Conocemos el término vampiro de energía y automáticamente nos imaginamos a alguien como el conde Drácula con la capa al viento y viniendo a por nosotros , pero la estrategia que emplean los insaciables de tu energía es algo más sutil y menos visible en muchos casos.
Seguramente hemos tenido siempre alguien al lado que responde al perfil de persona que está en continua queja, que nada le parece perfecto, que lo que tienen de ti les parece poco, que critican y juzgan los acontecimientos y a las personas, que son y están malhumorados, apáticos, etc. En ocasiones este alguien ha sido y es cercano, incluso de la familia directa y por eso no sabemos identificar como nocivas para nosotros actitudes que nos llegan a vaciar de energía y a llenar de malestar y si las identificamos, sentimos que no podemos alejarnos porque son seres allegados a los que queremos (madre o padre, hermanos, pareja . . .)
Ahora bien, lo primero para colocar a los demás en el lugar preciso, es identificarse a uno mismo, porque muy bien podemos ser uno de estos insaciables con nosotros y con los demás. Para ello no está demás identificar algunas actitudes y hacer un autoanálisis de que tenemos y que preferimos ver en los demás y no en nosotros mismos.
Una vez identificadas nuestras actitudes, podremos modificarlas. Esta es la única manera de realmente vivir con el antídoto anti insaciables de tu energía; nos sirve para no juzgarles y si para poder alejarte de estas actitudes e incluso de estas personas.
No te olvides de que por mucho que tú quieras a una persona insaciable, por mucho que quieras que sea más feliz cambiando actitudes, por mucho que tú creas que puedes ayudarla, . . . como no sea algo que se trabaje cada uno por convencimiento propio, no podrás hacer nada y la única opción válida para no acabar agotada y fundida es apartándoles de tu vida lo más posible.
Vamos con las actitudes que delatan a los insaciables:
1.- Vivir en la queja y en la protesta; esto está tan normalizado que no somos conscientes de que lo hacemos, incluso si lo vemos, lo excusamos pensando que no pasa nada, que solo es una manera de expresarse pero que no es que seamos negativos.
Es falso que el quejarse por quejarse no afecte; lo queramos ver o no, la queja absorbe energía y nos resta alegría y positividad de vida.
Si eres de los que te quejas o protestas de entrada, prueba a no hacerlo y cuéntame luego como te sientes mejor y como haces sentirse a los demás.
2.- Vivir en desorden; si, aunque algunos desordenados no estén de acuerdo y se excusen con que dentro de su desorden ellos se manejan bien y saben donde encontrar todo.
Es cansado y resta energía y tiempo muy valioso para otras cosas, además de frustración cuando algo importante se nos escapa de las manos por nuestro desorden.
Yo aquí incluyo el desorden físico, mental y emocional.
Y te doy la misma fórmula que antes, prueba a reconocerte en tu desorden, empieza por modificar una sola actitud (pensar mal, comer demasiado o a la inversa, cuarto desordenado,. . .) y luego nota la diferencia.
3.- Vivir en la falta de decisión; esto conlleva miedo, así de rotundo y así de claro. Superarlo es el paso único para dejar de ser un indeciso constante con la parte de ansiedad y estrés que te conlleva.
Empieza a pensar que no pasa nada por hacer o por decidir no hacer algo; todo tiene solución o vuelta a atrás o retomar o pasa porque nos esperan momentos de aprendizaje o experiencias mejores que vivir.
Quita el miedo a decidir por miedo a perder o a no acertar. Siempre se acierta porque o bien salen las cosas como uno espera o salen como uno necesita para aprender algo.
4.- Vivir en el perfeccionismo; evita querer que todo salga de una manera determinada sin admitir que pueda ser de otra similar. No digo que no cuides lo que estás haciendo o diciendo, eso por supuesto, haz las cosas lo mejor que puedas en cada momento y si no salen perfectas tranquilo; salen como has sabido y para la siguiente saldrán mejor.
Esto vale para tu propia valía a lo que haces y para ser comprensivo con lo que hacen los demás.
5.- Vivir postergando; esta actitud, pese a que puede llegar a ser cómoda en un principio porque te libera de hacer algo, resulta que es terriblemente peligrosa porque te obliga a al final hacer las cosas de mala manera, de prisa y sin tener opción de maniobra para corregir o modificar.
En la postergación si que hay más posibilidad de que no actúes correctamente por la premura, la ansiedad y estrés que origina, además de no evitar lo inevitable haciéndote más daño a ti y a los que pueda afectar tu postergación.
Seguramente se te ocurre alguna otra actitud delatadora de una actitud insaciable de energía, puedes añadirla para tu lista e incluso hacérmela saber, me gustaría. Se que existen más, aunque para mí ahora sean estas las que veo, seguramente en otra época de mi vida habrá habido otras que he identificado más y seguramente cuando me pasen otros acontecimientos, valoraré otras actitudes diferentes.
Y por último, defiéndete con el alejamiento de aquellos insaciables con tu energía si ves que contigo:
a) se quejan de ti o su primera reacción es la protesta de manera reiterada.
b) Son un caos emocional, físico o mental y te vuelven loco con su caos
c) si su indecisión te para o frena en tu crecimiento de vida, personal; laboral, económico, familiar. . .
d) te exigen una perfección imposible de alcanzar porque no es posible más que en la cabeza de ellos.
e) de los que todo lo dejan para última hora o lo dejan tanto que no lo hacen y eso implica que tú lo tienes que hacer o que algo no salga de una manera beneficiosa para ti.
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