Los
isquiotibiales controlan principalmente las articulaciones de la cadera y
la rodilla, siendo los músculos más largos del cuerpo. Se encuentran en la
posterior del muslo y van desde la parte más baja de la nalga donde se sitúa el
Isquion, hasta por debajo de la rodilla, insertándose en Tibia y Peroné. Con
una complicada misión al intervenir en dos articulaciones, hay más
posibilidades de que se descoordinen pudiendo producirse la rotura fibrilar en los isquiotibiales.
Vamos a intentar entender un poco más a estos músculos
biarticulares con vientres carnosos y para la longitud que tienen, con unos
tendones relativamente cortos:
Lo
internos se llaman semimembranoso (es más profundo) y semitendinoso (más
superficial), sus inserciones son mediales y comparten la extensión del
muslo, flexión de rodilla y rotación interna de la pierna.
El bíceps
femoral se encuentra en la zona lateral y tiene dos porciones (corta y
larga), debido a su inserción distal en la parte lateral de la pierna sus
funciones son flexión de rodilla, rotación externa de la pierna y extensión de
cadera a través de su cabeza larga.
Todos estos músculos son los encargados de flexionar la rodilla y
extender la cadera (elevación de pierna posterior), bajo la influencia de los
impulsos nerviosos que llegan del Nervio ciático que nace en la parte baja de
la espalda.
A parte de ser los grandes responsables en la fuerza que se
imprime al correr o al saltar, en movimientos como el sprint, frenadas fuertes
o chutar, intervienen muy activamente, por lo que es relativamente fácil
poderse lesionar.
Es un
grupo muscular muy propenso a sufrir acortamientos, modificando de esta forma
la posición de la pelvis, la columna lumbar y la rodilla y si a esto le
añadimos falta de flexibilidad, calentamiento escaso, sobrecarga, mala técnica
de carrera o no haber guardado el tiempo necesario tras una lesión, somos
blanco fácil para padecer una rotura fibrilar en los
isquiotibiales.
Dependiendo
de la cantidad de fibras implicadas se dividen en cuatro grados las roturasfibrilares
Volvemos a remitiros a un buen especialista
que os indique que grado de lesión tenéis, en caso de que ya la tengáis.
Nosotros nos remitiremos a daros una serie de pautas para evitar la rotura fibrilar en los isquiotibiales ya que consideramos
que es mejor tratamiento prevenir que curar.
Existen
factores de riesgo que favorecen las roturas, por lo que estar atento a ellos
se nos antoja necesario y entre estos factores está el equilibrio entre
músculos agonistas y antagonistas, elasticidad de la musculatura y se
buscará una ganancia progresiva de agilidad y estabilización del tronco junto
al trabajo de fuerza y estiramientos.
Añadir
la importancia de la hidratación necesaria y adecuada al igual que la
alimentación y respetar los tiempos de recuperación tras un entrenamiento
fuerte o una carrera.
Espero
que os haya sido de interés este artículo y que pongáis en práctica los
consejos preventivos para evitar la rotura fibrilar
en los isquiotibiales y que esta lesión no nos impida practicar el deporte que nos gusta
o andar.