nuestro cuerpo aguantaría la exposición a una temperatura muy elevada durante mucho tiempo.
Templanza se define así, una zona media, equilibrada, beneficiosa, placentera, sin extremismos, pero no por eso carente de sorpresas o de satisfacciones, todo lo contrario, cuando uno está en un equilibrio personal, es capaz de ver más situaciones y disfrutar de ellas porque no está mediatizado por los extremos que solo te llevan a sentirles a ellos.
En la Templanza la mente está más abierta a percibir los dos lados que la rodean, a poder valorar y elegir con sabiduría, a poder hacer lo más apropiado en cada momento, o por lo menos acercarnos más a hacer lo mejor para nosotros mismo.
