Pensamientos, palabras, obras y omisiones

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Pensamientos, palabras, obras y omisiones, … tal cual es la vida.
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lunes, 4 de enero de 2016

Ser mi Ser, soy Hada



La idea original de este escrito no es mía. He querido recogerla por identificación, modificando y poniendo mi parte: Ser mi Ser, soy Hada.


No nos enseñan a querer al Ser que somos y mucho menos a querer a la "Hada" que llevamos dentro y en consecuencia, muchas no la despiertan y quienes la despertamos, en un principio desconocemos como hacer nuestra vida con su "magia y su mundo interior". 
No nos han enseñado a manejar la magia interior, tenemos que aprender con la práctica de ella, que muchas veces nos ha llevado al acierto y otras al error, del cual también aprendemos.

Amarnos no es fácil, somos tan distintas a lo que vemos, que reconocernos y amarnos no es fácil, por ello no nos debe de sorprender que no nos puedan amar los de afuera, están tan perdidos como nosotras cuando empezamos a sentirnos diferentes.

Primero conócete como Ser y como "Hada", luego acepta que tú eres así, después quiérete infinitamente y con mucha comprensión porque es la clave para
ser feliz encontrando fuera lo que llevas dentro.

Hay una frase que me llamó la atención cuando la leí "Ella era poesía, Él no sabía leer" Juhan E.

La leí al término de una relación y me di cuenta que hay cosas que ya no son mi camino. Pensé que me venía muy bien la frase para expresar como me había sentido con él.
Ahora sé, que esa frase era para mí también, para que yo me acabe de creer que soy un Ser y un "Hada" y … poesía.

Aceptar por nuestra parte que la inmensidad de los sentimientos y su intensidad en todo lo que hacemos asusta y hay que ser valiente para querer vivir a un Ser con esa fuerza interior, porque incluso lo que para otras personas son muestras de amor, para nosotras son cuerdas que nos atan a la pata de la cama.

No es fácil amarnos porque nuestros sueños de vida en el amor nada tienen que ver con proyectos de vida de otros hombres u otras mujeres, los de ellas/os nos apagan y nos encierran, nos oprimen las alas y el vuelo.
Nos miden por el rasero convencional del amor y nos miran con las gafas de lo que les han enseñado que es el amor, por eso no somos entendidas ni valoradas en toda nuestra totalidad,... no nos ven. Normalmente es tan intenso, inmenso y diferente lo que somos, que no se nos puede reconocer.

Solemos ser las que abrimos ventanas y puertas para que entre el aire y para que salgan a la calle a mirar un mundo nuevo, mundo que les asusta en un principio y se pelean con nosotras para no salir a él. Valientes y sabedoras de que los miedos no les dejan disfrutar, les vamos dando la mano para que salgan poco a poco experimentar que no pasa nada y una vez fuera que sean libres para recorrer ese nuevo mundo y vuelvan para contarnos lo descubierto en él, porque ponemos la total confianza. 
Pero algunos no quieren más que volver a casa cuando sueltas su mano y otros/as prefieren marchar y no compartir su nueva alegría.

Quizás por eso hemos tenido varias relaciones (amigas/os, parejas,...) que no han dado resultado y nos vemos abocadas a asimilar rupturas en muchos casos dolorosas. 
Si desde el principio hubiéramos sabido quienes somos y nos hubiéramos querido, no habríamos sido parte de algunas de esas relaciones.
Si no fuésemos tan generosas y compartidoras de vida, de algunas otras hubiéramos salido antes. 
Con el paso de los años aprendemos a no desgastarnos en las relaciones personales.

Cada una de ellas nos ha enseñado un poco lo que somos, con cada una de ellas hemos buscado un crecimiento continuo, ser algo mejor cada día, es lo que también pedimos a quien está al lado nuestro y no siempre están dispuestos a ello.

Entendemos el amor de una manera que nada tiene que ver con lo que nos han enseñado, por eso nos cuesta encontrar quien crea en el amor de la forma en que nosotras lo concebimos. Una manera libre, sensible, sincera y sin dejar de ser quien somos por conseguir agradar. Queremos un cómplice, un compañero, un igual, un amante... no necesitamos que nos mantengan, ni necesitamos que nos adulen, ni necesitamos que nos mientan.

Basamos el amor en la honestidad y la sinceridad en la relación, por lo que nos es totalmente necesario movernos en esos hilos y si se nos traiciona o se nos miente o se nos engaña, nuestro sentimiento se apagará y aunque lo pasamos mal dependiendo de la intensidad de nuestra emoción, sabemos lamernos las heridas y salimos adelante.

Yo sé que no he sabido realmente lo que significa mi Ser hasta pasadas unas cuantas relaciones, pero también sé, que con cada una de ellas he destapado un pedacito más de quien soy y quizás sea por eso que me gusta la relación en pareja, porque es una manera más de descubrirme en quien soy realmente.
Las relaciones en pareja han sido unos de los espejos en el que me he querido mirar para crecer. He aprendido a descubrir mi Ser, he aprendido a ser mi Ser, soy Hada.
A continuación pongo el enlace de otra entrada donde pongo el texto que me ha servido para este escrito, es precioso de leer y el único cambio que he hecho es sustituir la palabra Bruja por Hada, tan solo porque yo me he considerado "hada" desde hace años.