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sábado, 21 de noviembre de 2015

Para desterrar el mal


Para desterrar el mal.
Para desterrar el mal, no hay que combatirlo.
Para desterrar el mal, no hay que combatirlo, si no trabajar enérgicamente.
Para desterrar el mal, no hay que combatirlo, si no trabajar enérgicamente en dirección al bien.


No se que tiene el mal que ejerce una fuerza impresionante que en ocasiones nos lleva hacia él, mira que trabajamos intensamente en el control de los pensamientos para que no nos lleven a un determinado tipo de emociones que sabemos que no son sanas para nosotros, pero ahí caemos en ocasiones.

Y ciertamente, la manera no es desgastarte combatiendo en contra del mal, porque le das más poder, porque te absorbe la energía, de tal manera que acabarás agotado y sin conseguir el objetivo, ganar al mal en la batalla, porque ya la lucha en si misma es la que provoca mal.

Cuando nos cruzamos con el mal en nuestras vidas, lo mejor es darse cuenta, cambiar el rumbo y empezar a ir en la dirección del bien haciendo el bien, no importándonos el mal que nos rodee.

Esto es como la técnica del disco rallado en las negociaciones empresariales, a lo tuyo que es hacer el bien, respuesta negativa, no importa, sigue haciendo el bien, porque si entras a pelear con el mal, date por enganchado por el mal y recuerda el pensamiento de Nisargadatta cuando las ganas de responder al mal te vengan,  "Para desterrar al mal, no hay que combatirlo, sino trabajar enérgicamente en dirección al bien".

jueves, 1 de octubre de 2015

La verdad está....


La verdad está
La verdad está en el descubrir.
La verdad está en el descubrir, no en lo descubierto.

Si te pones a pensar en la frase tiene razón; la mente se nos va instantáneamente a quedarnos con lo que hemos descubierto o encontrado, como que ese es el logro, cuando en realidad el gran logro es descubrirte con la capacidad de seguir queriendo descubrir, como los niños.

Estar abierto a la vida en un descubrir continuo.

Tener la capacidad de que la vida aún nos sorprenda con cosas inesperadas, no estar encerrado mentalmente ni emocionalmente con lo ya aprendido, de tal manera que aún descubras gentes, situaciones, emociones, buenas o malas ...... da igual lo que descubras, porque hoy descubres algo bueno, mañana algo regular y pasado algo que no te gusta nada.

Si le quitamos transcendencia a lo descubierto y se la ponemos a la acción de descubrir, nos damos cuenta que no es importante lo que vivimos, si no como lo vivimos y esa es la verdad, que como nosotros queramos vivir lo que nos pasa es una responsabilidad nuestra y no depende de nada ni de nadie de fuera.

Si queremos quedarnos en que ya pocas cosas o ninguna nos pueden sorprender, es que estamos ya obsoletos, caducos y con falta de vida, seamos como los niños que están todo el rato descubriendo y descubriéndose en sus posibilidades.

Cuantas escenas hemos visto y nos han contado de bebés que están en la cuna y se las ingenian para salir de ella sin hacerse daño, o bajar de una cama, o llegar a un objeto o....... descubren como conseguir algo que quieren continuamente, que ocurre si toco, que ocurre si pruebo, que ocurre si...y descubren, parte de su crecimiento físico, mental y emocional está en descubrir.

Y a nosotros los adultos se nos olvida que en el descubrir está el crecimiento en todos los sentidos, personal, emocional, laboral...., parece que nos atascamos y en el mismo hacer no encontraremos fórmulas diferentes de vivir,

Descúbrete descubriendo y haber como te sientes y recuerda cada vez que descubras algo que, la verdad está en el descubrir, no en lo descubierto.