Sin mucho o nada que pensar, una mañana cualquiera empiezas por sentirte viva, plena y total y el resto del día cambia.
Todo cambia. Todo el rato todo cambia. Tú cambias todo el rato.
Bendito cambio que te lleva a transformar una mañana en un empiece de día y una noche en un relajado sueño al tener la satisfacción de haber tenido un día lleno de muchos grandes momentos.
No existe un solo día en el que no haya una emoción, un pensamiento, unas palabras o un libro, en los que nos encontremos satisfechos, felices, en paz.
Hoy es esa mañana en la que lo bueno lo voy a ver mejor. Una mañana en la que me voy a tocar con la naturaleza, impregnarme de ella y tener su fuerza. Miraré como van creciendo los brotes de los árboles en esta primavera que se acerca, como crece la vida, como cambia el paisaje.
Me reiré con quien esté en este día, haré fácil y tranquila la vida a mi gente, a la gente. Una palabra amable, un gesto cariñoso, un abrazo, un buenos días a un extraño, una sonrisa al que camina a mi lado.
Hoy regalaré afecto, amor, comprensión,diálogo... hoy me propongo ser feliz y hacer feliz. Hoy me propongo que no sea una mañana cualquiera. ¿Y tú?