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lunes, 30 de mayo de 2016

Rotura fibrilar en los isquiotibiales

Los isquiotibiales controlan principalmente las articulaciones de la cadera y la rodilla, siendo los músculos más largos del cuerpo. Se encuentran en la posterior del muslo y van desde la parte más baja de la nalga donde se sitúa el Isquion, hasta por debajo de la rodilla, insertándose en Tibia y Peroné. Con una complicada misión al intervenir en dos articulaciones, hay más posibilidades de que se descoordinen pudiendo producirse la rotura fibrilar en los isquiotibiales.

Vamos a intentar entender un poco más a estos músculos biarticulares con vientres carnosos y para la longitud que tienen, con unos tendones relativamente cortos:
Lo internos se llaman semimembranoso (es más profundo) y semitendinoso (más superficial), sus inserciones son mediales y comparten la extensión del muslo, flexión de rodilla y rotación interna de la pierna.

El bíceps femoral se encuentra en la zona lateral y tiene dos porciones (corta y larga), debido a su inserción distal en la parte lateral de la pierna sus funciones son flexión de rodilla, rotación externa de la pierna y extensión de cadera a través de su cabeza larga.

Todos estos músculos son los encargados de flexionar la rodilla y extender la cadera (elevación de pierna posterior), bajo la influencia de los impulsos nerviosos que llegan del Nervio ciático que nace en la parte baja de la espalda.
A parte de ser los grandes responsables en la fuerza que se imprime al correr o al saltar, en movimientos como el sprint, frenadas fuertes o chutar, intervienen muy activamente, por lo que es relativamente fácil poderse lesionar.
Es un grupo muscular muy propenso a sufrir acortamientos, modificando de esta forma la posición de la pelvis, la columna lumbar y la rodilla y si a esto le añadimos falta de flexibilidad, calentamiento escaso, sobrecarga, mala técnica de carrera o no haber guardado el tiempo necesario tras una lesión, somos blanco fácil para padecer una rotura fibrilar en los isquiotibiales.

Dependiendo de la cantidad de fibras implicadas se dividen en cuatro grados las roturasfibrilares

 Volvemos a remitiros a un buen especialista que os indique que grado de lesión tenéis, en caso de que ya la tengáis. Nosotros nos remitiremos a daros una serie de pautas para evitar la rotura fibrilar en los isquiotibiales ya que consideramos que es mejor tratamiento prevenir que curar.

Existen factores de riesgo que favorecen las roturas, por lo que estar atento a ellos se nos antoja necesario y entre estos factores está el equilibrio entre músculos agonistas y antagonistas, elasticidad de la musculatura y se buscará una ganancia progresiva de agilidad y estabilización del tronco junto al trabajo de fuerza y estiramientos.
Añadir la importancia de la hidratación necesaria y adecuada al igual que la alimentación y respetar los tiempos de recuperación tras un entrenamiento fuerte o una carrera.


Espero que os haya sido de interés este artículo y que pongáis en práctica los consejos preventivos para evitar la rotura fibrilar en los isquiotibiales y que esta lesión no nos impida practicar el deporte que nos gusta o andar.