Invierte ...
Invierte en aquello ...
Invierte en aquello que un naufragio no te pueda arrebatar.
Las pertenencias vienen y se van. Lo que compramos se gasta o lo acumulamos incluso sin usar porque ya no tenemos esa ilusión previa a comprarlo.
Satisfacen deseos momentáneos e incluso ocultan ansiedades del alma no satisfecha.
Nos liamos a adquirir cualquier cosa, incluso personas.
Nos liamos a sumar relaciones que abandonamos.
Nos liamos a poseer amantes
Nos liamos a atesorar dinero.
Nos liamos a acumular tiempos mejores.
Nos liamos a guardar rencores.
Nos liamos a tener y no a ser.
Nos liamos a consumir y a no sentir.
Nos liamos en el adquirir, sumar, poseer, atesorar, acumular, guardar, tener, ... y en este lío nos perdemos en quién somos y qué en verdad queremos.
Estando en una terraza en Gran Canaria, un hombre nos pidió que le invitáramos a un café, no dinero.
Me levanté y fui con él al bar a invitarle. Le di dos euros y le dije que si llegaba, me miró como diciendo que de sobra y entonces saqué otros dos para que tomara otro luego y me respondió "esto lo guardo para mañana que Cáritas está cerrado".
Le pregunté qué tan la vida y si era feliz, me respondió que sí, que se encontraba feliz, dándome las gracias por mi curiosidad por él y por desearle que siguiera feliz y mis deseos de que le fuera bien en la vida.
Me volvió a poner delante lo que ya sé y que no se me tiene que olvidar: la felicidad no está en lo que posees, está en cómo quieres vivir.
Reflexión que nos puede ayudar en momentos complicados, eso y pensar en lo que es importante en la vida, darle el valor que tiene y disfrutar.
Yo no quiero que me arrebatan la vida el tener, el poseer, el acumular; quiero vivir con bienestar en todos los sentidos y no perder el sentido por economía o por amoríos.
Disfrutar y para eso no es imprescindible tener, quizás más es compartir, vivir a la gente y que me vivan.
Para mí es evidente el por qué esta frase tiene mucho sentido: invierte en aquello que un naufragio no te pueda arrebatar.