Palabras altivas
que muestran desprecio,
arrogancia dura
que arrastra hacia el suelo,
mandatos al alma
para que no vaya lejos
y obedezca al dueño.
Anular ideas,
desechar deseos,
esconder miserias
en manos de terciopelo,
disipando los juicios
que puedan hacer terceros.
Y tras la fachada
se esconde lo fiero,
lo feo, lo malo,
lo impuro del hombre
que lleva por dentro.
Y a ti el callar te llaga
la boca y su cielo,
te duelen los brazos
y aparecen vértigos,
por callarte a ti misma
dónde estás
y lo que estás viviendo.
la boca y su cielo,
te duelen los brazos
y aparecen vértigos,
por callarte a ti misma
dónde estás
y lo que estás viviendo.
Esta es su casa
y tu hogar luego,
tu pensar segundo
si él va primero
su mandar profundo
y tú su subalterno.
tu saber y tu acierto,
porque él es quien manda
para quejarse luego
y en este su juego
vas apagándote a fuego lento
por fuera y por dentro.
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