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domingo, 29 de mayo de 2016

Tendinitis aquílea

Esta lesión es una de esas lesiones que da miedo porque suena a derrota como le ocurrió al famoso héroe de la guerra de Troya, pero a pesar de eso, se puede prevenir de forma sencilla y tiene tratamiento; estamos hablando de la tendinitis aquílea.

Se trata de la inflamación del tendón de Aquiles, la mayoría de las veces consecuencias de exigir demasiado al cuerpo (casi siempre se debe a un uso excesivo del pie, más que a una lesión). Implica al tendón de la parte posterior de la pierna que conecta al talón y duele más hacia la parte inferior del pie. Este tendón el que nos permite empujar con el pie hacia abajo y lo utilizamos al correr, andar y saltar.

Aunque existe la tendinitis aquílea a raíz de una artritis o espolón, lo más habitual es que se dé por una sobreutilización por diferentes motivos como puede ser incrementar de manera repentina y fuertes los entrenos. Hay que añadir que correr con mucha frecuencia y en superficies duras también puede llegar a provocarla, al igual que el hecho de no utilizar el calzado apropiado, pegar saltos y una mala pisada (las personas con pies planos son más propensas).

Como se manifiesta esta lesión en el cuerpo es fácil de detectar, ya que el dolor a lo largo del tendón al caminar o al correr es patente, además de doler al tacto también (en los laterales más que en la zona posterior). Se puede hinchar la zona y subir la temperatura y añadiremos la rigidez que se aprecia en el tendón.

Es de suma importancia reconocer estos síntomas para evitar un mal mayor, porque a pesar de que es transitoria esta lesión, si no la tratamos de una forma adecuada y a tiempo, el tendón se degenera y puede derivar en una tendinosis que quizás derive en un desgarro o ruptura.

Pero si ya tenemos encima la tendinitis aquílea,  lo mejor es acudir a un especialista que nos de las pautas de actuación concretas en nuestro caso teniendo en cuenta que la base general de recuperación de la lesión es aplicar hielo durante 15 o 20 minutos tres veces al día, suspender la actividad física en la que se note dolor y sustituirla por andar en bici, nadar o cualquier otro deporte que implique menos al tendón, procurar andar en superficies lisas y suaves y sobretodo mucha paciencia porque en algunos casos se llega a los 2, 3 o 4 meses hasta no notar dolor.    

Estiramientos e incluso cambiar el calzado y utilizar alguna plantilla, puede estar dentro del tratamiento a seguir, en casos extremos se puede incluso recurrir a la cirugía si estos tratamientos mencionados o incluso las ondas de choque (ESWT) no dan resultado.


Hay que tener también en cuenta para prevenir la tendinitis aquílea que los ejercicios para mantener los músculos de la pantorrilla fuertes y flexibles ayudarán a reducir el riesgo. Así que ya sabemos que es lo que hay que hacer en caso de lesión o incluso que hacer para prevenirla, eso sí, un especialista nos puede ayudar a que su recuperación sea más rápida y menos dolorosa e invadilante.